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lunes, 4 de agosto de 2014

La condición del ser humano en esta vida

La condición del ser humano en esta vida


Si el hombre reflexiona sobre la gracia de su Señor para con él, lo amará y honrará


04/08/2014 - Autor: Sheij Nasser Al Mgbel - Fuente: Cciar



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El Sagrado Corán
El Sagrado Corán

Alabado sea Allah por sus gracias, tanto ocultas como manifiestas. Alabado sea Quien ha hecho de esta vida un sembradío para la Otra. Atestiguo que no hay otra divinidad excepto Allah, Único sin copartícipe alguno y que Muhammad es su Siervo y Mensajero, quien fue sostenido por extraordinarios milagros, la paz y bendiciones de Allah sean con él, con sus familiares y compañeros, estrellas fulgurantes de la Guía, hasta el día del Juicio Final.

Primera Jutbah:

¡Oh, gente! Temed a Allah (swt) y sabed que no habéis sido creados arbitrariamente ni abandonados en vano, sino que es para adorar a Allah, declarar su unicidad y obedecerle. Él os ha dado origen en este mundo, concediéndoos tiempos determinados de vida, el día y la noche, amén de sus infinitas gracias. Os ha subordinado todo lo que hay en los cielos y en la tierra para que con ello busquéis sostén en la obediencia a Él (swt). También Allah os ha enviado a su Mensajero y revelado su Libro para poner en vuestro conocimiento lo obligatorio y lo ilícito, lo beneficioso y lo perjudicial, y para que estéis preparados y toméis las precauciones necesarias ante cualquier desgracia venidera. El Altísimo ha hecho de esta vida una morada para la realización de obras y de la Otra una morada para recibir recompensas. Os ha advertido paraque no os engañéis por el disfrute de esta vida ni os preocupéis por ella en detrimento de la Otra Vida, ya que la primera es un estado pasajero mientras que la segunda es eterna.

¡Siervo de Allah! Si no te acercas a tu Señor con las obras pías, solicitando acceder a su Paraíso, serás llevado por otro rumbo sin que te enteres y pronto te llegará tu fin y dirás: “¡Señor mío! Si me dieras un poco más de plazo, podría dar con generosidad y ser de los rectos. Pero Allah no va a dar ningún plazo a nadie cuando le llegue su fin. Allah conoceperfectamente lo que hacéis.” (Sura de Los Hipócritas, aleya 10-11)

¡Hijo de Adán! Estás en esta vida oscilando entre tres estados:

1-En primer lugar, están las gracias y favores que proceden de Allah para ti y que requieren que seas agradecido con Él. Y el agradecimiento está edificado sobre tres pilares: reconocer interiormente las gracias de Allah, comentarlas en público y usarlas en la obediencia de su Dador. El agradecimiento no se hace efectivo sino a través de estos pilares y las gracias no persisten sino por medio del agradecimiento.

2-Las tribulaciones y desgracias que afligen al siervo y con las que Allah lo pone a prueba. Las mismas exigen que uno se muestre más paciente. Y la paciencia es de tres clases: contener el ego para que no manifieste indignación ni descontento con su destino, frenar la lengua para que no se queje ante el prójimo, controlar los miembros del cuerpo para que no ejecuten acciones que expresan angustia y pesar tal como abofetear las mejillas, rasgarse las vestiduras, arrancarse los pelos y demás comportamientos que remontan a la Época de la Ignorancia (la Preislámica). Quien actúe conforme a estos tres tipos de paciencia, tendrá la recompensa de los pacientes. Dice Allah (swt): “Cierto que la retribución para quienes sean perseverantes será ilimitada.” (Sura de Los Grupos, aleya 10)

Allah, Glorificado Sea, no atormenta al siervo creyente con la intención de acabar con él, sino para poner a prueba su paciencia y el grado de adoración consagrada a Él (swt). Si se muestra paciente, la dura aflicción se convertirá luego en un beneficio y él será de entre los sinceros siervos de Allah sobre los que el enemigo no ejerce ninguna autoridad, tal como dijo Allah (swt) a Iblis: “Es cierto que sobre Mis siervos no tienes ningún poder.”(Sura del Viaje Nocturno, aleya 65); “Realmente él no tiene poder sobre los creen y se confían en su Señor. Su poder solo existe sobre los que lo toman como protector y son, por él, asociadores.” (Sura de La Abeja, aleya 99-100)

3-El ser tentado por las pasiones, el ego y el propio Satanás, quién es considerado el mayor de los enemigos del hombre. Lo domina cuando éste descuida el recuerdo de Allah, su obediencia y es conducido por sus pasiones. No obstante, Allah le abre a su siervo las puertas del arrepentimiento para que cuando lo haga con sinceridad, Él se lo aceptará y lo salvará desu enemigo y de sus artimañas. Cuando Allah quiere el bien para su siervo le abre las puertas del arrepentimiento, acepta el corazón compungido para que busque amparo en Él, lo suplique y se Le acerque con el mayor número de obras buenas. Además, Allah le hace ver sus propios defectos, así como la inmensidad de Su gracia y misericordia para con él. A este respecto, ver uno sus defectos le exige avergonzarse ante Allah, humillarse en su presencia y temerle. Porotra parte, percibir la gracia divina obliga a que se Le ame y se ambicione lo que Él tiene para nosotros. Entonces, uno se encuentra aquí entre dos estados: el temor y la esperanza, y es contado, por tanto, entre aquellos que se dirigen a su Señor con temor y ambición.

¡Siervos de Allah! Si el hombre examina sus propios defectos los estimará en lo justo, los desdeñará y no sentirá vanidad ni soberbia. Y cuando reflexiona sobre la gracia de su Señor para con él, lo amará y honrará. La primera de las escalas de exaltación de Allah, Altísimo Sea, se refleja en apreciar enormemente sus órdenes y prohibiciones, y esto a través del cumplimiento de los mandatos de obediencia y el abandono de todo lo vedado. Dijo Ibn Al Qayyím, que Allah tenga misericordia de él: "La primera escala de exaltación de Allah es valorar su mandato y prohibición. Porque el creyente conoce a su Señor por medio de su mensaje transmitido por su Profeta a toda la humanidad, el cual consiste en sujetarse a sus órdenes y prohibiciones, actitud que en sí es considerada como ensalzamiento del propio Creador. De este modo, uno pasa a formar parte de los Justos reconocidos por su fe, sinceridad, creencia correcta y libres de la mayor hipocresía".

Puede que el hombre esté acostumbrado a la ejecución de mandatos divinos para ser estimado ante las criaturas y en busca de una condición prestigiosa o poder ante ellos, y se aparte, simultáneamente, de las prohibiciones para no ser subestimado en sus ojos o por miedo a los castigos mundanales de entre las sanciones establecidas por el Legislador. Mas, su comportamiento no procede del sentimiento de magnificar los mandatos y prohibiciones ni de la exaltación de Allah.

La señal de estimación máxima de las órdenes divinas es cuidar su tiempo de ejecución y buscar sus pilares y obligaciones, además de apresurarse a ejecutarlas y entristecerse y lamentarse cuando se descuida una de ellas; como quien no alcanza la oración en comunidad sabiendo que por más que se le acepte su oración individual ha perdido la recompensa de su Señor multiplicada veintisiete veces.

Lo mismo ocurre cuando no se reza con suma reverencia poniendo el corazón en las manos de Allah, Altísimo Sea. Pues, una oración que carece de actitud de sumisión es igual a un cuerpo sin alma. Se refirió del Profeta (sws) que dijo: "En verdad el siervo reza una oración de la cual nada se ha registrado para él, excepto (lo que es) un décimo, un octavo, un séptimo, un sexto, un quinto, un cuarto, un tercio o un medio de ella.

"Los actos que invalidan las buenas obras son innumerables. La valoración más alta no reside en la acción en sí, sino en protegerla de todo lo que pueda anularla. El fingimiento por más que sea sutil frustra las obras al igual que todo acto que no se sujeta a los preceptos de la Sunna. Dijo el Profeta (sws): "Si una acción no es hecha de acuerdo a lo que ordenamos, será rechazada", es decir que no será aceptada por Allah. También el echar en cara un favor por Allah lo invalida; dice Allah, Enaltecido Sea: “Te echan en cara haber entrado en el Islam. Di: No me echéis en cara vuestro Islam, sino que por el contrario es Allah Quien os ha favorecido a vosotros al haberos guiado a la creencia; si sois sinceros.” (Sura de Los Aposentos, aleya 17) Asímismo, echar en cara las limosnas, favores y obras pías anula su esencia. Dice Allah: “¡Vosotros que creéis! No hagáis que vuestras dádivas pierdan su valor porque las echéis en cara o causéis un perjuicio por ellas.”(Sura de la Vaca, aleya 264)

Puede que el hombre sea permisivo y tolerante respecto de algunas faltas a pesar de su inmensa gravedad; dice Allah (swt): “Cuando lo tomabais unos de otros con vuestras lenguas diciendo por vuestra boca algo de lo que no teníais conocimiento y lo considerabais poca cosa cuando ante Allah era grave.” (Sura de La Luz, aleya 15), o como en el hadiz donde el Profeta (sws)advierte: "Tomad especial cuidado al resguardarse contra las faltas que son consideradas menores, porque aún éstas serán traídas a cuentas por Allah en el Día del Juicio".

Algunos Compañeros del Profeta (sws) revelaron: "Realmente vosotros practicáis acciones que son, a vuestros ojos, más finas (insignificantes) que un cabello, pero que nosotros, en la época del Mensajero de Allah considerábamos faltas graves."

¡Hermanos en la Fe! De entre las señales que reflejan la apreciación de las prohibiciones decretadas por Allah está el que el creyente aborrezca todo lo vedado por su Señor. Por lo tanto, su deber consiste en apartar la vista de todo lo que Allah ha prohibido, proteger sus oídos contra lo ilícito (desde las canciones prohibidas, las calumnias y chismes, la mentira y falsos testimonios) y resguardar su lengua de todo ello. Asímismo, tiene que manifestar enojo cuando se viola lo sagrado, ordenar el bien y vedar las malas acciones y lo desaprobado, brindándoles consejos en este sentido a los líderes de los musulmanes y al común de la gente. Por otra parte, no debe guiarse por las licencias ni por la permisibilidad en el Din.Tampoco debe ser demasiado riguroso en la práctica de la religión hasta el punto de salirse de la moderación y la rectitud. Porque quien obra según las licencias sin necesidad de ello es negligente, y quien se muestra muy riguroso en los asuntos religiosos genera desagrado. Todo mandato que Allah decreta conlleva dos tentaciones de Satanás: la dejadez y la negligencia, o el abuso y el extremismo. Satanás se presenta ante el siervo, y si ve en él flojera y actitud remisa no le deja respiro, infunde en él más apatía y le abre la puerta a las interpretaciones hasta el punto de que el siervo tal vez deje de cumplir con los mandatos de Allah. En cambio, si observa en él deseo por hacer el bien, abnegación en la realización de obras, mucha diligencia volcada a la obediencia de Allah y temor de los pecados, le ordena esforzarse mucho más hasta llevarlo a renunciar a la idea de contentarse con el límite legislado y lo mueve al fanatismo y a apartarse de la senda recta. Dice Allah, Enaltecido Sea: “¡Hombres! Es cierto que la promesa de Allah es verdadera, que no os seduzca la vida del mundo ni os engañe el seductor apartándoos de Allah. Realmente Satanás es enemigo vuestro, tomadlo como tal. Él sólo llama a sus seguidores para que se cuenten entre los moradores del Infierno.” (Sura de Al Fatir, aleyas 5-6)

¡Quiera Allah bendecirnos con el Grandioso Corán y beneficiarnos con la sabiduría de sus aleyas! Pedid perdón a Allah por vuestras faltas y volved a Él arrepentidos; Él es Indulgente, Misericordioso.

Viernes, 12 de Dhu al-Qa'dah de 1433 de la Hégira, acorde al viernes, 28 de septiembre de 2012

Traducción de la jutba pronunciada por el Sheij Nasser Al Mgbel

Centro Cultural Islámico"Custodio de las Dos Sagradas Mezquitas" Rey Fahd en Argentina



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