Nakba, 75 años después: Israel ya es un verdadero tigre de papel
El mundo no olvida la catástrofe que ha vivido palestina, 75 años después de la Nakba o desastre que provocó la expulsión de esa nación de su tierra natal.
Cada año, el 15 de mayo, personas de todo el mundo conmemoran el Día de la Nakba, el desarraigo y desmembramiento de Palestina por parte del régimen de ocupación con la ayuda de las potencias occidentales.
Durante la Nakba, los palestinos fueron expulsados forzosamente de sus hogares, cientos de aldeas fueron despobladas, las casas fueron arrasadas y decenas de miles, incluidos niños y mujeres, fueron asesinados a sangre fría.
Esta “catástrofe” nunca se olvidará con el paso del tiempo, y es evidente por la creciente solidaridad con la causa palestina a nivel mundial y la paralela humillación del régimen de ocupación israelí.
La nación desplazada de Palestina se está volviendo cada día más fuerte y resistente con la ayuda de las fuerzas de la Resistencia y los jóvenes entusiastas e incansables que han robado la paz a los belicistas y colonos israelíes.
En estos días, como es claramente evidente, las capacidades de disuasión de Israel se han reducido y sus sistemas militares no logran contrarrestar el poder creciente de las fuerzas de la Resistencia palestina.
La era de la Intifada con palestinos arrojando piedras ha terminado y ahora el régimen israelí se enfrenta a los misiles, cohetes y drones de las fuerzas de Resistencia lanzados desde la asediada Franja de Gaza, el Golán sirio y el sur de El Líbano, haciendo añicos el mito de invencibilidad y prevención de ese régimen.
El aniversario de la Nakba de este año coincidió con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que ordenó una nueva ronda de agresión contra la población de Gaza, matando a niños y mujeres, entre otros.
El régimen creía que podría atraer el apoyo de Estados Unidos en medio de la menguante influencia de la Casa Blanca en la región. Por otro lado, los aliados de EE.UU., incluida Arabia Saudí, también están comprometidos en nuevas alineaciones en la región.
Todo ello fue un terrible error de cálculo y el resultado ocurrió como se esperaba. Israel, que ya enfrentaba una crisis existencial, terminó enfrentando otra vergonzosa derrota, iluminando las perspectivas de la aniquilación total del régimen ilegítimo de Tel Aviv.
Es más, por primera vez desde 1948, Naciones Unidas decidió conmemorar este lunes el aniversario de la Nakba en Nueva York en cumplimiento de un mandato de la Asamblea General de apoyar los derechos de los palestinos con 90 votos a favor, 30 votos en contra y 47 abstenciones.
El año pasado, el organismo mundial aprobó una resolución histórica a pesar de la contundente oposición del régimen de Israel y sus aliados occidentales para reconocer la Nakba.
“Esta es una ocasión para resaltar los nobles objetivos de la justicia y la paz, que requieren reconocer la realidad y la historia de la difícil situación del pueblo palestino y garantizar el cumplimiento de sus derechos inalienables”, dio a conocer la ONU.
Riad Mansur, representante permanente del Estado de Palestina ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dijo que el acto de conmemorar el Día de la Nakba por parte de las Naciones Unidas por primera vez es un éxito diplomático para Palestina.
Se llevaron a cabo una serie de mítines y manifestaciones en muchas ciudades del mundo, incluidas Nueva York, Londres, París, Islamabad, Saná y Teherán, y los manifestantes elogiaron a las fuerzas de Resistencia palestina, reafirmándolas su apoyo.
En Londres, el evento, titulado “Nakba 75 – poner fin al apartheid, poner fin a la ocupación”, atrajo a una gran multitud de activistas propalestinos que hicieron un llamado a la “Intifada, la única solución” para poner fin a la ocupación israelí.
En un comunicado, los yemeníes dijeron que el régimen sionista nunca podrá restaurar su poder de disuasión, como muestra de la solidaridad de una resistencia a otra resistencia.
Esta erosión del poder disuasorio del régimen de ocupación se produce cuando los intentos de los funcionarios israelíes por normalizar las relaciones con los estados árabes han llegado a un punto muerto, y al mismo tiempo el frente de la Resistencia al promover la unidad y la integridad ha provocado divisiones entre los aliados de línea dura del gabinete de extrema derecha de Benjamín Netanyahu.
Tras los nuevos ataques de represalia del frente de la Resistencia, el desacuerdo entre Netanyahu y su extremista ministro de seguridad, Itamar Ben-Gvir, ha crecido tan profundamente que sus respectivos partidos, Likud y Otzma Yehudit, han amenazado con romper la coalición.
Exactamente, 75 años después de la Nakba, el régimen de Israel se encuentra sumido en una división y un desacuerdo sin precedentes tanto por parte de la oposición como de los propios miembros del gabinete de la coalición.
Erosionó por completo la disuasión de Israel, asolado por los golpes recibidos del Eje de la Resistencia, así como las divisiones en el gabinete de extrema derecha del primer ministro Netanyahu. La potestad de la Resistencia, por otro lado, está avanzando con creces.
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