Dos años con COVID-19: “tristeza pandémica y comunicación social a distancia"
Dos años después de la aparición del primer caso de COVID-19, los países del mundo aún enfrentan grandes desafíos sociales, económicos y psicológicos. La aparición del "conflicto de las vacunas" en los mercados mundiales representó un punto de inflexión en el curso de la epidemia.
La epidemia de COVID-19 cobró la vida de millones de personas en todo el mundo, no tuvo piedad con los jóvenes ni con los viejos. De repente todo cambió, nos despertamos una mañana no igual que antes, las mascarillas taparon cada de uno de nuestros rostros temeroso de alguna infección, nuestros lugares favoritos pasaron a hacer un motivo de preocupación y el aislamiento se convirtió en nuestra única solución para sentirnos física y psicológicamente seguros.
Dos años después de la aparición del primer caso de la COVID-19, los países del mundo aún enfrentan grandes desafíos sociales, económicos y psicológicos. La aparición del "conflicto de las vacunas" en los mercados mundiales representó un punto de inflexión en el curso de la epidemia.
A punto de finalizar el 2021, la propagación de esta epidemia aún representa una amenaza para la población mundial, a pesar de todas las vacunas que se han fabricado y de su importancia para reducir las tasas de mortalidad por el virus.
Las infecciones siguen siendo altas, por lo que la Organización Mundial de la Salud advirtió que el número de muertes por COVID en Europa puede aumentar de 1,5 millones en la actualidad a 2,2 millones en marzo de 2022, si la situación permanece como está.
La organización espera "una presión extremadamente alta o severa en las unidades de cuidados intensivos en 49 de 53 países entre ahora y el primero de marzo de 2022", y agregó que "se espera que el número total de muertes registradas alcance más de 2.2 millones en la primavera del próximo año, según indica la curva actual.
¿Cómo ha afectado la pandemia psicológica, social y conductualmente después de dos años?
Tristeza pandémica
Esta pandemia ha cambiado la relación humana con la muerte y el duelo. Amigos y familiares se despiden de sus familiares tras su muerte a través de ceremonias y rituales diferentes a los anteriores, donde se realizan funerales en todos los países del mundo sin la despedida definitiva del difunto.
Los momentos de despedida de los muertos antes de ser enterrados se encuentran entre los momentos más importantes que permiten a todos despedirse de sus seres queridos, de los que el mundo se ha visto privado por las restricciones sanitarias impuestas por los gobiernos. Stéphane Lefevre de Gatineau, Quebec, Canadá, dijo después de la muerte de su madre: " Hasta el día de hoy, todavía no hemos podido encontrarnos y consolarnos por la tragedia de la muerte de mi madre. No hemos realizado rituales ni ceremonias fúnebres para ella ". "Mi madre se merece más que eso", y agregó. "Esta es una epidemia traicionera e inhumana".
Melanie Vachon, investigadora y profesora de psicología de la Universidad de Quebec, consideró que "la despedida sin acompañamientos y abrazos es un consuelo desgarrador, ya que miles de familias canadienses tuvieron que llorar a sus seres queridos que murieron a causa de la pandemia", y dijo que "es el tipo de duelo más complejo y doloroso".
La “tristeza pandémica” fue diagnosticada como una forma aguda de duelo intenso que afectó a muchos residentes durante la pandemia, según expertos psicológicos. La psiquiatra Melanie Vachon continuó: "Unas 30 personas en duelo no pudieron acompañar a sus seres queridos en sus últimos momentos y experimentaron los rituales asociados con los servicios conmemorativos de los muertos a distancia". "La tristeza pandémica es diferente a otros casos de duelo", dijo Vachon y agregó que "Es un duelo que no tiene principio ni fin".
Muchos de los deudos no vieron el cuerpo y no acompañaron a sus seres queridos a su lugar de descanso final. Muchas familias de las víctimas de COVID-19 recibieron cenizas después de varios días. No pudieron decir los últimos saludos, no se dieron la mano ni los abrazaron, la plaga impidió los ritos de duelo que son los más importantes para todos nosotros.
La pérdida puede olvidarse, pero es difícil olvidar no decir adiós. La agonía de no despedirse de los seres queridos con una última mirada puede ser el mayor tormento para las familias de los muertos.
Cambio en el comportamiento humano
Con el paso de dos años desde el inicio de la pandemia, el comportamiento humano ha cambiado de manera significativa, pero este cambio varía de persona a persona, ya que algunas tienen un sistema inmunológico conductual sensible, lo que les hace reaccionar de manera diferente a cosas que ven como una fuente potencial de infección, según lo que dicen los expertos.
Por ejemplo, estas personas, después de contraer el virus, se vuelven más respetuosas con los estándares sociales y de salud y menos confiadas en los extraños que la persona promedio, y el mayor riesgo de enfermedad las ha vuelto más restrictivas en sus actitudes y alejarse de los demás.
Durante el período de cuarentena, las personas se acostumbraron a un cierto orden en su vida diaria y diferente de sus vidas anteriores. Faith Popcorn, fundadora de Brain Reserve, empresa especializada en la previsión y el marketing futuro, consideró que este shock (una epidemia repentina) que ha experimentado esta generación obligó a todos, ricos y pobres, jóvenes y viejos, a reevaluar sus vidas, en términos de la forma en que estaban viviendo hasta las prácticas sociales.
"El mundo ha cambiado rápidamente, estas devastadoras consecuencias económicas y de salud han hecho que todos se sientan abandonados y aislados y su comportamiento futuro cambiará radicalmente", agregó.
Los expertos consideran que este virus, por su rápida infección y propagación, atacó al ser humano en los requisitos más importantes de su existencia humana, a saber, el encuentro y la mezcla, que constituyen una necesidad absoluta para la vida económica, sanitaria, humana y social. Nuestra necesidad de tratar el uno con el otro es una necesidad humanitaria que no se puede abandonar. El hombre, por naturaleza, necesita intercambiar palabras, bienes, trabajo, ideas y necesidades.
En este sentido, los hábitos que hemos adquirido de la pandemia que protegen contra el virus; la falta de saludar con la mano, colocar la mano en la cara, boca y nariz, se ha convertido en una rutina para la mayoría de nosotros, así como los encuentros necesarios con la distancia necesaria de aproximadamente dos metros, y el uso de máscaras, y cualquier encuentro o el trabajo que hacemos termina con lavarnos bien las manos.
Todos estos detalles cotidianos cambiaron hasta que todos se acostumbraron a ellos. Estamos acostumbrados a la distancia, no a encontrarnos, a no darnos la mano, sino solo al movimiento de los ojos, la sonrisa, el gesto de la mano y compartir alegrías a distancia. Todo ha cambiado y nosotros hemos cambiado con él.
La vida es normal ... pero "a distancia"
La pandemia ha demostrado la importancia de la tecnología digital en gran medida. Esta epidemia impuso restricciones sociales, sanitarias e incluso legales, obligando a millones de personas en todo el mundo a quedarse en casa, convirtiéndose en la única comunicación entre ellos a través de las plataformas de redes sociales como una ventana al mundo exterior.
Aprender y trabajar de forma remota, y realizar eventos también a distancia, por lo que el aislamiento social era una razón suficiente para que los sitios de redes sociales fueran la única forma de que todas las personas se comunicaran durante muchas horas al día. Las madres continúan haciendo un seguimiento de los estudios de sus hijos "en línea" y los padres se comunican a distancia con sus hijos que viven en otra provincia o en otro país.
Estos sitios eran el único medio de entretenimiento para las personas mayores, siguiendo las noticias y viendo series, además de ser un medio para expresar lo que tenían en la cabeza en su tiempo libre. Muchos de ellos crearon cuentas por primera vez para conocer estos sitios que siempre les han parecido ridículos y una pérdida de tiempo.
La comunicación social digital puede haber contribuido en gran medida a mitigar el impacto de este aislamiento, especialmente en las familias que debían mantenerse alejadas del resto de la familia, especialmente los ancianos, y protegerlos del contacto físico que podría ser motivo para transmitirles la infección, pero esto no significa que la comunicación directa se haya visto afectada, pero por supuesto ha cambiado mucho después del desarrollo de la comunicación digital.
Dos años después de la pandemia, podemos decir que los humanos estamos acostumbrados a esta vida digital, aunque la vida ha vuelto algo a la normalidad, pero las reuniones y encuentros se mantuvieron en el estilo digital al que está acostumbrada la gente, debido a que la vida digital que surgió durante la pandemia facilitó mucho la vida y la hizo menos costosa.
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