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sábado, 12 de abril de 2014

La pregunta por el origen

La pregunta por el origen

26/12/2003 - Autor: Abdennur Prado - Fuente: Webislam
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Abdennur Prado
En el Qur’án, existen una serie de aleyas donde Al-lâh nos habla del desarrollo de la Creación. En muchas de ellas se expresa una idea central de la cosmología islámica, según la cual Al-lâh lo ha creado todo por pares.
El cielo, lo hemos edificado con nuestras manos,
y Nosotros lo estamos expandiendo.
Y la tierra, la hemos extendido vastamente
—¡y qué bien la hemos ordenado!
Y todo lo hemos creado por pares,
para que Nos tengáis presente.
(Qur’án 51: 47-49)
Con la palabra zawj (par, singular y masculino), el Qur’án no se refiere únicamente a los hombres y mujeres, sino a todas las dualidades que definen la situación de las criaturas. Cuerpo-mente, espíritu-materia, trascendencia-inmanencia, cielo-tierra, vida-muerte, oscuridad-tiniebla, cercanía-lejanía, etc. En la naturaleza, los pares mencionados por el Qur’án con más insistencia es el que forman el sol y la luna / la noche y el día:
¡Considera la noche cuando cubre de oscuridad,
y el día cuando resplandece!
¡Considera la creación del varón y la hembra!
En verdad, vuestros caminos son opuestos.
(Qur’án, 92: 1-4)
Infinito en Su gloria es Aquel que ha creado pares
en todo lo que la tierra produce,
y en los mismos hombres, y en lo que no conocen.
Y tienen en la noche un signo: la despojamos del día
–y ¡he ahí! que se quedan a oscuras.
Y el sol: circula en una órbita propia
— así ha sido dispuesto por voluntad del Todopoderoso,
el Omnisciente; y en la luna, a la que hemos asignado fases
hasta que retorna como una vieja rama de palmera, seca y curvada:
y ni el sol puede alcanzar a la luna, ni la noche usurpar el tiempo del día,
pues cada uno navega en su órbita conforme a Nuestras leyes.
(Qur’án 36: 36-40)
Desde el punto de vista de la generación, el par varón-hembra ha sido puesto en el centro de la Creación, como lugar de unión entre el cielo y la tierra. De esta unión surge la vida, pero ¿de donde salen el varón y la hembra? Como individuos, ya lo sabemos, somos creados de otros varones y de otras hembras, pero, ¿y antes de que hubisen criaturas? La pregunta por el origen es la pregunta por el principio de la Creación. Esta es la pregunta primordial, el nudo de los nudos. Podemos ir remontándonos, mirando las cosas y diciendo: esto sale de esto, esto de lo otro: las parejas crean más parejas, se despliegan en mundos y retornan a su origen con la muerte. Por mucho que nos remontemos, siempre llegaremos a un punto a partir del cual ya no tenemos respuesta.
Esta pregunta es tan central, que está presente en la primera aleya que fue revelada a Muhámmad, que la paz sea con él:
¡Lee en el nombre de tu Sustentador, que ha creado
—ha creado al hombre de una célula embrionaria!
(Qur’án, 96: 1)
Este es el principio de los principios, el principio de la revelación. La célula embrionaria ya es un principio indual: la criatura surge de una sola célula. Poco a poco, el Qur’án nos va ofreciendo nuevas claves.
¡Oh gentes! Sed conscientes de vuestro Sustentador,
que os creó de una sola alma y os creó de un par
y de él hizo salir hombres en multitud y mujeres.
(Qur’án 4: 1)
La célula se ha transformado en "una sola alma" o un "alma unificada", an-nafs wâhida, la cual se identifica con el par. La palabra nafs suele ser traducida de diversos modos: alma, aliento, ego. La palabra wahid significa "uno".
... jalaqa kum min nafsin wâhidatin wa jalaqa min ha zawj hâ...
...os creó de una sola alma y os creó de un par...
Gramaticalmente zawj es masculino: el par, mientas que la palabra nafs es femenina. Es decir: de un principio femenino (unitario) es creado el par masculino-femenino, y de este (de la polaridad) surgen las criaturas. Nos situamos ante un principuio unitario del cual surgen todas las diferenciaciones, los pares. Esta es la tensión esencial en que vive el ser humano, atrapado en un mundo de polaridades. Lo inexplicado es el surgir de la multiplicidad a partir del Uno.
¿No fue una vez una gota de esperma eyaculada,
y luego se convirtió en una célula embrionaria
—y entonces Él creó y le dio forma con arreglo a su función,
e hizo a partir de ello los dos sexos: varón y hembra?
(Qur’án 75, 37-39)
La "célula embrionaria" ha surgido asimismo de "una gota de esperma eyaculada", que fue configurada de una determinada manera, a partir de la cual nacen las criaturas. Una y otra vez volvemos a nuestra pregunta: ¿de donde surge esta "gota de esperma"? Mientras nos encontramos hablando del mundo de las criaturas, que se da como polaridades, no tenemos problemas. Sin embargo, ¿de donde viene lo dual?, ¿cómo puede surgir de lo que es Uno otra cosa que el Uno? En otra aleya nos dirigimos un poco más hacia el origen:
...os creamos de tierra,
luego de una gota de esperma,
luego de una célula germen,
luego de una masa embrionaria,
completa y sin embargo incompleta,
para haceros claro vuestro origen...
(Qur’án 22: 5)
Antes de la gota de esperma, fuimos creados de tierra: min turâbin, en concreto de polvo. El hecho de ser creados de tierra señala a nuestra muerte: del polvo venimos y en polvo nos convertiremos. ¿Qué significa esto? Que estamos dando la vuelta completa al ciclo de la vida y no encontramos salida: no hay un antes o un después, sino un tiempo circular, que se renueva dándonos la vida. El Qur’án pone esto como un claro ejemplo de la Resurrección: todo nace nuevamente, no hay un acabarse, todo se renueva. La vida está más allá de cualquier individualidad concreta: ¿es que no vais a entregaros a Al-lâh, fuerza matriz de todo lo creado?
¿No ven, acaso, los que empeñan en negar la verdad que los cielos y la tierra
formaban una sola masa, que luego fragmentamos?
—¿y que hemos hecho a partir del agua todas las cosas vivas?
(Qur’án, 21: 30)
La separación entre el cielo y la tierra nos remite al agua, donde están contenidas todas las formas posibles. El mar es el lugar que todo lo contiene, al mismo tiempo matriz (madre) y materia seminal (padre). El origen es la separación de las cosas en la masa acuosa originaria. La separación se opera entre una serie de pares primordiales: los cielos y la tierra, lo masculino y lo femenino, la oscuridad y las tinieblas. Antes de esa separación todo moraba en el agua, a partir de la que surgen todas las cosas vivas. El agua es a la vez activa y pasiva, un remolino y un remanso. El agua es luz que se forma en el interior oscuro de la nube, que se cosifica y desciende para hender la tierra. La tierra es el vientre que recibe la semilla, que se transforma en una célula unitaria, y luego en una masa de vida embrionaria. Esta masa unificada nos recuerda a la masa originaria de la que procede la creación entera.
Agua
Tierra
Esperma
Alma unificada
Célula embrionaria
Masa embrionaria
Varones y hembras
Pueblos y naciones
En cada procesión de vida se repite la Creación entera de la vida. Adquiere forma de varón o hembra, y de ahí surgen los pueblos y naciones. Solo al reconocerse todos ellos en el agua (los ojos), se restablece la unidad primera. De ahí que la unión de los complementarios no se de tan solo en el matrimonio o en el apareamiento, sino en cada uno de aquellos actos o pensamientos donde se reestablece contacto con el otro. De ahí la importancia del ta’aruf o conocimiento mutuo entre los diferentes pueblos y naciones:
¡Oh gentes! Ciertamente,
os hemos creado a todos de varón y hembra,
y os hemos hecho naciones y tribus,
para que os reconozcáis unos a otros.
(Qur’án 49: 13)
Al final, nos damos cuenta de que la respuesta a nuestra pregunta obsesiva por el origen es el propio ciclo de la vida. El origen es el ciclo, el propio desarrollo del hombre es su destino. No se trata de un origen lejano a partir del cual trazar una líena recta, sino de un presente siempre renovado. Estamos viviendo la misma Creación, todo está contenido en todo. Nosotros somos parte de ese ciclo cuando lo realizamos, cuando nacemos y morimos y resucitamos, constantemente dandonos al propio ciclo de la vida. Al cumplir con nuestro destino estamos reestableciendo nuestra unidad primera, siendo uno con aquella potencialidad de vida que éramos en la masa de agua originaria.
¿Qué quieren decir origen o destino? El mundo está constantemente yendo de su origen a su destino. Es creado y destruido a cada instante. La experiencia de Muhámmad (saws) es la de la irresistible inmanencia de las cosas: no hay un mundo de las ideas o un séptimo cielo ajeno a este mundo, sino un "más acá" que se revela. Ir siempre más hacia el presente, más hacia el mismo instante de la Creación del mundo es ir más hacia nosotros mismos. Evitar toda sombra de proyección o lejanía, para vivir el todo en la nada que nos une. Vivir la lejanía como separación, una fractura que se deshace en el encuentro. Pueblos y naciones, constantemente intercambiando sus secretos.
La respuesta dada por Al-lâh a las preguntas de Muhámmad (saws) no es una doctrina o un discurso cerrado, sino Su Palabra como recordatorio y signo de nuestro origen increado. Que la revelación se produzca quiere decir que a pesar de nuestra condición de seres separados de su origen, permanecemos en contacto con Al-lâh, seguimos siendo en la unidad primera. La respuesta es Al-lâh, quien no nos da otra respuesta que la vida. Una vida constantemente desbordada, al margen de los diques y barreras que tratamos de imponerla.
La revelación es la respuesta a la pregunta por el origen: conciencia de que nuestra propia palabra está atrapada en el círculo de fuego, que no podemos ir más allá de nosotros mismos. Estamos atrapados en nosotros mismos, pero nos liberamos en el todo. Liberarse no es salirse o escapar, sino entrarse más adentro, más hacia la Creación, más hacia la vida de los átomos y de las células, hacia el agua como nucleo matricial-seminal de todo lo visble e invisible. Nada de escapismo, sino plena conciencia del milagro en cada respiración, conciencia de Al-lâh hasta las entrañas.
Solo entonces comprendemos lo que quiere decir Al-lâh cuando nos dice que "Él está más cerca de nosotros que nuestra vena yugular". Él está en lo inmediato que brilla, plenamente entregado a su propia gloria, nosotros somos sombra. Él es la unidad del cual nacemos divididos, y sólo al recordarlo en cada una de las cosas creadas superamos el dolor de la fractura. Cuando verdaderamente somos conscientes de que el origen de la vida se está produciendo ahora, la revelación sucede. Mientras tanto, estamos de aquí para allá, entre la masa embrionaria y la escisión del hombre: masculino y femenino, cuerpo y espíritu, trascendencia e inmanencia, inspiración y expiración, expansión y contracción, acción y contemplación, tristeza y alegría…
Pero solo Al-lâh sabe.


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