¡Lee!
Algunas personas leen muchos libros pero no pueden aprehender lo que leen, y algunos son incapaces de asimilar aquello que han llegado a conocer
28/11/2006 - Autor: Muzaffer Efendi - Fuente: Orden Halveti al-Jerrajhi México
"¡Lee!"
(Iqra 96:1)
Como seres humanos conscientes nuestro compromiso primario ha de ser leer y estudiar, ya que no hay comparación entre aquellos quienes saben y aquellos que no saben. Tal como El Glorioso Único dice en el Sagrado Corán: "¿Son iguales, aquellos que saben y aquellos que no?" (39:9) Este Noble Versículo fue revelado para señalar a aquellos quienes nunca ponderan, digieren o ponen en práctica lo que leen.
Algunas personas leen muchos libros pero no pueden aprehender lo que leen, y algunos son incapaces de asimilar aquello que han llegado a conocer. Al-láh, Glorioso y Exaltado es Él, dice de estos: "Aquellos que recibieron la Torah, pero luego fallaron en practicarla son el asno cargado de grandes y pesados libros". (62:5)
No hay diferencia entre quienes leen sin aprehensión y no practican lo que han aprendido, y el burro cargado de libros. El poner a prueba nuestra comprensión no es fácil tarea. Nuestro bendito Maestro dijo que una hora de contemplación es más amada por Al-láh que sesenta años de adoración esforzada más allá y por encima del extremo exigible hasta tocar lo ejemplar. El iluminado místico turco, Yunus Emre, escribe: Conocer es comprender el conocimiento, conocer es comprenderse a sí mismo, ya que no te comprendes a ti mismo, ¿De qué sirve leer?
El conocimiento sin contemplación causa iguales sufrimientos que el alimento no digerido. Leer podría entenderse simplemente como pasar las páginas, pero la reflexión y la meditación requieren que el lector aplique sus poderes de aprehensión. Leer es la habilidad práctica de conocer los valores simbólicos de las letras, mientras que la verdadera comprensión exige el conocimiento de aquello a lo que estos símbolos se refieren. El más noble Mensajero recibió la orden de meditar en soledad el Monte Hira previamente a que le fuera entregada su misión Profética.
Las fuentes Islámicas están de acuerdo en que fue después de este prolongado período de meditación que el bendito Gabriel le trajo la inspiración Divina. El hombre es, de hecho, la corona de la creación. Todo cuanto vemos en este universo fue creado para la humanidad. En una sagrada Tradición, el Todo-Glorioso Único dice: "¡Oh Humanidad! Yo he creado todas las cosas para ti. Y a ti, te he creado para Mi Esencia Divina". De esta manera, el hombre es el vicegobernador de Al- láh. Mira, tu Señor dijo a los ángeles: "Crearé un vicegobernador para la tierra." (2:30)
El Sufismo, Tasawwuf en Árabe, es la ciencia del sendero místico que enseña al hombre su propio y verdadero valor. "Aquél quien se conoce a sí mismo, conoce a su Señor". Esta noble Tradición nos hace conscientes de que si en verdad un ser humano conoce su propia impotencia y mortalidad, comprende el poder y la fuerza, el esplendor y la majestad de su Señor, y experimenta lo que es el amor y el temer a ese exaltado Ser. El ser humano llega a ser verdaderamente humano cuando vislumbra que fue creado con amor, y que el temor reverente de la Verdad Divina es la iniciación de la sabiduría.
¡Oh amante buscador de la Verdad! Los fieles servidores de los Amigos de Al-láh, no son abandonados en la necesidad. Si Qitmir fue admitido al Paraíso porque era el perro de los Compañeros de la Cueva, ¿será desposeído el sirviente de un Santo? ¡Dios lo prohiba! Con seguridad no será despojado e ingresará en el Paraíso con el ser a quien sirvió. Acaso no nos dijo el Más Noble Mensajero: "Estamos junto a aquellos que amamos."
El discípulo es el hijo o la hija espiritual del guía. ¿Sería una madre o un padre capaz de abandonar sus descendientes, sin importar que los niños fueran buenos o malos? Los verdaderos guías son aún más compasivos hacia sus hijos espirituales. A través de la sobre-indulgencia, ignorancia, o falta de experiencia, los padres llevan a menudo a sus niños a una posición más baja que la que pudieran haber obtenido.
Sin embargo, como padres espirituales, los verdaderos guías están enteramente dedicados a la elevación de sus hijos espirituales hacia posiciones más altas, a dirigirlos hacia la felicidad y la seguridad en este mundo y en el Más Allá, y a asegurar su bienestar. Ellos no abandonan ni aún a los malos hijos espirituales. ¡No dudes de ello! La aprobación del verdadero guía es la aprobación del Noble Mensajero, y la aprobación del Noble Mensajero es la aprobación de Al-láh el Todo- Glorioso.
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