Diccionario islámico de ciencias políticas (6ta entrega)
Capital
01/04/2014 - Autor: Prof. Yahia Said Al Andalusí - Fuente: Webislam
Las embajadas extranjeras (principalmente las de EE.UU. y la UE) cumplen función de lobbystas de sus bancos
CAPITAL
Conjunto de bienes afectados o destinados a actividades económicas
Capital no es sinónimo de dinero, en la era preliberal, no existía “capital”, fuera de las herramientas de los artesanos y los instrumentos de labranza, de tan escaso valor, que no merecen ser considerados.
Había sí, riquezas, consistente en bienes de consumo y de uso, o una moneda que permitía adquirir tales bienes. El empleo de la riqueza, estaba pues limitado por las posibilidades de consumo. Los excedentes de riqueza solo podían ser guardados en forma de moneda, completamente inutilizable, pues con ellas no se obtendría ni mayor riqueza ni mayor poder.
En Europa a fines del siglo XVIII, esto generó el dilema de la burguesía, que se había hecho de enormes reservas en metálico con el comercio de ultramar y clandestinamente con la usura, pero sin embargo el más pobre de los hidalgos del rey poseía más poder que un burgués que era además despreciado por su actividad.
Esto dio lugar a la subversión burguesa, cuyo fin no era otro que el de transformar la riqueza en capital, es decir hacerlo el medio de control del proceso productivo, una de las características principales del capitalismo. De esta forma, la burguesía adquiría poder político y prestigio social, de ahí que entre las primeras medidas de los burgueses triunfantes, estuvo la disolución de los gremios de artesanos, y la conversión del siervo en arrendatario, lo cual trajo como consecuencia la “libre empresa” y la “libertad de comercio” y otras formas que acabaron perjudicando gravemente al proletariado, que en un primer momento había sido reclutado por la burguesía para ejecutar su subversión.
Hay varios medios de construir un capital: apropiación de bienes ajenos, explotación de los asalariados, especulación e intermediación innecesaria, usura; y hasta, en mucha menor medida ahorro personal, salvo en este último caso, el proceso de capitalización depende de la posesión de un capital anterior, la condición del adquirir dinero es poseer dinero, es así que la burguesía, que acumulaba dinero en el siglo XVIII en grandes cantidades, se pudo mantener en el poder hasta hoy, manteniendo el monopolio de las finanzas del mundo.
Sin embargo el proceso de capitalización individual era lento y desigual, y por otro lado solo los bancos, podían practicar el drenaje directo del ahorro, por ende, los capitalistas en el siglo XIX y XX, se agruparon cada vez mas, la competencia liberal favorece evidentemente al mas fuerte, de ahí que tanto los capitalistas (los burgueses ya dueños del método de producción, ya en el capitalismo) se agruparon y legitimaron sus actividades antes deshonrosas y consideradas parasitarias, mediante leyes liberales. Entonces el capital fue concentrándose cada vez mas.
No obstante, fue en el siglo XX, en los países soviéticos, donde se logró la suprema concentración del capital: su unificación en poder de una minoría oligárquica, numéricamente muy inferior a la burguesía, fue total, quedando el resto, es decir en la práctica toda la población excepto unos pocos, en condición de súbditos asalariados, en el mejor de los casos. La concentración estatista, no hace pues, más que incrementar el increíble poderío que da en el sistema capitalista la posesión de los medios de producción.
El goce que presta al capitalista su capacidad de consumo, puede ser más o menos legítimo, según sea la función específica que desempeñe. Pero el poder que otorga el capital sobre la sociedad toda, solo podría justificarse si estuviera empleado en provecho de la comunidad. Lo cual, evidentemente no es el caso de ningún estado capitalista, ni lo era en los estados comunistas, pues en ambos la minoría oligárquica avasalla a la sociedad toda sometiéndola a un proceso de proletarización.
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