La economía de Venezuela se está volcando hacia China, donde exporta cada vez más petróleo y recibe las mayores inversiones extranjeras de la región. Las fuerzas armadas compran su armamento en Rusia, que le ha vendido los cazas SU-30 y los helicópteros Mi-17.
Estados Unidos no quiere perder el acceso a las mayores reservas de hidrocarburos del mundo, para lo cual se empeña en desestabilizar al Gobierno de Nicolás Maduro con la ayuda de su vecina Colombia.
El vicepresidente norteamericano, Mike Pence, de visita a tierras colombianas dijo que Estados Unidos "tiene muchas opciones para Venezuela" y enfatizó que su Gobierno no se quedará con las manos cruzadas, por lo cual tomarán acciones de orden político y económico contra la nación suramericana.
En simultáneo, el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Mike Pompeo, aseguró a Fox News que Venezuela representa un peligro para Estados Unidos: "Los cubanos, los rusos, Irán y Hizbulá están en Venezuela", dijo al ser interrogado sobre las declaraciones del presidente Donald Trump, quien aseguró que no descarta una "opción militar".
Desde hace por los menos 11 años, Venezuela viene denunciando la presencia de paramilitares de la extrema derecha en su territorio. En mayo de 2004, Hugo Chávez, denunció la presencia de un ejército paramilitar en la finca Daktari, en el municipio El Hatillo del estado de Miranda. Se trataba de un grupo de 116 hombres, todos colombianos, que vestían uniformes militares venezolanos y portaban armas de guerra.
Según los miembros del Observatorio Económico de Latinoamérica (OBELA), Oscar Ugarteche y Armando Negrete, "existe un riesgo alto de que un problema de política nacional se resuelva con una intervención militar y que esta pueda gatillar un problema internacional en Suramérica".
China ha desplazado al Banco Mundial y al BID como principal fuente de préstamos a Venezuela, con 141.000 millones de dólares volcados hacia América Latina y el Caribe entre 2005 y 2016.
En este escenario de fondo, en el primer semestre de este año sucedieron dos hechos que sacuden el tablero.
El primero es que Colombia concluyó su ingreso a la OTAN el 18 de mayo. El acuerdo comenzó a negociarse en 2013, estará focalizado en el "combate al crimen organizado" y será "sólo" un acuerdo de cooperación ya que el país suramericano no puede ser miembro pleno de la Alianza Atlántica.
Sin embargo, las consecuencias geopolíticas de dicha "cooperación" no pueden ser desconsideradas. Desde que comenzaron las negociaciones, los Gobiernos de Venezuela, Nicaragua y Bolivia manifestaron su rechazo, pues consideraban que el convenio entre Colombia y la OTAN representa una "amenaza para la estabilidad regional".
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© REUTERS / NIKOLAY KORCHEKOV
Desde que Estados Unidos se convirtió en potencia global, el control del Caribe y de Centroamérica es irrenunciable. Esas zonas fueron la base de su posterior expansión y es allí donde se han producido la mayor parte de sus intervenciones militares. Este conjunto de realineamientos están generando un clima que puede desembocar en la guerra.
Para los miembros del OBELA la conclusión es sencilla, aunque trágica: "Por primera vez existe una posibilidad real de una guerra de alta intensidad propiamente dicha, frente a la eventualidad de problemas de pagos de deuda con PDVSA". Creen en una posible quiebra de la petrolera y un cese de pagos, lo que "generaría un problema internacional mayor".
El diario oficialista chino Global Times, habitualmente moderado en sus análisis sobre América Latina, sostiene que Washington sólo está preocupado por "tomar el control del continente como su patio trasero" y asegura que los objetivos de Estados Unidos consisten en "la eliminación de Maduro y la destrucción del legado político de Chávez".
Como corolario, la página militar brasileña Defesanet, profundamente antichavista, sostiene: "A pesar de la evidente interferencia de los EEUU es improbable el uso de tropas regulares norteamericanos, aunque sus Fuerzas Especiales están actuando allí desde hace mucho tiempo. Si hubiera tropas regulares extranjeras en esa guerra civil, ciertamente serán colombianas".
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