Lucifer, el Diablo y Satán
¿En qué forma podrían brotar en nosotros las Virtudes si no existiese la Tentación?
11/07/2014 - Autor: Jesús Beltrán, Mª Milagros Araúz - Fuente: Webislam
Mucho se ha hablado sobre el Diablo, mucho también se ha escrito sobre este tema, pero son pocos los que lo han explicado realmente. El origen de este mito hay que buscarlo en las criptas iniciáticas del pasado y en las cavernas arcaicas. Revisando viejas mitologías de los antiguos tiempos, venimos a evidenciar que tal mito Satánico fue divulgado en todos los rincones del mundo por los sacerdotes de la religión Heliólatra o Heliocéntrica (Culto o adoración al Sol), "Helios es el Nombre Sagrado del Absoluto", y que antes fuera la Religión Universal. Recordemos, que hubo épocas en el pasado, en que se levantaron por doquiera, en todos los lugares del planeta Tierra, templos al Sol y al Dragón.
Existieron los Cultos Draconianos, y los sacerdotes de la citada religión Universal se decían a sí mismos: "Hijos del Dragón", o se calificaban de “Dragones”. Tal símbolo se ha utilizado para representar la sombra del Sol (de Dios). En el Egipto de los faraones, el Sol, el Sagrado Sol Absoluto, estuvo siempre simbolizado por Osiris, mientras su sombra, su reflexión, fue alegorizada por Tiphón. En los misterios griegos, el Sol Espiritual, el Demiurgo Creador, fue siempre simbolizado por Apolo; su sombra se alegoriza por Pityón. San Jorge también es representado siempre con el Dragón.
En el Apocalipsis de San Juan, el Cristo Sol resplandeciente se halla simbolizado por el Arcángel San Miguel, la Divinidad guerrera, mientras su sombra Cósmica es personificada por el Dragón Rojo (Ap. 12. 7-10). Luz-Sombra. Día-Noche. Blanco-Negro. Marcan un dualismo cuya síntesis es la Sabiduría.
¿En qué forma podrían brotar en nosotros las Virtudes, si no existiese la Tentación? Dios mismo, Él mismo, no nos puede tentar. Su Sombra, sí.
Lucifer: ¿Quién es Lucifer?: Lucifer es la Reflexión del Logos, La Sombra de Dios. Es el que produce la Luz, El Príncipe de la Luz; en otros tiempos, al Hacedor de Luz se le confundía con Venus, la Estrella de la Mañana (la primera en aparecer en el firmamento y la última en dejar de verse). El Apocalipsis de San Juan dice: "al que venciere… y le daré la estrella de la mañana"(Ap. 2. 26-28). Es la Piedra Cúbica Perfecta. Por tanto, Lucifer es la Reflexión del Logos en nosotros. Es el que nos da el impulso sexual, el que nos pone la tentación, el que nos entrena; el que nos pone las pruebas, nunca para que caigamos, sino para que venzamos y salgamos victoriosos; es escalera para bajar y escalera para subir. "Hay que robarle el fuego al diablo".
Es la Reflexión de nuestro propio Ser Íntimo, en nosotros mismos y dentro de nuestra propia Conciencia, aquí y ahora. Por lo tanto, es nuestro entrenador en el gimnasio de la vida (recordemos la importancia que tiene el entrenador y el entrenamiento en el deporte, cuanto más duro sea el entrenador en el entrenamiento, mejor resultado darán a la hora de la verdad). En el gimnasio psicológico de la existencia humana, se requiere siempre un entrenador, con el propósito de conseguir poderes, facultades, virtudes etc. "El hierro se templa con fuego". "La Virtud con la Tentación". Las buenas espadas, a golpes se las templan.
El diablo: ¿Quién es el Diablo?: Es la polarización negativa de Lucifer ennegrecido por el Ego. De ahí que haya que blanquear el Latón. Es la Piedra Filosofal del Alquimista en estado bruto, la que hay que labrar, convertirla en Piedra Cúbica Perfecta, simbolizada por el “Macho Cabrío de Méndez” de las escuelas de Misterios de la Edad Media. El Diablo está representado por el Dragón, representa a las Tinieblas. Es Lucifer ennegrecido por el Ego. Si invocamos, en las dimensiones Superiores, al Lucifer de alguien que ha conseguido la Auto-Realización es Luz Radiante; si invocamos al Lucifer de alguien que aún tiene Ego, se nos manifestará el Diablo negro como el carbón.
Vencer al Dragón, matar al Dragón, es urgente cuando se quiere salir victorioso. Esto significa salir triunfante en todas las tentaciones puestas por el Dragón; salir victorioso es eliminar el Ego. Por eso nos representan al Arcángel San Miguel con el Dragón Rojo (los demonios Rojos de Seth) y a San Jorge con la Lanza hiriendo al Dragón. Ese Dragón es la polarización negativa de Lucifer dentro de nosotros. Vencer la tentación y eliminar el Ego. Conseguido esto, el Diablo es ya Lucifer, La Estrella de la Mañana.
"Hay que aprender a vivir peligrosamente". "El cielo se toma por asalto, los valientes lo han tomado". Saber retirarse a tiempo del acto sexual antes de llegar al espasmo (para no tener jamás eyaculación, ni dentro ni fuera de la matriz de la mujer), es de valientes, eso es vencer la tentación, la pasión animal; así se toma el cielo, hay que robarle el fuego al Diablo. La lucha entre el bien y el mal ha estado presente en todas las culturas, en todas las Escuelas de Misterios, Escuelas Iniciáticas y en sus Templos.
En los suelos de los templos antiguos encontramos losas blancas y negras representando la lucha entre la Luz y las Tinieblas. Hemos dicho que Luz y Sombra marcan un dualismo cuya síntesis es la Sabiduría. Lucifer es el hilo que conduce a la Sabiduría. Es el hilo de Ariadna, gracias a ese hilo salimos del Laberinto de la vida. ¿A qué laberinto nos referimos? Al laberinto de teorías a las que estamos sometidos constantemente. El laberinto de teorías es más amargo que la muerte. Mientras unos afirman una cosa, otros la niegan u opinan lo contrario. Hay innumerables teorías, escuelas de toda especie, organizaciones de toda índole. Unos aseguran que el camino es tal o cual, otros que por allí no, que por acá, etc.; otros niegan hasta la existencia de algún camino y nosotros tenemos que orientarnos en medio de ese gran Laberinto de Teorías y de conceptos auténticos. Se hace por tales motivos, muy difícil llegar hasta el centro, pero es precisamente en el centro donde podemos encontrar al Minotauro Cretense. ¿Quién es el Minotauro?, el Ego. Cuando uno ha logrado llegar al centro del Laberinto, tiene que ingeniárselas para salir de él. Nosotros necesitamos, como Teseo, el hilo de Ariadna para salir de aquel laberinto.
El Minotauro que se encontraba en el centro del laberinto de la Isla de Creta y al que Teseo logró derrotar, es el Ego. El laberinto son las distintas teorías que dificultan el camino. El Minotauro es un monstruo animalesco, según la mitología griega. Se dice que Teseo logró orientarse en medio de ese laberinto hasta llegar a donde estaba el Minotauro y, enfrentándose en lucha cuerpo a cuerpo, logró vencerlo. La salida de ese laberinto fue posible mediante el hilo de Ariadna. Pero, ¿cuál es en realidad el hilo de Ariadna? ¡Lucifer! La Piedra Filosofal está simbolizada en la Catedral de Notre Dame de París por Lucifer. El Sexo es el Hilo de Ariadna para salir del Laberinto. Lucifer es el que da el impulso sexual. El que nos pone la tentación.
Una vez aclarado esto, preguntémonos: ¿dónde está la maldad del Diablo? Los resultados son los que hablan. Si no hay Tentación, no hay Virtud; cuanto más fuerte sean las tentaciones, más grandes serán las virtudes; lo importante es no caer en tentación, y por eso debemos rogar al Padre diciendo: "No me dejes caer en la tentación". Lucifer, es pues, nuestro entrenador, el que nos lanza las pruebas, y nunca para que caigamos, sino para que podamos alcanzar las Virtudes. Él nos prepara en el gimnasio de la vida, nos va entrenando, y cuando Él ve que estamos preparados nos pone la tentación. Es necesario salir victorioso de las pruebas. El Trabajo con el día a día nos va entrenando.
En las Escuelas de Misterios de la Edad Media, estaban las pruebas del Macho Cabrío de Méndez. Cuando se consideraba que el neófito estaba preparado, llegaba la prueba maestra. Era conducido al interior del Templo con los ojos vendados; alguien le arrancaba de improviso la venda y, ante él, se encontraba una figura insólita, se encontraba en presencia del Macho Cabrío de Méndez, figura extraña del Diablo; en la frente lucían los cuernos, sobre su cabeza una antorcha de fuego; pero algo indicaba que se trataba de un símbolo. Se trataba de Tiphón Bafometo. La antorcha ardiente sobre su cabeza brillaba; además, en su frente lucía la Estrella Flamígera de cinco puntas, con el ángulo superior hacia arriba y los dos ángulos inferiores hacia abajo. Esto era lo que indicaba que la figura no era tenebrosa. Se le ordenaba al neófito besar el trasero del Diablo; si el neófito desobedecía, se le ponía otra vez la venda en los ojos y se le sacaba por una puerta secreta; todo esto sucedía a la media noche, teniendo mucho cuidado de no ser víctimas de la Inquisición. Pero si el neófito obedecía, entonces, de aquel cubo (símbolo de la piedra cúbica perfecta), sobre el cual estaba sentada la figura de Tiphón Bafometo, se abría una puerta y por allí salía una Isis que recibía al iniciado con los brazos abiertos; aquella Isis instruía al iniciado en los misterios del sexo.
Estamos en una época en que afortunadamente se puede hablar de asuntos Esotéricos públicamente, a la luz del día o en las tinieblas de la noche. No ha sido siempre así. En la Edad Media, con la famosa Inquisición, que algunos atribuyen a Gregorio IX y otros a Santo Domingo, en todo caso, fue espantosa la Inquisición. No quiere decir que antes no existiese Esoterismo, sí lo hubo y muy grande, recordemos a Cornelio Agripa, a Felipe Teofrasto (Paracelso), y también al no menos famoso doctor Fausto, encantador y mago, todavía no nos explicamos como el Dr. Fausto no cayó en esas redadas, siendo tan famoso como era; se rio de la Inquisición, obviamente el Dr. Fausto poseía poderes extraordinarios. Estos tres fueron discípulos del muy respetable y venerable Gran Maestro Abad Tritemus, dicho Abad enseñaba Esoterismo en pleno monasterio medieval, milagrosamente no fue a parar a la hoguera; así fue de grande la horrible Inquisición de las hogueras encendidas por la iglesia de Roma, por la iglesia católica.
Alquimistas existieron y muy famosos, recordemos a Nicolás Flamel, tan grandioso, que escribió magnificas obras, hizo mucho por la humanidad, enseñó todos los pasos de la Gran Obra, no cayó en la Inquisición milagrosamente. Tampoco cayó el muy famoso Raimundo Lulio, pero después, en su afán de llevar el Cristianismo Esotérico, se dirigió a un pueblo que nada sabía de Esoterismo y a pedradas lo mataron, lo lapidaron en el mundo árabe.
Existió en los monasterios el Esoterismo, por entonces, no se podía hablar en forma pública como lo hacemos hoy, quien así procedía era juzgado por hereje o brujo y quemado vivo en la plaza pública. Mucho se ha escrito acerca de las torturas inquisitoriales, se han expuesto con todo lujo de detalles hechos que llegan a poner los pelos de punta. Cierto autor contaba, decía: "Como quiera que las brujas al ser echadas al agua no se hundían, flotaban, porque el demonio (de ahí viene lo del demonio, diablo) les ayudaba, había entonces que someterlas a otras torturas". Aconsejaban que aquél, hombre o mujer, que fuera acusado de brujería y herejía, que se le amarrase al púlpito con un cable, que se le ataran las manos por detrás y que se le soltara a fin de que se quedase flotando en la cuerda, en esa postura; de colgado por los brazos con las manos atadas atrás. Pensemos lo que significa ese martirio, ¡qué dolores tan espantosos sentiría aquella víctima! Por aquellos tiempos, se quemaron a personas vivas, se les levantaron las uñas, se les metían clavos entre las uñas, se les quemaron los pies, las torturas llegaron hasta el infinito. Todo eso era justicia divina y humana. Esto, entre otras cosas, ha sido la causa de que en nuestros días todo está degenerado. Así actuó la iglesia católica en la inquisición.
El Macho Cabrío, como el Diablo, representa la energía sexual. Tiphón Bafometo también representa la fuerza tremenda con que hay que trabajar. Los cuernos de Lucifer representan los grados de Poder Ocultos. Los cuernos representan los Tridentes. Cada Tridente indica un grado de fuerza, un grado de Poder, máximo 6 Tridentes.
Tridentes: Es un atributo o premio simbólico, esotérico, que logran los que han desarrollado el cien por cien de Razón Objetiva, poseyendo la total y absoluta Iluminación. Cada Tridente indica un grado de fuerza o desarrollo de la razón objetiva; se desarrolla cuando se realiza la Obra. Los cuernos representan la constelación de Tauro, el Verbo, La Palabra, los grados de Hierofante. Cuando Miguel Ángel (era un iniciado) cinceló en la piedra viva a Moisés, puso sobre su frente, en su cabeza, aquellos simbólicos cuernos. Los clarividentes le vieron con dos rayos de luz en la frente cuando bajó del Monte Sinaí, donde se transformó. Moisés realizó la Obra, consiguió la Piedra Filosofal. Liberó a Lucifer. La Piedra Filosofal es el Cristo Íntimo vestido con los Cuerpos de Oro. En ese momento se convierte en un Cristo Cósmico, en un Cristificado. Ya es un Cristo.
Los alquimistas medievales hablaban del VITRIOL: “Visita Interiore Terrae Restificatum Invenias Ocultum Lapidum”. Visita el interior de nuestra tierra, que rectificando, encontrarás la Piedra Oculta. ¿A qué piedra se referían precisamente los alquimistas medievales? A la famosa Piedra Filosofal. Tal Piedra hay que cincelarla. ¿Con qué podemos nosotros trabajarla? Con el Sexo. No nos cansamos de dar esta fórmula del Dr. Krum Heller (Maestro Huiracocha): “Inmisum Miembrum Virilis in Vaginae Femina sine Eyaculatium Seminis”.
Lucifer se vale de nuestras propias concupiscencias y las hace pasar por la pantalla del entendimiento, con el propósito de entrenarnos y hacernos fuertes a fuerza de entrenamiento.
Tenemos que tener clara la diferencia entre Lucifer y el Diablo. Lucifer es la Piedra Cúbica Perfecta. El Diablo, la piedra en estado bruto, la que hay que trabajar y convertirla en cúbica perfecta. El Trabajo con los Fuegos Espinales la trabaja y convierte en cúbica perfecta. Hay que pasar por las Tres Purificaciones. Cuando el Iniciado ha convertido los Cuerpos Superiores, en base al Trabajo con los Fuegos Espinales, en Oro Puro, el Diablo se convierte en Lucifer, la Estrella de la Mañana. El Diablo en nosotros es Satanás en su aspecto más oscuro y tenebroso. Es tal y como se encuentra en nosotros ahora mismo, podemos decir sin temor a equivocarnos, que estamos por dentro negros como el carbón. ¡“Hay que blanquear el Latón”!
Satán: Satán es el Yo, el Ego, el Mí Mismo. El Ego, Satán, es siempre perverso y malvado. A Satán le agrada el hurto, la rapiña, la estafa, el saqueo, el pillaje, el rapto, el secuestro, el fraude, la explotación, sobre todo del prójimo; pedir prestado y no devolver, negociar ilícito, timar; A Satán le agradan los embustes, el engaño, la falsedad, lo aparente; Satán es por naturaleza provocador, irónico, mordaz, insultante, irritante, punzante; le gusta el ataque, el asalto, herir con sonrisas sutiles y sarcásticas; es curioso y perverso por naturaleza y por instinto. A Satán le encanta entrometerse en las cosas del prójimo y despellejarlo. Satán es siempre intruso. A Satán le gusta maldecir, denigrar, abominar. Satán es corrompido, viciado, falso, adúltero. Está siempre dispuesto a dejarse llevar de la ira, el enojo, el enfado, la irritación, la furia, el coraje, la exasperación. Le agrada la discordia, la queja, la discusión, la riña, las rencillas, los pleitos, las broncas, las amenazas. Satán es, por naturaleza altivo, soberbio, orgulloso, arrogante, despreciativo, desdeñoso. Satán, el Mí Mismo, el Ego, es siempre perverso y malvado. ¿Le has visto éstas facetas? Hay que eliminar a Satán.
El asesinato es el acto de corrupción más grande que existe en el mundo. Pero no sólo se extingue la vida con un revólver, gases, venenos, horcas, bombas etc., sino que también se aniquila la vida de nuestros semejantes con palabras duras, miradas violentas, actos de ingratitud, infidelidad, traición, desprecio, etc. Cualquier sufrimiento moral puede enfermarnos y llevarnos al sepulcro.
Nos preguntaremos, por qué nos ha llegado todo tan degenerado. Vamos a intentar dar alguna respuesta estudiando algunos autores de los primeros siglos:
-Orígenes (h. 184-h. 253): Orígenes nos cuenta que aquél gobernador de la Judea, llamado Pilatos, después de haber lavado sus manos como símbolo de su propia ignorancia por la culpabilidad de Jesús, mandó poner sobre la Cruz del Gólgota el histórico rótulo que conoce la cristiandad del INRI, redactado en tres idiomas distintos: hebreo, griego y latín. Esta triplicidad de lenguas encierra esotéricamente algo muy importante, de un gran valor simbólico. Los griegos dieron a conocer los Misterios; los hebreos, las Escrituras y la Kábala; y los romanos, basados en esas dos columnas, comenzaron una nueva época de transformación.
El puente que da acceso del Antiguo al Nuevo Testamento lo forma el Evangelio de San Mateo, que fue el único escrito en hebreo. Los demás fueron escritos en griego. También fue escrito en griego, del Antiguo Testamento, su parte septuagésima. El griego, y el hebreo son dos idiomas completamente distintos en el sentido ideológico. He aquí por qué se encuentran tantos errores en las traducciones bíblicas. Este es el motivo por el que ha existido siempre tirantez y luchas encarnecidas entre los intérpretes de las Escrituras. Un gran filósofo dijo que los judíos formaron a Cristo, los griegos lo comprendieron y los romanos lo aprovecharon. El cristianismo, con esta base falsa, se hizo religión del Estado hacia el siglo IV y desechó todo lo escrito en lengua griega, perdió con ello el verdadero germen. San Jerónimo fue el verdadero autor de la Vulgata Latina y, al encomendarle el Papa Dámaso que hiciera su traducción, le encargó previamente que encauzara las cosas hacia el terreno que era de interés del catolicismo. La Iglesia católica no tiene inconveniente en confesarlo así.
Los Iniciados anteriores a los griegos tenían tres clases de escritura: la epistolagráfica, la hirarográfica y la hieroglificográfica. La primera era común a todos, la segunda era usada por los hombres jerárquicos, y la tercera sólo por los Iniciados.
Orígenes nos habla de los mantrams o palabras mágicas de la Biblia. Repite también frecuentemente, que las Sagradas Escrituras, como los Evangelios, son letra muerta si no se tienen las claves para leerlos. Lamenta, ya en sus tiempos, la interpretación que se hace del Génesis bíblico y la leyenda del Paraíso; dice que todo es estrictamente simbólico y que encierra grandes misterios sexuales. Orígenes fue perseguido y martirizado. Si los Papas de su época le hubieran puesto oídos, el cristianismo no se hubiera degenerado, al menos, tantísimo como lo ha hecho.
Hay pruebas, con documentos irrefutables, de que las autoridades de la Iglesia romana, en los primeros siglos, designaron ciertos correctores a los que se les dieron consignas especiales para cambiar textos y agregar y quitar en ellos, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, todo aquello que no conviniera a la Ortodoxia imperante y a los fines políticos de su Iglesia. Después vinieron las explicaciones caprichosas de los Concilios, y aun de los mismos sacerdotes.
No podemos ni debemos aceptar dogmas, Jesús el Cristo no puso dogmas. También rechazamos lo autoritario. Todas las religiones llevan un camino con tendencia hacia fuera, mientras que nosotros debemos buscarlo hacia adentro, buscando lo oculto.
También en los primeros siglos, como en todos los tiempos, surgieron escuelas, sectas, congregaciones, etc. Vamos a entrar un poco en la historia de las doctrinas más preeminentes de ellas:
-Naasenos: Nos encontramos, en primer lugar, con los Naasenos, quienes tuvieron una considerable importancia en los primeros siglos de nuestra era. Adoraban la Serpiente, y este fue el motivo de que se les declarase heréticos. Pero confiesan honradamente los historiadores que fueron una agrupación de gentes muy versadas en las ciencias y que poseyeron grandes e intachables virtudes. Sus enseñanzas fueron tomadas de Santo Tomás y del evangelio de los egipcios. Eran soberbios astrólogos. Representaban a Hermes Trismegisto provisto de un miembro masculino en estado de erección, al que daban el título de “dador de la razón”. El Cáliz era también símbolo sagrado para ellos.
-Peratas: Estos también adoraban a la Serpiente. La Serpiente, o también, el órgano sexual, figuraban como símbolo principal en su culto. Cantaban a la belleza y decían que su secreto está en lo masculino-femenino, que aprovechado debidamente nos mantiene siempre jóvenes. Afirmaban también los peratas que existían dos formas de nacimientos: la de la carne originada por la eyaculación seminal, y otra distinta para la que aquella, no era precisa. De la primera salían hombres condenados a la muerte, y de la segunda, de la concepción del Espíritu Puro o Espíritu Santo, Ángeles. Dentro de su simbolismo religioso juega un gran papel el hecho de que Moisés en el desierto mostrara a su pueblo la serpiente sobre la vara, diciendo “que el que aprovechara esa serpiente no sería dañado durante el trayecto”. El poder, la fuerza que acompañaba a Moisés en su peregrinaje, fue siempre la Serpiente (la Kundalini despierta, levantada) sobre la vara (columna espinal), que luego se convirtió en la Vara misma.
-Setianos: Esta secta rendía culto a la sabiduría divina, y fueron los primeros teósofos. Al encontrarse el sarcófago de Set, la Iglesia católica escondió “el Libro de los Muertos” en el Vaticano, perdiéndose con él multitud de enseñanzas de inestimable valor. Adoraban la Gran Luz, y decían que el Sol, en sus emanaciones, era sustancia Divina. Que el hombre sólo debería temer a la oscuridad, que ella representa el infierno, ya que la luz está aprisionada por esta oscuridad misma y trata de liberarse de ella. En los Misterios se representa la luz por un anciano y la oscuridad por una mujer joven y hermosa.
-Justinianos: Más tarde vino Justino, formando la escuela de los Justinianos. Nunca la Iglesia católica ha hecho más cambios que con las obras de Justino, quien, habiendo sido discípulo directo de los apóstoles, formó una grey y luego murió mártir. La Iglesia quemó sus verdaderas obras y reformó otras sustituyendo nombres. Por eso, hoy podemos decir que tenemos dos Justinos: el histórico y el modificado por los católicos. Justino solicitaba de sus discípulos un juramento tremendo en el que se obligaba a no revelar jamás cuanto les era enseñado sobre los Grandes Misterios. Él fue el autor del Apocalipsis de Baruc, que dista mucho del que actualmente se conoce. El verdadero está en poder de varias sociedades secretas.
-Simón el Mago: Éste fue contemporáneo de Justino. Simón el Mago cree en el poder del “fuego” y asegura que la íntima esencia de este elemento, encierra un inmenso poder del cual debe valerse el Mago. Ese fuego se encuentra también dentro de nosotros con la transmutación de las fuerzas sexuales. Describió el camino que emprenden las energías seminales hasta llegar al corazón. Se dice que más tarde este gran mago se desvió del camino practicando la Magia Negra. Siempre se está expuesto a caer. Siempre se está expuesto a caer en tentación.
-Marción de Ponto: Era hijo de uno de los primeros obispos de la Iglesia católica. Siendo amigo muy íntimo de Cerdón, tuvo que luchar con él denodadamente en Roma, a fin de que los cristianos regresaran a la verdadera Iglesia cristiana y mantener siempre incólumes los principios inmortales, pero la secta romana no le dio oídos y lo excomulgó.
-Carpócrates: Era griego y por él fueron fundadas las primeras Escuelas Místicas. En los primeros siglos tuvieron residencia en España muchos conventos carpocratianos, donde se recluían los antiguos Rosa Cruz para aprender y escuchar las enseñanzas de un sabio Maestro. Fue un verdadero mago, y en sus conventos se enseñaba ampliamente la Magia Ceremonial.
-Maniqueísmo: Se formó en el segundo siglo, al cual perteneció como sacerdote San Agustín, aunque la Iglesia dice que sólo aparentemente.
-Albigenses: Los albigenses en el siglo II fueron muy perseguidos por la Iglesia católica, por ser unos de los continuadores de los gnósticos primitivos. Tenemos que decir, que tanto San Agustín, como los anteriores, todos ellos pertenecieron a la Iglesia Gnóstica.
Hemos de saber: Que siempre han existido Grupos “esotéricos” en todas las Religiones, que poseían todo el Conocimiento, como por ejemplo, los Musulmanes Sufis persas.
Con todo lo expuesto, creemos haber hablado de los más preeminentes y significativos Cristianos del primer siglo; entre todas las obras que pueden ser consultadas para una mejor afirmación están: Irineo, Hipólito, Epifanio, Tertuliano, Clemente de Alejandría, Orígenes, Odea Gnóstica, Bardesanes, Marco y Cerdón, que son los historiadores más sobresalientes desde Herodoto. Aparte de éstos, figuran los escritos de Heráclito, Parménides y Empédocles, Homero en su Odisea e Ilíada, Lino y Orfeo. Sobre todo, en los libros apócrifos del: Evangelio de Santo Tomás, Evangelios de los Egipcios y las Prédicas de Baruc.
“Y revelaré las sendas que llevan hacia Mí a los que se esfuerzan en mi camino”.
(Qur’an 29.69)
No hay dioses sino Al-lâh “lâ ilâha illâ Al-lâh”.
¡Alhamdulillâh! La Paz de Al-lâh sea con todos.
Este tema sobre Conocimiento, pertenece al libro “El Mensaje de los Inmortales”, escrito por el matrimonio, Jesús Beltrán G. y Mª Milagros Araúz B. El referido libro no se “vende” sólo se “regala”.
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