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viernes, 8 de abril de 2016

Utilidad y belleza de la palabra

La belleza de las palabras, escritas o recitadas, llega al corazón como llegan las artes, como culmina la revelación, en forma de señal y sentido

08/04/2016 - Autor: Hashim Cabrera - Fuente: Webislam
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Escribimos sabiendo que lo que realmente tiene valor es la intención.
Que hablamos y nos comunicamos hablando es una afirmación irrefutable. Que esa comunicación produzca un crecimiento en la comunidad humana ya sería más discutible, pero, por fortuna, paralelamente a las artes, la palabra es nuestro medio de comunicación más usual, palabras acompañadas de signos corporales en el diálogo presencial y palabras escuetas reducidas a la literatura y a la escritura en el soporte virtual del papel o de la pantalla.
¿Qué sentido tiene entonces la tarea de escribir? La pregunta obvia el significado que el escribir tiene para el propio escriba, que en su quehacer encuentra el sentido y el cauce de sus reflexiones o se desahoga con ello. No, la pregunta es sobre el sentido social de la escritura, sobre la utilidad o no, aún intelectual, de la palabra.
Algún lector afirma haber encontrado claves y respuestas entre los renglones, entre los párrafos hilvanados con más o menos tino y coherencia. Si es así, no dudamos de que esa escritura sirva, sea útil.
Por otro lado tenemos la literatura y en primer término a la Poesía, expulsada por Platón de la polis perfecta. La belleza de las palabras, escritas o recitadas, llega al corazón como llegan las artes, como culmina la revelación, en forma de señal y sentido. Belleza que es armoniosa caligrafía o dicción eufónica, música cabal y medida, soporte de las ideas que necesitamos para enhebrar razonablemente nuestras vidas, para realizar el mandato de nuestra primera creación, que no es otro que conquistar y atesorar la sabiduría.
Y por esa razón, sólo por ella, deviene el sentido social de la escritura, su utilidad y naturaleza benéfica, cuando intencionalmente la ponemos  al servicio de aquello que sabemos justo, bello y útil a un tiempo.
Fuera del guénoniano reino de la cantidad, lo más importante no es el número de los lectores sino su calidad personal, profesional y espiritual, el grado de conciencia que tengan sobre la situación contemporánea del ser humano en esta tierra, en este tiempo de tantos y tan profundos cambios que nos acercan progresivamente a la Realidad Única, al continuum de lo indiferenciado por ser único.
La perseverancia conceptual, la pervivencia de ciertas ideas puede ayudarnos a llevar a cabo lecturas del mundo, interpretaciones más o menos ajustadas y comunes de aquello que creemos nos acontece, a usar de los imaginarios que nos hacen eludir la locura del absoluto vacío, de la soledad completa o de la desolación de nuestras almas.
Pero no es precisamente la literatura lo que nos anima a escribir en los portales de nuestro presente, sino que tal vez lo sea la conciencia, las huellas de las imágenes televisivas y de Internet, cuyos ecos resuenan en nuestra vida cotidiana, asomándonos a un paisaje de depredación y de muerte, de guerras, genocidios, de imposición arrogante de los imperios de cada rincón de este maltrecho planeta que ya no es tan azul como era entonces.
Y leemos artículos y análisis, tratando de encontrar sentido a esa barbarie que se cuela en los media y que va modelando el imaginario de la globalización, un imaginario escatológico, de fin de la historia, de desesperanza impuesta a los pueblos y a las almas que aún quedan y que son casi todas.
Y pensamos que escribiendo, reflexionando por escrito, nuestra mente se sentirá así más tranquila, más libre de responsabilidad compartiendo esas mismas palabras con los lectores, incluidos nosotros mismos que somos los primeros lectores. Y escribimos sabiendo que lo que realmente tiene valor es la intención, aunque, conscientes del milagro de la palabra, tratemos de que la forma del lenguaje sea la más correcta, la más bella, la más justa y la más compasiva posible, como querría Ashgar Ali al definir los valores universales de la forma islámica de vivir.

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