Tepito: Entre el estigma y el carisma
En la historia de la Ciudad de México, Tepito ha sido de todo.
“Pocos barrios acumulan la experiencia de sobrevivencia urbana que tiene Tepito”, ésta es la tesis que lanza y defiende el Centro de Estudios Tepiteños.
Y es que, aseguran, Tepito ha sido de todo, lo mismo un “modesto barrio indígena, que miserable enclave colonial, arrabal de la Ciudad de los Palacios, abrevadero cultural de los chilangos, ropero de los pobres, tianguis y tendajón de sobrinas, luna y lupanar metropolitano, semillero de campeones, atracadero urbano, refaccionaria automotriz de gabachas y europeas usadas, tendedero existencial de propios y extraños, y reciclador de consciencias e inconsciencias”.
Así presenta Alfonso Hernández a su barrio.
El autollamado “hojalatero social”, se ha puesto una misión que comparte con un grupo de tepiteños: “Reivindicar al barrio bravo”.
Por eso, desde hace varios años hay una lucha del estigma versus carisma, aunque casi siempre se impone el primero.
Así lo cuenta Alfonso Hernández, el cronista de Tepito y quien ha dedicado parte de su vida a desarrollar proyectos que pretenden que el carisma de los tepiteños supere la mala imagen que, aún ahora, tienen en el resto de la ciudad, del país e incluso del mundo.
Con entusiasmo, Hernández, quien también se nombra hojalatero social, cuenta los proyectos que se han desarrollado desde el Centro de estudios Tepiteños y que han llevado a varios de sus integrantes a viajar, lo mismo a países europeos que asiáticos y a montar obras de teatro, exposiciones e incluso organizar visitas guiadas por calles que para algunos pudieran parecer impenetrables.
Así, Tepito trata de reponerse de los embates de los operativos policíacos que desde hace décadas han instrumentado distintas autoridades, todos con la intención de acabar con mercancías que, dice, el “único defecto que tienen, es ser robadas o ilegales”.
Lo bravo del barrio, es su gente.
Cuando en México la violencia estaba focalizada y una sola ejecución levantaba la alarma, Tepito atrajo los reflectores.
Nombres célebres entre la delincuencia contribuyeron a darle el estigma que pesa sobre el bautizado barrio bravo.
Fidel Camarillo Salas y su hermano Mario Camarillo Salas, el Papirín y El loco”, respectivamente; Jorge Ortiz Reyes, “El tanque”; Gilberto Gutiérrez Pérez, “Beto pelotas”; Hugo Alberto Rojas Pérez, “Hugo bocinas”, todos ellos en prisión, son algunos de los que han forjado la historia reciente de delincuencia.
En su momento fueron considerados los líderes del cártel de Tepito, responsables de diversas ejecuciones, fueron vinculados con la distribución de droga y diversos delitos, y aunque ya se encuentran en prisión, en algunos casos como el de “Hugo Bocinas”, con sentencias de hasta 219 años, han colaborado a crear la historia negra de Tepito.
Otros tantos hechos delictivos, sobre todo homicidios, ocurren en la colonia Morelos, vecina a Tepito, pero para cuestiones periodísticas es más rentable decir que ocurren en el barrio bravo.
Además, si le sumamos las expropiaciones de vecindades, los múltiples operativos contra la piratería de discos, películas y ropa que se realizan en el barrio bravo, podríamos considerarlo una zona inescrutable e imposible para habitar; sin embargo, y a pesar de eso, Tepito vive, siente y se desarrolla.
Ejemplos de personas que han tratado por todos los medios y han nadado contra corriente para tratar de cambiar el estigma del barrio son innumerables, algunos en planes grupales como Tepito Arte Acá, que como lo menciona su página de internet, es un proyecto gestado hace tres décadas.
“Hace 30 años un grupo de creativos inició el movimiento Tepito Arte Acá. Armando Ramírez en la literatura y Virgilio Carrillo haciendo teatro
“Los ensayos se realizaron en espacios del barrio y las primeras funciones se dieron en vecindades. Virgilio Carrillo inició esta aventura de contar las historias populares con un santo y seña, dirigidas a todo público. Saltamos de la vecindad a los teatros, de las funciones vendidas a las temporadas comerciales de gran éxito”.
Luego nació Obstinado Tepito.
El objetivo fue, mediante expresiones de arte contemporáneo, darle una intervención a algunos de los problemas del barrio.
Por ejemplo, cuando se dio la expropiación de la fortaleza, se decidió presentar un proyecto que demostrara la verdadera fortaleza del barrio que son sus mujeres, se hizo un monumento en la unidad habitacional que se conoce como la verdadera fortaleza.
Así se creó “las 7 cabronas e invisibles de Tepito”, son historias de vida de mujeres que se han rifado viviendo y trabajando en este barrio, con momentos de amor y desamor, cuenta el cronista.
Hoy, los visitantes del barrio buscan el monumento para fotografiarse y sumarse a la lista de las 7 cabronas.
Otros más como el Centro de Estudios Tepiteños, y proyectos personales que además de reivindicar al barrio bravo, lo que buscan es la subsistencia en un tianguis global que los alcanzó antes de tiempo y en el que cientos de comerciantes se han visto involucrados para saciar la vorágine consumista de todo tipo de productos.
El tianguis global
Televisores de pantalla plana, reproductores de DVD, video cámaras, teléfonos celulares, de todo se puede comprar en Tepito cualquier día de la semana, a excepción de los martes que no hay plaza.
“La economía de mercado hace que los gobiernos nada más fijen aduanas y aranceles pero esto ya no lo para nadie. Tepito forma parte del tianguis global y tiene el conecte con toda la “impirateria”, el imperio de la piratería”.
Nosotros defendemos la economía informal frente a la economía criminal, el umbral es muy corto, dice.
La piratería andante en los vagones del metro hasta la piratería del mercado de Tepito, todo forma parte de este nuevo modelo donde la gente deja de ser pueblo para convertirse en mercado.
Ahora los oficios de Tepito son otros.
Mientras las universidades son fábricas de desempleados, no hay “chamba para los chavos, y lo único que hay es el trabajo ilegal o tipificado y el Seguro Social se han encargado de madrear a los talleres familiares porque así es el sistema” y la actividad barrial, añade Alfonso Hernández, tiende a desaparecer.
Tepito, sin embargo, sigue siendo el ropero de los pobres, tendedero existencial de propios y extraños y por supuesto, centro de las nostalgias de quien esconde en el pasado la primera compra de unos tenis de marca, de unos pantalones robados, de películas, de todo tipo de artículos legales o ilegales, lo mismo da.
Tepito es todo… los tepiteños son todo y de todo, los chingones y los chingados…”el tepiteño sabe que, por eso, siempre debe traer en chinga a su ángel de la guarda”.
Artículos que se pueden adquirir en el Barrio Bravo
Películas DVD/VCD/BVlu-ray
Juegos de video/consolas
CD de música
Ropa de marca y accesorios
Dispositivos electrónicos
Juguetes
Programas y computadoras
Joyería y perfumería
Fármacos y alcohol adulterado
Pornografía y juguetes eróticos
“Pocos barrios acumulan la experiencia de sobrevivencia urbana que tiene Tepito”, ésta es la tesis que lanza y defiende el Centro de Estudios Tepiteños.
Y es que, aseguran, Tepito ha sido de todo, lo mismo un “modesto barrio indígena, que miserable enclave colonial, arrabal de la Ciudad de los Palacios, abrevadero cultural de los chilangos, ropero de los pobres, tianguis y tendajón de sobrinas, luna y lupanar metropolitano, semillero de campeones, atracadero urbano, refaccionaria automotriz de gabachas y europeas usadas, tendedero existencial de propios y extraños, y reciclador de consciencias e inconsciencias”.
Así presenta Alfonso Hernández a su barrio.
El autollamado “hojalatero social”, se ha puesto una misión que comparte con un grupo de tepiteños: “Reivindicar al barrio bravo”.
Por eso, desde hace varios años hay una lucha del estigma versus carisma, aunque casi siempre se impone el primero.
Así lo cuenta Alfonso Hernández, el cronista de Tepito y quien ha dedicado parte de su vida a desarrollar proyectos que pretenden que el carisma de los tepiteños supere la mala imagen que, aún ahora, tienen en el resto de la ciudad, del país e incluso del mundo.
Con entusiasmo, Hernández, quien también se nombra hojalatero social, cuenta los proyectos que se han desarrollado desde el Centro de estudios Tepiteños y que han llevado a varios de sus integrantes a viajar, lo mismo a países europeos que asiáticos y a montar obras de teatro, exposiciones e incluso organizar visitas guiadas por calles que para algunos pudieran parecer impenetrables.
Así, Tepito trata de reponerse de los embates de los operativos policíacos que desde hace décadas han instrumentado distintas autoridades, todos con la intención de acabar con mercancías que, dice, el “único defecto que tienen, es ser robadas o ilegales”.
Lo bravo del barrio, es su gente.
Cuando en México la violencia estaba focalizada y una sola ejecución levantaba la alarma, Tepito atrajo los reflectores.
Nombres célebres entre la delincuencia contribuyeron a darle el estigma que pesa sobre el bautizado barrio bravo.
Fidel Camarillo Salas y su hermano Mario Camarillo Salas, el Papirín y El loco”, respectivamente; Jorge Ortiz Reyes, “El tanque”; Gilberto Gutiérrez Pérez, “Beto pelotas”; Hugo Alberto Rojas Pérez, “Hugo bocinas”, todos ellos en prisión, son algunos de los que han forjado la historia reciente de delincuencia.
En su momento fueron considerados los líderes del cártel de Tepito, responsables de diversas ejecuciones, fueron vinculados con la distribución de droga y diversos delitos, y aunque ya se encuentran en prisión, en algunos casos como el de “Hugo Bocinas”, con sentencias de hasta 219 años, han colaborado a crear la historia negra de Tepito.
Otros tantos hechos delictivos, sobre todo homicidios, ocurren en la colonia Morelos, vecina a Tepito, pero para cuestiones periodísticas es más rentable decir que ocurren en el barrio bravo.
Además, si le sumamos las expropiaciones de vecindades, los múltiples operativos contra la piratería de discos, películas y ropa que se realizan en el barrio bravo, podríamos considerarlo una zona inescrutable e imposible para habitar; sin embargo, y a pesar de eso, Tepito vive, siente y se desarrolla.
Ejemplos de personas que han tratado por todos los medios y han nadado contra corriente para tratar de cambiar el estigma del barrio son innumerables, algunos en planes grupales como Tepito Arte Acá, que como lo menciona su página de internet, es un proyecto gestado hace tres décadas.
“Hace 30 años un grupo de creativos inició el movimiento Tepito Arte Acá. Armando Ramírez en la literatura y Virgilio Carrillo haciendo teatro
“Los ensayos se realizaron en espacios del barrio y las primeras funciones se dieron en vecindades. Virgilio Carrillo inició esta aventura de contar las historias populares con un santo y seña, dirigidas a todo público. Saltamos de la vecindad a los teatros, de las funciones vendidas a las temporadas comerciales de gran éxito”.
Luego nació Obstinado Tepito.
El objetivo fue, mediante expresiones de arte contemporáneo, darle una intervención a algunos de los problemas del barrio.
Por ejemplo, cuando se dio la expropiación de la fortaleza, se decidió presentar un proyecto que demostrara la verdadera fortaleza del barrio que son sus mujeres, se hizo un monumento en la unidad habitacional que se conoce como la verdadera fortaleza.
Así se creó “las 7 cabronas e invisibles de Tepito”, son historias de vida de mujeres que se han rifado viviendo y trabajando en este barrio, con momentos de amor y desamor, cuenta el cronista.
Hoy, los visitantes del barrio buscan el monumento para fotografiarse y sumarse a la lista de las 7 cabronas.
Otros más como el Centro de Estudios Tepiteños, y proyectos personales que además de reivindicar al barrio bravo, lo que buscan es la subsistencia en un tianguis global que los alcanzó antes de tiempo y en el que cientos de comerciantes se han visto involucrados para saciar la vorágine consumista de todo tipo de productos.
El tianguis global
Televisores de pantalla plana, reproductores de DVD, video cámaras, teléfonos celulares, de todo se puede comprar en Tepito cualquier día de la semana, a excepción de los martes que no hay plaza.
“La economía de mercado hace que los gobiernos nada más fijen aduanas y aranceles pero esto ya no lo para nadie. Tepito forma parte del tianguis global y tiene el conecte con toda la “impirateria”, el imperio de la piratería”.
Nosotros defendemos la economía informal frente a la economía criminal, el umbral es muy corto, dice.
La piratería andante en los vagones del metro hasta la piratería del mercado de Tepito, todo forma parte de este nuevo modelo donde la gente deja de ser pueblo para convertirse en mercado.
Ahora los oficios de Tepito son otros.
Mientras las universidades son fábricas de desempleados, no hay “chamba para los chavos, y lo único que hay es el trabajo ilegal o tipificado y el Seguro Social se han encargado de madrear a los talleres familiares porque así es el sistema” y la actividad barrial, añade Alfonso Hernández, tiende a desaparecer.
Tepito, sin embargo, sigue siendo el ropero de los pobres, tendedero existencial de propios y extraños y por supuesto, centro de las nostalgias de quien esconde en el pasado la primera compra de unos tenis de marca, de unos pantalones robados, de películas, de todo tipo de artículos legales o ilegales, lo mismo da.
Tepito es todo… los tepiteños son todo y de todo, los chingones y los chingados…”el tepiteño sabe que, por eso, siempre debe traer en chinga a su ángel de la guarda”.
Artículos que se pueden adquirir en el Barrio Bravo
Películas DVD/VCD/BVlu-ray
Juegos de video/consolas
CD de música
Ropa de marca y accesorios
Dispositivos electrónicos
Juguetes
Programas y computadoras
Joyería y perfumería
Fármacos y alcohol adulterado
Pornografía y juguetes eróticos
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