Libro en PDF 10 MITOS identidad mexicana (PROFECIA POSCOVID)

Libro en PDF 10 MITOS identidad mexicana (PROFECIA POSCOVID)

  Interesados comunicarse a correo: erubielcamacho43@yahoo.com.mx  si quieren versión impresa o electrónica donativo voluntario .

sábado, 19 de agosto de 2017

Sin miedo, valientes, justos

19/08/2017 - Autor: Farid Othman-Bentria Ramos - Fuente: WebIslam
  • 2me gusta o estoy de acuerdo
  •  
  • Compartir en meneame
  •  
  • Compartir en facebook
  •  
  • Descargar PDF
  •  
  • Imprimir
  •  
  • Envia a un amigo
  •  
  • Estadisticas de la publicación


Justicia
Llora Barcelona y lloramos con ella como lloramos con Charlottesville, Uagadugú, Londres, Homs, Alepo, París, Utoya o Mosul. Lloramos de rabia, con los puños cerrados, sin poder comprender cómo un ser humano puede creerse con derecho a quitar la vida a otro ser humano. Lloramos con el terror que provoca la barbarie, preguntándonos cómo proteger a los nuestros, cómo no ser los siguientes. Lloremos, llorar es sano, pero lloremos sin miedo.
Vivimos un tiempo difícil que, a ratos, recuerda demasiado a oscuras épocas pasadas. Todos sabemos qué pasó entre el crack del 29 y el día en el que las tropas alemanas levantaron la barrera de la frontera polaca con sus propias manos, sabiéndose impunes ante la inacción de la comunidad internacional, inacción para la que el laboratorio necesario fue España. “If you tolerate this then your children will be next”, como cantaban al respecto los Manic Street Preachers.
El auge de los nacionalismos excluyentes, de los discursos cargados de ira, de la gestión pausada del germen del odio, hablar de valores contra valores, de la necesidad de sociedades impermeables al milagro enriquecedor de la diversidad, etc., son elementos que componen la idea violenta del “otro” y que terminan por normalizar o tolerar al intolerante, obviando de nuevo las tesis de Popper.
Cada día vemos a diversos grupos de cobardes enarbolar banderas que no les pertenecen (banderas que pueden ser, por ejemplo, de pueblos o religiones) para crear un marco de discusión propio y amenazar con el punto final que conlleva el discurso del otro, que es la negación de la humanidad del que no pertenece a nuestro grupo, por tanto, de justificar su muerte. Se vistan de lo que se quieran vestir, la naturaleza, discurso y objetivos son los mismos y lo que están dispuestos a hacer también. Vuelve, por tanto, a ser necesario aprender de la historia y, esta vez sí, hacer caso a Popper y no tolerar al intolerante, vuelve a ser esencial para nuestra salud democrática tener una Ley integral contra los delitos de odio y para la no discriminación así como reforzar la pedagogía que hable de la ciudadanía, de toda la ciudadanía, como un conjunto positivamente diverso.
Es tiempo de valientes, difícilmente alguna vez no lo fue, ahora es urgente. Necesitamos comprender que ante los atentados terroristas no cabe la diferencia entre los justos, que los dos únicos bandos posibles deben ser los reales, esto es, por un lado aquellos que viven del terror y, por otro, la ciudadanía. No cabe pedir a los ciudadanos de confesión musulmana que se justifiquen por algo que han hecho también contra ellos, sobre todo contra ellos (o asesinados o estigmatizados), grupos terroristas que se dicen musulmanes pero son terroristas, al igual que, afortunadamente, no pedimos a los anglosajones cristianos que salgan a justificarse por las acciones que cometen los grupos supremacistas de EEUU, grupos terroristas que impunemente salen armados a las calles y que han causado en los últimos diez años más de 250 muertos dentro de sus fronteras (ETA, en toda su historia, asesinó 829 veces). El terrorismo no tiene credo, no es ninguna rama de ninguna religión; tampoco tiene raza o nacionalidad. Los terroristas son solamente eso: terroristas.
Nos deben importar las víctimas ante todo, estén donde estén, y debemos entender que nuestro principal enemigo es el miedo y nuestro principal aliado son los valores comunes, que somos mejores estando juntos, que la primera batalla a ganar es la del lenguaje. Debemos exigir responsabilidad con los conceptos si queremos evitar la paranoia que nos hará desconfiar a ciudadanos de ciudadanos, otorgando así la primera y más efectiva de las victorias que persiguen los extremistas: nuestra división.
Demos un paso al frente, unidos, sin fisuras, sin miedo, valientes, justos. Dejemos clara su debilidad al intolerante, su soledad. Porque nuestro sentido de pertenencia es legítimo, porque su cobardía no puede herir nuestro humanismo salvo que le dejemos, porque somos más y porque somos mejores. La interculturalidad nos hace inmunes a la intolerancia y a los intolerantes. La pedagogía nos hace conscientes y nos enseña a sumar. La empatía hace de nosotros una gran familia indestructible.
La respuesta al terrorismo no puede ser culpar a los refugiados, criminalizar a los inmigrantes, creer que mi cultura, religión y valores, los que sean, son mejores que los del resto, o utilizar términos propios de culturas que no son la propia para darles un significado reiteradamente negativo (véase “yihad”). La xenofobia o la islamofobia son miedos (fobias) y el miedo es la victoria de los cobardes. Vivamos pues sin miedo, que nos vean juntos y lo tengan ellos. Seamos capaces de aprender de nuestros errores, de proteger a los hijos de todos como si fueran nuestros hijos, de no repetir lo peor de nuestra historia, de llorar juntos, de ser justos, de no tener miedo a ser valientes.
Farid Othman-Bentria Ramos es coordinador del Grupo Federal Medina del PSOE

Anuncios

No hay comentarios:

Publicar un comentario