El ISIS cuenta con 100 tipos de armas fabricadas o diseñadas en 25 países
Un informe de Amnistía Internacional presenta un inventario del arsenal de los yihadistas
Corre el verano de 2014. Bagdad está blindada para contener al Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés). Dos periodistas visitan la casa de Bassim, de 22 años. Acaba de alistarse como voluntario para ser entrenado por el Ejército contra los yihadistas. Es tímido, infantil. Su madre habla por él. Una cosa, al menos, tiene clara: no separarse del Kaláshnikov. Tan sólo unos días en el cuartel y ya tiene su fusil en casa. Y no es el único. Un ejemplo de que el trasiego de armas en Mesopotamia es tan fluido como envenenado. Amnistía Internacional (AI), apoyada en organizaciones de monitoreo de armamento, ha hecho inventario del arsenal del ISIS: 100 tipos de armas fabricadas o diseñadas en al menos 25 países. Y llega a varias conclusiones, entre ellas, que cinco décadas de tráfico sin control de armas hacia Irak —incluida la guerra con Irán de los 80, en la que medio centenar de países vendieron armamento a los bandos— ha inundado el territorio de munición, abierto ahora al saqueo de los yihadistas. Al otro lado de la frontera, en Siria, el robo de los arsenales del régimen y los rebeldes apoyados por el Golfo y EE UU ha apuntalado la capacidad armamentística del ISIS.
Los reyes de este inventario son los AK (Kaláshnikov Automáticos) de fabricación soviética y los M16 estadounidenses, fusiles de asalto ligeros y fáciles de utilizar. Los primeros, algunos incluso fabricados en la URSS en la década de los 60,como documenta Conflict Armament Research (CAR), son habituales entre las fuerzas del régimen sirio, aliado de Moscú. Los segundos han sido habituales en las ventas de armamento de EE UU a Irak —solo en 2007, el Gobierno norteamericano admitió que desconocía el paradero de 190.000 armadas enviadas tras la caída de Sadam Husein—.
Los hombres del ISIS se han hecho con ejemplares de los dos modelos de formas diferentes, entre ellas, el robo o incautación de arsenales —cualquier militar desertor sirio se llevaba consigo su fusil, que más tarde podía perder en alguna derrota del bando rebelde—, transportados posteriormente y en poco tiempo a ambos lados de la frontera, que el grupo terrorista controla prácticamente de norte a sur. Los arsenales yihadistas se han llenado además de las armas aportadas por los exmilitares de Sadam aliados hoy del ISIS. Tras la caída del dictador, en medio del caos de la guerra, EE UU desmanteló el Ejército, una medida que afectó a unos 400.000 uniformados armados.
Junto a los fusiles AK y M16, el inventario hecho por AI junto a la organización Armament Research Services (ARES) incluye ametralladoras PKM rusas y chinas—la nacionalidad del armamento responde al país en el que fueron diseñados o fabricados y no a su último vendedor—; pistolas belgas Herstal, Glock austriacas y HS Produkt croatas; rifles de francotirador chinos y croatas; munición de unos 21 países, entre ellos, China, Rusia/URSS, EE UU y Serbia; misiles antitanque producidos en EE UU, China o en la ex-Yugoslavia en los años 80; viejos morteros de fabricación china que Irak usó contra Irán, así como modelos antiguos de morteros soviéticos del arsenal sirio, e incluso tanques Abrams estadounidenses.
El análisis de ARES y CAR, basado en el estudio de cientos de vídeos y fotografías, así como las pruebas presentadas por fuerzas kurdas tras hacerse con armas del ISIS, coinciden en que el grupo yihadista se ha aprovechado del armamento llegado de los países que han apoyado a las fuerzas rebeldes agrupadas en el llamado Ejército Libre Sirio (ELS). Ejemplos: los lanzamisiles antitanques TOW, de fabricación estadounidense, y M79, manufacturados en la ex-Yugoslavia, de los que el ELS fue provisto —el segundo modelo a través de Arabia Saudí—, pero de los que el ISIS ha hecho uso al menos en Siria, y los MANPADS (sistemas de lanzamisiles portátiles) chinos que Qatar envió a grupos rebeldes y que los yihadistas han usado en Irak contra la aviación iraquí.
Especial mención merece en este inventario el material bélico que los soldados iraquíes dejaron a su espalda tras perder la ciudad iraquí de Mosul a principios de junio de 2014. Según calculó ya por entonces la ONU, entre vehículos, armas y munición en poder del ISIS se podría equipar a tres divisiones del Ejército iraquí, esto es, entre 40.000 y 50.000 hombres. En Mosul, la capital iraquí del autoproclamado califato, los yihadistas se hicieron con vehículos militares (humvees) y tanques estadounidenses , armas ligeras, pistolas y munición.
Finalmente, el reporte de AI menciona que junto a estos 50 años de descontrol en la compra-venta de armas, en preguerras, guerras y posguerras, el ISIS se nutre del caos entre el Tigris y el Éufrates para aprovecharse de las redes de contrabando fronterizo. Este mercadeo, como detalló en un excelente reportaje recientemente Financial Times, está supervisado directamente por el Alto Comité Militar del ISIS, que organiza las provisiones a los centros provinciales a través de correos humanos y comunicaciones vía Whatsapp.
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