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domingo, 13 de marzo de 2016

Estados Unidos trata de determinar si los antiguos OV-10 Bronco son más eficaces en la realización de las operaciones de contrainsurgencia. (Cortesía: NASA).
(CNN) – Dos aviones de casi 50 años de antigüedad han sido recuperados para luchar contra ISIS.
Los aviones turbohélice de la era de Vietnam, OV-10 Bronco, son parte de un experimento para determinar si los "aviones ligeros de turbohélice" son más eficaces en la realización de las operaciones de contrainsurgencia, le dijo a CNN un representante militar de Estados Unidos esta semana.
Durante su despliegue, los aviones volaron 120 misiones de combate contra objetivos de ISIS como parte de la coalición anti ISIS, dijo el portavoz del capitán Bryant Davis, del Comando Central de Estados Unidos, quien supervisa las operaciones militares en el Medio Oriente.
The Daily Beast inicialmente reportó las pruebas de las aeronaves.
Los aviones OV-10 fueron operados por un equipo de dos personas que consistía en un aviador naval y un oficial de vuelo de la Marina, de acuerdo con los militares.
El experimento tiene como objetivo determinar si los aviones más lentos como el Bronco pueden apoyar mejor a las tropas en tierra que luchan contra insurgentes que sus homólogos más tecnológicamente avanzados y costosos, como los aviones de combate F-15 Eagle y el F-35 Joint Strike Fighter.
La idea es que los aviones más antiguos pueden volar de forma más rentable para llevar a cabo misiones de apoyo aéreo a fin de ayudar a las tropas terrestres y a que los pilotos vean mejor y ataquen a los insurgentes de baja tecnología.
El comandante aviador naval jubilado, Chris Harmer, elogió la reactivación de las aeronaves, al decirle a CNN que era "una excelente idea".
Harmer, ahora analista naval principal del Instituto para el Estudio de la Guerra, se refirió al OV-10 como "un gran avión para volar" y dijo que era probable que los pilotos estadounidenses lucharon en relación a quién tendría la oportunidad de volar en combate.
Harmer le dijo a CNN que los aviones eran una alternativa mucho más rentable que los aviones como el F-15 y F-35, el último de los cuales tiene un costo aproximado de 150 millones de dólares cada uno.
Usar un F-35 como parte del apoyo aéreo cercano y volarlo contra la insurgencia sería similar a "comprar un nuevo Rolls Royce para llevar la basura al vertedero", dijo Harmer.
Harmer estimó el costo de volar los aviones más modernos en 45.000 dólares por hora de vuelo, mientras que el avión más antiguo, Bronco, podría costar menos de 5.000 dólares por vuelo.
El F-15 Eagle tiene una velocidad de crucero de casi 920 kph, mientras que el OV-10 tiene una velocidad de crucero de 360 kph, de acuerdo con una hoja informativa de la Fuerza Aérea.
Aunque reconoció que los aviones más lentos eran vulnerables a otros aviones modernos enemigos y misiles antiaéreos, él dijo que los aviones serían "muy efectivos" en ambientes como Iraq y Afganistán, donde los terroristas tienen armas antiaéreas muy limitadas.
Más tiempo para deambular, mejor visibilidad
Paul Scharre, exranger del ejército que sirvió varias veces en Iraq y Afganistán, dijo que estos aviones de turbohélice fueron el punto medio perfecto entre aviones no tripulados y aviones más avanzados tecnológicamente.
Scharre dijo que al igual que aviones no tripulados, el OV-10 puede deambular durante horas por el campo de batalla, pero a diferencia de los drones, el piloto tiene una mayor visibilidad del campo de batalla y puede ver la situación de las fuerzas enemigas, así como atacar directamente con ametralladoras y más bombas y misiles que un drone.
Los aviones más modernos viajan demasiado rápido para ver acontecimientos sobre el terreno y llegan a depender excesivamente de la tecnología para apuntar a combatientes enemigos, dijo. Además, estos aviones consumen combustible a un ritmo mucho más rápido, lo que significa que no pueden volar sobre el campo de batalla durante el tiempo que pueden hacerlo sus homólogos propulsados por hélice.
Scharre, un alto miembro del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense, le dijo a CNN que 15 años de misiones de contrainsurgencia habían hecho mella en la flota de aviones de combate tecnológicamente avanzados y costosos de Estados Unidos y dijo que un avión "solo puede tener muchas horas de vuelo antes de desgastarse".
Tanto Scharre como Harmer dicen que estos aviones de ataque ligeros tendrían una gran demanda por parte de las fuerzas de Operaciones Especiales de Estados Unidos debido a su capacidad para proporcionar una constante vigilancia y apoyo aéreo cercano, así como apuntar a los enemigos muy de cerca sin correr el riesgo de ser víctimas de fuego amigo, porque los pilotos están volando lo suficientemente lento para distinguir visualmente entre el enemigo y las fuerzas amigas.
Sin embargo, Harmer y Scharre creen que la resistencia por parte de los altos mandos del ejército obstaculizará la iniciativa de recuperar estos aviones retro y que la Fuerza Aérea está demasiado enfocada en el avión más costoso F-35 como para considerar adoptar una tecnología de 50 años de antigüedad.
El representante del Comando Central le dijo a CNN que los resultados del experimento inicial han sido transmitidos al Joint Requirements Oversight Council de la oficina de la secretaria de Defensa y que la información ayudará a los legisladores del Pentágono "a determinar si se trata de un concepto válido que sea eficaz en el campo de batalla actual".
Y añadió: "dado que el informe aún es un proyecto, sería inapropiado y prematuro proporcionar detalles con respecto a alguna conclusión o posibles recomendaciones".
"La manera estadounidense de luchar desde la Segunda Guerra Mundial ha sido contar con una tecnología superior. Ha habido un constante enfoque en los más importantes avances tecnológicos que se encuentra a la vanguardia", dijo Harmer.
Sin embargo, Scharre es optimista de que estos aviones efectivos encontrarán un nicho dentro del ejército, posiblemente las Operaciones Especiales de las Fuerzas Aéreas adquirirán algunos aviones para apoyar a las fuerzas de operaciones especiales.
La necesidad de un apoyo aéreo cercano en la lucha contra ISIS también ayudó a convencer a la Fuerza Aérea a reconsiderar sus planes de retirar al A-10 Warthog, un avión de ataque a tierra de la era de 1970.
Scharre también cree que estos aviones de turbohélice resultarán ideales para equipar y armar a socios de Estados Unidos que están luchando contra insurgencias y terroristas.
En enero, Estados Unidos también proporcionó a Afganistán cuatro aviones turbohélice A-29 Super Tucano, el primer avión de combate de ala fija de las fuerzas aéreas afganas.

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