Lo que se viene con Libia (y con los EE. UU.)
Un investigador en asuntos económicos y geopolíticos se ocupa de lo que va a suceder después de la muerte de Muammar Qaddafi. Un gran país que está en bancarrota no deja de comportarse agresivamente, aun a costa del amplio descontento popular, de masas antes engañadas por la prensa corrupta y que ahora salen a las calles a reclamar contra el uno por ciento de la población que acapara la riqueza de los EE. UU. y ha llevado el país al caos económico y a una situación de enfrentamiento contra Rusia y China, a quienes es imposible que pueda vencer en la guerra que los políticos estadounidenses buscan provocar.
El fin de la historia: Ahora que el ejército alcahuete de la CIA ha asesinado a Qaddafi, ¿qué va a pasar con Libia?
Paul Craig Roberts, de Global Research (‘Investigación Mundial’)
Si tienen éxito los planes de Washington, Libia se convertirá en otro estado títere de los EE. UU. La mayor parte de las ciudades, pueblos e infraestructura ha sido destruida por los bombardeos aéreos de la aviación de los EE. UU. y la de su aviación títere de la OTAN. Para reconstruir Libia, las empresas de EE. UU. y Europa obtendrán ahora jugosos contratos, costeados por los contribuyentes de los EE. UU. Las nuevas propiedades inmobiliarias serán distribuidas cuidadosamente para aceitar a la nueva clase dirigente escogida por Washington. Esto pondrá a Libia firmemente en manos de Washington.
Con Libia conquistada, el AFRICOM1 empezará a actuar en los otros países africanos donde China tiene inversiones en minería y energía. Obama ya ha enviado tropas a África Central (Uganda) con el pretexto de derrotar al Ejército de la Resistencia del Señor, un pequeño grupo insurgente que lucha contra el dictador vitalicio del país. El relator republicano del Senado, John Boehner, aprobó la idea de otra Guerra más declarando que enviar tropas de los EE. UU. a África Central “favorece los intereses de la seguridad nacional y de la política exterior de los EE. UU.” El senador republicano James Inhofe añadió un toque de verborrea moral al hablar de “salvar a niños ugandeses”, una preocupación que el senador no tuvo por los niños de Libia, de Palestina, de Iraq, de Afganistán o de Pakistán.
Washington ha revivido el Gran Juego de Poder en el que compite con China. Mientras China trae a África inversiones y regalos de infraestructura, Washington envía tropas y bombas e instala bases militares. Tarde o temprano la agresividad de Washington hacia China y Rusia va a explotarnos en la cara.
¿De dónde va a salir el dinero para costear el Imperio Africano de Washington? No del petróleo libio. Grandes concesiones petrolíferas están ya destinadas a los franceses e ingleses por haber proporcionado cobertura a la más reciente y descarada guerra de agresión de Washington. No va a salir tampoco de los ingresos por impuestos de una economía estadounidense que se derrumba, en la que el desempleo, si se mide correctamente, es de 23 por ciento.
Con el déficit presupuestal anual de Washington tan grande como es, el dinero para esa aventura solamente puede salir de la imprenta.
Washington ya ha echado a andar las impresoras lo suficiente para subir el índice de precios al consumidor para todos los consumidores urbanos a 3,9% para el año (a fines de setiembre); el índice de precios al consumidor para asalariados y empleados urbanos, a 4,4% para el año; y el índice de precios del productor, a 6,9% por año.
Como ha mostrado el estadístico John Williams (shadowstats.com), las mediciones oficiales de la inflación están amañadas para mantener bajos los ajustes por costo de vida que se dan a los beneficiarios de la Seguridad Social, ahorrando así o reteniendo dinero para emplearlo en las guerras de Washington. Con una medición correcta, la actual tasa de inflación de los EE. UU. es de 11,5%.
¿Qué tasas de interés pueden obtener los ahorristas sin enfrentar enormes riesgos de los bonos de la deuda griega? Los bancos de los EE. UU. pagan menos de medio punto porcentual en depósitos asegurados de ahorros2. Los fondos de bonos de corto plazo del gobierno estadounidense en realidad pagan cero.
Así, según estadísticas oficiales del gobierno de los EE. UU., las ahorristas estadounidenses pierden anualmente entre 3,9% y 4.4%. Pero de acuerdo al estimado de John Williams de la verdadera tasa de inflación, los ahorristas de los EE. UU. están perdiendo 11,5% de sus ahorros acumulados.
Como los jubilados estadounidenses no perciben interés por sus ahorros, tienen que gastar su capital. La capacidad de los más prudentes retirados de sobrevivir a la tasa negativa de interés que reciben y la erosión por inflación que sufre cualquier pensión de jubilación llegará a su fin una vez que se agoten sus activos acumulados.
Haciendo excepción de los más favorecidos megarricos, que es el uno por ciento que ha capturado todos los ingresos por ganancias de los años recientes, el resto del país se va de frente al tacho de basura. Nada se ha hecho por la mayoría de estadounidenses desde que la crisis financiera se desató en 2007. Bush y Obama, republicanos y demócratas, se han concentrado en salvar al uno por ciento, mientras se han burlado del 99% mostrándole el dedo medio hacia arriba.
Finalmente, algunos estadounidenses, aunque no muchos, se han dado cuenta del engaño del patriotismo “¡rarrarrá!” que los ha llevado al basurero de la historia. Pero no se van a hundir sin presentar batalla, y por eso están en las calles. Se ha extendido el movimiento “Ocupar Wall Street” ¿Cuál será el destino de este movimiento?
¿La nieve y el clima frío del invierno pondrán fin a las protestas, o los encaminará hacia edificios públicos? ¿Cuánto tiempo tolerarán las autoridades, tan sumisas a Washington, la obvia señal de que la población ya no tiene ninguna confianza en el gobierno?
Si las protestas se prolongan más tiempo, si crecen y no declinan, las autoridades infiltrarán a los protestantes con provocadores que dispararán contra la policía. Esto será la excusa para matar a tiros a los manifestantes y arrestar a los sobrevivientes acusándolos de “terroristas” o “extremistas propios del país” y enviarlos a los campos de concentración de $835 millones construidos por contrato del gobierno de los EE. UU. con la compañía Halliburton de Dick Cheney3.
El Estado Policiaco de los EE. UU.4 habrá dado el siguiente paso para convertirse en el Estado de Campos de Concentración4 de los EE. UU.
Mientras tanto, perdidos en el olvido, los conservadores continuarán lamentando la ruina del país por el matrimonio homosexual, el aborto y los “medios de comunicación liberales”. Las organizaciones liberales comprometidas con las libertades civiles, como la ACLU5, continuarán luchando por igualar el derecho al aborto de la mujer con la defensa de la Constitución de los EE. UU. Amnistía Internacional ayudará a Washington en la satanización de otros países o gobiernos como fase previa a un ataque, al mismo tiempo que hacen la vista gorda ante los crímenes de guerra del presidente Obama.
Cuando meditamos en lo que ha obtenido Israel, estando como está bajo la protección comprada de Washington —crímenes de guerra, asesinatos de niños, desalojo de palestinos de sus tierras ancestrales con total desprecio de la ley internacional, el arrasamiento de sus casas son topadoras, la tala de árboles de olivo para dar cabida a fanáticos “colonos”, las homicidas invasiones de Líbano y Gaza, las grandes matanzas de civiles—, podemos llegar a la conclusión de que Washington, que apoya en todo a Israel, puede obtener mucho más.
En los pocos años iniciales del siglo XXI, Washington ha destruido la Constitución de los EE. UU., la separación de poderes, el derecho internacional, el deber del gobierno de rendir cuenta de sus actos, y ha sacrificado todo principio moral para alcanzar la hegemonía en el mundo. Se está intentando cumplir esta ambiciosa agenda mientras, al mismo tiempo, Washington ha retirado todo control de Wall Street, la casa de la codicia colosal, permitiendo que el horizonte de corto plazo de Wall Street destroce la economía de los EE. UU., destruyendo así la base económica del asalto de Washington contra el mundo.
¿Se hundirán los EE. UU. en el caos económico antes de que llegue a gobernar el mundo?
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1 Siglas de Africa Command, alianza militar que los EE. UU. está formando en África para oponerse a la presencia de inversiones de China, Rusia y Brasil.
2 En inglés ”FDIC insured savings deposits”, o sea ‘depósitos de ahorros asegurados por la Corporación Federal de Seguros de Depósitos’. La FDIC es una entidad estatal que asegura los ahorros hasta cierto monto.
3 Vicepresidente de los EE. UU. durante el gobierno de George Bush.
4 En el original inglés el autor escribe “The Amerikan Police State” y “the Amerikan Concentration Camp State”, con la letra k, para insinuar semejanza con la ortografía alemana y rusa, que escriben “Amerika”. Es decir, una alusión a los totalitarismos nazi y soviético.
5 Siglas de American Civil Liberties Union (‘Unión Estadounidense para las Libertades Civiles’).
GlobalResearch.ca
http://globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=27205#.TqIkuW3qWKY.email
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