Los crímenes de Gaddafi
No quería escribir sobre el asesinato del héroe libio Muammar Gadafi, porque ya muchas personas han dicho en diferentes tonos y de diferentes maneras lo que yo hubiera podido decir, y mucho más claro de lo que yo hubiera podido hacerlo. Pero cuando se sigue vertiendo estiércol sobre este revolucionario, asesinado por mercenarios que hasta hablaban español con acento latinoamericano, luego de encontrarlo atontado por el bombardeo de la OTAN, es imposible quedarme callada.
GADAFI, BIN LADEN, SADDAM HUSSEÍN ¿EN EL MISMO SACO?
Un intelectual que siempre admiré, Atilio Borón, es una muestra clara y evidente de que no basta ser inteligente e instruido para convertirse en víctima del bombardeo mediático que introduce falsedades en el inconsciente colectivo, saliendo por boca de personas progresistas la repetición de la sarta de insultantes cuentos que el imperio regó por todo el mundo como requisito previo para el asesinato del líder socialista y el saqueo a los tesoros del territorio libio, cuando éste les había dicho que sí a todo, con tal de que dejaran a su pueblo en paz. Ya no podían decir que se negaba a luchar contra el terrorismo, había pagado el peaje que creyó necesario a los buitres imperiales, les había dado la mano, aún cuando siempre se mantuvo firme con sus principios, como cuando se colgó la fotografía de otro líder asesinado por el imperio italiano cuando se iba a reunir con los mandamás de ese país europeo.
Olvida Atilio Borón que al imperio no hay que creerle “ni tantito así”, y mete en el mismo saco a colaboradores imperiales como Saddam Husseín (que se les echó para atrás, se puso de parte de su pueblo y le costó la vida), o como Bin Laden, tal vez vivo en cualquier país del mundo, dándose la gran vida con otra cara, otra identidad, pero forrado en dinero, que amasó en complicidad con los grandes delincuentes que dominan el mundo. Repite don Atilio cosas como que le habría dado muchachas libias a Berlusconi, y no sé cómo puede comprobar eso un intelectual de tan altos vuelos, cuando Libia fue el país árabe donde las mujeres tuvieron, durante el “rrrrégimen” de Gaddafi, las mejores condiciones de vida, la mayor dignidad, donde podían ser militares, participar en actividades que en otros países no pueden ni soñar en estos momentos.
DECIDO NO CREER ESO, PORQUE FUE DIFUNDIDO POR LOS MEDIOS DEL IMPERIALISMO, COMO PARTE DE LA ESTRATEGIA DIRIGIDA A AISLAR AL CORONEL GADDAFI PARA PODER TENER UNA EXCUSA PARA ASESINARLO.
“El imperialismo necesitaba a Gadafi muerto, lo mismo que Bin Laden. Vivos eran un peligro inmediato, porque sus declaraciones en sede judicial ya no serían tan fácil de ocultar ante la opinión pública mundial como lo fue en el caso de Sadam Hussein. Si Gadafi hablaba podría haber hecho espectaculares revelaciones, confirmando numerosas sospechas y abonando muchas intuiciones que podrían haber sido documentadas contundentemente por el líder libio, aportando nombres de testaferros imperiales, datos de contratos, comisiones y coimas pagadas a gestores, cuentas en los cuales se depositaron los fondos y muchas cosas más. Podríamos haber sabido que fue lo que Estados Unidos le ofreció a cambio de su suicida colaboración en la “lucha contra el terrorismo”, que permitió que en Libia se torturara a los sospechosos que Washington no podía atormentar en Estados Unidos. Habríamos también sabido cuánto dinero aportó para la campaña presidencial de Sarkozy y qué obtuvo a cambio; cuáles fueron los términos del arreglo con Tony Blair y la razón por la cual hizo donativos tan generosos a la London School of Economics; cómo se organizó la trata de personas para enviar jovencitas al decrépito fauno italiano, Silvio Berlusconi , y tantas cosas más. Por eso era necesario callarlo, a como diera lugar.”
¿POR QUÉ GADAFI LES DIO PLATA A LOS EUROPEOS Y CEDIÓ EN TANTAS COSAS?
¿Qué le ofrecieron a Gaddafi para que les aflojara los reales? Lo mismo que le ofrecen los delincuentes a quien tienen contra la pared, manos arriba y apuntado con armas. Eso pasó con Gaddafi, cuando estaba solo frente al imperio. Como decía Sun Zu, cuando el enemigo es más poderoso, el general se repliega y recupera fuerzas. Nunca existió un Gadafi que “ se arroja a los brazos de los imperialistas”, sino un líder que no se enfrentó directamente a sus enemigos porque preveía una sangrienta derrota, cuando el proceso revolucionario mundial estaba a la defensiva estratégica después de la derrota de la URSS.
Sin embargo, cuando la correlación de fuerzas cambió, después de iniciarse con fuerza el proceso revolucionario en Venezuela y otros países latinoamericanos y del mundo, el Coronel viene a Venezuela, se reúne con gobiernos progresistas y decide retomar un rumbo al que nunca renunció. Y ahí lo estaban esperando en la bajadita los chulos que le sacaron dinero.
DEMOSTRÓ QUE OTRO MUNDO ES POSIBLE
Lo que no dicen los cerebro lavado es que el mayor delito del coronel Muammar Gadafi, además de su inquebrantable voluntad de luchar hasta la muerte por la libertad y el bienestar de su pueblo, fue demostrar que otro mundo es posible. Que el pueblo puede beneficiarse de sus recursos naturales, que la mujer es capaz, igual que el hombre, de realizar muchas actividades, que el desierto puede ser irrigado, que puede nacer un río de sus arenas, para convertir en prosperidad la vida seca y frugal de la gente del desierto. Y eso no se lo podían perdonar los que se lucran de la miseria, de la guerra, de la muerte.
EL CHE, LUMUMBA, ALLENDE....
Pero existe otro grupo del cual es digno miembro el coronel Muammar Gadafi: Su lugar es aquél donde están el Che Guevara, el líder africano Patricio Lumumba, Gamal Abdel Nasser, Salvador Allende y tantos otros... El de los grandes revolucionarios que dedicaron su ingenio, su voluntad, su corazón y todo cuanto fueron, al progreso de sus pueblos, a la liberación, a la búsqueda de la prosperidad para todos. Y lo demostraron con hechos, siendo obligados a regar con su sangre el poderoso árbol de la revolución mundial, más indispensable que nunca hoy, cuando el capitalismo global ha logrado coronar el sueño de Hitler: Dominar todo el planeta, hacer lo que les da la gana asesinando, creando guerras para comerciar con armas, convirtiendo la tierra en desierto, la mentira en verdad, buscando sepultar para siempre la esperanza.
Esa que renace cada día, con cada persona que en pensamiento, en palabras y en hechos, se enfrenta a la maldad imperial en busca de hacer posible ese otro mundo que buscamos.
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