¡La Guerra contra ISIS (Estado Islámico) es el secamiento del Éufrates y principio del Armagedón!
Apo 16:12 Y el sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Éufrates; y el agua de él se secó, para que fuese preparado el camino de los reyes del Oriente.
Apo 16:13 Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos á manera de ranas:
Apo 16:14 Porque son espíritus de demonios, que hacen señales, para ir á los reyes de la tierra y de todo el mundo, para congregarlos para la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso.
Apo 16:15 He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus vestiduras, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza.
Apo 16:16 Y los congregó en el lugar que en hebreo se llama Armagedón
EL ARMAGEDON
No se trata de un meteorito que golpeará la tierra extinguiéndola. Tampoco de un ataque químico o biológico que acabará con la vida en la tierra. El Armagedón es el lugar dónde se librará la tercera y última guerra mundial. Allí según la Palabra de Dios serán congregadas o reunidas TODAS las naciones del mundo para librar la batalla por el control de la región y en lucha contra Dios. Esta batalla se librará entre Cristo y sus ejércitos contra el dragón y sus ejércitos. El bando contra Dios es reunido por la obra e influencia de los tres espíritus de demonios: los que son salidos “de la boca del dragón, de la boca de la bestia y de la boca del falso profeta” (Apocalipsis 16.12). Este lugar llamado Armagedón en hebreo significa “montaña de Megiddo” (Ar=montaña y Magedón de megiddo), que a su vez significa en hebreo “el lugar de las tropas”. La historia de las batallas peleadas aquí tipifica la última gran batalla entre las naciones bajo la sexta plaga. Aquí los ejércitos de Israel pelearon contra Jabín en los días de Débora (Jueces 5.19-20), aquí también Josías rey de Israel fue muerto por Faraón Necao cuando éste iba a pelear contra Asiria al rio Éufrates (2Reyes 23.29). La muerte de este rey causó gran lamentación, llamada “el llanto de Adadrimón”, el cual el profeta Zacarías usa como símbolo del llanto final de las naciones cuando se reúnan en la batalla del Armagedón (Zacarías 12.11). Por las historias bíblicas vemos que este lugar queda entre el Éufrates y Egipto, al norte de Jerusalén en Israel. Por eso la profecía advierte que es necesario que se reduzca casi a nada el poder que gobierna el Éufrates para dar paso a los reyes del oriente a que desciendan al valle de Josaphat y allí librar la batalla final donde Dios castigará y juzgará a las naciones (Joel 3.2). Es por eso que es importante discernir cuán cerca está el secamiento del Éufrates (en su sentido simbólico), para comprender el tiempo que vivimos y las decisiones y acciones a tomar para estar del lado de Dios en esta batalla. Veamos, que en la lucha entre el bien y el mal siempre ha estado en juego el control del Éufrates y de Palestina. Donde comenzó la historia de la tierra, allí también ha de terminar. Por eso la bestia lleva a sus aliados (el falso profeta y otros) a luchar allí para que conquisten para ella este territorio. Con todos los gobiernos de la tierra reunidos bajo el liderazgo del apóstol de Satanás, el diablo hará el último intento de establecer su reino en la tierra, en el mismo lugar donde Dios estableció su reino en el Edén y donde ha de establecerse el reino luego de la segunda venida de Cristo (ver Zacarías 14.1-9).
LA HISTORIA PROFÉTICA DEL ÉUFRATES,
DESDE EL EDÉN HASTA ROMA
Dios ubicó la cabecera de su reino en el Edén que estaba ubicado entre el Éufrates y el Tigris (Hiddekel) (Génesis 2.14). Y cuando el diablo (dragón) usurpó a Adán colocó sus reyes en esta región para usurpar el reino de Dios. Allí suscitó a Nimrod que edificó el primer reino llamado Babel (Génesis 10.8-10). Y de allí en adelante todos los imperios antiguos han codiciado y luchado militarmente para ubicar su imperio allí o controlar esa región: Babilonia, Medopersia, Grecia y Roma fueron cuatro imperios que gobernaron esa región que la Biblia llama “los cuatro vientos” en la gran mar (Éufrates) (Daniel 7.1-3). Es entonces en esa región (el gran mar, el Éufrates) donde luchan los cuatro vientos del cielo para desde allí dominar al mundo.
ROMA CASTIGADA POR LOS BÁRBAROS EN CUATRO TROMPETAS
Roma cometió dos pecados que provocaron su ruina y que hicieron que Dios quitara su mano protectora sobre el gobierno. El primero: la crucifixión de Cristo el Hijo de Dios; y el segundo: la unión de los emperadores romanos con la religión sincrética pagana-cristiana (iglesia católica). Esta unión comenzó en los tiempos de Constantino quien convocó el primer concilio ecuménico en el año del 325 DC. Allí comenzaron a introducirse las primeras doctrinas contrarias a la biblia y que venían de la filosofía pagana. Esta unión maduró en lo que hoy día se conoce como la iglesia católica romana, una mezcla de cristianismo y paganismo. Luego el imperio romano en la persona del emperador Teodosio hizo en el año 380 DC de esta iglesia la iglesia oficial del imperio y autorizan a usar el nombre de iglesia católica. A causa de este pecado Dios los entregó a la ruina. Es justo a la muerte de Teodosio que sus dos hijos dividieron el imperio en dos en el año 395 DC con lo cual comenzó la ruina del imperio que luego continuaría por medio de las tribus bárbaras que los arrasaron hasta hacer caer al imperio. Esto fue profetizado en las trompetas del Apocalipsis (Ap. 8.1-12). Las cuatro primeras trompetas relatan esta historia. La Visión de las trompetas comienza con un ángel que comienza su ministerio en el santuario celestial, en el primer departamento donde está el altar de oro o de incienso (Ap. 8.3). Allí ofrece el incienso con las oraciones de los santos ante la presencia de Dios (vs 4). Esto se refiere a Jesucristo quien como sacerdote ascendió al cielo a ministrar en el santuario celestial, el verdadero, el original del cual el santuario judío era una copia (ver Hebreos 8.1-5). Allí entró Cristo como sacerdote para ejercer su ministerio y presentarse por nosotros ante Dios (Heb 9.24). Este ministerio de Cristo en el santuario celestial ocurre para el año 31 DC, por lo cual a partir de allí comienza la visión de las trompetas.
La primera trompeta advierte que el primer castigo contra Roma sería granizo y fuego mezclado con sangre que sería arrojado contra la tierra y causaría que la tercera parte de los árboles se quemara y toda la hierba verde (Ap. 8.7). Este granizo simboliza a Alarico rey de los godos (395 – 419 DC), quien viniendo de la región helada del Norte de Roma lleno la tierra por donde pasaba de muerte por medio del fuego y sangre y el cual cayó sobre un tercio del imperio: el noroccidente del imperio romano. Por medio de la Segunda TrompetaDios continúa el castigo sobre el imperio romano de Occidente por medio de una montaña ardiendo con fuego que es lanzada al mar causando que la tercera parte del mar se vuela sangre, que muera la tercera parte de las criaturas de este mar y perezca la tercera parte de los navíos (Ap. 8.8-9). Esta montaña simboliza al reino Vándalo quien encabezado por Genserico cayó sobre el mar mediterráneo y lo dominó durante el 428 hasta el 468 DC. Durante la batalla por el dominio murieron los soldados en el mar y fueron incendiadas las naves romanas. Su dominio fue el mediterráneo occidental hasta las islas baleares, Córcega, Sicilia y Cerdeña. El tercer castigo vino de mano de la Tercera Trompeta que anunciaba una gran estrella ardiendo como una antorcha cayendo del cielo sobre la tercera parte de los ríos y en las fuentes de las aguas, causando que se volvieran ajenjo y muriesen muchos hombres por estas aguas amargas (Ap. 8.10-11). Esta gran estrella fugaz es símbolo de Atila rey de los Hunos quien desde el 433 hasta el 453 operó en las regiones de los Alpes donde los ríos descienden a Italia. Atila como ajenjo o amargura fue autor o instrumento del terror y la miseria que aún inspiraba su nombre. La muerte y la amargura vinieron de los Alpes a Roma como si los ríos hubiesen sido contaminados y estuviesen trayendo muerte y desolación. La Cuarta Trompeta habla del cuarto castigo que es herir la tercera parte del sol, la luna y las estrellas lo cual causa que se oscurezcan la tercera parte de ellos y así no se alumbre la tercera parte del día y de la noche (Ap. 8.12). De esta forma se simboliza al sol romano (emperador de Roma) quien es depuesto por Odoacro rey de los hérulos en el año 476 DC. Los cónsules de roma (luna) son depuestos por Justiniano en el 541 y los senadores (estrellas) fueron suprimidos por Narses en el 552 DC. De esta forma el esplendor del día romano se oscureció, se oscureció también la noche de Roma quien siguió subsistiendo en las naciones barbaro-romanas que surgen de allí ya profetizadas en los diez cuernos de la cuarta bestia romana de Daniel 7. Ahora el pivote geográfico del control del mundo quedaba en manos del imperio romano de oriente quien controlaba el Éufrates.
Invasiones de los Bárbaros a Roma
ROMA ORIENTAL CASTIGADA CON TORMENTO Y MUERTE POR LAS LANGOSTAS MUSULMANAS
Roma Oriental o lo que quedaba del antiguo imperio romano también estaba en la lista de Dios como aquellos que debían ser castigados por sus pecados. Si el pecado de Roma Occidental fue el de hacer de la iglesia católica la religión oficial del imperio, el pecado de Roma Oriental no fue menor pues en la persona de su emperador Justiniano hizo del Obispo de la iglesia Católica la cabeza de la iglesia cristiana y lo impuso por la fuerza. Además se llenaron de corrupción e idolatría y también mantuvieron la idolatría de las imágenes religiosas. Ante esta cuenta pendiente el Señor les dice: “¡Ay! ¡ay! ¡ay! De los que moran en la tierra, por razón de las otras voces de trompeta de los tres ángeles que han de tocar” (Ap. 8.13). Tres ayes que serían las tres últimas trompetas castigarían al imperio romano oriental y al mundo en general por el mismo pecado: Roma Oriental por su corrupción e idolatría y haber dado el poder al papa en su primera oportunidad. Y el pecado del mundo en general sería el mismo, pues dice la profecía que los reyes del mundo “darán su poder y autoridad a la bestia” (Ap. 17.13).
El primer ay o la Quinta trompeta habla del castigo que vendría sobre Roma Oriental: el abismo sería abierto para que de allí surgiera humo que oscurecería por completo al sol y al aire y traerían langostas gobernadas por el rey Apolión que tendrían el poder de atormentar por cinco meses proféticos a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes (Ap. 9.1-11). El abismo (región desordenada y desierta – Gén 1.2) representa a la península de arabia al que se le abre su entrada al imperio bizantino cuando Mahoma (estrella caída ver Judas 1.3) recibe la llave del abismo y puede entrar a llenar con su humo de falsa doctrina sobre esta región y asolar a la idolatría del sol. Esta llave es la muerte el rey Persa Cosroes II en el año 628 DC. El humo es la religión del Islam, que aunque fue y es el azote de las trasgresiones, de la idolatría y de los que no tienen el sello de Dios; llenó y aún llena al mundo de tinieblas y seducción. Las langostas representan al ejército de tribus árabes que surgen del humo del Islam quienes fueron comandados por Abubéker en 632 para lanzarlas a la conquista. Los califatos fueron extendiéndose desde la conquista de Arabia (632), luego la conquista de Egipto y el medio oriente hasta la India por medio de los cuatro califas (656) y la conquista de los omeyas (750) quienes alcanzaron a conquistar todo el norte de África y más de la mitad de España. Posteriormente con el califato Abasí que duro desde el 756 hasta el 1258 siguieron las langostas atormentando a todos los que no tenían el sello de Dios.
EL SELLO DE DIOS
En Isaías 8.16 se dice que el sello está en la ley de Dios de los diez mandamientos. Y en Éxodo 31.16-17 y Ezequiel 20.20 dice que de la ley de Dios de los diez mandamientos, el sello o señal de Dios se encuentra en la observancia del cuarto mandamiento que es el día sábado. De modo que estas langostas árabes eran un azote que Dios levantó para atormentar a las religiones seudocristianas que habían abandonado el sello de Dios, es decir, que habían abandonado los diez mandamientos. Algunos han dicho que Cristo con su muerte en la cruz abolió los diez mandamientos, cosa que contradice las mismas palabras de Cristo (Mateo 5.17). Este pasaje profético es otra evidencia en favor de la vigencia de la ley de Dios, de la voluntad del Padre expresada en sus mandamientos. La ley no justifica pues esa no es su función, pero si la de señalar el pecado (Rom 3.20). Esto es debido a que “pecado es infracción de la ley” (1Juan 3.4). De modo que pecar es desobedecer la ley de Dios, y cuando Cristo como Cordero vino a “quitar el pecado del mundo” (Juan 1.29) en realidad está diciendo que Cristo vino a quitar la desobediencia de los diez mandamientos del mundo. Por eso es que Dios aborrece en gran manera que se transgreda su ley al punto de que levanta estas langostas musulmanas para atormentar al imperio bizantino y al Papado y sus súbitos europeos quienes habían abandonado el cuarto mandamiento de la ley de Dios al cambiar la observancia del sábado por la observancia del domingo. De esto hablaremos en más detalle cuando analicemos lo que sucede ahora en este 2014 con el regreso del califato musulmán.
EL TORMENTO POR CINCO MESES BAJO APOLIÓN
El mayor castigo y tormento viene durante el período de los cinco meses cuando habiendo estas langostas
o tribus musulmanas dispersas tener un rey sobre sí: a Apolión o Abadón, el ángel (ministro Dan 12.3) del abismo (Ap. 9.11). De modo que la profecía indica que estas tribus árabes que se encontraban dispersas conquistando todo lo que había sido el imperio bizantino o romano de oriente, alcanzarían a agruparse en torno a un rey que sería el principal ministro de su religión. Estas tribus de árabes musulmanes estuvieron desde la muerte de Mahoma hasta casi finales del siglo XIII sin gobierno civil que los abarcase a todos. Hacia finales del siglo XIII Otmán fundó un gobierno o imperio que consolidó a las principales tribus en una gran monarquía. Los cinco meses de tormento (5meses por 30 días de cada mes bíblico) equivalen a 150 días proféticos. Y en la biblia los tiempos proféticos tienen simbolismo. Según Números 14.34 y Ezequiel 4.6 un día en la profecía equivale a un año en la realidad y cumplimiento histórico. De modo que el tormento que daría el Sultanato Otomano como ángel Apolión corresponde a 150 años en el cumplimiento histórico. El tormento comienza “cuando Osmán realizó su primer asalto contra el imperio griego-bizantino el 27 de Julio de 1299. Desde allí en adelante los turcos estuvieron empeñados en una guerra casi perpetua contra el Imperio Griego pero sin vencerlos” (Eduardo Gibbon, “The Decline and Fall of the Roman Empire,” tomo 6, cap. 64, pág. 226.). Sumando 1299 más 150 años, esta profecía nos lleva hasta el 27 de Julio de 1449 DC. Así finaliza la quinta trompeta y castigo de Dios a los apóstatas del imperio griego ortodoxo y europeo católico quienes como ya dijimos no tenían el sello de Dios.
APOLIÓN MANDA A LOS CUATRO ÁNGELES DEL EUFRATES A MATAR
El Segundo Ay o Sexta Trompeta presenta el castigo definitivo que vendría sobre el Imperio Griego. La voz de Dios sale desde el altar de incienso del santuario celestial ordenando al sexto ángel de la trompeta que desatase a los cuatro ministros o ángeles que dominaban el Éufrates para que mataran a la tercera parte de los hombres romanos (el imperio griego-bizantino que era un tercio de lo que una vez fue el imperio romano). Esta muerte duraría en tiempos proféticos una hora, un día, un mes y un año (Ap. 9.12-15). Ya vimos que esta trompeta comienza con la finalización de la 5ta trompeta, el 27 de Julio de 1449. De modo que lo primero que nos dice es que Cristo para esta fecha aún se encontraba ministrando en el lugar santo o primer departamento del santuario celestial. Desde allí Cristo ordena a los ángeles encargados de dirigir los acontecimientos en la historia de la tierra. Ha llegado la hora de recibir el castigo final luego del tormento: la muerte del imperio. El instrumento de Dios es el imperio Otomano que se le había limitado a solo atormentar como castigo por no recibir el sello de Dios contenido en la observancia de la ley. Por tanto, Cristo ordena al ángel que suelte a los cuatro ángeles, es decir, a los “cuatro principales sultanatos que componían el Imperio, situados en la región regada por el Éufrates. Estos sultanatos tenían su sede en Alepo, Iconio, Damasco y Bagdad” (Stephen Haskell, El Vidente de Patmos, p. 175).
¿Cómo fue muerto el imperio griego?
“Hacia fines de 1448, al acercarse el final del período de 150 años, Juan Paleólogo murió sin dejar hijo que le sucediese en el trono del Imperio Oriental. Su hermano Constantino, sucesor legítimo, no se atrevió a subir al trono sin el consentimiento del sultán turco. Por lo tanto, fueron enviados embajadores a Andrinópolis, recibieron la aprobación del sultán, y volvieron con presentes para el nuevo soberano. A principios de 1449, en tan ominosas circunstancias, fué coronado el último de los emperadores griegos” (U. Smith, Las Profecías de Daniel y Apocalipsis, tomo 2, pág. 154). “Examínese cuidadosamente este hecho histórico en relación con la predicción ya dada. No fué un asalto violento lanzado contra los griegos, que derribó su imperio o les quitó su independencia, sino simplemente una entrega voluntaria de esa independencia en manos de los turcos, al decir: ‘No puedo reinar a menos que me lo permitáis.’ “(Josías Litch, “Prophetic Expositions,” tomo 2, pág. 182, 183).
¿Por cuánto tiempo fue muerto el imperio griego? Ya vimos que un día profético equivale a un año en el cumplimiento histórico. La profecía determinó que debía morir por una hora, un día, un mes y un año (Ap. 9.12-15). Una hora es un día dividido entre 24 (1día/24) que al equivaler un año sería un año dividido entre 24 (1año/24) = (360 días/24) = (15 días). Esto sumado a un día profético= 1año literal. Luego sumamos 1 mes = 30 días proféticos = 30 años literales. Y luego sumado a 1 año = 360 días proféticos = 360 años literales. Queda pues la suma así:
- 1 Hora profética = 1día profético/24 = 1año literal/24 = 360 días literal/24 = 15 días literales.
- 1 día profético = 1 año literal.
- 1 Mes profético = 30 días proféticos = 30 años literales.
- 1 año profético = 360 días proféticos = 360 años literales.
- 15 días + 1 año + 30 años + 360 años = 391 años y 15 días.
Desde el momento en que el heredero griego pidió permiso para acceder al trono del imperio comenzó el imperio a morir a mano del imperio otomano. Esta muerte debía durar 391 años y 15 días. Luego de este principio de muerte se describe al ejército que ejecutó la conquista de Constantinopla como de 200 millones de caballos con sus jinetes acorazados con fuego, jacinto y azufre. La caída de Constantinopla ocurrió entonces en 1453 con lo cual la muerte del imperio griego fue completa y total. Si sumamos al 27 de Julio de 1449 la cantidad de 391 años y 15 días llegamos hasta el 11 de agosto de 1840.
¿Cómo volvería la resurrección del otrora imperio griego?
“Comenzando en el momento en que terminaron los 150 años, en 1449, el período había de terminar el 11 de agosto de 1840. A juzgar por la manera en que comenzó la supremacía otomana, a saber por un reconocimiento voluntario de parte del emperador griego de que sólo reinaba por permiso del sultán turco, habríamos de concluir naturalmente que la caída o desaparición de la independencia turca se habría de producir de la misma manera; y que al fin del período especificado [ es decir, el 11 de agosto de 1840] el sultán habría de entregar voluntariamente su independencia en las manos de las potencias cristianas,” (Josías Litch, “Prophetic Expositions,” tomo 2 pág. 189). Veamos que dicen los historiadores de cómo se cumplió: “En 1838 habría habido guerra entre el sultán y su vasallo egipcio, si no hubiese refrenado a éste la influencia de los embajadores extranjeros. . . . En 1839 comenzaron de nuevo las hostilidades y siguieron hasta que en una batalla general entre los ejércitos del sultán y Mehemet, el ejército del sultán fué completamente destrozado y su flota capturada por Mehemet y llevada a Egipto… Mehemet se negaba positivamente a devolver dicha flota al sultán, y declaró que si las potencias procuraban quitársela, la quemaría. Así estaban las cosas cuando, en 1840, Inglaterra, Rusia, Austria y Prusia intervinieron y resolvieron arreglar la dificultad; porque era evidente que, si se lo dejaba hacer, Mehemet no tardaría en ser dueño del trono del sultán” (Josías Litch, “Prophetic 35 Josías Litch, “The Probability of the Second Coming of Christ A.D. 1843,” pág. 192-193).
El 11 de agosto de 1840 terminó el plazo de 391 años y quince días concedido para la duración del poder otomano; y ¿qué sucede con la independencia del sultán? DESAPARECE. ¿A qué manos pasa la supremacía del Imperio Otomano? A las de las cuatro grandes potencias; y ese imperio ha continuado existiendo desde entonces tan sólo por tolerancia de esas potencias cristianas. Así se cumplió la profecía al pie de la letra.
APOLIÓN (REY DEL NORTE) SE COLOCA BAJO EUROPA
La historia del poder que domina en el Éufrates bajo la simbología de las trompetas nos llevó hasta el 11 de agosto de 1840 cuando el Imperio Turco-Otomano cayó bajo el dominio voluntario de las potencias Europeas herederas de lo que antes fue el imperio griego bizantino. De allí en adelante existe un paréntesis de diversas cosas que sucederían con la iglesia de Cristo justo después de esa fecha: un ángel fuerte daría una orden a sus apóstoles de llevar adelante una gran proclamación mundial (Ap. 10) y luego comenzaría la medición del templo (juicio al pueblo – Ap. 11). Todas estas cosas serán estudiadas en un estudio posterior, pero advierten el gran reavivamiento que debía venir al pueblo de Dios desde el año 1840 hasta el año en que la Séptima trompeta sonara.
El tercer ay o séptima trompeta comienza con la apertura del lugar santísimo o segundo departamento del santuario celestial (Ap. 11.15-19). Bajo la séptima trompeta se describen los últimos eventos de la historia del mundo: se airarían las naciones, luego Cristo toma el reino en el cielo, y viene la ira de Dios. De modo que la séptima trompeta es el castigo final a todas las naciones del mundo que han servido de apoyo a la apostasía.
¿Por qué el castigo? La Biblia dice que a pesar de haberlos castigado Dios antes por medio de los árabes musulmanes con tormento y muerte, igual “…no se arrepintieron de las obras de sus manos, para que no adorasen a los demonios, y a las imágenes de oro, y de plata, y de metal, y de piedra, y de madera; las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar: Y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos” (Ap. 9.20-21). Es decir, después de 1840 las potencias europeas cristianas seguían aborreciendo el sello de la ley de Dios y seguían con ídolos en sus iglesias. Siguieron usando imágenes o esculturas de Dios, de Cristo, de María y los apóstoles. No se arrepintieron de haber transgredido y estar quebrantando los mandamientos de Dios, los referentes a Dios y los referentes al prójimo. Por eso, debía venir un castigo mayor; el cual es dado bajo la séptima trompeta.
¿Cuál sería el castigo? El castigo es la ira de las naciones que comenzaría poco tiempo después de la sexta trompeta (Ap. 11.14), y poco después de la apertura del templo celestial (Ap. 11.19); y aún continúa luego de cerrado el templo celestial (Ap. 15.8). Este castigo se consumaría con la ira de Dios en las siete plagas postreras (Ap. 15.1). Este castigo comienza con pestes, desastres “naturales” sobre el mar, los ríos, el sol (Ap. 16.1-9). Continúa con un castigo directamente en donde está el trono de la bestia (Ap. 16.10-11). El castigo final de Dios sobre las naciones es llevarlas a que se maten unas a otras como en el pasado hizo con los enemigos del pueblo de Israel. Para ello Dios quitará el pivote de la paz mundial que según la palabra se encuentra en el Éufrates. Ya hemos visto que desde el Génesis todas las guerras y todos los imperios se han establecido y gestado en esta área geográfica. Y esto es por su riqueza natural, y su posición geoestratégica. Ya lo escribió muy acertadamente Halford J. Mackinder, geógrafo inglés en 1904: “… quien gobierne Europa del Este dominará el Heartland, quien gobierne el Heartland dominará la Isla-Mundial, quien gobierne la Isla-Mundial dominará el mundo” (Mackinder, Halford, The Geographical Journal, Vol 23, Nº 4, p. 421-437,1904).Aquí el Heartland coincide con la región regada por el Éufrates y el mismo lugar donde estaba el Edén y donde reposo el arca de Noé y por consiguiente comenzó de nuevo la vida en la tierra luego del diluvio. De modo que el castigo de Dios que es la ira de las naciones gira en torno al Imperio Turco-Otomano y el poder árabe musulmán que domine el Éufrates.
En la profecía de la 7ma trompeta es todo lo que se dice, que desde 1840 en adelante y hasta el fin el mundo se caracterizaría por un incremento de la ira de las naciones, de la guerra. Los detalles de las guerras que vendrían como resultado de la ira de las naciones y en relación con el Éufrates están en otra profecía que encontramos en Daniel 11.
APOLIÓN (REY DEL NORTE) ES ESPANTADO Y LAS LANGOSTAS SE DIVIDEN
El poder que domina el Éufrates se presenta en Daniel 11 bajo otro símbolo, el del rey del Norte (Jeremías 46.10). Todo el capítulo comienza desde la época de los reyes persas (Dan 11.1-2) y luego la conquista y dominio de Grecia como imperio mundial (vs. 3-4). Luego la profecía habla del imperio griego dividido en cuatro reinos y es aquí cuando surge el concepto de rey del sur y rey del norte (vers. 4-5). De allí en adelante habla de los conflictos entre estos reyes. El rey del Norte representa a quien controla al Éufrates y el rey del Sur se refiere a Egipto y el control del Nilo. Los eventos del fin en esta profecía se encuentran en los versículos 40 hasta el 45. Comienzan con el tiempo del fin (Dan 11.40) que se refiere al año de 1798. En este tiempo se habla de una guerra triangular entre el rey ensoberbecido (vs 36), el rey del Norte (Éufrates) y el rey del sur (Egipto). En 1798 el rey ensoberbecido es Francia, el rey del Norte es el Imperio Truco-Otomano y Egipto musulmana es el rey del Sur. En la famosa batalla de las pirámides (1798) el rey ensoberbecido conquisto Egipto lo que provocó que el rey del norte (Turquía) declarara la guerra a Francia.
En el versículo 41 se dice que el rey del norte en esa campaña ganaría terreno y dominio sobre la tierra deseable exceptuando Edom, Moab y Ammón. De esta forma se predice lo que finalmente hizo Turquía en su campaña contra Francia. Ella tomó de nuevo el control de Palestina comenzando con la victoria en San Juan de Acre en 1799.
En Daniel 11.42 se predice la conquista de Egipto la cual se cumple cuando Napoleón debe regresar a Francia y el general dejado a cargo del rey del Sur es asesinado y entonces el imperio Otomano logra el control en 1801. Turquía coloca a cargo del gobierno egipcio a Mehmet Alí en 1803 quien elevó los impuestos, extorsionó e hizo a la gente dependiente de su persona. Esto cumplió lo que anticipaba el versículo 43 que se apoderaría de los tesoros de Egipto, de Libia y Etiopía. Desde 1831 comenzaron los conflictos entre el rey del Sur (Egipto – Mehmet) y el rey del Norte (Sultán Turco). En este conflicto el rey del Sur fue creciendo en poder y supremacía y obtuvo victorias en las batallas y fue ganando territorio del rey del Norte. Las potencias europeas temerosas de que llegase a controlar el trono del imperio Otomano intervinieron a favor del rey del norte en 1840. Esto como ya vimos cuando estudiamos la sexta trompeta supuso el fin del poder independiente del Imperio Turco. Sin embargo, la profecía de Daniel dice en el versículo 44 que el rey del norte pasaría por dos períodos: un período siendo espantado y otro en la que salé con ira para destruir y matar muchos.
El Rey del Norte comienza a ser espantado: Desde 1840 en adelante vemos al rey del norte (Imperio Turco Otomano) en ese período en el cual es espantado. Principiando con ponerse bajo el control voluntario de las potencias europeas este imperio comienza su decadencia. En 1848 el estallido de las revoluciones populares contra las monarquías en Europa da comienzo a la ira de las naciones. El imperio Turco también tuvo sus guerras nacionalistas en los Balcanes y el Oriente Próximo. En 1848 afrontó una guerra nacionalista en el Kurdistán, junto con desórdenes en Siria, Bosnia y Valaquia (hasta 1852). Esto es cumplimiento de que las noticias del oriente lo espantarían (Dan 11.44). En 1854 se cumple que las noticias del Norte lo espantan cuando estalla la guerra de Crimea. Del Norte del rey del Norte (Imperio Ruso). La disputa de la Basílica de la Natividad y de la Iglesia del Santo Sepulcro (ambas en Palestina) por parte de los monjes católicos y ortodoxos colocó al Sultán en una situación tensa. Como el Sultán falló a favor de Francia guardianes de los católicos romanos, hizo estallar en ira a Rusia quien era guardián de los cristianos ortodoxos. Esta fue la excusa que esgrimió Rusia para lanzar la guerra en Crimea siendo de más interés la posición geoestratégica de Crimea y la necesidad de la salida al mar mediterráneo por parte del imperio ruso. A partir de esta guerra el rey del norte (Turquía) aunque sobrevive artificialmente comienza a perder territorios. Entre 1877 y 1878 continuó el espanto del Rey del Norte. Estalló la guerra Ruso-Turca que procuraba de parte de Rusia acceso al mar Mediterráneo y la liberación de los pueblos balcánicos en el sureste de Europa. De esta forma el imperio Turco perdió Rumania, Serbia, Montenegro, y Bulgaria.
Entre 1911-1912 estalló la guerra Italo-Turca en la cual las provincias otomanas deTripolitania, Cirenaica y Fezzan, y el archipiélago del Dodecaneso pasan al Reino de Italia. Esta pérdida e inestabilidad del imperio turco animo a la liga de los Balcanes a lanzar la guerra de los Balcanes entre 1912 y 1913 que dieron como resultado la pérdida por parte de los turcos de Macedonia y Tracia. Esta independencia de los Balcanes reavivo el afán de las potencias europeas y de Rusia de controlar los estrechos que controlan el mar negro con el mar mediterráneo. El imperio austro-húngaro de confesión católica deseaba someter a los pueblos eslavos de los Balcanes de confesión ortodoxa. Con la excusa de la muerte de Francisco Fernando heredero del trono austro-húngaro a manos de un joven serbio estalló la primera guerra mundial. Esta duró desde 1914 hasta 1918 la cual causó que el imperio perdiera a Egipto en 1914, a Mesopotamia le fue quitada por Gran Bretaña en 1917. Perdió Palestina en 1917 y a Siria y el Hejaz en 1918 y Arabia en 1920. Al finalizar la primera guerra mundial, los Dardanelos y Constantinopla fueroninternacionalizados, y la capital turca se trasladó a Angora. Turquía recobró de los griegos la Anatolia occidental, inclusive Esmirna; recuperó la porción occidental de Armenia y las fuentes del Éufrates, como también su antigua capital, Constantinopla, en Europa, y una porción de Tracia; pero aun así le queda poco territorio a este imperio que fué una vez poderoso. Su dominio se ha ido reduciendo provincia tras provincia, hasta que le queda apenas una sombra de sus antiguas posesiones. Por cierto que la nación simbolizada por el Éufrates se está secando. En 1922 nació el moderno estado turco finalizando el imperio Otomano y se abolió oficialmente el sultanato. Se firmó el tratado de Lausana en donde Turquía perdió Irak, Arabia Saudita y Yemen.
REGRESO DE APOLIÓN (REY DEL NORTE) CON GRAN IRA
Al abolirse el califato-sultanato, el rey del norte, el ángel Apolión desaparece del escenario político. Más sin embargo, la profecía indica que debía regresar para “salir con grande ira para destruir y matar muchos” (Daniel 11.44). El rey del Norte siempre ha sido el poder que controle el Éufrates y este territorio quedó repartido en tres mandatos: el mandato británico de palestina, el mandato francés de Siria-Líbano y el mandato británico de Mesopotamia entre 1920 y 1922. De entre estos mandatos debía surgir el nuevo rey del Norte o Califato para que se cumpliese la Escritura. El mandato británico sobre Palestina finalizó en 1948 y las Naciones Unidas dividieron en dos estados uno israelí y otro árabe. El Mandato francés de la antigua Siria perduró hasta 1943, surgiendo así dos países independientes de dicha entidad: Siria y Líbano. El mandato británico de Mesopotamia se convirtió en estado soberano de Irak en 1932. Justo es en estas cinco naciones donde el conflicto con el terrorismo árabe musulmán moderno se ha gestado y ha crecido. Entre estos movimientos radicales islamistas el de mayor alcance e influencia así como renombre llego a ser Al Qaeda quien comandado por su líder Osama Bin Laden lanzó un ataque terrorista en el 2001 sobre suelo estadounidense y de allí surge en este mismo año 2014 la resurrección del Califato quién en la profecía se denomina el rey del Norte o el ángel destructor Apolión. Según Wikipedia tenemos:
“El Estado Islámico (EI por sus siglas en castellano, también IS por las inglesas), es un grupo terrorista insurgente, de naturaleza yihadista suní, autoproclamado califato, asentado fiel a Abu Bakr al-Baghdadi, autoproclamado califa de todos los musulmanes. Técnicamente el grupo se organiza como un Estado no reconocido, controla de facto varias ciudades como Mosul, Faluya o Raqqa, siendo esta última considerada su capital.
Así que aquí vemos el regreso del Rey del Norte. Esto es más significativo aun considerando que en poco tiempo ha logrado controlar toda la región del Medio Oriente que es regada por el Éufrates. La Biblia dice que “saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos” (Daniel 11.44). He aquí lo que ha declarado en relación con su interés de conquistar todo el medio oriente:
“…la legalidad de todos los emiratos, grupos, Estados y organizaciones se convierte en nula tras la expansión de la autoridad del califa y la llegada de sus tropas” (Sunni militants declare Islamic state in Iraq and Syria Fox News (en inglés)-29 de junio de 2014.
Veamos el resultado y su expansión rápida: “La proclamación del califato atrajo a combatientes yihadistas árabes y a magrebíes residentes en Europa, llegando a contar con entre 30.000 y 100.000 hombres en sus filas con el objetivo de conquistar Siria e Irak y convertirlos en la base de un Estado musulmán para luego expandirse al resto del mundo árabe”.
En los territorios que domina la organización impone su interpretación extremista de la Sharía, llevando a cabo ejecuciones públicas y destruyendo templos y mezquitas, entre ellos la tumba del profeta Jonás. Además se ordenó la expulsión de todos los cristianos que se nieguen a convertirse al Islam. Se han denunciado decapitaciones masivas en público de cristianos que se niegan a la conversión, incluyendo niños.
¿Cuál es su objetivo según la profecía?Dan 11:45 Y plantará las tiendas de su palacio entre los mares, en el monte deseable del santuario; y vendrá hasta su fin, y no tendrá quien le ayude. Indudablemente aquí se refiere a trasladar la sede de su gobierno en Jerusalén, lo cual provocará su fin si ayuda. Veamos su cumplimiento:
La organización se caracteriza por su severa interpretación del Islam y su violencia brutal contra los chiitas, al ser sus miembros de fe suní. Su objetivo declarado es expandirse por Jordania, Israel, Palestina, Líbano, Kuwait, Turquía y Chipre.
Elijah J. Magnier para Moon Of Alabama (27 de junio de 2014). « ¿Hacia dónde va el Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS)?». Piensa Chile.
¿Qué sucede justo cuando habiendo conquistado Jerusalén las potencias lo lleven al fin?Dan 12:1 Y EN aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está por los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fué después que hubo gente hasta entonces: más en aquel tiempo será libertado tú pueblo, todos los que se hallaren escritos en el libro.
Este versículo nos dice que el tiempo cuando Miguel se levante será cuando el Califato que domina el Éufrates y el poderío árabe musulmán que llegue a controlar Jerusalén llegue a su fin y nadie lo ayude. Es decir, los eventos que suceden actualmente en el medio oriente son cumplimiento de la palabra profética. Estos eventos darán como señal el fin del tiempo de gracia, el comienzo del tiempo de angustia y la liberación del pueblo de Dios. Por eso, estos eventos deben ser de profunda angustia para todo hijo de Dios. Nos quedan pocos días para perfeccionar nuestros caracteres por la sangre de Jesús. Fíjate que solo serán liberados los que se hallen escritos en el libro de la vida. ¿Está tu nombre escrito allí? Se escribe por medio del bautismo en agua, por nacer de nuevo en Cristo. Pero eso aún no es suficiente o completo para contar con la liberación. La Biblia dice que aunque tu nombre se encuentre escrito en el libro de la vida puede ser borrado de allí. Mira el texto: Apo 3:5 El que venciere, será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.
Nota que claramente dice Jesús que el nombre puede ser borrado. ¿Qué es lo que debemos hacer para no ser borrados? Vencer dice. El que venciere no será su nombre borrado. ¿Qué debemos vencer? Vencer a la bestia, su imagen y su marca. ¿Cómo se vence? Recibiendo el sello de Dios que viene por recibir el mensaje del sellamiento que es el mensaje del tercer ángel (Ap. 7.1-4; Ap. 14.9-12). Recuerda que el destructor Apolión (rey del Norte), el Califa recibe poder de Dios para atormentar y luego matar a aquellos que “no tienen la señal de Dios en sus frentes” (Ap. 9.4) y a aquellos que “no se arrepintieron de las obras de sus manos, para que no adorasen a los demonios, y a las imágenes de oro, y de plata, y de metal, y de piedra, y de madera; las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar” (Ap. 9.20). Hermano, hermana el fin está más cerca hoy que nunca antes. Estamos por ver el glorioso cumplimiento de las promesas de Dios a su pueblo, de ver a Jesús viniendo en las nubes del cielo. Pero también, de experimentar la gran tribulación del tiempo de angustia. Solo el sello verdadero de Dios te sostendrá. ¿Estás dispuesto a recibir ese sello? ¿Deseas que estudiemos el mensaje del sellamiento? Escríbeme sin tardar.
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