Así funcionan las armas químicas de Siria
La oposición siria acusó a las fuerzas del presidente Bachar al Asad de lanzar gas venenoso y causar hasta 1.300 muertes; sería el peor ataque con armas químicas en el mundo en décadas
La oposición siria acusó el miércoles a las fuerzas del presidente Bachar al Asad de lanzar gas venenoso a cientos de personas cerca de Damasco y causar hasta 1.300 muertes, en lo que si se confirma sería el peor ataque con armas químicas en el mundo en décadas.
En 1915 el combate en el campo de batalla estaba estancado y el 22 de abril los alemanes liberaron 168 toneladas de cloro líquido luego de esperar el viento en dirección a las trincheras enemigas. El cloro se hallaba en 6.000 tubos que habían sido trasladados en forma secreta hacia el frente de batalla. Al liberarse el cloro, se formó una nube amarilla que se desplazó rápidamente. El gas producido por el cloro descendió hasta el piso, por ser más pesado que el aire y penetró en las trincheras.
Los efectos causados fueron quemaduras en garganta y pulmones, lo que dejó un saldo de 5.000 muertos y 10 mil lesionados, además de despejar 6,5 kilómetros en el campo de batalla.
Más adelante, el cloro fue utilizado por los dos bandos y se incorporó el gas mostaza, por ser más efectivo, ya que no podía ser evitado con el uso de máscaras antigás. Con el solo contacto en la piel el gas mostaza es letal, pues provoca severas quemaduras en las zonas expuestas.
El gas se lanzaba con proyectiles de artillería que despedían minúsculas gotas de un líquido marrón. A los pocos minutos el gas podía provocar enormes llagas, dolorosas quemaduras, vómitos y ceguera temporal.
Al finalizar la guerra, en 1918, se habían utilizado 125 mil toneladas de agentes químicos por parte de ambos bandos. Algunas cifras hablan de alrededor de 1,1 millones de heridos y 85 mil muertos causados directamente por los agentes químicos durante el conflicto bélico.
Desde el aire
En 1935 el gas mostaza fue utilizado nuevamente, esta vez por las fuerzas italianas de Benito Mussolini. Lo novedoso fue el uso de la aviación, que lanzó bombas desde el aire cargadas con el gas letal.
Gas Sarín
El gas neurotóxico, creado poco antes de la Segunda Guerra Mundial revolucionó la guerra química. Causa la pérdida total del control muscular y la muerte en poco minutos. El gas Sarín fue la segunda versión de esta clase de gases y multiplicó por 10 los efectos de su antecesor.
Alemania no lo utilizó en el campo de batalla pero sí en las cámaras de gas.
La llegada del Antrax
Al final de la Segunda Guerra Mundial tomó notoriedad el Antrax, que constituyó la peor amenaza, ya no química sino biológica. Es una enfermedad bacteriana que puede infectar a los seres de sangre caliente.
El Napalm de Vietnam
En 1955 las tropas de EEUU utilizaron bombas de fósforo o Napalm en la selva vietnamita. Este producto, disparado desde el aire genera una nube que se extiende arrasando con lo que encuentre en su camino. Además de los daños ecológicos, el Napalm produce perforación en los pulmones, asfixia, quemaduras y ceguera, entre otros males.
Guerra de Irak e Irán
En el conflicto que comenzó en 1980 Irak utilizó gas mostaza a través de ataques aéreos. En 1988, Irak, al mando de Sadam Husein, también lanzó gas contra los kurdos.
En 1915 el combate en el campo de batalla estaba estancado y el 22 de abril los alemanes liberaron 168 toneladas de cloro líquido luego de esperar el viento en dirección a las trincheras enemigas. El cloro se hallaba en 6.000 tubos que habían sido trasladados en forma secreta hacia el frente de batalla. Al liberarse el cloro, se formó una nube amarilla que se desplazó rápidamente. El gas producido por el cloro descendió hasta el piso, por ser más pesado que el aire y penetró en las trincheras.
Los efectos causados fueron quemaduras en garganta y pulmones, lo que dejó un saldo de 5.000 muertos y 10 mil lesionados, además de despejar 6,5 kilómetros en el campo de batalla.
Más adelante, el cloro fue utilizado por los dos bandos y se incorporó el gas mostaza, por ser más efectivo, ya que no podía ser evitado con el uso de máscaras antigás. Con el solo contacto en la piel el gas mostaza es letal, pues provoca severas quemaduras en las zonas expuestas.
El gas se lanzaba con proyectiles de artillería que despedían minúsculas gotas de un líquido marrón. A los pocos minutos el gas podía provocar enormes llagas, dolorosas quemaduras, vómitos y ceguera temporal.
Al finalizar la guerra, en 1918, se habían utilizado 125 mil toneladas de agentes químicos por parte de ambos bandos. Algunas cifras hablan de alrededor de 1,1 millones de heridos y 85 mil muertos causados directamente por los agentes químicos durante el conflicto bélico.
Desde el aire
En 1935 el gas mostaza fue utilizado nuevamente, esta vez por las fuerzas italianas de Benito Mussolini. Lo novedoso fue el uso de la aviación, que lanzó bombas desde el aire cargadas con el gas letal.
Gas Sarín
El gas neurotóxico, creado poco antes de la Segunda Guerra Mundial revolucionó la guerra química. Causa la pérdida total del control muscular y la muerte en poco minutos. El gas Sarín fue la segunda versión de esta clase de gases y multiplicó por 10 los efectos de su antecesor.
Alemania no lo utilizó en el campo de batalla pero sí en las cámaras de gas.
La llegada del Antrax
Al final de la Segunda Guerra Mundial tomó notoriedad el Antrax, que constituyó la peor amenaza, ya no química sino biológica. Es una enfermedad bacteriana que puede infectar a los seres de sangre caliente.
El Napalm de Vietnam
En 1955 las tropas de EEUU utilizaron bombas de fósforo o Napalm en la selva vietnamita. Este producto, disparado desde el aire genera una nube que se extiende arrasando con lo que encuentre en su camino. Además de los daños ecológicos, el Napalm produce perforación en los pulmones, asfixia, quemaduras y ceguera, entre otros males.
Guerra de Irak e Irán
En el conflicto que comenzó en 1980 Irak utilizó gas mostaza a través de ataques aéreos. En 1988, Irak, al mando de Sadam Husein, también lanzó gas contra los kurdos.
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