"Tenemos hambre, sed y el sol casi nos mata": la desesperada huida de miles de civiles desplazados por los combates en Raqa, la capital de facto de Estado Islámico
La escena se repite: un río de vehículos con banderas blancas raídas y cargados de familias que huyen con escasas pertenencias y el desamparo de la guerra reflejado en el rostro.
Naciones Unidas estima que al menos 173 personas murieron en junio en la ciudad de Raqa, donde las Fuerzas Democráticas Sirias -una coalición de milicianos árabes y kurdos apoyada por EE.UU.- lucha para expulsar al autodeterminado Estado Islámico.
La cifra real de muertos, advierte la ONU, podría ser mucho más alta.
Los yihadistas defienden encarnizadamente esta ciudad siria.
Se calcula que unos 100.000 civiles aún están atrapados en esta localidad que en su momento tuvo 300.000 habitantes.
A medida que se intensifican los combates, la gente busca refugio a las afueras del centro urbano.
Muchas de esas personas acudieron a Raqa intentado escapar de otros frentes de la guerra civil que asola Siria desde 2011 y ahora se encuentran nuevamente en el centro del conflicto.
“¿A dónde más podemos ir?”, dice una mujer entre los desplazados que se amontonan en uno de los campamentos cada día más llenos alrededor de la ciudad.
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