¡Salir del petróleo! imprescindible para todas las comunidades y ciudades del mundo
Publicado por subpoeta en Uncategorized el marzo 12, 2014
12 de marzo de 2014.
POR Miguel Valencia Mulkay
Existen dos muy poderosas razones para ¡Salir del Petróleo!, tan pronto como sea posible: La transición del gas y petróleo convencional al gas y petróleo no convencional o Petróleo Extremo, y el desastre climático.
La transición del petróleo convencional al petróleo no convencional o Petróleo Extremo
Desde hace algunos lustros disminuyen mundialmente las reservas de petróleo en los yacimientos de tierra firme; el petróleo barato, convencional, se agota ahora rápidamente; los precios del petróleo suben desde hace algunos años y llegan a 158 dólares el barril antes de la crisis de 2008, luego bajan, por la gran caída de la economía mundial, y se sostienen ahora cerca de los cien dólares por barril, en espera de que haya algún repunte importante, para subir bastante más que la economía mundial. Al mismo tiempo que se agota el petróleo convencional-final del petróleo barato- entra en auge mundial la extracción del petróleo no convencional o petróleo caro, como lo es la extracción de gas y/o petróleo en aguas profundas, en Europa; en arenas bituminosas, en Alberta, Canadá: H2Oil; en lutitas o esquistos (shale y fracking), en Texas, EUA. A este gas y petróleo no convencional de moda también se le llama Petróleo Extremo, por la ruina social y ecológica que produce en grandes territorios y la devastación ecológica que ocasiona en litorales y extensas zonas marinas: tiene un muy elevado costo económico, social y ecológico . El agotamiento o declive del petróleo barato- un proceso geológico de extrema gravedad, por sus efectos devastadores sobre la política, la economía y la sociedad-, combinado con el auge en la extracción delPetróleo Extremo o no convencional, produce un efecto desestabilizador en los mercados de petróleo: se genera una condición crítica, crucial, trascendental, de transición que eleva radicalmente los riesgos de disparo sin previo aviso, para los próximos años, de los precios del gas y petróleo; disparo que puede ocasionar a su vez elevaciones abruptas y radicales en los precios al público del gas y las gasolinas, y en las tarifas de electricidad.
Estas muy probables conmociones o sobresaltos, implicarían en los próximos años tal violencia económica contra la gran mayoría de la población que podrían llegar a provocar bastante más miseria, sufrimiento y muerte de las que ya tenemos; a impulsar autoritarismo, represión y crisis políticas nunca vistas: genocidios y ecocidios. Los aumentos en las tarifas de electricidad y en los precios al público del gas y las gasolinas de los últimos años podrían llegar a ser considerados como muy menores frente a los aumentos radicales que pueden darse en los próximos años. El declive del petróleo convencional genera guerras (como las de Irak, Afganistán, Libia y Siria), crisis financieras (como la de 2008), crisis económicas (como la que vivimos mundialmente desde 2008), crisis políticas (como las que se dan en EUA, la Unión Europea, Asia, Latinoamérica), crisis sociales (como el aumento mundial en la miseria, la inseguridad, la violencia intrafamiliar, escolar, laboral, urbana). El auge del petróleo no convencional oPetróleo Extremo es evidentemente una falsa solución, una salida falsa de Europa, Canadá, Estados Unidos y otros gobiernos al problema del declive del petróleo convencional o de bajo costo de extracción: implica enormes costos y riesgos ambientales, sociales económicos y políticos que, por otra parte, se complican aún más al ocultarlos o minimizarlos ante la opinión pública: error gubernamental imperdonable que los hace todavía más peligrosos y destructivos. La reforma energética de Peña Nieto se basa en profundizar y perseverar en estos errores descomunales de EUA y otros países desarrollados, instigados por grandes especuladores internacionales. Por sí misma, la conjunción de los procesos del final del petróleo barato y del auge del Petróleo Extremo, una combinación explosiva, es una razón suficiente para buscar urgentemente formas de dejar de consumir gas y petróleo.
El desastre climático
El desastre climático que empieza a destruir la economía mundial está directamente ligado a la emisión de gases generados por la extracción, procesamiento, distribución y consumo de gas y petróleo. El nuevo Petróleo Extremo o no convencional dificulta aún más la situación: implica, además, la multiplicación de las emisiones de los gases que provocan el crecimiento del desastre climático, por pie cúbico de gas o barril de petróleo extraído. La terrible amenaza que representa el desastre climático es por sí misma una razón suficiente para dejar de consumir gas y petróleo, muy especialmente, el Petróleo Extremo que lo complica.
¡Salir del petróleo!
Frente a estas amenazas gemelas, resulta imprescindible impulsar cambios profundos en el modo de vida de los pueblos, ejidos, barrios, colonias y ciudades; cambios hacia muy bajos consumos de gas y petróleo; implica realizar transformaciones radicales en los modelos de: transporte, cultivo de alimentos, crianza de animales en granjas y establos, tecnología del agua, industrialización, urbanización, comercio, salud, educación, gobierno, relaciones internacionales, y sobre todo, entraña el abandono de las viejas ideas o modelos de crecimiento, progreso, desarrollo o modernidad que dominan desde hace décadas en las mentes de los políticos, los empresarios y una gran parte de los académicos mexicanos, así como de una gran porción de la sociedad mexicana. Entraña, también, el abandono de las falsas soluciones al fin del petróleo convencional, como la energía nuclear, los agrocombustibles, las grandes instalaciones eólicas, entre otras. Las clases dominantes son responsables de la muy equivocada orientación energética que sigue México desde hace más de tres décadas: son víctimas de una vieja colonización cultural económica, economista, economicista, que asfixia y arruina los potenciales de las comunidades y ciudades de este gran país. ¡Salir del petróleo! es un duro camino que habrá que seguir en los próximos años, voluntariamente u obligados por las catástrofes que vienen.
Salir del petróleo es imprescindible para todas las comunidades y ciudades del mundo.
Desmontando el relato neoliberal desde una perspectiva feminista
Publicado por subpoeta en Uncategorized el marzo 8, 2014
8 de marzo de 2014.
POR Olga Abásolo / Rebelion.org
El impacto que tiene hoy “la Gran Involución” –la contrarreforma social puesta en marcha desde las élites económicas a escala global, a raíz de la presente crisis– está suponiendo una reestructuración del orden político y económico que recorre nuestra sociedad; afecta a las condiciones materiales y a los derechos de las personas. Probablemente, aún no acertemos a ver en toda su magnitud el alcance del proceso hegemónico del neoliberalismo, iniciado en los años setenta del siglo XX en Occidente. Su desarrollo e impacto tienen una raíz indudablemente económica, pero no es la dimensión económica su única manifestación. Dicho proceso ha ido acompañado de un “sentido común” propio de nuestro tiempo, que ha recorrido nuestras sociedades e impregnado nuestra concepción del mundo, ha marginado y sustituido otras interpretaciones y ha legitimado, en cierto sentido, dicha reestructuración, interpelando y construyendo la identidad individual y abonando el terreno para la emergencia de nuevas subjetividades sociales e identidades colectivas.
Ambivalencias y contradicciones para el feminismo hoy, que vienen de atrás
Inmerso en este océano político, económico y cultural o ideológico, el feminismo ha lidiado con las dinámicas generadas a lo largo de las últimas décadas desde una especificidad conflictiva que no se puede o no se debería obviar. En palabras de Nancy Fraser: “Es un cruel giro del destino que el movimiento para la liberación de las mujeres se haya terminado enredando en una ‘amistad peligrosa’ con los esfuerzos neoliberales para construir una sociedad de libre mercado”. En pleno auge del pensamiento postmoderno, las demandas políticas radicales no prosperaron mayoritariamente. Así, con el neoliberalismo vino la marginación de una crítica amplia de las diferencias de clase y de raza, de la economía política y del Estado que quedaron eclipsadas por la promesa del empoderamiento individual y de la independencia económica, como veremos. La denuncia del sexismo y de la discriminación se escindió de una crítica estructural del capitalismo en el momento preciso. Debajo de mucho de lo cultural subyace una base material que alimenta intereses concretos y relaciones de poder, políticas y económicas.
El feminismo ha logrado algunas conquistas y el discurso de la igualdad ha sido incorporado de manera creciente (otra cosa son las prácticas sociales). La subjetividad femenina ha incorporado la conciencia sobre las desigualdades entre hombres y mujeres, pero a la vez, inmersa en el sentido común neoliberal, por un lado, niega la existencia de fuerzas sociales, culturales y económicas que sustentan la desigualdad y, por otro, imbuida de individualismo, acepta la plena responsabilidad de su propio bienestar y cuidado, cada vez más supeditada a los malabarismos propios de la difícil armonía entre las dimensiones familiar-laboral, enfrentadas desde un cálculo más próximo al coste-beneficio. Con ello la desigualdad de género pasa a ser interpretada como un asunto del ámbito privado, y no como un problema estructural. Se obvian las soluciones colectivas a las injusticias sociales.
Algunos mitos del neoliberalismo, desde una mirada feminista
El fetichismo de la libre elección: El ideal de libre elección (que incluso llega a aparentar estar “libre” de las restricciones patriarcales) se basa en la autosuficiencia del individuo, mientras se socavan las luchas colectivas e instituciones que permiten esa autosuficiencia. Por otra parte, hay que distinguir bien los límites entre el individualismo y la reivindicación histórica de autonomía por parte de las mujeres (económica, libertad de movimiento y de acción, libertad sexual, derecho al propio cuerpo). La autonomía es una demanda legítima que apela a un derecho individual, pero que puede y debe inscribirse en un reclamo colectivo alternativo. Una supravaloración de la autonomía individual sin la dimensión colectiva tenderá aborrar y devaluar la interdependencia social y el cuidado, por ejemplo.
Ideal hegemónico de flexibilidad, innovación y creatividad o de emprendedoras individualizadas en todas las dimensiones de nuestras vidas. Como afirma Nancy Fraser: “El neoliberalismo nos viste a la mona de seda a través de una narrativa sobre el empoderamiento de las mujeres. Al invocar la crítica feminista del salario familiar para justificar la explotación, utiliza el sueño de la emancipación de las mujeres para engrasar el motor de la acumulación capitalista”. Lo cierto es que hemos asistido a lo que se denomina la doble presencia: las mujeres compatibilizan como pueden sus acceso al trabajo asalariado y su desarrollo personal en el ámbito profesional con las responsabilidades en el núcleo familiar, que permanecen intactas.
Narrativa del progreso y de la igualdad de género alcanzado: ha ocultado las diferencias entre las mujeres (los cambios socioeconómicos y el diferente impacto según los grupos sociales). La actual creciente precarización generalizada tiene como consecuencia que se produzcan aún mayores desigualdades dentro de los grupos de sexo que entre hombres y mujeres.
Por otra parte, el discurso del feminismo liberal ha impregnado el tejido social y accedido al plano institucional, suponiendo un debilitamiento del mensaje político colectivo para transformar la vida familiar y económica.
Mercantilización: Una característica central del neoliberalismo es la mercantilización de todas las esferas de la vida social. La racionalidad del mercado –el cálculo coste-beneficio– se extiende por el tejido social, las prácticas sociales y las instituciones. Ha implicado una mayor infravaloración del ámbito doméstico/no económico. La mercantilización del ámbito privado, trabajo doméstico y de cuidados, por ejemplo, ha supuesto que el interés propio de algunas mujeres pueda obtenerse a cambio de la subordinación y explotación de otras.
Condicionantes para un proyecto de futuro
Con la crisis, las imposibilidades materiales han marcado las trayectorias vitales de muchas mujeres y construido un imaginario diferente con respecto al empleo y a la maternidad. Unas ven truncadas sus carreras profesionales, otras ni siquiera lo contemplan como un escenario posible. Un mayor número de mujeres buscan empleo (con salarios inferiores y mayor precariedad) y ven constreñido el tiempo para el cuidado de hijos, que progresivamente excluido del ámbito de lo público, se ve reprivatizado y arrojado al ámbito doméstico. Cada vez es más difícil alcanzar la cohesión entre trabajo, hogar, cuidado y comunidad.
Tenemos ante nosotras el reto re-engarzar el feminismo en una crítica de la naturaleza del poder político y económico. Ningún movimiento social, y menos aún el feminismo, puede pasar por alto el asalto despiadado que ejerce el capital financiero sobre la democracia y sobre la reproducción social. Del mismo modo que toda alternativa que enfrente bajos salarios y jornadas extenuantes, deberá incluir la igualdad en el cuidado entre hombre y mujeres, también deberá incorporar el elemento central: las desigualdades entre las propias mujeres.
Sólo alcanzaremos una interpretación amplia de la compleja realidad social si acertamos a desplegar el mapa de la desigualdad en toda su extensión: el género, la “raza”, la etnia, la opción sexual siguen estructurando las relaciones sociales de formas muy diversas. Todas ellas se articulan con la clase pero tienen implicaciones distintas con respecto a la distribución de bienes sociales y simbólicos.
También deberemos estar atentas al efecto regresivo de la apropiación del discurso por parte de los sectores más conservadores, que conlleva la exaltación de la familia y los valores tradicionales. Trascender los parámetros de lo posible que delimita el relato neoliberal se plantea como gran reto ante nosotras.
Las ideas neoliberales han ido calando en nuestro entramado social mientras se afianzaban los poderes del capital y se creaban nuevos circuitos del capital global bajo su control. Lo cierto es que el neoliberalismo ha situado a las mujeres y al pensamiento feminista en una situación política distinta a la del pasado reciente. No basta con visibilizar las tendencias ocultas, tampoco con defender las conquistas del pasado. El feminismo, las mujeres y los hombres debemos recuperar el análisis y la crítica de la verdadera naturaleza del poder político y económico y plantear una agenda política radical que se fundamente en la vida real de las personas.
Todo parece indicar que se cierra un ciclo y empieza a abrirse otro, frente al que tenemos más incógnitas que certezas. ¿Contribuirá la crisis multidimensional al resquebrajamiento de ese “sentido común”? Seguramente sí, pero no sabemos si lo hará en un sentido progresivo o regresivo. Sin embargo, sí podemos mirar a nuestro pasado reciente, para intentar comprender nuestro presente un poco mejor.
Olga Abásolo, socióloga, investigadora de FUHEM Ecosocial y Jefa de Redacción de la Revista PAPELES de relaciones ecosociales y cambio global.
Ucrania, la nueva presa del FMI
Publicado por subpoeta en Uncategorized el marzo 5, 2014
5 de marzo de 2014.
POR Renaud Vivien / CADTM – Rebelion.org
Traducido para Rebelión por Caty R.
El 26 de febrero las autoridades provisionales de Ucrania solicitaron un préstamo al FMI para reembolsar la deuda del país en plazo, es decir, 13.000 millones de dólares solo para este año. El FMI respondió positivamente y decidió enviar una misión de «expertos» a Ucrania para discutir las condiciones de dicho préstamo. Mientras el país está en plena ebullición, el reembolso de la deuda pública aparece como la prioridad absoluta de Kiev y sus acreedores. Para ellos, las necesidades de la población pasan a segundo plano. La situación incluso podría deteriorarse si se llega a un acuerdo con el FMI, que se halla en una posición de fuerza para imponer una cura de austeridad al pueblo ucraniano a cambio del préstamo.
Las dificultades financieras de Ucrania sobre el telón de fondo de la revuelta política son una nueva oportunidad para el FMI de imponer una terapia de choque, como hizo en Grecia, Portugal e Irlanda, aplicando tras el estallido de la crisis violentas medidas de austeridad dictadas por la troika, compuesta por el FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo.
En esos países, el riesgo de fallar en el pago a los acreedores (principalmente los bancos privados) fue el punto de partida de la intervención del FMI y sus acólitos europeos. Así Grecia, Portugal e Irlanda, cuando ya no tuvieron acceso a los mercados financieros debido a las tasas de interés prohibitivas, se volvieron hacia la troika, que aprovechó para proponerles préstamos, ciertamente menos onerosos, pero acompañados de programas de austeridad conocidos con el nombre de «memorandos». La lista de medidas contenidas en dichos memorandos siempre es la misma: privatización de sectores estratégicos de la economía, reducción de los salarios, de las pensiones, aumento de impuestos desiguales como el IVA, despidos masivos en la función pública, recortes drásticos en los gastos sociales, etc.
Ahora Ucrania se encuentra en una situación similar, ya que está al borde de detener los pagos y razonablemente no puede pedir prestado en los mercados financieros tras la degradación de su nota por parte de las agencias de calificación. En la actualidad, para poder pedir prestado a corto plazo, Ucrania tendría que pagar una tasa de interés desorbitada del 34,5% frente al 5% de hace solo cinco meses. Por otra parte no puede contar con Rusia, que acaba de anular la segunda entrega de un préstamo de 15.000 millones de dólares tras la destitución del presidente Víktor Yanukóvich.
Así, actualmente Ucrania dispone de un débil margen de maniobra. Sin embargo el FMI en ningún caso puede formar parte de la solución a la vista de las dramáticas consecuencias de los programas de austeridad que impone a las poblaciones desde hace más de 30 años. Es el caso de Grecia, Irlanda y Portugal, así como de los países del Sur sometidos a los planes de ajuste estructural (PAS) desde principios de los años 80 y de los países de Europa del Este que sufrieron una terapia de choque administrada por el FMI en los años 90.
En vez de endeudarse con el FMI para regularizar sus deudas, Ucrania debería cuestionar la legalidad y la legitimidad de esas deudas que piensa pagar con el préstamo del FMI. El reembolso de las deudas públicas no es una obligación absoluta desde el punto de vista político y jurídico. No hay que olvidar que según el derecho público internacional los deberes de un Estado con respecto a su población están por encima de los compromisos adquiridos con sus acreedores y que el reembolso solo es obligatorio para las deudas «adquiridas en el marco de un acuerdo válido y legítimo» (1) como señala el experto de la ONU sobre la deuda Cepahas Lumina. Si las deudas son ilegales o ilegítimas Ucrania no tiene ninguna obligación de reembolsarlas y en consecuencia no existe ningún interés en endeudarse con el FMI.
Una auditoría de las deudas ucranianas permitiría identificar la parte ilegítima que debe anularse sin condiciones. La auditoría permite especialmente responder a estas preguntas: ¿Quién contrajo las deudas? ¿Esas personas tenían competencia jurídica para contratar esos préstamos? ¿Quién se benefició? ¿Los prestamistas pusieron condiciones al conceder los préstamos? ¿Esas condiciones violan el derecho nacional del país? ¿A cuánto se eleva el montante de los intereses acumulados por los prestamistas? ¿Cuáles son los proyectos financiados por la deuda?, etc.
A la vista de la urgencia, una respuesta inmediata podría ser la suspensión del reembolso de la deuda (con la congelación de los intereses) y la congelación de las negociaciones con el FMI a la espera (como mínimo) de los resultados de las próximas elecciones previstas para el 25 de mayo y de un auténtico debate público sobre las implicaciones de un préstamo del FMI y las alternativas al endeudamiento.
Los argumentos para decretar ese tipo de moratoria no faltan. Ucrania y sus acreedores podrían invocar «un cambio fundamental de circunstancias» tras el derrocamiento de Yanukóvich y la naturaleza provisional del gobierno establecido el 26 de febrero. Ahora solo hace falta voluntad política, tanto por parte de las autoridades provisionales de Ucrania como de la Unión Europea, que se declaren al lado del pueblo ucraniano…
Nota:
(1) Principios directivos relativos a la deuda externa y a los derechos humanos, anexo del informe del experto independiente Cephas Lumina del 10 de abril de 2012 (A/HCR/20/23). Salvo mención contraria, las citas proceden de ese informe.
Renaud Vivien es jurista del CADTM Bélgica, renaud@cadtm.org
Parte sustancial del nuevo (des)orden multipolar del siglo XXI se está definiendo en Ucrania
Publicado por subpoeta en Uncategorized el marzo 5, 2014
5 de marzo de 2014.
POR Alfredo Jalife Rahme / La Jornada
Las relaciones entre Barack Obama y Vladimir Putin colisionaron a partir del asilo de Edward Snowden en Rusia. ¿De cuántas cosas no se habrán enterado en el Kremlin sobre las intenciones desestabilizadoras de Estados Unidos (EU)?
Toda la mutua confianza establecida de Obama con Rusia mediante la famosa perezagruzka(
reactivación) se derrumba en Ucrania por el reparto multipolar del nuevo (des)orden mundial.
La perezagruzka de Obama no se confina a Ucrania –quizá la parte más exquisitamente sensible por su frontera de mil 576 kilómetros con Rusia y sus lazos históricos y culturales– y su dinámica se extiende a Siria y Venezuela, como declaró sin ambages Obama en Toluca (19/2/14), donde arremetió contra Putin tres días antes del derrocamiento del gobierno elegido en Ucrania y un día antes de la clausura de los Juegos Olímpicos de Sochi. El cronograma geopolítico es prístino.
Sin remontarnos 10 años atrás, a la
revolución de coloren Kiev patrocinada por el megaespeculador George Soros, a mi juicio, los eventos no empezaron en Ucrania a escala local/regional el 22 de febrero, sino se detonan con la derrota geoestratégica de Obama en Siria, lo cual obliga(ba) a un revire de EU en la parte más ultrasensible de Rusia.
Obama había amenazado con una guerra
limitadaen Siria, que hubiera desembocado en una Tercera Guerra Mundial, y curiosamente fue rescatadoin extremis por el zar Putin, quien le dio una salida airosa con el desmantelamiento de las armas químicas en Siria –soslayando la posesión de armas atómicas por Israel, no se diga de sus armas químicas y biológicas.
A menos de nueve meses de las elecciones intermedias en noviembre, Obama –a quienes muchos consideran un presidente sin cartas en la mano (“lame duck”)– estaba obligado a demostrar la vigencia de EU en el reacomodo del nuevo orden multipolar, donde estaba perdiendo la partida frente a los BRICS. Pero se le pasó la mano.
Si se interpreta correctamente su conferencia de prensa en Toluca, el revire de Obama se escenificó en tres lugares simultáneos donde Rusia conserva(ba) una relativa influencia: Ucrania, Siria y Venezuela –sin contar el espectacular acercamiento del general Sisi, el nuevo faraón de Egipto, quien visitó Rusia 10 días antes antes del golpe de Kiev: al estilo paraguayo con mezcla hondureña que óptimamente maneja el Departamento de Estado con los cuentos texanos de la
democraciay los
derechos humanosdiseñados para cándidos en geopolítica.
Aunque se encuentra en su fase disfuncional, Egipto es el alma del mundo árabe y puede recuperar sus laureles de antaño en África.
La pérdida de Egipto por Obama tiene implicaciones mayúsculas en la geopolítica global. Y aquí es donde empieza a dibujarse lo que está(ba) en juego en Crimea, mucho más importante que Ucrania misma: el puerto de Sebastopol, sede de la flota rusa en el Mar Negro, que lo conecta con el Mediterráneo; es decir, con el puerto
rusode Tartus, en Siria, y la nueva conexión con el general Sisi en Egipto: toda la geopolítica rusa en el
Gran Medio Oriente, donde se empieza a replegar Obama tanto en Afganistán como en Irak.
Mas allá de que el depuesto presidente Yanukovich –quien sin ser trapecista osó saltar al vacío acrobático entre EU, la Unión Europea (UE) y Rusia– haya firmado un humillante acuerdo con Chevron para la explotación del shale gas por 10 mil millones de dólares (Reuters, 5/11/13), Kiev, la capital filoeuropea, ostenta legítimas aspiraciones que lamentablemente han sido mancilladas por la prevalencia de grupos neonazis en los que EU
invirtió5 mil millones de dólares, a confesión de la asistente del Departamento de Estado, Victoria Nuland, esposa del súper halcón neoconservador straussiano Robert Kagan, y quien mandó a freír espárragos a los europeos con su indeleble frase “ fucking Europe”, con el fin de colocar a su marioneta fondomonetarista en el poder.
Sin entrar a la insoluble discusión bizantina sobre el sexo de los
ángelesdel nuevo régimen en Kiev –si fue
golpede Estado y/o una
revoluciónúnicamente a nivel del Poder Ejecutivo–, es difícil retroceder el reloj geoestratégico.
Hubiera sido ingenuo pensar que un
cambio de régimenen Kiev decididamente a favor de EU/OTAN/UE no hubiera tenido consecuencias en el Kremlin, donde el contra-revire esperado de Putin vino después de Sochi con la consolidación de la presencia rusa en la República Autónoma de Crimea (a mayoría rusa), donde tiene una estratégica presencia militar en el puerto de Sebastopol.
El jaque de Obama a Putin en Kiev fue temerario y ponía en peligro la existencia misma del régimen ruso, como ha externado metafóricamente Zbigniew Brzezinski, ex asesor de Seguridad Nacional de Carter e íntimo de Obama: la captura de Moscú pasa por Kiev.
¿Realmente creyeron en Washington que Putin hubiera aceptado la presencia de la OTAN en Ucrania, un verdadero casus belli?
Una cosa es que Ucrania –étnicamente fracturada en su parte occidental filoeuropea y su parte sureña/oriental filorrusa– pertenezca mercantilmente a la UE y/o a la Unión Aduanera rusa, pero otra cosa es la presencia de la OTAN en la frontera rusa.
El veterano ex diplomático indio MK Bhadrakumar, quien colige los movimientos geopolíticos en Eurasia, considera que “Putin desmontó el bluffde las sanciones de Obama” cuando el zar ruso comentó que
en el mundo de hoy, donde todo está interconectado y cada uno es dependiente del otro de una u otra forma, nos podemos desde luego infligir daño uno al otro, pero este daño será mutuo.
Sergeï Glazyev, consejero del Kremlin, advirtió que Rusia reducirá
a cerosu dependencia económica con EU si Washington impone sanciones contra Rusia, lo que llevaría al crash del sistema financiero de EU (Le Monde, 4/3/14).
Una fuente del Kremlin, según la agencia rusa RIA Novosti, indicó que el punto de vista de Glazyev era
una opinión personal y no constituía la posición oficial del Kremlin.
A mi juicio, Rusia puede desprenderse de sus bonos del Tesoro de EU por 200 mil millones de dólares y cesar la compraventa del petróleo con el dólar. ¿A quién le conviene?
Sin importar las intenciones de EU/OTAN/UE, el contrarrevire de Putin en Crimea impide la presencia de la OTAN, no se diga después de apoyar las veleidades independentistas de la parte oriental rusófila.
Todo lo que sigue es negociable y es probable que se encamine a un complejo triple acomodamiento, como el mismo Brzezinski ha expresado en Twitter: 1. Entre los grupos de la oposición nada cohesivos que han sido rebasados por la punta de lanza neonazi (es inadmisible que EU/OTAN/UE apoyen un gobierno ultrafascista en cualquier capital europea y del mundo, solamente con el fin de desestabilizar a Rusia); 2. Entre la UE (léase: Alemania tan dependiente del gas ruso) y Rusia, tomando en cuenta los intereses de las
dos Ucraniasy Crimea, y 3. Entre EU y Rusia.
Parte sustancial del nuevo (des)orden multipolar del siglo XXI se está definiendo en Ucrania. Falta China.
Twitter: @AlfredoJalife
FUENTE: http://www.jornada.unam.mx/2014/03/05/opinion/018o1pol
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