MARAVILLAS DE LA REVOLUCIÓN EGIPCIA
MARAVILLAS DE LA REVOLUCIÓN EGIPCIA
Antes de destacar estar maravillas, he de aclarar por qué Egipto y no Siria, Palestina, Túnez, Libia… como es evidente, Egipto es el país árabe más importante, tanto por su población, como por su lugar geoestratégico, así como por su historia.
También Egipto y no otros países, porque en los demás países, a pesar de ser muy clara la situación, hay elementos suficientes para que personas de bien tengan sus reservas y dudas. Por ejemplo, Palestina es un ejemplo de resistencia y tiene buena parte de la culpa del enfado de los árabes y musulmanes para descubrir la cara fea y corrupta de sus gobernantes, no obstante, a pesar de haber un enemigo claro que es el ocupante, sus divisiones internas, su aislamiento por culpa de los mismos regímenes que han preferido unirse a sus enemigos y abandonar a sus hermanos… por lo que es una resistencia noble y legítima, pero no un modelo por no estar el pueblo unido.
Túnez por su tamaño y por su situación geoestratégica, es un modelo en muchas cosas, por ejemplo, su pacifismo desde el primer día, el gobierno de coalición… aunque no está exento de las conspiraciones de sus enemigos y de la estupidez de una “izquierda minoritaria imbécil” dispuesta a llevar el país al infierno egipcio si no se imponen sus criterios, no les vale ni con las elecciones…
A Libia le faltó liderazgo y se agarraron a una élite compuesta de todo, de oportunistas y no de nobles, y su falta de organización y conexión con el pueblo les ha llevado a pedir ayuda de la OTAN a cambio del 35% de sus exportaciones de petróleo y gas, para acabar con el tirano que se pocos años antes había cambiado de antena y se había convertido en cachorrito de Occidente, lo que he convertido su revolución en opinable y discutible, y le quita el mérito pleno al pueblo al haber una mezcla de intereses e intervención exterior.
El régimen de Bahrein aplastó a su pueblo, como hicieron sus homólogos árabes, pero esta vez con ayuda del Escudo de la Península Arábiga (Dir’ alyazeera), en nombre de la lucha sectaria contra los shíes, como si sus ciudadanos por ser mayoritariamente de esta minoría musulmana gobernada por una familia “real” suní no merecen justicia social, ni libertad ni dignidad. La acusación fácil fue que se manifestaban al son de los ayatolás iraníes. El caso es que no tuvo éxito por la fuerte represión; sus hermanos árabes dudaron en solidarizarse con ellos por la ceguera sectaria que los hipócritas intentan agitar. Desgraciadamente han tenido mucho éxito.
De Yemen, Marruecos, países del golfo… siguen sin cambiar de escenario realmente, en el caso primero se cambió de presidente pero seguimos sin ver cambio real alguno, los países del golfo socavaron los primeros intentos de manifestaciones inundando sus ciudadanos con petrodólares, condonando deudas, ordenando ayudas de desempleo a los parados, matrículas gratis para acceder a la universidad… mejoras salariales a los funcionarios… y otros con reformas constitucionales para cambiar cosas con el objetivo de que nada cambie. Operaciones de estética.
Caso aparte merece Siria. Un pueblo martirizado, pero que ha tenido el coraje de no echarse atrás a pesar de las impresionantes dificultades, desde la barbarie del régimen a la traición de los amigos, cuando cualquier pueblo se echaría atrás, ahí están resistiendo y no dispuestos a abandonar su lucha por la libertad. Acabarán ganando pues tienen razón y fe. Se ha de decir que el pueblo se ha levantado pacíficamente, lo digo porque los hipócritas intentan ocultarlo. 7 meses de resistencia civil pacífica soportando cientos de muertos cada día. De hecho, se le puede denominar la revolución de la dignidad y de los funerales.
La pena es que al transformarse en un conflicto armado, en una guerra civil, en la que la oposición ni está organizada ni unida, al caer en la guerra sectaria impuesta por el régimen, al unirse a la resistencia elementos sospechosos de terrorismo, y de verse salpicados por algunos crímenes impropios del idealismo revolucionario e islámico (incomparables con los crímenes de lesa humanidad, crímenes contra la humanidad y genocidio sistemático practicado por el régimen baacista), así como las partes exteriores que intervienen en el conflicto, tanto en apoyo del régimen como aquellos países que apoyan a facciones de la oposición, hace que esta revolución no sea ideal por la confusión que genera. Es decir, hay espacio legítimo para el debate, lo que no quita ningún mérito ni legitimidad al pueblo en su levantamiento para recuperar su libertad, su dignidad y su futuro,
Si en todos los casos anteriores hay pros y contras, si algunos amantes y defensores de la libertad y de los derechos humanos pueden tener ciertas dudas, si algunos países llamados del mundo libre se excusan en que hay elementos terroristas en un caso, división en otros… para justificar su falta de compromiso y ayuda, por no decir su obstaculización a los procesos de democratización derivados de la llamada primavera árabe, en el caso de Egipto todos los argumentos caen, ningún argumento que no llame a las cosas por su nombre tiene valor.
Los egipcios derrocaron a Mubarak en pocas semanas, derrocar al régimen no iba a ser fácil ni tan rápido. Acudieron a las elecciones para elegir a quien les dirija hacia la consecución de sus objetivos revolucionarios de libertad, dignidad y justicia social. Eligieron en dos años y en 5 elecciones el liderazgo de los Hermanos Musulmanes. El estado profundo, los militares, la burguesía capitalista aliada de los sionistas y los medios afines a los fulul no estaban dispuestos a que el presidente electo y sus compañeros de viaje llevaran a cabo sus proyectos. No obstante, solos no podían legitimarse, necesitaban de una cobertura política, es decir, de civiles.
Éstos, liberales, nacionalistas, izquierdistas… al ver que era imposible alcanzar el poder de forma democrática, se les presentaba una buena ocasión alcanzarlo descartando del panorama a sus mayores adversarios: los islamistas, quienes habían arrasado en las legislativas por 77% de los votos. Así que empezaron a escuchar las ofertas de los traidores, éstos con apoyo e incitación de países enemigos de Egipto (Israel, EEUU y países del Golfo).
Estas partes políticas rechazaban cualquier iniciativa por parte de Morsi, cualquier decreto, cualquier ley… lo que antes pedían, y que Morsi satisfacía, después lo rechazaban (el mejor ejemplo es la destitución del fiscal general elegido por Mubarak). Ante esta “división” política, se daba la oportunidad de oro para los medios de comunicación de los fulul (restos del antiguo régimen) para machacar al gobierno y a la presidencia, que añadido a algunos errores políticos de las autoridad electas proporcionaba la mejor pólvora para dar el golpe, pero para aparentar que es un golpe de Estado para recuperar la “revolución del 25 de enero” se hizo un llamamiento a una manifestación magna. La fecha era el 30 de junio. El objetivo: obligar al presidente a convocar elecciones anticipadas (el mismo día los partidarios del gobierno de Morsi se manifestaron y todo el mundo dice que fueron más que los golpistas, en las manifestaciones de estos últimos hubo decenas de violaciones a mujeres en la plaza Tahrir). Tres días después, el ministro de defensa declara la destitución del presidente del país. Los ignorantes creen la versión golpista de que no es un golpe de Estado.
Es justo aquí cuando empieza la verdadera revolución, una revolución pura, inmaculada, jamás antes vista, (la revolución iraní de 1979 fue impresionante y pacífica también, aunque la egipcia la supera en número de manifestantes y en los días de resistencia).
Cientos de miles, millones de egipcios se manifiestan, se indignan, y salen a la calle. La idea de las concentraciones no sólo fue fantástica, sino una verdadera universidad de concienciación religiosa, política y social. Todo el bendito mes de Ramadán lo pasaron orando, suplicando a Dios por su país, ayunando, solidarizándose, ayudándose mutuamente… Vimos prácticas que sólo leíamos en los libros de la vida del Profeta, la paz sea con él, de sus compañeros, Dios esté complacido con ellos, y de la gente devota y ejemplar de todos los tiempos, formaron una comunidad de verdad.
Los golpistas pensaron que pasaría ramadán y se irían a sus casas. La sorpresa fue que aumentaron los ciudadanos que se unieron a las concentraciones, muchos que se habían manifestado el 30 de junio se unieron a las mismas al darse cuenta de la manipulación mediática, otros porque no querían sustituir la democracia por una dictadura militar aunque no estuvieran de acuerdo con Morsi…
La apuesta por la lucha pacífica cegó de odio a los golpistas, no pararon de lanzar acusaciones y amenazas. Sin éxito. Al final cometieron la barbaridad. Pero la Libertad, que mucha gente dice tener pero que no posee, más bien merece el sacrificio y el martirio. Y aquí empieza la leyenda, el mito, lo que a toda persona de bien le hace temblar de emoción y sentir tanto orgullo por el ser humano y se siente honrado y dignificado, es un momento de tal éxtasis que realmente nos damos cuenta que es lo único que nos hace humanos de verdad, un estado espiritual y mental en el que el hombre y la mujer dejan de ser animales y se convierten en ángeles.
Hombres y mujeres pacíficos hacen frente a los criminales, a los baltaguía, a los militares, al fuego real, a la opresión más cruel e inhumana. Cientos de mártires, miles de heridos, personas que se despedían antes de morir sabiendo que iban a la muerte y no se echan atrás, ¡personas que aman morir por una causa justa! Dios, sabíamos de gente que iba a luchar y dispuestos a morir, pero también a matar; pero ¡¿ morir y no matar?¡ Eso sólo entra en el género de la leyenda, de lo mítico.
Algunas de las infinitas lecciones de esta verdadera revolución, según un servidor, son las siguientes:
1- Sólo cuando se pierde el miedo a la muerte se conquista la verdadera libertad.
2- Defender una causa justa no requiere palabras, sino acción. Los egipcios salieron a la calle y no van a volver hasta derribar la dictadura criminal
3- La fe es fundamental para perseverar en la lucha
4- El sacrificio mostrado y la paciencia son dignos de aprender y emular
5- Para tener éxito, hay que prepararse bien. El pueblo egipcio en general, y los hermanos musulmanes en particular, han demostrado ser los mejor organizados y los que mejor se han educado y preparado para estar a este nivel tan ejemplar.
6- Para tener éxito no hay que depender de nadie, excepto de Dios y de tu preparación propia. La conspiración sufrida por el gobierno legítimo se ha debido a que no dependía de nadie, actuaba con independencia y criterio propio. Si dependes de otras potencias, te roban el país y te dejan con las migas. Y precisamente por no depender tendrán éxito.
7- Los verdaderos líderes se ponen en las primeras filas de la lucha, no desde lejos como hacen algunos lacayos. Los líderes de los manifestantes contra el golpe han dado su vida y la de sus familiares. Así es el verdadero liderazgo.
8- Dice el Profeta que Dios ama la indulgencia y la paz y detesta la violencia, y también nos dice que quien muere defendiendo la justicia es un mártir. Lo que vemos en Egipto estos días es una perfecta práctica de estas enseñanzas. Los hipócritas dicen que el pacifismo de los islamistas es sólo una táctica, lo que ignoran es la fuerza pacífica del Islam.
9- Nos ha enseñado esta revolución que hay mucha vida en la ummah, que los sabios empiezan a darse cuenta de que son importantes y que se espera mucho de ellos. Los sabios del sultán a la basura irán en esta vida y al infierno en la otra. Nos ha ayudado a probar a aquellos sabios y predicadores, sobre todo aquellos más conocidos, si sus predicaciones son reales o sólo palabras vacías, hemos visto huir del tema a algunos que se las dan de muy críticos y reformistas, teniendo más en cuenta a sus seguidores que a Dios.
10- Egipto nos ha enseñado estas semanas que el mundo, que la llamada comunidad internacional, no es más que humo. Se han desnudado países, gobiernos, organizaciones internacionales… Nunca hay que esperar nada de nadie. Nada mejor rasca tu piel que tus uñas, como reza el refrán árabe.
11- El valor legendario mostrado por los egipcios me ha recordado los héroes de toda la humanidad de toda la historia… realmente están siguiendo ese camino cantado por los poetas, los historiadores, los cronistas… desde que tenemos memoria… y los egipcios ahora añadirán una hoja escrita con sangre y oro, una página muy distinguida, en esta larga y constante lucha entre la libertad y la opresión.
Los egipcios están erigiendo hoy unos monumentos que dejaran diminutas las pirámides, serán recordados por ellos más que por los restos de los faraones. El monumento a la Libertad, otro a la Voluntad, otro al valor, otro al sacrificio, otro al pacifismo, otro al orgullo de ser musulmanes, otro al yihad de verdad…
Ver a esos jóvenes, hombres y mujeres enfrentarse pacíficamente a los criminales con este valor y esta predisposición a morir por una causa justa, da envidia. Os envidiamos y os agradecemos. En verdad sois el ejemplo. Dios os bendiga, guarde y acepte entre los mártires, y los mártires viven eternamente.
Simplemente, gracias.
Antes de destacar estar maravillas, he de aclarar por qué Egipto y no Siria, Palestina, Túnez, Libia… como es evidente, Egipto es el país árabe más importante, tanto por su población, como por su lugar geoestratégico, así como por su historia.
También Egipto y no otros países, porque en los demás países, a pesar de ser muy clara la situación, hay elementos suficientes para que personas de bien tengan sus reservas y dudas. Por ejemplo, Palestina es un ejemplo de resistencia y tiene buena parte de la culpa del enfado de los árabes y musulmanes para descubrir la cara fea y corrupta de sus gobernantes, no obstante, a pesar de haber un enemigo claro que es el ocupante, sus divisiones internas, su aislamiento por culpa de los mismos regímenes que han preferido unirse a sus enemigos y abandonar a sus hermanos… por lo que es una resistencia noble y legítima, pero no un modelo por no estar el pueblo unido.
Túnez por su tamaño y por su situación geoestratégica, es un modelo en muchas cosas, por ejemplo, su pacifismo desde el primer día, el gobierno de coalición… aunque no está exento de las conspiraciones de sus enemigos y de la estupidez de una “izquierda minoritaria imbécil” dispuesta a llevar el país al infierno egipcio si no se imponen sus criterios, no les vale ni con las elecciones…
A Libia le faltó liderazgo y se agarraron a una élite compuesta de todo, de oportunistas y no de nobles, y su falta de organización y conexión con el pueblo les ha llevado a pedir ayuda de la OTAN a cambio del 35% de sus exportaciones de petróleo y gas, para acabar con el tirano que se pocos años antes había cambiado de antena y se había convertido en cachorrito de Occidente, lo que he convertido su revolución en opinable y discutible, y le quita el mérito pleno al pueblo al haber una mezcla de intereses e intervención exterior.
El régimen de Bahrein aplastó a su pueblo, como hicieron sus homólogos árabes, pero esta vez con ayuda del Escudo de la Península Arábiga (Dir’ alyazeera), en nombre de la lucha sectaria contra los shíes, como si sus ciudadanos por ser mayoritariamente de esta minoría musulmana gobernada por una familia “real” suní no merecen justicia social, ni libertad ni dignidad. La acusación fácil fue que se manifestaban al son de los ayatolás iraníes. El caso es que no tuvo éxito por la fuerte represión; sus hermanos árabes dudaron en solidarizarse con ellos por la ceguera sectaria que los hipócritas intentan agitar. Desgraciadamente han tenido mucho éxito.
De Yemen, Marruecos, países del golfo… siguen sin cambiar de escenario realmente, en el caso primero se cambió de presidente pero seguimos sin ver cambio real alguno, los países del golfo socavaron los primeros intentos de manifestaciones inundando sus ciudadanos con petrodólares, condonando deudas, ordenando ayudas de desempleo a los parados, matrículas gratis para acceder a la universidad… mejoras salariales a los funcionarios… y otros con reformas constitucionales para cambiar cosas con el objetivo de que nada cambie. Operaciones de estética.
Caso aparte merece Siria. Un pueblo martirizado, pero que ha tenido el coraje de no echarse atrás a pesar de las impresionantes dificultades, desde la barbarie del régimen a la traición de los amigos, cuando cualquier pueblo se echaría atrás, ahí están resistiendo y no dispuestos a abandonar su lucha por la libertad. Acabarán ganando pues tienen razón y fe. Se ha de decir que el pueblo se ha levantado pacíficamente, lo digo porque los hipócritas intentan ocultarlo. 7 meses de resistencia civil pacífica soportando cientos de muertos cada día. De hecho, se le puede denominar la revolución de la dignidad y de los funerales.
La pena es que al transformarse en un conflicto armado, en una guerra civil, en la que la oposición ni está organizada ni unida, al caer en la guerra sectaria impuesta por el régimen, al unirse a la resistencia elementos sospechosos de terrorismo, y de verse salpicados por algunos crímenes impropios del idealismo revolucionario e islámico (incomparables con los crímenes de lesa humanidad, crímenes contra la humanidad y genocidio sistemático practicado por el régimen baacista), así como las partes exteriores que intervienen en el conflicto, tanto en apoyo del régimen como aquellos países que apoyan a facciones de la oposición, hace que esta revolución no sea ideal por la confusión que genera. Es decir, hay espacio legítimo para el debate, lo que no quita ningún mérito ni legitimidad al pueblo en su levantamiento para recuperar su libertad, su dignidad y su futuro,
Si en todos los casos anteriores hay pros y contras, si algunos amantes y defensores de la libertad y de los derechos humanos pueden tener ciertas dudas, si algunos países llamados del mundo libre se excusan en que hay elementos terroristas en un caso, división en otros… para justificar su falta de compromiso y ayuda, por no decir su obstaculización a los procesos de democratización derivados de la llamada primavera árabe, en el caso de Egipto todos los argumentos caen, ningún argumento que no llame a las cosas por su nombre tiene valor.
Los egipcios derrocaron a Mubarak en pocas semanas, derrocar al régimen no iba a ser fácil ni tan rápido. Acudieron a las elecciones para elegir a quien les dirija hacia la consecución de sus objetivos revolucionarios de libertad, dignidad y justicia social. Eligieron en dos años y en 5 elecciones el liderazgo de los Hermanos Musulmanes. El estado profundo, los militares, la burguesía capitalista aliada de los sionistas y los medios afines a los fulul no estaban dispuestos a que el presidente electo y sus compañeros de viaje llevaran a cabo sus proyectos. No obstante, solos no podían legitimarse, necesitaban de una cobertura política, es decir, de civiles.
Éstos, liberales, nacionalistas, izquierdistas… al ver que era imposible alcanzar el poder de forma democrática, se les presentaba una buena ocasión alcanzarlo descartando del panorama a sus mayores adversarios: los islamistas, quienes habían arrasado en las legislativas por 77% de los votos. Así que empezaron a escuchar las ofertas de los traidores, éstos con apoyo e incitación de países enemigos de Egipto (Israel, EEUU y países del Golfo).
Estas partes políticas rechazaban cualquier iniciativa por parte de Morsi, cualquier decreto, cualquier ley… lo que antes pedían, y que Morsi satisfacía, después lo rechazaban (el mejor ejemplo es la destitución del fiscal general elegido por Mubarak). Ante esta “división” política, se daba la oportunidad de oro para los medios de comunicación de los fulul (restos del antiguo régimen) para machacar al gobierno y a la presidencia, que añadido a algunos errores políticos de las autoridad electas proporcionaba la mejor pólvora para dar el golpe, pero para aparentar que es un golpe de Estado para recuperar la “revolución del 25 de enero” se hizo un llamamiento a una manifestación magna. La fecha era el 30 de junio. El objetivo: obligar al presidente a convocar elecciones anticipadas (el mismo día los partidarios del gobierno de Morsi se manifestaron y todo el mundo dice que fueron más que los golpistas, en las manifestaciones de estos últimos hubo decenas de violaciones a mujeres en la plaza Tahrir). Tres días después, el ministro de defensa declara la destitución del presidente del país. Los ignorantes creen la versión golpista de que no es un golpe de Estado.
Es justo aquí cuando empieza la verdadera revolución, una revolución pura, inmaculada, jamás antes vista, (la revolución iraní de 1979 fue impresionante y pacífica también, aunque la egipcia la supera en número de manifestantes y en los días de resistencia).
Cientos de miles, millones de egipcios se manifiestan, se indignan, y salen a la calle. La idea de las concentraciones no sólo fue fantástica, sino una verdadera universidad de concienciación religiosa, política y social. Todo el bendito mes de Ramadán lo pasaron orando, suplicando a Dios por su país, ayunando, solidarizándose, ayudándose mutuamente… Vimos prácticas que sólo leíamos en los libros de la vida del Profeta, la paz sea con él, de sus compañeros, Dios esté complacido con ellos, y de la gente devota y ejemplar de todos los tiempos, formaron una comunidad de verdad.
Los golpistas pensaron que pasaría ramadán y se irían a sus casas. La sorpresa fue que aumentaron los ciudadanos que se unieron a las concentraciones, muchos que se habían manifestado el 30 de junio se unieron a las mismas al darse cuenta de la manipulación mediática, otros porque no querían sustituir la democracia por una dictadura militar aunque no estuvieran de acuerdo con Morsi…
La apuesta por la lucha pacífica cegó de odio a los golpistas, no pararon de lanzar acusaciones y amenazas. Sin éxito. Al final cometieron la barbaridad. Pero la Libertad, que mucha gente dice tener pero que no posee, más bien merece el sacrificio y el martirio. Y aquí empieza la leyenda, el mito, lo que a toda persona de bien le hace temblar de emoción y sentir tanto orgullo por el ser humano y se siente honrado y dignificado, es un momento de tal éxtasis que realmente nos damos cuenta que es lo único que nos hace humanos de verdad, un estado espiritual y mental en el que el hombre y la mujer dejan de ser animales y se convierten en ángeles.
Hombres y mujeres pacíficos hacen frente a los criminales, a los baltaguía, a los militares, al fuego real, a la opresión más cruel e inhumana. Cientos de mártires, miles de heridos, personas que se despedían antes de morir sabiendo que iban a la muerte y no se echan atrás, ¡personas que aman morir por una causa justa! Dios, sabíamos de gente que iba a luchar y dispuestos a morir, pero también a matar; pero ¡¿ morir y no matar?¡ Eso sólo entra en el género de la leyenda, de lo mítico.
Algunas de las infinitas lecciones de esta verdadera revolución, según un servidor, son las siguientes:
1- Sólo cuando se pierde el miedo a la muerte se conquista la verdadera libertad.
2- Defender una causa justa no requiere palabras, sino acción. Los egipcios salieron a la calle y no van a volver hasta derribar la dictadura criminal
3- La fe es fundamental para perseverar en la lucha
4- El sacrificio mostrado y la paciencia son dignos de aprender y emular
5- Para tener éxito, hay que prepararse bien. El pueblo egipcio en general, y los hermanos musulmanes en particular, han demostrado ser los mejor organizados y los que mejor se han educado y preparado para estar a este nivel tan ejemplar.
6- Para tener éxito no hay que depender de nadie, excepto de Dios y de tu preparación propia. La conspiración sufrida por el gobierno legítimo se ha debido a que no dependía de nadie, actuaba con independencia y criterio propio. Si dependes de otras potencias, te roban el país y te dejan con las migas. Y precisamente por no depender tendrán éxito.
7- Los verdaderos líderes se ponen en las primeras filas de la lucha, no desde lejos como hacen algunos lacayos. Los líderes de los manifestantes contra el golpe han dado su vida y la de sus familiares. Así es el verdadero liderazgo.
8- Dice el Profeta que Dios ama la indulgencia y la paz y detesta la violencia, y también nos dice que quien muere defendiendo la justicia es un mártir. Lo que vemos en Egipto estos días es una perfecta práctica de estas enseñanzas. Los hipócritas dicen que el pacifismo de los islamistas es sólo una táctica, lo que ignoran es la fuerza pacífica del Islam.
9- Nos ha enseñado esta revolución que hay mucha vida en la ummah, que los sabios empiezan a darse cuenta de que son importantes y que se espera mucho de ellos. Los sabios del sultán a la basura irán en esta vida y al infierno en la otra. Nos ha ayudado a probar a aquellos sabios y predicadores, sobre todo aquellos más conocidos, si sus predicaciones son reales o sólo palabras vacías, hemos visto huir del tema a algunos que se las dan de muy críticos y reformistas, teniendo más en cuenta a sus seguidores que a Dios.
10- Egipto nos ha enseñado estas semanas que el mundo, que la llamada comunidad internacional, no es más que humo. Se han desnudado países, gobiernos, organizaciones internacionales… Nunca hay que esperar nada de nadie. Nada mejor rasca tu piel que tus uñas, como reza el refrán árabe.
11- El valor legendario mostrado por los egipcios me ha recordado los héroes de toda la humanidad de toda la historia… realmente están siguiendo ese camino cantado por los poetas, los historiadores, los cronistas… desde que tenemos memoria… y los egipcios ahora añadirán una hoja escrita con sangre y oro, una página muy distinguida, en esta larga y constante lucha entre la libertad y la opresión.
Los egipcios están erigiendo hoy unos monumentos que dejaran diminutas las pirámides, serán recordados por ellos más que por los restos de los faraones. El monumento a la Libertad, otro a la Voluntad, otro al valor, otro al sacrificio, otro al pacifismo, otro al orgullo de ser musulmanes, otro al yihad de verdad…
Ver a esos jóvenes, hombres y mujeres enfrentarse pacíficamente a los criminales con este valor y esta predisposición a morir por una causa justa, da envidia. Os envidiamos y os agradecemos. En verdad sois el ejemplo. Dios os bendiga, guarde y acepte entre los mártires, y los mártires viven eternamente.
Simplemente, gracias.
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