Los
jefes del Estado Mayor de diez países se reunirán en
Jordania "en los próximos días" para abordar las consecuencias de la
crisis en Siria y
su posible cooperación militar, anunció este
viernes un portavoz del Ejército jordano. El portavoz informó en un
comunicado de que la cumbre reunirá a
Jordania, Estados Unidos, Reino
Unido, Francia, Alemania, Italia, Canadá, Turquía, Arabia Saudí y
Catar, aunque no especificó la fecha, informa Efe.
"El encuentro
dará una oportunidad a los países participantes de discutir asuntos
sobre la seguridad regional y las repercusiones de los últimos eventos,
especialmente en la crisis siria, además de varios aspectos de la
cooperación militar entre esos Estados y Jordania", señaló la nota.
El
portavoz agregó que el encuentro será "una continuación de las reuniones
bilaterales y multilaterales que serán seguidas de más encuentros en el
futuro", con vistas a "perpetuar la coordinación entre los estados con
el objetivo de evaluar los acontecimientos en la región y sus
repercusiones sobre la situación de la
seguridad".
Mientras, los
países vecinos de Siria opuestos al gobierno de Bachar el Asad están
comenzando a aplicar una nueva estrategia con el
apoyo intensivo en
entrenamiento y medios a los mercenarios para que puedan presentar
batalla al Ejército leal a Damasco. Rechazada la opción de desplegar
tropas internacionales sobre el terreno y con el peligro de una potente
réplica de las Fuerzas Aéreas locales si se recurre a bombardeos
puntuales o la imposición de una zona de exclusión aérea, el apoyo a las
fuerzas mercenarias parece la única salida que queda para cambiar el
curso del conflicto.
Según
informó el viernes el diario francés Le Figaro,
esa vía ya se ha activado.
Dos grupos de
combatientes del Ejército Libre de Siria (ELS) adiestrados por Estados
Unidos han accedido al sur del país para entablar combate
contra las Fuerzas Armadas. Son disidentes
entrenados durante los
últimos meses en Jordania, que habrían cruzado la frontera
"probablemente
con el apoyo de comandos
jordanos e israelíes", además del de la CIA, según el
rotativo francés, que cita "fuentes militares" no especificadas.
El
primer grupo, de 300 efectivos, entró en Siria el pasado 17 de
agosto, y el segundo, de tamaño no conocido, dos días más tarde.
Accedieron
por la sureña región de Deraa. Muchos de estos
disidentes son desertores de las tropas de El Asad, dirigidos por el
desertor general Manaf Tlaf, y cuentan ya con experiencia sobre las
tácticas de Ejército sirio, uno de los más potentes de Oriente Próximo.
Por ahora, se desconoce qué armamento portan estos grupos
rebeldes.
El diario interpreta que el avance de estos comandos, con
Damasco como objetivo final, podría estar detrás del supuesto ataque con
armas químicas lanzado el miércoles en la periferia de la capital, que
según los opositores dejó unos 1.400 muertos.
El plan de
Washington consistiría en
controlar la zona de Deraa para
crear una zona tampón o de contención y una zona de exclusión aérea en
el sur, afirma
Le Figaro. Sin embargo, fuentes militares de
Israel entienden que esta opción es "notablemente complicada". "El
objetivo es loable, mantener una zona con pasillos humanitarios para
ayudar a civiles, pero también muy arriesgado. Siria tiene un efectivo
sistema de defensa antiaérea, incluso mejorable si le llegan nuevos
misiles de Rusia. Mantener la paz [en esa zona] acarrearía seguramente
bajas para los Ejércitos que se impliquen", detallan las mismas fuentes.
La idea de la creación de una zona de seguridad ya se manejó en el norte
del país al principio del conflicto, cuando comenzaron a llegar miles de
refugiados a Turquía, pero nunca se concretó.
Nadie en Israel ha
querido confirmar su implicación en la puesta a punto de los
mercenarios. Tampoco lo han hecho oficialmente las Fuerzas Armadas
jordanas. Pero
el Gobierno de Ammán ha reconocido que EE UU ha
dejado en su territorio a un millar de soldados junto con misiles
Patriot y aviones F-16 tras unas maniobras militares desarrolladas en
junio. Se han habilitado también cinco hangares como bases
para el personal militar de EE UU.
La investigación del supuesto
ataque químico en la zona de Ghuta, al este de Damasco, sigue suscitando
la preocupación internacional. Los expertos de Naciones Unidas
negociando el permiso para acceder a la zona con el régimen de Bachar el
Asad. Basan abu Abdulá, alto funcionario del régimen sirio, ha afirmado
a la BBC que "no cree" que pueda darse tal autorización. Rusia, aliada
de Damasco, ha pedido formalmente al Gobierno que permita una
investigación independiente en la zona del presunto ataque. Su ministro
de Exteriores, Serguéi Lavrov, asegura que Moscú coincide con EE UU en
la necesidad de que haya más transparencia
No hay comentarios:
Publicar un comentario