Al grito de “¡Las familias unidas, jamás serán vencidas!”, miles de personas marcharon este sábado en el centro de la Ciudad de México contra la
iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto de legalizar el matrimonio entre homosexuales.
Cientos de activistas gays, portando banderas multicolores, efectuaron también este sábado, en la misma zona, un mitin a favor de la autorización de las bodas entre personas del mismo sexo.
Para evitar que ambas manifestaciones se toparan cara a cara, el gobierno de la Ciudad de México dividió en dos con vallas la Avenida Reforma, a la altura de la rotonda del emblemático Ángel de la Independencia, rodeado de decenas de policías.
La secretaría de Seguridad Pública reportó que no hubo confrontaciones entre las dos manifestaciones y que en la marcha contra el matrimonio gay participaron entre 18.000 y 20.000 personas, mientras que los organizadores dijeron que esa cifra ascendió a 150.000.
En la marcha organizada por el Frente Nacional por la Familia sobresalían pancartas con la imagen de la Virgen de Guadalupe y otras que decían
“Mi familia como la de Nazaret” con dibujos de los personajes bíblicos José, María y el niño Jesús.
“Creo que el Estado, con las iniciativas que planteó, lo que quiere es quitarnos el derecho a educar a nuestros hijos como nosotros queramos”, comentó a la AFP Miriam Garrido, una ama de casa de 38 años, acompañada de su esposo y cuatro hijos, todos vestidos de blanco al igual que el resto de los manifestantes.
“Nosotros estamos a favor de la familia” porque “los niños, para su mejor protección, tienen que nacer en una familia conformada por un hombre y una mujer”, dijo a la AFP Luis Gallego, vocero de la Unión Nacional Cristiana por la Familia, mientras marchaba en un contingente custodiado por una infranqueable cadena humana de nerviosos voluntarios.
En algunos puntos del trayecto de esa marcha se apostaron puñados de jóvenes con pancartas que decían “Soy católico y soy gay. ¡Quiero platicar contigo!”.
“Creemos que el discurso de las personas que están marchando de este lado es producto de la desinformación”, le decía Orlando Suárez a uno de los manifestantes vestidos de blanco.
La marcha del Frente Nacional por la Familia, en la que participó también un contingente de monjas que cargaban una enorme bandera de México, llegó al Ángel de la Independencia, donde fue montado un escenario con luces y sonido en el que distintos oradores expresaban su rechazo al matrimonio gay. En mayo, Peña Nieto anunció una reforma constitucional para legalizar el matrimonio entre homosexuales en todo el país, un año después de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinara que prohibirlo es inconstitucional.
Aunque la capital mexicana fue pionera en América Latina al reconocer uniones de personas del mismo sexo desde 2007 y sus bodas en 2009, el matrimonio igualitario sólo ha sido aprobado en los estados de Jalisco, Michoacán, Morelos, Coahuila, Nayarit, Campeche y Quintana Roo.
Episcopado mexicano, uno de los más conservadores
Portando una cruz de madera, el reverendo Aron León, de la congregación cristiana Iglesias Comunitarias Metropolitanas de México, se apostó al frente del mitin de los activistas que defienden las bodas gays.
“Estamos apoyando a los miembros de nuestra congregación que forman parte de la comunidad homosexual porque es una desgracia que algunos miembros de la iglesia católica divulguen mensajes de odio”, comentó a la AFP rodeado de banderas multicolores y pancartas que decían “¡Matrimonio y adopción para toda la nación!”.
Algunos de esos activistas llevaban flores rojas que planeaban arrojarles a los participantes de la marcha contra los derechos de los homosexuales en caso de que llegaran hasta su mitin, pero los cercos policíacos impidieron que eso sucediera.
Tania Hernández, una joven de 26 años, ingeniera en sistemas e integrante de la Red de Madres Lesbianas de México, acudió acompañada de su hijo de cuatro años, al que le ha resultado “muy complicado” explicarle por qué algunas personas consideran que “su familia está mal, que su familia no es familia”.
El 10 de septiembre miles de fieles de varias religiones habían salido a las calles de varias ciudades de México a marchar contra la iniciativa de Peña Nieto, y al día siguiente organizaciones de gays hicieron lo mismo pero a favor de la ley.
El episcopado mexicano “es uno de los más conservadores de América” y es “muy posible que (…) sea capaz de torpedear la iniciativa de Peña Nieto”, expuso a la AFP Andrew Chesnut, profesor de Estudios Religiosos de la Universidad de la Mancomunidad de Virginia, Estados Unidos.
En lo que va de año, al menos 26 gays han sido asesinados en México por su orientación sexual, según la Comisión Ciudadana contra los Crímenes de Odio por Homofobia, que contabilizó 44 crímenes en 2015 y 72 en 2014.
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