¿Existe un Estado Islámico criollo?
Prensa Cuatro F/ Modaira Rubio.
Foto: Archivo.
Para mantener el control y la hegemonía en este nuevo ciclo histórico de la humanidad, el imperialismo tiene algunos obstáculos, como por ejemplo, la existencia del Estado Nación y de la democracia.
En los últimos años, hemos visto la transformación de la metodología aplicada en la guerra imperialista. La doctrina Obama, que es la continuación de la doctrina Bush, nos habla de la Guerra Global Permanente como una manera de“disciplinar” los conflictos bélicos sin necesidad de terminarlos.
La economía del imperialismo controla en la actualidad el tráfico de drogas, la fabricación y venta de armas, el saqueo patrimonial y arqueológico, el tráfico de personas, el contrabando, el saqueo de recursos naturales. Con esos negocios ilícitos, sobrevive el sistema. Sus enemigos son entonces, la paz, la justicia, la sociedad, la ley, la civilización.
En la nueva modalidad, que se refleja en el horror que viven los pueblos del Medio Oriente, el Pentágono se encargó de organizar, formar y dotar, grupos armados como el Estado Islámico, que son al mundo árabe lo que representan las maras en Centroamérica, y lo que sin duda, han querido implementar en Venezuela.
Estos grupos delincuenciales son parte de la organización transnacional del crimen con la que el imperialismo obtiene sus verdaderas ganancias. El objetivo es crear un Estado dentro del Estado.
Estos grupos reciben apoyo, tal y como lo vemos en nuestro país, de sectores internos, de la burguesía comercial parasitaria, de la oligarquía monopolista, de la ultraderecha, para la consolidación de redes económicas ilícitas, compra y venta de armas y enriquecimiento de sus cabecillas; los denominados pranes, en el caso venezolano.
Pranes y Califas
Estos “pranatos” aquí en Venezuela, “califatos” allá en el Medio Oriente, instauran su propio sistema de impuestos (vacunas), de producción, de robo de reservas monetarias, control de fuentes energéticas, contrabando, secuestro y tráfico de personas. Actúan con brutalidad, intolerancia, intransigencia, sin ningún respeto por la vida; no entienden de negociaciones; su único proyecto es destruir para obtener riquezas.
El paramilititarismo que se “desmovilizó” en Colombia, pertenece a ese crimen transnacional organizado que sembró la derecha en nuestras zonas populares. Con esos elementos quieren implantarnos el caos y la violencia para debilitar nuestro Estado, nuestra democracia, nuestra Revolución.
La infiltración paramilitar con fines contrarrevolucionarios avanzó hasta cierto punto en el territorio venezolano, pero aún sin cobrar la suficiente fuerza como para implementar un Estado paralelo. Y no pudo hacerlo por una razón objetiva: el carácter socialista de la Revolución Bolivariana.
De allí que surge inteligentemente la Operación Liberación de Pueblo (OLP), como un método científico-militar para combatir la tesis imperialista de usar elementos del crimen organizado como herramientas de socavación de las bases estructurales del Estado nacional.
“La economía del imperialismo controla en la actualidad el tráfico de drogas, la fabricación y venta de armas, el saqueo patrimonial y arqueológico, el tráfico de personas, el contrabando, el saqueo de recursos naturales. Con esos negocios ilícitos, sobrevive el sistema”.
El capitalismo es por origen, hijo de la guerra y del militarismo, por tanto, es su naturaleza desarrollarse y reproducirse en ese terreno. El imperialismo, como fase extrema del capitalismo, se torna por tanto, hiperagresivo, al punto que la democracia y el Estado se convierten en escollos para sus ambiciones.
Decimos, que ha sido el carácter socialista de la Revolución Bolivariana lo que nos permite combatir y frenar la violencia paramilitar, pues como señalaba Lenin, es imposible poner fin a las guerras sin la abolición de la sociedad de clases y sin la victoria de la revolución socialista.
El movimiento cívico-militar venezolano, legado de Chávez, en su condición bolivariana, socialista, chavista y antiimperialista, como lo recuerda permanentemente el profesor Adán Chávez, ha sido el escudo que protege la Patria contra esa fuerza perversa de choque paramilitar.
Debemos perfeccionar nuestros métodos, ser más científicos, más eficientes en ese combate. Todo el pueblo unido y preparado debe integrarse a la OLP, para obtener mejores y certeros resultados.
Fidel lo advirtió
Como dijo Fidel Castro en una de sus reflexiones, el 18 de noviembre de 2009 : “La Revolución en Venezuela se enfrenta a problemas enteramente nuevos que no existían cuando, hace casi exactamente 50 años, triunfó en Cuba nuestra Revolución. El tráfico de drogas, el crimen organizado, la violencia social y el paramilitarismo, apenas existían. En Estados Unidos no había surgido todavía el enorme mercado actual de drogas que el capitalismo y la sociedad de consumo han creado en ese país. Para la Revolución, en Cuba no significó un gran problema combatir el tránsito de drogas e impedir su introducción en la producción y consumo de las mismas. Los paramilitares de Colombia constituyen hoy la primera tropa de choque del imperialismo para combatir la Revolución Bolivariana”.
Esas palabras del Comandante Fidel hace más de 6 años, nos demuestran que bajo el liderazgo del Comandante Eterno de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, supimos como pueblo organizarnos y unirnos para evitar la imposición de un Estado delincuencial paralelo; quizás lo hicimos inconscientemente, guiados por el amor a la Patria y la dignidad que Chávez rescató.
Esa lucha trasciende; nos corresponde ahora escribir una nueva página en la historia revolucionaria del mundo: sobre cómo el pueblo de Bolívar y Chávez derrotará la guerra sin fin, la guerra prolongada que el imperialismo hace, valiéndose de organizaciones criminales transnacionales, para someter a las naciones y quedarse con sus recursos.
