Palabras divinas para una época en crisis
A nadie le importa nadie, y el dolor ajeno no existe en la mayoría de los corazones
05/06/2015 - Autor: Ángel Álvarez Hernández - Fuente: Webislam
El Mensajero de Allah, (saws), se caracterizó a lo largo de su vida por la lucha contra la opresión y la ayuda al oprimido. Entre las palabras del Mensajero de Allah, (saws) encontramos:
“Ayuda a tu hermano, ya sea opresor u oprimido”. Un hombre le preguntó:‘¡Mensajero de Dios! Lo ayudo cuando está oprimido, ¿pero cómo puedo ayudarlo si es un opresor?’. El Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) respondió: ‘Puedes hacer que se abstenga de oprimir. Esa será tu forma de ayudarlo’.”
En otra ocasión el Mensajero de Allah, (saws) dijo:
“La mejor clase de yihad es decir la verdad ante un gobernante tirano e injusto”.
Hoy podemos ver cómo la mayoría de los que dicen ser los musulmanes más devotos y poderosos de la tierra se conmueven ante una red de oleoductos o de un campo petrolero, pero se mantienen indiferentes frente al dolor de los excluidos en las grandes ciudades o ante las minorías perseguidas en Birmania y en otros lugares.
El Sagrado Corán, que es la palabra de Allah, nos hace la siguiente pregunta:
"¿Por qué no combatís por la causa de Dios, cuando hay hombres, mujeres y niños oprimidos que dicen: ¡Señor nuestro! Sálvanos de los habitantes opresores que hay en esta ciudad. Envíanos quien nos proteja y socorra?" (Corán, 4:75)
El Mensajero de Allah, (saws) dijo:
"Protegéos de la avaricia porque aniquiló los que os precedieron."
Y Allah, Exaltado sea, nos dice:
"El que está libre de su propia avaricia... Esos son los que tendrán éxito”. (Corán, 59: 9)
También nos dice el Sagrado Corán:
“Temed a Allah cuanto podáis, escuchadle, obedecedle, y haced caridad, pues es lo mejor para vosotros. Y sabed que quienes luchen contra la propia avaricia serán los triunfadores.” (Corán, 64:16).
El Mensajero de Allah, (saws) dijo:
“Seré adversario de tres personas el Día del Juicio Final: El que dio en mi nombre y luego traicionó, el que esclavizó a un hombre libre y consumió el precio de su venta, y el que emplea a un trabajador pero no le paga lo que corresponde”.
Otro hadiz del El Mensajero de Allah, (saws) dice:
“Paga al trabajador su salario antes de que el sudor causado por su trabajo se haya evaporado de su frente”.
Káb ibn Malik relató que El Mensajero de Allah, (saws) dijo:
“Dos lobos hambrientos que se pierden entre el rebaño de ovejas causan menos daño a la fe de un hombre que el que es causado por la codicia de un hombre por la riqueza y su autoestima.”
Anas ibn Malik reportó que El Mensajero de Allah, (saws), dijo:
“El hijo de Adán envejece, pero dos cosas permanecen joviales en él: la codicia por el dinero y la esperanza de vivir más.”
Vivimos en un mundo donde la palabra de Allah parece valer poco, donde los hombres buscan su fortuna sin acordarse de su hermano, donde la mentira mejor contada vale mas que todos los hadices del Mensajero de Allah, (saws). Así, hemos llegado a ver nuevos genocidios, pueblos masacrados, madres desamparadas, niños huérfanos y hambrientos. Una miseria constante que se perpetua de generación en generación y se extiende por las periferias de las grandes ciudades, sin que nadie la socorra. Hemos aprendido que los medios de comunicación pueden manipular a las masas y que las masas, como dijo Malcolm X, pueden adorar al opresor y odiar al oprimido.
A nadie le importa nadie, y el dolor ajeno no existe en la mayoría de los corazones. La mayoría de los hombres se mueven por interés propio más allá del bien o del mal de sus acciones. El pecado no es delito y todo lo que la ley permite se hace, con independencia de que sea justo o no.
Creíamos que el Holocausto que cometieron los nazis había asqueado a la humanidad, y hemos visto cómo, en nombre de presuntas razas, pueblos, etnias y seudo religiones, se sigue practicando el genocidio, la destrucción y la muerte. Vemos a diario el genocidio a cámara lenta en Palestina, y hasta parece que nos hemos acostumbrado tanto que nos aburre. Hemos visto cómo en una semana se puede matar a machetazos a cientos de miles de personas en Ruanda, y eso llegaba a parecer algo casi normal. Vemos el exterminio de los musulmanes rohinyá y ya no nos sorprende.
Hemos pasado por delante de Pol Pot, de Mao Zedong, de Hitler, de Leopoldo II de Bélgica y de Stalin y ya no nos escandalizamos de nada.
Algunos piensan que las palabras del Santo Corán y los dichos del Mensajero de Allah (saws) no tienen valor y corresponden a una época atrasada de la humanidad, pero frente a la barbarie, que convierte a la humanidad en un rebaño guiado por psicópatas sin alma, que destruyen naciones, arruinan países y explotan a los mas humildes, la única esperanza sigue siendo Allah.
Frente a quienes, llevados por su egoísmo, pretenden manipular y deformar el islam, para crear fanáticos y reclutar mercenarios en nombre de su soberbia, Allah, es la única esperanza.
Narró ‘Abd Allah ibn ‘Amr que dijo el Mensajero de Allah, (saws):
“Hay cuatro cualidades, y quien las posea todas es un perfecto hipócrita, y quien posea una de ellas tiene rasgos de hipocresía hasta que la abandone: cuando habla, miente; cuando se le confía, traiciona; cuando promete, no cumple; y cuando discute, recurre a calificativos denigrantes”.
La subida de una décima en la Bolsa de Wall Street, o en la City Londinense, vale más que el llanto de los afligidos, y los paraísos fiscales están más protegidos que el derecho a la educación, a la vivienda y la sanidad de toda la humanidad.
Dijo el Mensajero de Allah, (saws):
“El mejor de los ingresos es el que se obtiene con el esfuerzo propio”.
Y el Sagrado Corán que es la palabra viva de Allah, (sea exaltado), dice:
"¡Oh creyentes!, no ejerzáis la usura multiplicando los intereses, mas temed a Dios, para que prosperéis."
Frente a aquellos que anuncian el fin de la religión y que afirman que es el opio del pueblo. Frente a los que dicen que un hombre es igual que un perro. Frente a aquellos, que convierten a los hombres y mujeres en objetos, los instrumentalizan y nos engañan. Frente a los que usan la violencia, la fuerza y el chantaje. Frente a los especuladores, ladrones y constructores de ejércitos salvajes. Frente a lo abominable, el Sagrado Corán, dice:
“Quien obre rectamente, lo hará en beneficio propio, y quien obre el mal, lo hará en contra de sí mismo. Tu Señor no es injusto con Sus siervos.” (Corán, 41:46).
Y también dice:
“Aquellos que desean que se propague la obscenidad entre los creyentes tendrán un doloroso castigo en esta vida y en la otra. Dios sabe y vosotros no sabéis.” (Corán, 24:19)
“Cada uno será retribuido conforme a lo que hizo; y tu Señor no está desatento a lo que hacen.” (Corán, 6:132)
Volver nuestros rostros a Allah, Exaltado sea, es volvernos hacia la Verdad, renunciar a la injusticia, la mentira y el dolor, es intentar ser cada día mejores, amar la vida y hacer el bien.
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