La usura en la Biblia y el Corán
El pago de los intereses usureros
ha provocado el mayor holocausto del siglo XX
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Usura
El pago de los intereses usureros ha provocado el
mayor holocausto del siglo XX, con la gravedad de que no parece inminente el
fin de ese sistema que han creado los financieros internacionales, con el
lamentable consentimiento de aquellos religiosos que han dado la espalda a
Al-lâh, a los profetas y a los desposeídos. Pocos portavoces tienen en nuestras
sociedades “democráticas” la mayoría de los habitantes del planeta, a
pesar de que las decisiones de gobierno que se toman en ellas afectan a su
economía. Las fronteras políticas son la tapadera del liberalismo, que explota
el Tercer Mundo (que abarca 3/4 partes del planeta) sin ofrecer ninguna de las
compensaciones sociales arduamente conquistadas en el “primer mundo”.
Por si fuera poco, después de desposeerlos de
todo mediante la colonización y el liberalismo, los occidentales no somos ni
siquiera capaces de reconocer sus derechos más elementales cuando llegan a
nuestras tierras, buscando un poco de todo aquello que les hemos robado
impunemente. Preferimos tratarlos a patadas, encerrarlos en campos de
concentración para proteger el fruto de la usura. Exigir el pago de la deuda
externa a unos estados que explotan a una población que no ha recibido nada de
esos préstamos es seguir cometiendo un genocidio, condenar a la mayoría
abrumadora de los habitantes del planeta a la pobreza, al hambre, a la
esclavitud, a la miseria...
Todas las tradiciones han mantenido la
prohibición de la usura como algo ineludible, hasta que ha llegado la
modernidad, que se ampara en la idea de la libertad para justificar la
explotación indiscriminada de personas y recursos.
La Biblia
"Si le presas dinero a un
miembro de mi pueblo, al pobre que vive a tu lado no te comportarás con él como
un usurero, no le exigirás interés.
"Si tomas en prenda el manto
de tu prójimo, devuélveselo antes de que se ponga el sol, porque ése es su
único abrigo y el vestido de su cuerpo. De lo contrario, ¿con qué dormirá? Y si
él me invoca, yo lo escucharé, porque soy compasivo".
Éxodo 22:24-26
"No obligues a tu hermano a
pagar interés, ya se trate de un préstamo de dinero, de víveres, o de cualquier
otra cosa que pueda producir interés”.
Deuteronomio, 23:29
"Si tu hermano se queda en la
miseria y no tiene con qué pagarte, tú lo sostendrás como si fuese un extranjero
o un huésped, y él vivirá junto a ti. No le exijas ninguna clase de interés:
teme a tu Dios y déjalo vivir junto a ti como un hermano. No le prestes dinero
a interés, ni les des comida para sacar provecho”.
Levítico 25:35-38
Sagrado Corán
"Lo que prestáis con usura
para que os produzca a costa de la hacienda ajena no os produce ante Al-lâh. En
cambio, lo que dais en caridad por deseo de agradar a Al-lâh... Esos son los
que recibirán el doble”.
(30:39)
"Prohibimos a los judíos cosas
buenas que antes les habían sido lícitas, por haber sido impíos y por haber
desviado a tantos del camino de Al-lâh, por usurear, a pesar de habérseles
prohibido, y por haber devorado la hacienda ajena injustamente. A los infieles
de entre ellos les hemos preparado un castigo doloroso”.
(4:160-161)
"Quienes usurean no se
levantarán (en el Día del Juicio) sino como se levanta aquél a quien el demonio
ha derribado con sólo tocarle, y eso por decir que el comercio es como la
usura, siendo así que Al-lâh ha autorizado el comercio y prohibido la usura.
Quien, exhortado por su Señor, renuncie (a la usura), conservará lo que haya
ganado. Su caso está en manos de Al-lâh. Los reincidentes, ésos serán los
condenados al fuego y en él permanecerán para siempre.
Al-lâh hace que se malogre la
usura, pero hace fructificar la limosna. Al-lâh no ama a nadie que sea infiel
pertinaz, pecador.
¡Creyentes! ¡Temed a Al-lâh! ¡Y
renunciad a los provechos pendientes de la usura, si es que sois creyentes!
Si no lo hacéis así, podéis esperar
la guerra de Al-lâh y Su Enviado. Pero, si os arrepentís, tendréis vuestro
capital, no siendo injustos ni siendo tratados injustamente.
Si está en apuros (el deudor),
concededle un respiro hasta que se alivie su situación. Y aún será mejor que le
condonarais la deuda. Si supierais...
Temed un día en que seréis
devueltos a Al-lâh. Entonces, cada uno recibirá su merecido. Y no serán
tratados injustamente".
(2:275; 276; 278; 279; 280)
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