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martes, 1 de abril de 2014

Judíos kázaros, ¿una fantasía? - Judíos y kázaros, ¿otra vez o nunca?


Judíos kázaros, ¿una fantasía? - The Learning Diary of an Israeli Water Engineer

El profesor Moshe Gil escribió un largo artículo en Haaretz el 28 de abril de 2009 refutando toda la historia judía de los kázaros. Moshe Gil es un conocido historiador de la vida judía medieval Moshe Gil está especializado en la interacción histórica entre el Islam y los judíos, incluyendo la historia de Palestina bajo la dominación islámica, la institución de la Exilarcado y unos comerciantes judíos conocidos como los Radhanites (un distrito en Mesopotamia conocido como "la tierra de Radhan").

Toda esta historia de los judíos kázaros, tal como Moshe Gil nos muestra, comenzó en la España musulmana, con una correspondencia imaginaria entre el rey de los kázaros y una serie de escritores judíos de la España musulmana meridional (Al-Andalus), correspondencia que detalla cómo el rey kázaro había estudiado y comparado las diferentes religiones y habría optado por convertirse al judaísmo.

Moshe Gil, que estudiado detenidamente esa correspondencia (sobre todo por su trabajo analizando algunos 846 fragmentos de los documentos hallados en la Genizah de El Cairo), nos demuestra como fue escrita cuando el reino Kazaro había dejado de existir, además de que muchos otros detalles parecen demostrar que esa correspondencia era apócrifa, imaginaria y permitió proporcionar una base adecuada para un diálogo literario moralista. Las supuestas cartas (que ciertamente existen y son del único elemento auténtico de esta supuesta correspondencia) describen a un reino lejano cuyos gobernantes optaron por el judaísmo, un territorio en suma donde los judíos no eran perseguidos ni oprimidos, y donde los kázaros eran unos guerreros poderosos y valientes que se enfrentaron a los ejércitos bizantinos y árabes (Los auténticos e históricos kázaros lucharon con éxito ante las sucesivas invasiones árabes).

Por otro lado, hay muchas fuentes históricas muy próximas a los auténticos kázaros donde nadie menciona o se sugiere que hubieran sido judíos de religión.

El profesor Moshe Gil determina concretamente su argumento con el estudio del tomo trece del erudito Menashe Benjamin Levin sobre la inmensa correspondencia de los "gueonim" ("genios", el título honorífico de los rabinos judíos de Bagdad) de aquellos tiempos. La correspondencia se ocupa de innumerables detalles de la vida judía en Asia, pero no existe ninguna referencia a la supuesta judeidad de los kázaros o de sus reyes. Los judíos bagdadíes (los comerciantes de Radhan) mantuvieron un intenso comercio con los kázaros y algunos de ellos alcanzaron posiciones prominentes en la corte kázara, sin embargo no hacen mención alguna de que ningún kázaro se convirtiese al judaísmo. El profesor Moshe Gil llega finalmente a la conclusión de que toda la leyenda acerca de la judeidad de los reyes kázaros fue una fantasía nacida en el sur de España. La leyenda sin duda alimentaba las necesidades psicológicas de unos literatos judíos que se sentían oprimidos en la España musulmana, la cual por cierto no era un supuesto paraíso para los judíos (o cristianos).

La leyenda de los supuestos judíos kázaros fue popularizada por el escritor judío húngaro Arthur Koestler en su libro "La Decimotercera Tribu". Koestler fue una persona muy perspicaz, por lo que tuvo que haber comprendido que toda la historia de los judíos kázaros era apócrifa, sin embargo él tenía su propia agenda: demostrar la insensatez del programa nazi de exterminar a unos judíos ashkenazis que "en realidad no eran de origen propiamente judío". El libro de Koestler resulta muy entretenido, e incide más en la participación kázara (también judía) en la conquista de Hungría por tribus húngaras y el establecimiento del Estado de Rusia que en el evanescente judaísmo de unas tribus turcas esteparias.

Además, considero que el hecho de la inexistencia histórica de los judíos kázaros debería haber sido bien conocida entre los investigadores serios, pero la gente tiende a no atacar las leyendas nacionales en público. Ningún científico escribe artículos académicos que desacrediten el supuesto origen divino solar de la casa real japonesa, ni tampoco es un tema para la investigación académica. Los reyes judíos de Kazaria pertenecen a la misma categoría de mitos fundacionales. Sirve a un propósito.


Judíos y kázaros, ¿otra vez o nunca? - Jewish Ideas Daily

La conversión en masa al judaísmo de los kázaros, un pueblo turco del norte del Caucaso, durante la mitad del siglo VIII ha disparado la imaginación durante siglos. Los viajeros medievales contaban historias tentadoras de un reino judío más allá de las montañas. En el siglo XII, el gran poeta hispano-hebreo Yehuda Halevi enmarcó su obra filosófica, El Kuzari, en torno a esta historia.

Un uso muy diferente de la misma historia fue realizada por los teóricos raciales del siglo XIX, por Arthur Koestler en el siglo XX, y por el historiador israelí Shlomo Sand en el XXI. Afirmando que los judíos ashkenazies en su conjunto no procedían del antiguo Israel, sino de los kázaros conversos, estos y otros autores han argumentado que cualquier conexión entre los modernos judíos ashkenazies y los israelitas de la antigüedad, o con la tierra de Israel, es un mito, una ficción de la moderna propaganda sionista.

Estos argumentos han sido ampliamente refutados en sus propios términos. Pero, y en primer lugar, ¿y si los kázaros nunca hubieran sido judíos? ¿Y si la historia de la conversión es en sí misma un mito? Esta es la tesis de un artículo de gran alcance que acaba de publicarse en la erudita revista hebrea Tziyon por Moshe Gil, un emérito profesor de la Universidad de Tel Aviv y un destacado historiador de los primeros siglos del Islam.

Dado que los kázaros no dejaron ningún registro de su historia, la evidencia de su existencia se debe buscar en la obra de los historiadores árabes más o menos contemporáneos. Resulta que, entre aquellos que mencionan o discuten sobre los kázaros, casi ninguno dice nada acerca de su conversión o de que su rey se hubiera convertido al judaísmo. En cuanto a los pocos que citan la supuesta judeidad de los kázaros, todos ellos se basan en una sola fuente, el cronista Ahmad ibn Fadlan, que fue el emisario del califa en la región de 921 a 923. Según Ibn Fadlan, el virrey de los búlgaros, un estado vasallo de los kázaros, le dijo que "los kázaros y su rey eran judíos y los Sakaliba [es decir, los eslavos] y todos los demás pueblos estaban subordinados a él y él trataba de hacerlos sus esclavos y que se sometieran a él".

Pero, ¿qué significa el término "judío" en este contexto? Claramente, Gil describe que ese relato fue pensado como un insulto y una manera de ganarse el favor del califa. (Los búlgaros recientemente se habían convertido al Islam.) En efecto, las costumbres kázaras mencionadas por Ibn Fadlan, como la decapitación de cadáveres antes del entierro, apenas suenan judías en absoluto.

¿Qué pasa con las fuentes judías contemporáneas? A partir del 750 al 950 d. C., las principales autoridades religiosas del judaísmo fueron los sabios (geonim) que residían en lo que hoy es Irak. Ellos recibieron y respondieron (las responsas) las preguntas que les llegaban sobre asuntos de la ley religiosa y la interpretación textual procedentes del Mediterráneo, Europa y Asia Central. En ninguna parte de esta voluminosa correspondencia podemos encontrar mención alguna del reino judío de los kázaros. De hecho aparece más tarde, en otros escritos judíos, como la epístola del cortesano hispano-judío Hasday ibn Shaprut (ca. 915-970/990) al rey Kázaro, pero estos mismos escritos, según Moshe Gil, fueron inspirados por unas fuentes árabes decididamente escasas y ambiguas.

La rigurosa erudición de Moshe Gil, si se la hace caso, puede patear el trasero de una serie de teorías como las de Sand. Sin embargo, uno no puede dejar de entristecerse ante la perspectiva de perder una de las leyendas más encantadoras de la historia judía. La leyenda kázara nos dice muy poco del final de la vida judía en el norte del Cáucaso entre los siglos VIII-X, pero la historia de la leyenda y sus usos nos dice mucho acerca de cómo se ha entendido la identidad judía y su continuidad, ya sea celebrándola, o deslegitimándola.

¿Fue sólo un sueño? Un encantador consuelo de unos judíos sumidos en su existencia apatridia y viviendo en el exilio? Sin duda fue una provocación - sobre todo de Yehuda Halevi -, la cual trataba de extender los horizontes intelectuales hacia una visión más poderosamente universal del judaísmo.

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