El dramático auge del Estado Islámico en Túnez
Publicado el Por Arabia Watch (author), Simon Speakman Cordall (author)
Lugar(es): Túnez
El 18 de mayo, una organización militante tunecina poco conocida, autodenominada “Muyahidines Túnez Kairouan” declaró su lealtad al Estado Islámico (EI) a través de ‘Twitter’. EI tardó tres días en confirmar el mensaje. Casi nadie les prestó demasiada atención.
Un mes, ocho días y 39 vidas más tarde, esa situación parece inimaginable. El ataque mortal de la semana pasada contra los turistas en un resort de playa en Sousse por parte de un hombre armado ‘Muyahidín Túnez Kairouan’ pareció confirmar ascenso del grupo, y la capacidad del EI para ganarle la partida Al-Qaeda en su influencia local.
El atractivo del EI entre algunos sectores de la la sociedad tunecina, especialmente en zonas económicamente deprimidas del país -donde la ira y el descontento está más extendida- ya estaba bien arraigado.
Unos 3.000 combatientes tunecinos se han desplazado a luchar en Siria e Irak. Menos conocido es el hecho de que el Ministerio del Interior de Túnez dice que ha impedido que otras 12.490 personas se unan al conflicto. Si bien esa cifra ha sido cuestionada, ofrece un punto de referencia de la oleada de resentimiento al que se enfrenta el Estado de Túnez.
Túnez no es ajeno a estos problemas, con tunecinos sintiéndose atraídos desde hace mucho tiempo por causas yihadistas en Afganistán, Chechenia y Argelia. Pero aquellos han partido hacia los campos de batalla de Irak y Siria en los últimos años, se han unido principalmente al grupo autoproclamado Estado Islámico, según Mohamed Ben Iqbel Rejeb, el presidente de la Asociación de Rescate para los tunecinos atrapados en el extranjero, una organización de voluntarios que trabajan con las familias de algunos de los que han ido a luchar.
"En el pasado, todos se unían a Jabhat Al-Nusra (afiliado a Al-Qaeda). Sin embargo, desde alrededor de julio de 2013, todos los que se van, se unen a Daesh (EI). Nadie está interesado en otros grupos", dijo Rejeb.
A nivel nacional, Túnez también ha sido blanco de ataques en el pasado. Desde los atentados en hoteles en Sousse y Monastir en 1987 hasta la masacre del viernes pasado, el extremismo violento ha jugado un papel en la vida pública del país.
Pero sólo fue en 2012 con el establecimiento de Uqba Ibn Naffo Kaliba (Katibat Uqba), un grupo patrocinado por Al-Qaeda en el Magreb islámico con sede en la frontera montañosa con Argelia, que la amenaza contra el país tomó una forma más tangible.
Una insurgencia de bajo nivel se ha prolongado a lo largo de la frontera desde entonces. Sin embargo, en los últimos meses la militancia insurgente parece haber cambiado la tendencia, con gran parte del liderazgo de Katibat Uqba asesinado y sus fuerzas restantes aisladas en las montañas.
Para Tarek Kahlaoui, ex director del Instituto Tunecino de Estudios Estratégicos, el misterio es por qué tardó tanto tiempo el EI en tener el papel actual (dada la relativa debilidad de Katibat Uqba y el atractivo del EI en Siria como destino para jóvenes tunecinos).
Kahlaoui dice que el declibe de la influencia de Abu Iyadh-Seif Allah Ben Hassine, fundador de Ansar Al Sharia, que según informó el viernes el New York Times, fue asesinado en junio por un ataque aéreo estadounidense en Libia, dió lugar a un vacío de poder que otras facciones comenzaron a llenar.
En 2014 dos tunecinos se fotografiaron delante de la bandera del autoproclamado califato e instaron a sus compatriotas a sumarse a la ‘yihad’ en su patria, y a jurar lealtad a Abu Bakr Al-Baghdadi, líder del EI.
En otro vídeo en abril, hicieron un llamamiento a sus "hermanos en Túnez" a viajar a Libia, como los responsables de los ataques en Sousse la semana pasada y en el museo del Bardo en Túnez en marzo habían hecho, para entrenarse para operaciones futuras en Túnez.
Ludovico Carlino, analista de Oriente Medio y Norte de África de IHS, dijo que la situación en Túnez parecía reflejar la tendencia más amplia de la influencia creciente del EI en la medida que Al-Qaeda ha disminuido.
"También es una cuestión de apoyo. Al-Qaeda probablemente no es capaz de garantizar el mismo nivel de apoyo que Estado Islámico, en el caso de Libia, esto se traduce claramente para Al-Qaeda en pérdida de relevancia", dijo Carlino.
Pero con la responsabilidad del ataque al Museo del Bardo siendo cuestionada por los servicios de seguridad tunecinos, que culparon Uqba Kalibat, y que EI reclamó como suya, no existe para Kahlaoui la posibilidad de una tercera, más ominosa, posibilidad.
Señala el hecho de que los hombres armados responsables de los ataques tanto del museo del Bardo como de Sousse parecían haber entrenado juntos al mismo tiempo, en Libia.
"Eso plantea dos posibilidades. O hemos estado totalmente equivocados acerca de quién organizó el ataque al Bardo. O bien, si tenemos en cuenta las reivindicaciones en disputa y el hecho de que algunas plataformas de medios vinculados al EI han estado pidiendo algún tipo de acción coordinada en Túnez, nos quedamos con la posibilidad real de que estos dos grupos pueden estar unidos dentro de Túnez contra el Estado".
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