Pensar correctamente, y cómo lograrlo
Capítulo de 'El islam aborda los asuntos contemporáneos', editorial La Fuente, p.3-12
Pensamiento - 28/04/2011 8:32 - Autor: Ali Ünal - Fuente: WebislamVota:- Resultado 40 votos | Más... Etiquetas: pensar correctamente, ali unal, relatividad, coran
El pensador turco Ali Ünal.Algunas verdades son absolutas, universales y no admiten excepciones; otras son generales e incluso relativas. Por ejemplo, la Existencia de Dios —con Su «Esencia», Atributos, Nombres y actos— son verdades absolutas y universales, como lo son los principios de la creencia (1). Las verdades generales, como aquellas que pueden ser examinadas por la física, la química y otras ciencias, contienen excepciones. Las verdades relativas, aquellas que muestran diferencias en color, tono y carácter, dependen del tiempo, los individuos o las condiciones, a diferencia de la seriedad, la disciplina, la amabilidad y la tolerancia. Las verdades relativas superan en número a las verdades absolutas y universales.
Si definimos el «conocimiento» como «un cúmulo de información obtenida como resultado del esfuerzo, los méritos y las aptitudes de alguien», entonces venimos a este mundo sin saber nada y encontramos un Universo infinito en el cual innumerables criaturas se reúnen e incontables acontecimientos se despliegan.
Todo lo que en el Universo está fuera de nuestra influencia ocupa su propio lugar, caracterizado por el reinado del orden, la armonía y el equilibrio. Los principios espirituales y científicos que sustentan estas tres características inmutables de este Universo inmenso y complejo, del cual el cuerpo humano constituye el microcosmos, son la suma de la verdad o de las verdades.
Cencias como la física, la química y la biología, —al margen de si son o no ciencias exactas—, examinan el Universo y las relaciones universales con sus metodologías específicas. Científicos, existencialistas y otros tipos de filósofos utilizan los datos científicos resultantes, mientras sociólogos y psicólogos se centran en las relaciones humanas. Por contra, el Islam y otras religiones monoteístas (en sus formas originales) contemplan el Universo y la humanidad como expresiones de una misma verdad que se manifiesta en todas las relaciones, principios vitales y detalles de la existencia. Por ello, libros divinos como el Corán son una expresión— y de hecho la contienen— de la verdad que origina el orden, la armonía y el equilibrio universal (la totalidad de la verdad).
A lo largo de la historia, los puntos de vista divergentes de aquellos filósofos, sociólogos y psicólogos que han determinado o han descubierto verdades, han generado numerosas escuelas de pensamiento. Por el contrario, todos los Profetas y las revelaciones divinas han enseñado lo mismo. De este modo, todos los principios que causan todos los acontecimientos y las relaciones en el Universo y que proveen el orden, la armonía y el equilibrio universales, así como el Corán, son la verdad en sí (2). Pensar y sacar conclusiones según estos principios puede ser calificado como «pensar correctamente».
Factores principales del pensar correcto
El carácter y la intención: Toda persona esta dotada de muchas capacidades y, al mismo tiempo, permanece envuelta en una red de complejas emociones y necesidades sin fin. Nuestra inteligencia nos rodea y carga con las heridas del pasado y las preocupaciones por el futuro; nuestra conciencia nos recuerda nuestra responsabilidad humana y el objetivo esencial de nuestra creación, y nuestra voluntad continuamente nos hace escoger entre alternativas. Del mismo modo que podemos situar estas facultades bajo el mando de la verdad, también podemos dejar que sean gobernadas por el deseo personal, la necesidad, el egoísmo y la ambición. Nuestras características heredadas también desempeñan un papel importante en nuestra forma de pensar. La suma de estas características es llamada la naturaleza o el carácter.
La gente dominada por el egoísmo, el deseo y la debilidad moral, no habiendo encontrado el camino recto, considera el pensar correcto como algo muy complejo. Esto es cierto en especial en aquellos individuos motivados por emociones inferiores como son los celos, la venganza, el odio o la hostilidad. Así que una de las condiciones más importantes para pensar correctamente es seguir la enseñanza y la guía espiritual y moral del Corán.
Los componentes de nuestro carácter (por ejemplo: el deseo, la inclinación, la sensibilidad y la necesidad) siempre influyen en nuestras intenciones. Cuando queremos alcanzar un objetivo personal en vez de la verdad, podemos deformar datos o torcer la verdad. A fin de esforzarnos por alcanzar la verdad y pensar correctamente, debemos tener una intención sana, basada en un carácter bien formado y disciplinado.
Venimos a este mundo con un carácter preparado —y debe estar preparado— para ser formado. Una vez aquí, nos encontramos con dos recursos principales para colmar nuestras mentes transparentes y vacías: la inspiración Divina y un ambiente compuesto por el núcleo familiar más cercano, el entorno sociocultural (incluso los medios de comunicación) y la enseñanza. Desde el nacimiento, nos situamos de forma natural bajo la influencia de nuestro entorno y núcleo familiar. Con el tiempo, estas influencias nos hacen desarrollar nuestras ideas, modos de pensar, modelo de valor y entendimiento. Nuestros profesores los cambian, los refuerzan o renuevan.
Muchos pensamientos divinamente inspirados, según nuestro propio esfuerzo y concentración, aparecen durante este proceso. Como muchos descubrimientos científicos, pueden aparecer en forma de sueños o corazonadas. Los pensamientos divinamente inspirados, aunque son siempre en esencia verdaderos, adoptan un color y una forma (como el agua adopta el color y la forma de un cuenco) según nuestro carácter mental, nivel espiritual y sensibilidad emocional. Así, el marco formado por la familia, el entorno, la educación formal o informal, así como los modos de percepción y el modelo de valor recibidos, pueden ser usados para valorar a una persona.
Este proceso educativo de desarrollo de nuestro carácter mental dura toda la vida. En cada etapa, pensamos y evaluamos de manera diferente. Vemos los cambios de pensamientos y valores como la consecuencia normal de una mentalidad en constante desarrollo. Aquellos que piensan que cada etapa es la final, y luego defienden sus pensamientos de esa etapa como absolutamente verdaderos, están profundamente equivocados. Presentar tales pensamientos como verdades absolutas, incluso cuando aún se está aprendiendo y la mente contiene muchos modelos y formas de pensar equivocadas, es perjudicial, pues impide aprender nuevas ideas, evitar errores anteriores, alcanzar la verdad y centrarse en la interrogación y la investigación futuras. Al final, tal actitud puede llevar a la desviación o convertir a la gente en déspotas «por el conocimiento».
El camino al pensar correcto pasa por adoptar patrones sólidos y laperspectiva sana que se deriva de ellos. Esto puede ser logrado cuestinándolo todo, excepto las verdades absolutas tomadas de su fuente, y purificándose mental y espiritualmente. La mente debe vaciarse de errores y prejuicios, y el corazón de pecado y emociones inferiores. Además, deben seguirse los signos de iluminación que conducen a la verdad y al pensar correcto. A menos que estas etapas sean realizadas y se adopte un modelo sólido y un punto de vista sano, nadie, con independencia de su conocimiento o sus acciones, puede alcanzar la verdad.
Conocimiento preciso: Después viene el conocimiento preciso. Para aquellos que tienen una intención y una perspectiva sanas, el conocimiento preciso es el material esencial que genera el pensar correcto, del mismo modo que una cantidad precisa de harina es el material esencial para hacer el pan. Sin ello no podemos pensar correctamente. Su única forma es la Revelación, pero esta posibilidad ha finalizado con la revelación del Corán (3). La inspiración Divina sólo puede manifestarse en un corazón muy puro. Incluso con la inspiración el rango es muy limitado, ya que la mayoría de aspectos de la vida requieren del conocimiento preciso.
Escapar de las restricciones del tiempo y de las circunstancias, y comprender lo temporal y lo circunstancial con precisión: Estos dos factores son críticos, pues ignorarlos nos hunde. Debemos pensar en temas o buscar verdades no restringidas por el tiempo y las circunstancias si queremos pensar de una manera holística, no fragmentada.
Incluso si nos damos cuenta de esto, debemos usar lo temporal y lo circunstancial a favor nuestro. Del mismo modo que el número de verdades eternas absolutas es pequeño, el número de las verdades relativas es grande. Por tanto, especialmente al buscar las verdades relativas, un paso muy importante hacia el pensar correcto es realizar una evaluación precisa de los tiempos, las circunstancias y la gente tratada.
En el caso del Islam, una religión que se dirige a cada siglo, nivel, carácter, temperamento y condición, debemos conocer completamente las diferentes épocas, niveles sociales, personajes y temperamentos para evitar cometer errores. En caso contrario, podría causarse una catástrofe en nombre del Islam, y nosotros podríamos estar entre aquellos mencionados en: «Di: “¿Queréis que os informemos sobre quiénes son los grandes perdedores respecto a sus obras? Aquellos cuyo esfuerzo ha sido en vano en este mundo (porque fue dirigido solamente a fines mundanos por lo que también será inútil en el Más Allá) mas ellos mismos consideraban que estaban haciendo el bien” Di: "¿Queréis que os informemos de quienes son los mayores perdedores en cuanto a sus obras?" [Son] aquellos cuyas obras se han extraviado en [su afán exclusivo por] esta vida y que, no obstante, piensan que están haciendo buenas obras.» (18:103-4).
La verdad y la relatividad
La teoría de la relatividad de Einstein (1905) (4) dio un duro golpe a la visión del mundo basada en las leyes de causas y efectos simples de la física de Galileo (5), dominante hasta el siglo diecinueve. La observación de Goethe (6) «aquellos que persiguen una idea van de un error a otro» fue explícitamente demostrada, obligando a los científicos a reconocer las limitaciones de sus teorías. Por ejemplo, la admisión de Masaryk (7) de que: «Las teorías, después de nutrir un rato los órganos del cuerpo de la ciencia, se marchitan y caen a tierra como las hojas», puso de manifiesto lo difícil que es mantener un éxito constante y permanente en ciencia.
Durante siglos, los científicos acusaron a la religión de ser un conjunto de dogmas y a la gente religiosa de ser dogmática. Sin embargo, cuando las limitaciones de la física clásica fueron puestas en evidencia, los científicos comprendieron que ellos eran culpables del mismo cargo. En otras palabras, como dice Russell (8):
La ley de Newton (9) reinó durante tanto tiempo y explicó tantas cosas que nadie creyó que en algún momento debería corregirse. Pero finalmente se hizo patente que la corrección era necesaria. Sin duda alguna, un día estas correcciones tendrán que ser corregidas.
La ciencia avanza, en el caso de que lo haga, por la prueba y el error. A pesar de esto, la teoría de la relatividad de Einstein, que sustituyó a la física clásica de Newton, es considerada en muchos círculos como la verdad absoluta y no se menciona que un día necesitará una revisión o incluso cederá el paso a una nueva teoría.
Parece que ir hasta el extremo persiguiendo una sola idea es un rasgo típicamente humano. Cada gran idea contiene una parte de verdad, pero no es el único medio o expresión de la verdad. Si pensamos en la verdad como una luz en el punto central de un círculo o como una línea recta, vemos que la luz es reflejada por los rayos a un número infinito de puntos sobre la circunferencia del círculo o a lo largo de la línea recta. Cada punto es tocado por un rayo de la verdad, y por lo tanto se puede decir que cada uno es verdadero. Sin embargo, sólo la luz de la verdad en el centro nunca cambia, ya que ésta es absoluta; el resto es relativo. Lo que da a la verdad relativa sus dimensiones específicas, propiedades y relevancia son la naturaleza, propiedades, el tiempo y circunstancias del punto receptor. Esto es cierto tanto para las ciencias naturales como para las sociales, y para ciencias islámicas como el tafsir (comentario coránico) y el fiqh (jurisprudencia).
Teniendo en cuenta esto, ¿existe una verdad absoluta permanente? Sí, tal verdad realmente existe, pero sólo en una dimensión espiritual. En realidad, desde cierto punto de vista, incluso aquellos principios relacionados con la dimensión espiritual admiten excepciones, ya que aparecen vinculados a la dimensión visible exterior y por tanto son sólo verdades relativas. Hablando de leyes absolutas y generales, incluso los científicos son incapaces de afirmar de modo absoluto sus propias leyes, como la causa y el efecto, y dicen: «Si el Universo está en la condición de T1 en este momento, no se puede concluir que dentro de un rato estará en la misma condición».
Como hemos dicho, la diferencia entre los principios absolutos y generales debe ser tenida en cuenta en las ciencias sociales e incluso en ciencias islámicas cmo son el tafsir y el fiqh. En el Reino de la Unidad, sin embargo, la verdad singular e indivisible abre la puerta a incontables verdades relativas en este mundo material y cuantitativo. Por ejemplo, el Corán menciona buenas obras como virtudes con valor inherente. Pero sabemos que algunas virtudes no pueden ser consideradas como tales en diferentes circunstancias y momentos. Por ejemplo, el talante serio de un administrador puede ser considerado solemne en el trabajo, pero arrogante en casa. El amor propio de una persona débil ante una persona fuerte es loable, pero es indeseable en una persona fuerte ante una persona débil.
Igualmente, algo erróneo para una persona puede ser meritorio para otra. Así decimos: «Las obras piadosas de la gente recta son a veces errores de aquellos que se hallan cerca de Dios». Además, un acto que tiene sólo un mérito para una persona puede tener un millón para otra. Mientras no haya conflicto con el significado literal de la palabra, su raíz esté estudiada, y las reglas gramaticales del árabe así como los principios básicos del Islam sean respetados, cualquier significado que cualquier intérprete cualificado deriva de los versículos coránicos abiertos a la interpretación debe ser respetado.
La manifestación histórica más obvia de la relatividad de un principio general se observa en la esfera de la justicia. La justicia absoluta considera del mismo modo los derechos personales y públicos. Pero hay ocasiones en las cuales se ve incapaz de protegerlos, y los derechos más fundamentales que afectan tanto al individuo como a la sociedad quedan en peligro. Durante los periodos en los cuales los derechos individuales deben ser sacrificados por el bien público, la justicia relativa se hace imprescindible. Históricamente, la institución de un sultanato hereditario en el mundo musulmán surgió de la necesidad de establecer la seguridad pública e individual, terminando con los conflictos internos y las guerras civiles. En otras palabras, fue una exigencia de la justicia relativa. A tal justicia, surgida por el imperativo de las circunstancias, se le da la misma autoridad que a la justicia absoluta.
Este mundo contiene tal variedad y abundancia de colores, formas, propiedades, tiempos y circunstancias que el relativismo resulta inevitable. No obstante, necesitamos algunas verdades casi absolutas para dirigir nuestras vidas. Por ejemplo, decir que la causalidad no tiene ningún efecto creativo en el Universo es absolutamente cierto, ya que todo está en manos de Dios. No podemos estar absolutamente seguros de qué sucederá a continuación, y nuestras vidas y la del mundo en realidad consisten en este presente.
Viviendo esta verdad conscientemente, creyendo en Dios y sometiendo nuestra voluntad a Él, debemos admitir que las causas operan de forma relativamente (no absolutamente) fiable en esta vida. Estas causas, cubriendo la realidad absoluta como un envoltorio o un velo, le permiten asumir un aspecto de familiaridad o cotidianeidad y así hacer la vida habitable. Al final, toda la tecnología y la ciencia son construidas sobre este velo. En esta amplia región de la acción y la observación humanas, la física clásica de Newton tiene precedencia sobre la física de relatividad de Einstein.
La relatividad nos recuerda nuestra vulnerabilidad. Aquellos que ascienden por la escalera del Conocimiento Divino se dan cuenta de que el nivel más alto que pueden alcanzar mediante su corazón es el asombro. Tal y como dijo el profeta Muhammad (10): «No Te conocimos como deberíamos, ¡Oh Conocido!», y «¿Cómo podría verlo? Lo que vi era luz».
Igualmente, los científicos solucionan un problema sólo para descubrir otros, un proceso que al final causa el derrumbe de su confianza en los fundamentos seculares de la ciencia. Únicamente cuando «encuentran» la verdad, ven como todo escapa del alcance de sus manos. El hecho de la relatividad los hace exclamar: «Sólo sé que no sé nada», y luego les conduce, como las mariposas nocturnas que revolotean alrededor de la luz, a batir sus alas para siempre alrededor de la luz del Conocimiento Divino.
La relatividad muestra que la verdad absoluta sólo se encuentra en la Revelación —y sólo puede ser conocida directamente por la misma. Por lo tanto, tenemos una clara y absoluta necesidad de religión y principios religiosos definitivos. Del mismo modo que dos personas no pueden estar de acuerdo ni en un simple asunto, la verdad absoluta tan sólo puede provenir de Dios. Nuestro deber es organizar nuestra vida según la verdad dada por Dios. Comprender que sólo podemos alcanzar una verdad parcial también significa que reconocemos el espacio separando la multiplicidad de la unicidad. Señalando y añorando la unicidad más allá de la multiplicidad, esta comprensión funciona como una prueba importante de la Unidad Divina.
La relatividad es un criterio importante para vivir pacíficamente en sociedad, debido a las diferentes profesiones, temperamentos, escuelas y sectas que han surgido en la filosofía, los métodos de enseñanza y las religiones. Todos los temperamentos, las sectas, las escuelas y los métodos tienen una parte de la verdad, y ninguno es absolutamente incorrecto o falso. La importante es unirse en torno a un punto común. Cuando contemplamos las catástrofes pasadas desde la perspectiva del Decreto Divino, y al contemplar las futuras responsabilidades y los Madatos Divinos desde la perspectiva del libre albedrío y la responsabilidad humana, es posible reconciliar hasta a los defensores del determinismo y del libre albedrío.
Lo esencial es vivir creyendo que la verdad absoluta, al contactar con este mundo y hacerse relevante para nosotros, es relativa y por lo tanto condicionada por las características, circunstancias y condiciones de quienes la reciben. A partir de la analogía establecida anteriormente, incontables verdades relativas reflejan la verdad absoluta —localizada en el punto central del círculo o la línea recta— en otros innumerables puntos, según las propiedades, el color y el diseño de cada uno. Mientras la gente reconozca y admita su propia distancia con respecto a la verdad absoluta y no exceda sus límites, no surgirán conflictos insuperables. Pero cuando la gente pierde este sentido de la medida y su capacidad para conocer y proponer la verdad, cuando toman lo relativo en lugar de lo absoluto, incurren en el error, con resultados catastróficos.
El Islam Aborda los Asuntos Contemporáneos
Autor : Ali Ünal
Editorial La Fuente
ISBN : 978-975-278-364-5
Número de páginas : 190
Notas
(1) Dios tiene tres tipos de Atributos: Atributos Esenciales (por ejemplo: la Existencia, ser Eterno sin principio, la Permanencia Eterna, ser diferente a lo creado, la auto-subsistencia y la Unidad Absoluta); Atributos Positivos (por ejemplo: la Vida, el Conocimiento, el Poder, el Discurso, la Voluntad, Oír, Ver y Crear; e innumerables Atributos Negativos, que son resumidos en la frase «Dios está totalmente libre de cualquier defecto». Los Atributos son las fuentes de los Nombres: La vida da lugar a El que siempre vive, el conocimiento al Omnisciente, el Poder al Omnipotente. Conocemos aproximadamente 1000 Nombres de Dios. Los Nombres son las fuentes de los actos: dar la vida tiene su fuente en El siempre vivo, y saber todo hasta las cosas más pequeñas se origina en el Omnisciente. Dios es conocido por Sus Actos, Nombres y Atributos. Cualquier cosa que existe en los mundos materiales e inmateriales del Universo es el resultado de las manifestaciones de Sus Nombres y Atributos. Por ejemplo, la provisión universal e individual indica Su Nombre el Sustentador, el Curador/Sanador es la fuente de la medicina y la recuperación del paciente/enfermo, la verdadera filosofía tiene su fuente/origen en la Sabiduría, etcétera. Los Actos, Nombres y Atributos son «vínculos» entre Dios y lo creado, o los «reflectores» por los que la gente puede adquirir conocimiento de Dios. Los fundamentos de la fe consisten en la Existencia y la Unidad de Dios, la Resurrección y la vida después de la muerte, la Profecía y todos los Profetas, el Libro Divino, los ángeles, el Destino divino (incluido el libre albedrío humano) y otras cosas como la Justicia Divina con sus dimensiones de la unidad, la reunión, el destino, el perdón, la munificencia y la misericordia.
(2) Siendo la última e inalterada Revelación Divina enviada a la humanidad, el Corán es válido para siempre para toda gente y lugar.
(3) El Islam enseña que ningún profeta o mensajero vendrá después del profeta Muhammad, y que el Islam es la religión final y perfecta para siempre y toda la gente.
(4) Albert Einstein (1879-1955): Físico alemán-estadounidense que desarrolló las teorías especiales y generales de la relatividad. Ganó el Premio Nobel de Física en 1921 por su explicación del efecto fotoeléctrico.
(5) Galileo (1564-1642): Filósofo natural italiano, astrónomo y matemático. Hizo contribuciones fundamentales a las ciencias del movimiento, la astronomía y la fuerza de los materiales, y al desarrollo del método científico.
(6) Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832): Poeta alemán, novelista, dramaturgo y filósofo natural, el gran personaje del período Romántico Alemán y de literatura alemana en general.
(7) Tomásh Garrigue Masaryk (1850-1937): Fundador y primer presidente (1918-35) de la República Checa, además de filósofo.
(8) Bertrand Russell (1872-1970): Lógico y filósofo inglés, muy conocido por su trabajo en lógica matemática y sus campañas sociales y políticas, como su defensa del pacifismo y el desarme nuclear. Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1950.
(9) Sir Isaac Newton (1643-1727): Físico y matemático inglés, figura culminante de la revolución científica del siglo XVII. En mecánica, sus tres leyes de movimiento, los principios básicos de la física moderna, condujeron a la formulación de la ley de la gravitación universal.
(10) En cualquier publicación que aborda la persona del profeta Muhammad, su nombre o título es seguido por la frase «la paz y las bendiciones sean con él», como muestra de respeto y como requisito religioso. Una frase similar se usa para sus Compañeros y otros musulmanes ilustres: «que Dios esté complacido con él (o con ella)». Sin embargo, como esta práctica puede resultar repetitiva a lectores no musulmanes, estas frases no aparecen en el libro, con la condición de que se den por supuestas y sobreentendiendo que ninguna falta de respeto es intencionada.
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