Günter Grass, Noam Chomsky y los problemas para entrar en Israel
Israel declara 'persona non grata' al escritor alemán Günter Grass tras la publicación de un poema en el que acusa al estado hebreo de querer bombardear las centrales nucleares iraníes
Günter Grass, persona 'non grata' en Israel.
Israel ha anunciado una prohibición de entrar en su territorio para Günter Grass, tras la polémica provocada por la publicación de un poema en el que el escritor alemán acusaba al estado hebreo y a su arsenal atómico de amenazar la paz mundial.
Grass denunciaba en el poema, publicado en un diario alemán, que Israel estudiaba atacar las centrales nucleares iraníes para «la erradicación del pueblo iraní porque se sospecha que sus dirigentes construyen una bomba atómica».
Israel ha justificado su decisión, a través de su ministro del Interior, Eli Yishai, asegurando que "los poemas de Grass alientan las llamas del odio contra Israel y el pueblo de Israel y son un intento de fomentar la idea de la que formó parte públicamente cuando vistió el uniforme de las SS".
Grass no ha sido el único en encontrarse con estos problemas con Israel. El escritor y filósofo estadounidense Noam Chomsky lleva dos años (desde mayo de 2010) sin poder viajar al estado hebreo. A él se le prohibió la entrada a los territorios ocupados desde Jordania cuando acudía a pronunciar una conferencia en la universidad palestina de Bir Zeit. Tras comunicársele que no se le permitiría el acceso, decidió no presentarse en la frontera. Finalmente, pronunció su discurso a través de videoconferencia desde Amman, la capital jordana. Por su parte, las autoridades israelíes aseguraron que había sido un problema burocrático y que no había ninguna intención de impedir la entrada de Chomsky.
Otro caso similar fue el de Richard Falk. Al informante especial del Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre la situacion de los derechos humanos de los palestinos en Cisjordania y Gaza le fue prohibida la entrada a Israel en 2008. Falk, judío, llegó al aeropuerto de Ben Gurion (Tel Aviv). Las autoridades israelíes impidieron su entrada y declararon que no era una persona "bienvenida" y que había provocada la situación voluntariamente "porque se le había informado de la situación, a través de correo electrónico, el sábado" anterior al viaje.
Menos conocido, pero más cercano, fue el caso del dirigente de la comunidad palestina de Chile, Mauricio Abu-Ghosh. El pasado 31 de marzo se le prohibió la entrada al país, en la frontera entre Cisjordania y Jordania, por "razones de seguridad". La decisión fue criticada por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) porque lo consideró "insulto tanto al pueblo palestino como al chileno", y acusa a Israel de "miopía política" por "no permitir la entrada de un dirigente que ha defendido siempre la solución de dos estados".
Muchos otros políticos, periodistas, voluntarios y artistas han sufrido este tipo de problemas en la frontera israelí (o con sus autoridades) a la hora de solicitar la entrada. Y, aunque a muchos no les convencen los argumentos, la decisión de impedir la entrada a alguien es perfectamente legal para un estado soberano como el hebreo.
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