Hacia el Estado laico
Por respeto, por garantías, por libertad y por la igualdad de todos, debemos caminar decididamente hacia un estado laico
20/12/2008 - Autor: Jesús Molíns - Fuente: El Plural
Hace unos meses, el Papa Benedicto, en su viaje oficial a Francia nos sorprendió elogiando las virtudes del estado laico “moderno” que ese país representaba, como ejemplo de libertad e igualdad entre las diferentes religiones.
Por el contrario, días atrás nos enteramos que la Conferencia Episcopal Española, con los señores Rouco y Cañizares a la cabeza, ha convocado otra gran manifestación, concentración o acto público para el próximo 28 de diciembre (día de los inocentes) en defensa de la familia cristiana y contra las políticas del Gobierno de España entorno a las reformas de leyes como la del aborto, la de la libertad religiosa y no sé si habrá alguna otra que les moleste. Y todo ello aún cuando en la última reunión mantenida con el Papa en el Vaticano (hace unas semanas) éste les recomendó que la Iglesia española no se inmiscuyera en las políticas del gobierno,
Y los ciudadanos nos preguntamos ¿Por qué todas estas movilizaciones, toda esta beligerancia de la iglesia contra el gobierno? Pues simple y llanamente por que no quieren perder los privilegios que siempre han tenido en España (sobre todo durante los 40 años de dictadura, no tan lejanos), no quieren perder su poder de influir y mediatizar en las políticas del Estado.
Por una parte le piden al gobierno que sea de todos y para todos, pero en materia religiosa se le exige e intenta forzar que gobierne únicamente para y por la Iglesia Católica.
Nos presenta al Gobierno de España como anticlerical y la libertad religiosa como un intento de persecución del gobierno contra la iglesia, utilizando el término laico como algo tenebroso, anticristinano y persecutorio, Y ESTO NO ES ASI.
Efectivamente, un gobierno debe de gobernar para todos y también debe de ser así en materia religiosa. No puede ni debe de haber religiones privilegiadas frente a otras, porque si así fuera estaríamos fomentando desigualdades entre los ciudadanos dependiendo de la religión que profesaran. De ahí la pretendida reforma de la ley de libertad religiosa; por eso el gobierno debe caminar hacia el laicismo, entendido como neutralidad, no contra nadie sino a favor de la libertad, la tolerancia y la igualdad de todos los ciudadanos.
La laicidad no es otra cosa que un marco en el que los ciudadanos de diferentes religiones, agnósticos y ateos, podamos convivir y entendernos sin privilegios de unos sobre otros, sin que nos importe la raza, la religión o creencias que profesemos, el partido político al que pertenezcamos o votemos, etc.; eso es el laicismo un marco de relación entre todos los ciudadanos donde perseveremos en la tolerancia, la igualdad, la libertad y sobre todo en la convivencia, eso es un estado laico.
Y en base a ese respeto a todos, a esa convivencia y a dicha igualdad de todos, el estado debe mantener su neutralidad, que no es otra cosa que su laicismo. Y como el estado debe tomarse muy en serio la creencias de sus ciudadanos, las diferentes religiones o creencias que profesan, no debe trasladar los signos de estas a ningún ámbito público (edificios, escuelas, etc.) en los que deben convivir ciudadanos de diferentes creencias, por respeto al resto, por respeto a todos.
Que cada ciudadano pueda ejercer su religión o profesar sus creencias libremente, pero dentro del ámbito al que pertenece que no es otro que el privado o el religioso (iglesias, mezquitas, sinagogas, etc).
Por respeto, por garantías, por libertad y por la igualdad de todos, debemos caminar decididamente hacia un estado laico, “moderno” si les parece mejor, pero laico.
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