Pronunciamiento a 12 años del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad
- Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad <mxlapazmx@gmail.com>CCO:erubielcamacho43@yahoo.com.mxlun 27 de mar a las 21:48
MPJD 12 años después
Antes de dar nuestra palabra quiero leer unos versos de “Contra los muros” que el poeta David Huerta leyó el 8 de mayo de 2011 cuando el Movimiento el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad llegó al zócalo de la Ciudad de México a dar su palabra. David Huerta, que nunca dejó de acompañarlo, murió el 3 de octubre de 2022, sin ver un gramo de la verdad, la justicia y la paz por la que siempre luchó. Su palabra sigue siendo una acusación, un doloroso llamado y una memoria de lo que nos deben y nos debemos.
Contra los muros se aprietan los miembros del cuerpo
atemorizado y bajo el cielo se alzan los remolinos
y las manos se abren y las injurias
se diseminan entre la confusión y el vértigo
[…]
Contra los muros, el recuerdo del fuego maldito
en la carne doliente de los niños
y la silueta de una muchacha sobre la multitud.
México sigue soñando pesadillas,
contra los muros,
Exhausto, sin aliento.
Hoy, 28 de marzo de 2023, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad cumple 12 años de haber alzado la voz y movilizarse por todas las víctimas de la violencia en México. Cumple también 12 años de proponer políticas de Estado que nos permitan transitar hacia la justicia y la paz. Por desgracia, lo único que el país ha obtenido del Estado en estos 12 largos años es el desprecio y la simulación que se reflejan en un crecimiento exponencial de asesinatos (más de 350 mil) y desapariciones (más de 100 mil), en fosas clandestinas (más de 4 mil identificadas), en niveles de violencia que rebasan los de varios países que se encuentran en guerra, y en una impunidad casi absoluta. El mismo sujeto que hoy dice gobernar los destinos del país —el que prometió una transformación y que todos los días se solaza en decir que no es “igual a los anteriores”— no sólo carga sobre sus hombros más de 138 mil de esos asesinatos, sino también la traición a sus promesas de pacificar al país y hacer justicia.
Si algo indican estos 12 años de infierno es que esa abstracción conocida como Estado volvió en México al origen que tuvo en Europa: ser una organización criminal dedicada a la guerra. No hay, por lo tanto, nada que esperar de él. Los partidos —llámense Morena, PRI, PAN, PRD y sus rémoras— no han hecho y no harán otra cosa que montarse en su lomo para administrar el horror. Por lo mismo no hay ya motivo alguno para dirigir, como en otras ocasiones lo hemos hecho, un mensaje a la clase política.
Hoy nos dirigimos a la reserva moral del país. En particular, a las mujeres que todos los días, pero especialmente cada 8 de marzo, resisten la violencia extrema de un patriarcado disfrazado de progresismo; a los pueblos originarios que defienden sus territorios y sus saberes de los abusos y la explotación del Estado y los grandes capitales; a los colectivos de familiares de víctimas de la guerra que, con el dolor a cuestas, se niegan a aceptar la impunidad que el Estado promueve; y a las organizaciones y las universidades que solidariamente acompañan a todas estas resistencias.
Desde hace varios años, el MPJD ha intentado articular una movilización amplia con una agenda común que una e impulse estas luchas. Pero el trabajo organizativo que se requiere para alcanzarlo rebasó nuestras capacidades. La propuesta, sin embargo, no puede abandonarse, sobre todo porque en 2024 los partidos políticos presentarán nuevamente candidaturas y programas llenos de promesas vacías, financiadas muchas de ellas por otras organizaciones criminales que se han enquistado en sus filas. El oficialismo, lo sabemos, continuará las políticas de López Obrador, sin siquiera un atisbo de autocrítica a las desastrosas y militaristas decisiones que ha tomado el presidente. Del otro lado, la autodenominada oposición se limitará a proponer revertir cada paso del actual gobierno sin planteamientos serios ni profesionales. El espectáculo no sólo será grotesco sino, como cada seis años, más trágico.
El MPJD, como lo dijimos, ya no tiene capacidad para hacer una convocatoria que, bajo una agenda común de mínimos, coaligue a la reserva moral del país para impedir a las élites políticas y económicas profundizar aún más el pozo de sangre que han creado en este país. En cambio, esa capacidad la tienen las mujeres que toman las calles con sus mareas verdes y violetas; los pueblos originarios que han desarrollado formas de autogobierno en las que anida la esencia de la democracia; la tienen los colectivos de familiares de víctimas de la guerra que todos los días ponen en práctica la resistencia civil frente al horror; la tienen las organizaciones y las universidades que han caminado solidariamente con esa reserva moral. Una coalición entre estos pilares de la dignidad puede hacer la diferencia en 2024.
Por ello, en nombre de esa dignidad que representan, les pedimos en el décimo segundo aniversario del MPJD llamar al encuentro, al diálogo horizontal y al desarrollo colectivo de una agenda de resistencia que impida a las élites políticas, económicas y criminales de este país repetir la puesta en escena de cada seis años. Tengan la seguridad de que el MPJD responderá a ese llamado.
Nos han quitado mucho. De lo que, sin embargo, nunca podrán despojarnos es de la memoria y la dignidad. Sin embargo, jamás tendremos verdad, justicia, paz y democracia, en un país en el que la violencia, el crimen y la impunidad reinan y se han vuelto, como en los peores totalitarismos, parte de la normalidad. Frente a la máquina política y criminal del Estado, que ha hecho de México una especie de campo de concentración sin fronteras, y que ha reducido a sus ciudadanos a una pura materialidad sin forma humana a la que se puede manipular, violar, torturar, asesinar y desaparecer sin que eso entre en la esfera de lo punible, el único rudimento ético que el MPJD posee es el testimonio y la memoria de las víctimas. Por ellas, cuyas voces vienen de las profundidades de las fosas en las que una clase política miserable y criminal ha querido enterrarnos, les pedimos tomar sobre sus hombros y sus conciencias este importante y necesario llamado.
–Pronunciamiento leído por el poeta Javier Sicilia, puede consultarlo en adjunto–
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