Estado Islámico: La ruta del Mediterráneo
Alan Henning, el ciudadano británico secuestrado por el Estado Islámico. Foto: Especial |
Londres, (apro).- El Estado Islámico (EI) estaría utilizando cada vez más las redes de tráfico humano a través del Mar Mediterráneo con destino a Europa, obteniendo con ello millones de dólares que utiliza para financiar sus actividades y entrenar a sus combatientes.
Un informe presentado el lunes 11 en Londres por el grupo Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional (GITOC, por sus siglas en inglés) sostuvo que la participación del EI en el tráfico humano a través del Mediterráneo es a gran escala.
El reporte concluyó que el lucrativo comercio en Libia, por el cual miles de inmigrantes llegan a pagar hasta 2 mil dólares para subirse a peligrosas pateras con destino a Europa, “sobrepasa con creces cualquier negocio de tráfico y contrabando en la región, y ha fortalecido en especial a grupos con una agenda terrorista, incluido el EI”.
Economía criminal
El documento del GITOC concluyó que “hay pocas dudas” acerca de que la relación entre el delito y el terrorismo “sea de inmensa preocupación estratégica”.
“Hay cada vez más evidencia acerca de que grupos armados, incluidos aquellos con una agenda de violencia extremista, se están beneficiando financieramente y con impunidad absoluta a partir de una economía criminal”, destaca el informe.
“Ante el actual status quo, el escenario más probable acerca de las capacidades de Al-Mourabitoun siguen intactas, y aquellas del EI están creciendo, que significa que habrá más ataques contra blancos de alto valor y muy estratégicos en la región de Sahel, incluidos ataques suicidas, y ataques contra blancos occidentales (embajadas, hoteles, clubes nocturnos), y símbolos de poder estatal (como edificios gubernamentales)”, continuó.
El documento del GITOC advirtió que si estos grupos criminales siguen sin ser detenidos, “establecerán aún más sus redes y zonas de protección, logrando mayor influencia en los procesos políticos de sus países”.
“Desde una perspectiva política, las respuestas a los conflictos, inestabilidad y terrorismo deberá ser reinterpretada. Las políticas actuales para fortalecer la seguridad en las fronteras tendrán poco impacto si se tiene en cuenta la gran extensión de fronteras por tierra y mar y el gran despliegue de grupos en los distintos territorios”, explicó el informe.
Señala que un mayor flujo de migrantes “podría crear más grupos radicales vinculados al tráfico de personas en el Sinaí y en Egipto, vinculados con Libia, Siria e Irak, incluido el EI”. Y advierte que estas redes del crimen organizado “crecerán en rutas”, como las que utilizan como territorios de tránsito a Jordania, Libia y Egipto.
El reporte añadió que el número de refugiados que se originan en Siria, especialmente como resultado de ataques del EI cerca de Damasco (como los ocurridos cerca de campamentos de refugiados), podría facilitar el contrabando de personas.
“Esto aumenta de forma efectiva la habilidad de grupos armados de establecerse con más fuerza en Libia y lograr más fuentes de ingresos fuera de Irak y Siria. Resolver estos flujos es un desafío significativo y las intervenciones en la costa de Libia por sí solas probablemente no tengan influencia significativa en el flujo de inmigrantes”, subrayó.
El grupo indicó también que las intervenciones para ayudar a los barcos de refugiados “deben estar acompañadas de estudios dirigidos a reducir los ingresos económicos producto del contrabando de personas, y prevenir que los refugiados apoyen el modelo de negocios y finanzas del EI, que incluiría áreas más allá de Libia”.
El informe recomendó, entre otras, reducir las motivaciones por las que refugiados y migrantes entran a la cadena de tráfico humano y crimen organizado en Libia; incrementar la ayuda y protección en campos de refugiados en Líbano, Siria y Jordania; promover campañas para informar a refugiados acerca de los riesgos de abuso, trabajo esclavo o incluso la muerte al vincularse con las redes de tráfico humano; combatir las redes de contrabandistas y traficantes de personas, especialmente en Líbano, Sinaí, Egipto y Sudán, y mejorar los análisis de Inteligencia en las rutas de viajes.
Sin embargo, aclaró que a largo plazo “reducir el número de refugiados que escapan de zonas de conflicto será la única solución”.
Extremistas camuflados
Ese informe coincidió con una investigación realizada por la radio 5 de la BBC, y dada a conocer el domingo 17, que concluyó que el EI está explotando además la crisis de refugiados en el Mediterráneo “para ingresar a combatientes en Europa”.
“El grupo extremista está trabajando con bandas de tráfico de personas para transportar a sus miembros al Occidente, escondiéndolos entre los refugiados que van en botes”, según esa investigación.
También indicó que el EI está capitalizando la situación en la región para financiar sus actividades terroristas, “imponiendo impuestos a los contrabandistas”.
Abdul Basit Haroun, consejero en temas de Inteligencia para el gobierno de Libia, y citado por la investigación de la BBC, dijo que tras haber entrevistado a varios dueños de barcos que operaban en zonas controladas por el EI, éstos le dijeron que pagaban hasta 50% de sus ingresos al grupo extremista. “Esos beneficios económicos pueden ascender a varios cientos de miles de dólares por barco”, dijo Haroun.
“El EI no es el que controla los barcos. Le dan permiso a los dueños de las embarcaciones para utilizar ciertas zonas bajo su control, y les cobran hasta 50% del dinero que generan. También utilizan esos barcos para enviar a muchos de los suyos (del EI), aprovechando que la policía de frontera no puede saber quién es seguidor del EI y quién no”, agregó.
Dentro de los barcos “la mayoría de los refugiados está a favor de las actividades del EI”, señaló Haroun y explicó que estas prácticas por parte del grupo extremista “tienen como objetivo planes concretos a futuro”.
La investigación también reveló que dos hermanos egipcios viajaron de la ciudad libia de Sirte a Europa en marzo pasado, tras haber sido informados por traficantes de personas de que el EI les ofrecía “viajes más seguros, fáciles y baratos al Occidente”.
“El EI les ofrece a aquellos que quieren migrar la posibilidad de quedarse y luchar en Libia. Si persisten en irse a Europa, todos los migrantes reciben una semana de educación religiosa la cual, les dicen, sirve para salvaguardarlos contra las tentaciones europeas”.
A comienzo del año, la agencia de fronteras europeas Frontex advirtió en su informe anual sobre riesgos y seguridad que es “muy posible” que combatientes extranjeros “estén utilizando rutas de migración irregular” para ingresar a Europa.
“Con cifras récord de migrantes que cruzan la frontera ilegalmente, los recursos son destinados a su protección inmediata en lugar de controlar y allegarse de información acerca de cuál es su procedencia y nacionalidad. Después de ser rescatados, continúan su viaje a otros países de la UE, y no saber quién viaja dentro de la UE deja la seguridad interna del bloque bajo mucha vulnerabilidad”, concluyó.
Consultado por Apro, el doctor y experto en temas de seguridad y migración Christian Nellemann, director del Centro Noruego para el Análisis Global (Rhipto), afirmó que “es improbable” que el EI esté haciendo ingresar a seguidores y combatientes a través de los barcos de refugiados por el Mediterráneo.
Explica: “Hay múltiples rutas de tráfico para ingresar a Europa. El EI es una organización muy racional y profesional, bien organizada. Tenemos una idea bastante clara acerca de cómo fluye el dinero que maneja, sin el uso de cuentas bancarias, etc. Por supuesto, podría ser que estén intentando ingresar ‘células durmientes’ a Europa a través de la cadena de inmigrantes, especialmente al descubrir qué islas son las de más fácil acceso, cuáles tienen menos controles policiales e inmigratorios, etc. Buscando la forma más eficiente de infiltrarse”.
“Pero –advierte– hay que pensar que hay muchos riesgos vinculados a esos viajes, como el naufragio de los botes, ser atrapados, interrogados y tal vez encerrados en campos de refugiados, esperando durante años para ser procesados. Son riesgos que el EI no está dispuesto a tomar para ingresar combatientes a Europa”, afirmó el experto, para quien esa posibilidad “no parece muy lógica”.
Admite, sin embargo, que el EI se sirve del tráfico humano para obtener dinero que le permita financiar sus actividades, pero no utiliza dicho tráfico para introducir a sus combatientes en Europa. “Probablemente ellos necesiten de un puñado de combatientes en Europa para lanzar ataques terroristas, y no me parece lógico que utilicen la cadena de tráfico humano por el Mediterráneo para lograr esto. No es muy racional desde mi punto de vista. Ellos son muy racionales, muy inteligentes”, continuó.
Nellemann dijo además que si Occidente comienza a lanzar bombas en Libia, promoverá el establecimiento del EI en ese país, como también en Egipto, y en Sinaí, forzando a miles de personas más a la peligrosa red de tráfico humano, desestabilizando Jordania y Líbano, y eventualmente generando una guerra a gran escala en la región.
“Desde el año 700 hubo tráfico, contrabando y comercio en toda la región del trans-Sahara. Pero en los últimos 100 años ese comercio o contrabando se ha ido formalizando a partir de clanes y tribus. También el tráfico humano. Lo que ha pasado en particular en los últimos años, desde la caída de Muamar Gadafi es un aumento en el número de refugiados, desde Eritrea y Siria, moviéndose en dirección este-oeste, llegando a Libia.
“Hemos visto también la ruta hasta Sinaí. Lo que creemos está pasando ahora es que el Estado Islámico está atacando de forma deliberada campos de refugiados en el oeste de Siria, cerca de Líbano y Jordania, con el propósito de empujar a los refugiados a las rutas que ellos mismos han establecido en Sinaí”, destacó.
Nellemann explicó además que los recientes videos de ejecución de rehenes etíopes y eritreos por parte de combatientes de EI filmados en la costa de Libia, “no estaban dirigidos al Occidente, sino a todos los traficantes de personas”.
“En esos videos se pudo ver que los captores primero iban por el desierto –que es la ruta de contrabando– y luego por la playa –que implica el contrabando por mar. Varios de los combatientes que ejecutaron a rehenes eran en realidad traficantes de personas. Han tratado de establecer en el sur de Libia una red de traficantes, pero hasta ahora no han logrado ganar terreno allí. Así que el verdadero negocio para el EI es el tráfico de personas que está pasando ahora en Libia y que también ocurre en Sudán”, continuó.
En cuanto a la decisión de Occidente de atacar Libia con el propósito de frenar el contrabando de personas, “tendrá también que resolver problemas en Eritrea y en especial en Siria”.
Explica: “Si van por la vía militar, Líbano y Jordania terminarán con al menos 3 millones de refugiados para el final del año. Imagínese lo que esto significaría. Sumado a ello tenemos el problema de que el EI se está estableciendo en Sinaí, que sería una amenaza enorme. Hamas y el Estado Islámico no son particularmente buenos amigos en estos momentos. Pero los enemigos de tus enemigos pueden terminar convirtiéndose en tus mejores amigos. Y por eso no sabemos a dónde puede terminar todo esto”, concluyó.
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