CRECE DESCONTENTO NACIONAL POR LA NUEVA MAFIA EN EL PODER
JUAN CASTRO SOTO ‒ “Herencia maldita” 3a parte
Algunas propuestas del ex presidente López Obrador (AMLO) podrían
funcionar en una verdadera democracia, mas no ahora.
La democracia sería el argumento más fuerte para la reforma
judicial, por eso la presidente espuria Claudia Sheinbaum insiste: “es lo
que el pueblo quiere”. Falso. La minoría que votó por ella no imaginó que
en su nombre los atropellos llegarían a tanto. De por sí, las leyes nunca
las ha hecho el pueblo sino una oligarquía que se asume representante.
En una genuina democracia no se reparten poderes sino mandatos: el
pueblo concentra el poder. Pero en este modelo fracasado de república,
deben exisitr contrapesos pues el poder lo esgrime una aristocracia, que
son los partidos políticos, y unos a otros se lo arrebatan con violencia.
Por ejemplo, las impugnaciones a las pasadas “elecciones de Estado”
las resuelve la Suprema Corte de Justicia y es otra razón de los legislado-
res para destruir el poder de los jueces. Se saben todos espurios.
En una genuina democracia, sólo un pueblo tonto podría aniquilar sus
propios derechos. Pero las leyes que nos quieren imponer contra los de-
rechos humanos, no son del pueblo: aniquilan los amparos y las contro-
versias constitucionales (única defensa ciudadana) alejándonos más de la
democracia. Es como decir: no más sindicatos en la ley de la selva capi-
talista. Una justicia charra al servicio del gran patrón “socialista”. Una ley
chatarra, descafeínada, sin nutrientes, sin democracia ni justicia. Vaya,
una “Ley de Herodes” si se quiere, de la conjugación “te chingas”.
Igual que AMLO en su contradictorio frente a la corrupción, la pseu-
dopresidenta busca enterrar al Sistema Nacional Anticorrupción, al Insti-
tuto para la Transparencia (INAI) y todo lo que pueda exhibir la pudredum-
bre de la 4T. ¿El argumento?: “Seguridad nacional”.
Inician cuesta arriba sin beneficio de la duda: el conteo ciudadano de
votos es muy claro. ¡Abajo Sheinbaum!, se escucha desde el 2 de junio.
Por otro lado, los gobiernos deberían crear dinero propio para el desa-
rrollo nacional, sin deudas con bancos a los que entregan la soberanía
monetaria. Sin embargo, ¡líbrenos la hora con estos gobiernos caverníco-
las! ¿Imagina usted los atropellos de nuestros gobernantes generando di-
nero sin una ciudadanía que los controle e indique para qué y cómo? Es
que, sin democracia política, la democracia económica no es posible.
Entonces ¡los impuestos!, cuando un país con soberanía monetaria no
los requiere: puede crear todo el dinero necesario, sin inflación. Pero no.
Nos roban con impuestos pues se vendió todo el aparato productivo y no
hay otros ingresos. Tanto peor si se improvisan o recuperan empresas –
antes exitosas– que ahora arrojan puras pérdidas, como el Tren “Maya”.
Impuestos que no son inversiones del pueblo o una eufemística “con-
tribución”. Son, como se oye, impuestos. Imposiciones para sus caprichos,
con tu dinero. ¿No pagas?... ¡cárcel!
¡Qué fácil es dilapidar el dinero ajeno! Derrochando en negocios faraó-
nicos que nadie pidió y basta decir
“no funcionó” sin consecuencia al-
guna. Se dilapida en exorbitantes
estipendios y jubilaciones de los
tres poderes, del INE, del Banco
de México... Se malgasta en in-
demnizaciones y deudas colosa-
les que no deberían ser; en la inútil
militarización; en elecciones que son
una tomadura de pelo; en la revoca-
ción de mandato donde AMLO perdió
15 millones de votos; dinero a la ba-
sura en el falso juicio a los expresiden-
tes; en el robo de rifas amañadas
como el avión, y ¡ahora de jueces!; mi-
llonadas que desparecen y no pasa
nada, digamos Segalmex... y ahora
en vestidos nuevos cada mañana. Las
mieles del poder.
Todo, con impuestos que no debe-
mos pagar por ser dinero generado
con nuestro trabajo, dinero tuyo y no
del César, ni de Cleopátra.
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