El camino de la Gente de Allah (7)
Shaij Abu al-Abbas al-Mursi dijo con respecto al nafs: “No puedes conquistar al ego sino en Allah, Aquel que por todos lados lo envuelve”
31/12/2015 - Autor: Shaykh Ahmad ibn Muhammad ibn Ajiba alHasani
Traducción: 'Uzman García
El profeta (s.a.s.) remarcó la importancia de la lucha contra el nafs y su purificación diciendo: “Musulmán es aquel de cuya mano los musulmanes están a salvo. Creyente mu’min es aquel en el que la gente confiaría sus bienes. El verdadero emigrante es el que ha emigrado de todo aquello que Allah ha prohibido, y el auténtico guerrero es aquel que lucha contra el ego y sus bajas pasiones.” El profeta (s.a.s.) también dijo: “El auténtico arrojo no es el del guerrero en el campo de batalla, sino el de aquel que se controla a sí mismo cuando le inunda la ira.” Con respecto a esto ha sido dicho: El hombre valeroso no es aquel que lucha con denuedo por defender lo suyo el botín. En medio de fulgor de la batalla el valor se pone de manifiesto en aquel que baja la mirada y se aparta de lo prohibido; él es el heroico caballero. Shaij Abu al-'Abbas al-Mursi dijo con respecto al nafs: “No puedes conquistar al ego sino en Allah, Aquel que por todos lados lo envuelve.” Y en el “Hikam” los engarces de la sabiduría de Muhi d-din Ibn ‘Arabi dice: “Si Él desea tomarte para Sí, reviste tus cualidades con Sus cualidades y tus atributos con Sus atributos. Te conduce a Sí a través lo que va de Él a ti, no de lo que va de ti a Él.”
Las gentes de Allah, para llegar a Él, enfocan su mirada entorno a la raíz espiritual que subyace a las formas creadas, contemplándolo todo como luces reflejadas de un espejo límpido y puro. Todo lo que se manifiesta en los tres tiempos pasado, presente y futuro es reflejo suyo. Cuando se ve un cuerpo, es un cuerpo reflejado; e igualmente los objetos de la percepción sensorial de dicho cuerpo no son más que formas reflejas. El velo se alza cubriendo el espejo cuando el ojo no ve sino formas creadas que se suceden independientemente del haz luz primigenia.
Hay dos obstáculos. El primero es descuidar la proximidad de la Presencia Iláhica la trascendencia pura en nosotros distrayéndonos con todo aquello que suponga una causa de olvido. Cuando el individuo abandona la proximidad a Allah y no se emplea a sí mismo en búsqueda Suya, deviene oscuro y queda velado con respecto a su luz original. Si se ocupara del recuerdo de Allah y muriera completamente a “lo-otro-que-Él”, su espejo se puliría.
El segundo obstáculo para que el espejo del espíritu refleje Su luz es el oxido que se va acumulando. Un dicho profético dice: “Los corazones se oxidan igual que los metales.” El oxido son las formas creadas impresas en el corazón, sobre las cuales que se proyecta la fijación egocéntrica por medio del vínculo de la acción y el pensamiento. El “Hikam” aborda estas cuestiones: “¿Cómo puede un corazón resultar iluminado si las formas creadas están en él su espejo impresas? ¿Cómo puede elevarse hasta Allah si está presó de sus bajas pasiones? ¿Cómo puede acceder a la presencia de Allah si no se ha librado del olvido de su verdadera esencia? ¿Cómo puede aspirar a comprender los más sutiles secretos cuando no se ha vuelto tawba a Allah de sus errores?“ De acuerdo a otra tradición profética: “Todo es susceptible del resplandor del brillo. El brillo del corazón es el recuerdo dzikr de Allah.” Pero debe ser el recuerdo de un corazón unificado y anhelante, de lo contrario no sirve de nada.”
Fuente (en inglés):
www.scribd.com/doc/37263678/The-Path-of-the-People-Ibn-Ajiba
Continuará si Dios quiere.www.scribd.com/doc/37263678/The-Path-of-the-People-Ibn-Ajiba
Allahu Akbar, Allahu Akbar, wa li l-lahi l-hamd.
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