Mujeres musulmanas intelectuales en los siglos XIX y XX: Marruecos y Nigeria
30/03/2014 - Autor: Beverly B. Mack - Fuente: africaneando
Este trabajo empezó como un estudio comparativo entre la educación tradicional de las mujeres musulmanes en el Magreb, ampliando el marco geográfico para abarcar desde Marruecos al norte de Nigeria y, de este modo, reflejar los vínculos históricos. El motivo de mi interés por esta cuestión era demostrar los lazos entre la Mauritania histórica (que incluye buena parte del actual sur de Marruecos) y las comunidades intelectuales musulmanas del norte de Nigeria, como queda plasmado en una carta escrita en el siglo XIX por la intelectual nigeriana Nana Asma’u a un intelectual mauritano, del cual ella se muestra muy informada. Estas relaciones fueron establecidas por miembros de la hermandad sufí Qadiriyya durante los siglos XVIII y XIX. Los sufís se desplazaban constantemente entre hausaland y El Cairo o Fez y después relataban algunas maravillosas visiones experimentadas por determinadas personalidades espirituales de esas metrópolis. Uthman dan Fodio (el Shehu o Shaij) mantuvo relaciones cordiales con Shaykh al-Mukhtar al-Kunti, el líder de una comunidad sufí establecida en los alrededores de Tombuctú, que también tenía visiones. La población en el Fez contemporáneo conocía la familia Fodio y fácilmente hablaba de sus numerosas obras escritas, mientras que la hermandad de la Tijjaniyya llevaba muchos fieles desde Nigeria a Marruecos. Muchos tijanis del norte de Nigeria realizaban peregrinajes a Fez, donde está enterrado el fundador, al-Tijani.
En estas conexiones subyace la importancia del norte de Nigeria en esos tiempos como
una destacada región islámica y que ocupa la mitad del país más poblado del continente
africano. Sólo en cifras, las mujeres musulmanas nigerianas ya son importantes en
cualquier análisis del islam en África. En un contexto comparativo, los logros de las
mujeres intelectuales del norte de Nigeria son muy parecidos a las de Marruecos en
términos de estructura e intención. Lo que todavía está por estudiar son los trabajos
particulares utilizados por las mujeres marroquíes que prosiguen sus estudios
avanzados en el marco de la educación tradicional islámica.
Educación islámica en el Magreb
Estudios recientes han establecido perspectivas previas sobre el papel de las mujeres en la región, en especial con respecto a la educación. La responsabilidad de las mujeres
mauritanas en la educación infantil es similar a la situación de las mujeres del norte de
Nigeria en el siglo XIX. Sigue siendo igual por las familias nigerianas de esa época,
matizado por el añadido de la educación diaria fuera del hogar, dividida entre los
estudios formales islámicos y los no islámicos. Además, al proporcionar la educación
básica para los niños que criaban, las musulmanas de ambas regiones también solían
ser maestras para adultos, además de académicas destacadas por sus conocimientos.
Las mujeres mauritanas parece que hicieron itinerarios similares a las de la familia
Fodio en el norte de Nigeria en términos pedagógicos, tanto en la educación infantil
como para adultos, al mismo tiempo que producían suficiente material pedagógico
propio para formar parte de un canon creciente de trabajos para los académicos que les
siguieron. Así, el intento de descubrir el canon de obras utilizado por las musulmanas
en el Magreb debe considerar también los materiales tradicionales que habitualmente
se estudiaban en el sistema educativo islámico. Del mismo modo, debemos centrar
nuestra atención en los trabajos producidos por estas mujeres como ayudas
mnemotécnicas para su profesión docente.
El Corán es la base para el pensamiento y la literatura islámica. Es imposible imaginar
la educación islámica sin la memorización del Corán, que empieza en la educación
infantil. El programa continúa hasta el equivalente occidental del postgrado a través de
un complejo programa de cursos. Este incluye un amplio elenco de temas como ciencias
naturales, física, historia, geografía, sociología, medicina y matemáticas, con frecuencia
en renombradas instituciones como la Universidad de al-Azhar en El Cairo y la
madrasa Qarawiyyin en Fez. Como demuestran las bibliotecas de Mauritania, los
estudios más avanzados incluían multitud de temas, como ciencias coránicas, lengua
árabe, misticismo (literatura sufí), jurisprudencia, manuales científicos (de medicina,
astrología y matemáticas), literatura general, relatos históricos (genealogías,
diccionarios biográficos, cronologías, memorias de peregrinajes), material político y
correspondencia general. En aquel siglo XIX, la colección de Nana Asma’u demuestra
un repertorio igual de amplio.
La educación islámica seguía un patrón similar en Kano a mitades del siglo XIX. En
esta ciudad del norte de Nigeria, el sistema educativo empezaba a los tres años.
Durante nueve años aprendían a escribir y recitar el Corán, memorizándolo por entero.
Después, empezaban una introducción a varios campos:
fiqh (jurisprudencia), hadith (narraciones del profeta), tawhid (unidad de la creación),
sira (biografía del profeta) y nahawu (gramática). Seguía una segunda lectura del Corán, lo que aseguraba una mejor facilidad de comprensión y pronunciación. Aproximadamente a los 20 años, los estudiantes empezaban los estudios avanzados de libros famosos, leyéndolos una vez con la guía del profesor. El dominio de una obra en particular significaba la obtención de un diploma que permitía enseñar aquella obra.
Nota:
Para leer el trabajo completo abrir el archivo .pdf.
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