Navegar a través del Internet, ver la televisión o una pantalla de ordenador hasta la madrugada o quedarse dormido ante ellos podría aumentar las posibilidades de sufrir depresión.
Según un estudio realizado durante ocho semanas con hámsteres por un equipo neurocientíficos de la Universidad de Medicina de Ohio y auspiciado por el Departamento de Defensa de EE.UU., en las primeras cuatro semanas, los hámsteres permanecían en condiciones similares a la luz que produce una televisión en una habitación oscura y sus comportamientos se verificaron con otros hámsteres a los que se les combinaban periodos de luz-oscuridad.
En las semanas restantes, los hámsteres que estuvieron bajo la luz tenue fueron puestos a las mismas condiciones que al segundo grupo estudiado, antes de que se empezara a cosechar resultados.
Los análisis señalaron que no eran tan activos como el segundo grupo y que su interés por el agua potable de azúcar era menor de lo habitual, unos síntomas que son comparables a los signos de la depresión en las personas, ya que los cambios en los hámsteres se hallaron en el mismo lugar, en una parte del cerebro llamada hipocampo.
Además, los hámsteres expuestos a la luz tenue de la noche, producían más cantidad de la proteína factor de necrosis tumoral (TNF), un mensajero químico que se moviliza cuando el cuerpo se enferma, aunque los efectos de esta proteína pueden bloquearse con un fármaco que previene la depresión.
“Los investigadores han encontrado una fuerte asociación (en personas) entre la inflamación crónica y la depresión", dijo Randy Nelson, un miembro de ese estudio, “por eso es muy significativa esta relación entre la luz tenue de la noche y la expresión aumentada de TNF”.
De acuerdo con los investigadores, las señales generales de la depresión fueron reversibles, ya que los hámsteres se recuperaron de los síntomas de la depresión dos semanas después de volver a los ciclos luz-oscuridad.
En este sentido el director del estudio, Tracy Bedrosian, expresó: “La buena noticia es que las personas que se quedan hasta tarde frente a la televisión y el ordenador pueden ser capaces de deshacer algunos de los efectos nocivos sólo por ir de nuevo a un regular ciclo luz-oscuridad y reducir al mínimo su exposición a la luz artificial por la noche”.
Según un estudio realizado durante ocho semanas con hámsteres por un equipo neurocientíficos de la Universidad de Medicina de Ohio y auspiciado por el Departamento de Defensa de EE.UU., en las primeras cuatro semanas, los hámsteres permanecían en condiciones similares a la luz que produce una televisión en una habitación oscura y sus comportamientos se verificaron con otros hámsteres a los que se les combinaban periodos de luz-oscuridad.
En las semanas restantes, los hámsteres que estuvieron bajo la luz tenue fueron puestos a las mismas condiciones que al segundo grupo estudiado, antes de que se empezara a cosechar resultados.
Los análisis señalaron que no eran tan activos como el segundo grupo y que su interés por el agua potable de azúcar era menor de lo habitual, unos síntomas que son comparables a los signos de la depresión en las personas, ya que los cambios en los hámsteres se hallaron en el mismo lugar, en una parte del cerebro llamada hipocampo.
Además, los hámsteres expuestos a la luz tenue de la noche, producían más cantidad de la proteína factor de necrosis tumoral (TNF), un mensajero químico que se moviliza cuando el cuerpo se enferma, aunque los efectos de esta proteína pueden bloquearse con un fármaco que previene la depresión.
“Los investigadores han encontrado una fuerte asociación (en personas) entre la inflamación crónica y la depresión", dijo Randy Nelson, un miembro de ese estudio, “por eso es muy significativa esta relación entre la luz tenue de la noche y la expresión aumentada de TNF”.
De acuerdo con los investigadores, las señales generales de la depresión fueron reversibles, ya que los hámsteres se recuperaron de los síntomas de la depresión dos semanas después de volver a los ciclos luz-oscuridad.
En este sentido el director del estudio, Tracy Bedrosian, expresó: “La buena noticia es que las personas que se quedan hasta tarde frente a la televisión y el ordenador pueden ser capaces de deshacer algunos de los efectos nocivos sólo por ir de nuevo a un regular ciclo luz-oscuridad y reducir al mínimo su exposición a la luz artificial por la noche”.
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