El ojo ‘antiyihadista’ de la población
El 48,67% del millar de comunicaciones realizadas por los ciudadanos sobre posibles casos de radicalismo tiene interés policial y 15 han coincidido con investigaciones ya abiertas
Madrid
Un comportamiento sospechoso, un cambio de actitud o de vestimenta, una desaparición repentina, un vehículo raro… El Centro de Coordinación de Información sobre Radicalización (CCIR), una especie de call center dentro del edificio del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), ha recibido —hasta el pasado 8 de marzo— 1.097 comunicaciones vinculadas a sospechosos yihadistas.
“Aunque no hay un perfil claro, la mayor parte de la gente que llama es gente joven y en un 4% de los casos pertenecientes a colectivos musulmanes”, aseguran fuentes de la lucha antiterrorista. “Casi todas son llamadas de atención sobre síntomas de radicalización —cambios de actitud o problemáticas en redes sociales— o proceden de centros educativos”, detallan. “Son menos frecuentes las que tienen que ver con desapariciones de quienes manifestaron en algún momento su intención de viajar a Siria (posibles combatientes) pero también se han dado”, señalan.
El ojo antiyihadista de la ciudadanía no va muy desencaminado. Del millar de mensajes recibidos —la mayor parte a través del teléfono 900822066 y de la web (www.stop-radicalismos.es)— casi la mitad (un 48,67%) tiene interés policial y, de ellos, 15 han coincidido con investigaciones ya abiertas por los cuerpos y fuerzas de seguridad.
“Todas y cada una de las comunicaciones —anónimas y confidenciales— se comprueban: un nombre, un teléfono, un perfil de Facebook o de Twitter, lo cruzamos con nuestros datos por si hubiera o estuviera siendo investigada —el CITCO aglutina todos los relativos a terrorismo y crimen organizado provenientes de la Policía, Guardia Civil, Centro Nacional de Inteligencia, policías autonómicas, instituciones penitenciarias— y, o bien se deriva a las autoridades competentes o se archivan”, confirman las mismas fuentes.
Desde que en diciembre pasado se presentara el plan “Stop Radicalismos”, que ampliaba a toda la sociedad la red de informadores antiyihadistas, su implantación es lenta pero persistente en un país que vive desde hace más de un año en alerta 4 de amenaza terrorista, alto riesgo de atentado.
ÚLTIMOS DATOS DE LA LUCHA ANTITERRORISTA
153 combatientes terroristas. Es el número de foreign fighterscontabilizado en España.
41 operaciones y 116 detenidos. Se han producido en 2015 y en lo que llevamos de 2016. Muestra de que en España hay estructuras de reclutamiento.
10 millones de euros. Es el crédito extraordinario de 2015 para los servicios de Información.
Medidas europeas. En Europa se están desarrollando medidas como la Directiva sobre el Registro de Nombre de Pasajeros (PNR) y el nuevo Centro Europeo contra el Terrorismo, dirigido por un coronel de la Guardia Civil, que unifica toda la información y análisis de la Unión Europea.
Los responsables de la lucha antiterrorista pretenden realizar un mapa español de radicalismos, que permita visualizar las regiones donde el riesgo puede ser mayor y habilitar las herramientas necesarias para prevenirlos.
El CITCO no es más que el depositario y custodio de todas las informaciones, el organismo que vela por que la línea de trabajo y el mensaje de cara al interior y al exterior sea unívoco, pero el poder operativo de las estrategias y planes desarrollados recae sobre los cuerpos y fuerzas que lo integran. Y en este caso, por primera vez, se amplía a todos los agentes y Administraciones que tienen competencias en asuntos sociales. Por eso, además de las voces y mensajes directos de los ciudadanos, son las distintas Administraciones regionales y locales desde sus vertientes más sociales (asistenciales, educativas, sanitarias, policiales…) las que más conocimiento e información pueden tener de posibles amenazas y riesgos.
Por este motivo hay ya en marcha “una decena de proyectos piloto” para “arbitrar un sistema y unas herramientas que permitan a Ayuntamientos y comunidades cruzar datos provenientes de todos esos ámbitos de la sociedad y hacer puestas en común”. Es decir, de un lado está la colaboración ciudadana, y de otro, la de los distintos profesionales de la Administración.
10 proyectos piloto
Los grupos locales de trabajo ya están, por tanto, en funcionamiento en 10 lugares de España, que prefieren no ser identificados para no ser estigmatizados.
“Es difícil que un Ayuntamiento o una comunidad reconozca que tiene o puede tener un problema de islamismo o de riesgo de radicalización violenta porque eso los pone directamente en el escaparate, y tenemos que luchar contra esas reticencias explicando bien el proyecto y logrando la confianza de las Administraciones locales por el bien de todos”, comentan responsables de la estrategia antiterrorista. Superar ese escollo manteniendo la autonomía de las Administraciones es ahora uno de los retos primordiales, pero no el único.
La necesidad de crear una contranarrativa frente a la persuasiva propaganda del Estado Islámico (ISIS)ha llevado a la creación de un equipo de expertos en comunicación que prepara ya una batería de mensajes escritos y audiovisuales, y que no descarta “contar con excombatientes o personas que han sufrido un proceso de radicalización”. La clave es “dar con el actor apropiado para el destinatario buscado”.
EL ESTADO ISLÁMICO HA CREADO 36 PRODUCTORAS AUDIOVISUALES
El Estado Islámico (ISIS) ha creado una red de 36 productoras audiovisuales que producen vídeos, en los que en un 16% de ellos se muestran ejecuciones donde aparecen más de 1.500 personas asesinadas, musulmanes en su mayoría, según los datos de responsables de la lucha antiterrorista.
Se trata de un material que, según explicaba esta semana el secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Martínez, está inspirado en las películas y los videojuegos más populares entre los jóvenes, con el claro propósito de seducirlos. En opinión de Martínez, el panorama es “preocupante” pero aseguró que se está generando una respuesta a escala internacional con un claro respaldo del sector privado, sobre todo de la industria de Internet.
Martínez subrayó cómo el ISIS utiliza las redes sociales e Internet como principal herramienta de captación y de una manera nueva, más cercana a la publicidad comercial, difundiendo vídeos a través de sus cuentas de Twitter. Se calcula que puede controlar entre 35.000 y 75.000.
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