“La Nakba nunca terminó, continúa como vemos hoy en vivo en Gaza”
Mientras el mundo conmemoró el miércoles el 76.º aniversario de la Nakba, la catástrofe nunca terminó, según una médica palestino-estadounidense.
Por: Syed Zafar Mehdi
En una entrevista concedida al sitio web Press TV con motivo del aniversario del Día de la Nakba (catástrofe, en árabe), Dina Elmuti, médica palestina-estadounidense de primera generación especialista en traumatología que vive en Chicago y que ha trabajado extensamente con grupos de defensa y derechos centrados en Palestina, dijo que la Nakba “nunca terminó”.
Más de 750 000 palestinos fueron expulsados por la fuerza de su tierra natal entre 1947 y 1949, miles más fueron masacrados y más de 500 aldeas y ciudades palestinas fueron completamente arrasadas por la entidad sionista ocupante en lo que se conoció como “Nakba”.
“Tenemos que mirar directamente a la cara el trauma intergeneracional, el legado del sionismo, el robo, el despojo y el genocidio”, dijo Elmuti, cuyos abuelos vivieron y sobrevivieron a la Nakba.
“La Nakba no ha pasado. Sigue siendo continuo, como lo vemos hoy en vivo en Gaza. Los sionistas han estado intentando borrar a los palestinos de la conciencia y de la faz de la tierra desde el primer día”, agregó médica.
Desde el 7 de octubre del año pasado, cuando el régimen israelí lanzó los bombardeos indiscriminados sobre la sitiada Franja de Gaza, más de 35 000 civiles palestinos, la mayoría de ellos niños y mujeres, han sido asesinados y más de 2 millones han sido desplazados y se han quedado sin hogar.
Muchos observadores y defensores de los derechos humanos han comparado la actual situación en Gaza con otra Nakba.
Elmuti, que tiene una maestría en trabajo social de salud pública y ha trabajado con las ONGs que atienden a niños en Palestina y a comunidades de refugiados e inmigrantes en Estados Unidos, dijo que su abuela fue una sobreviviente de la masacre de Deir Yassin.
El 9 de abril de 1948, más de cien residentes palestinos de la aldea ocupada de Deir Yassin fueron asesinados por miembros del grupo terrorista sionista Irgun y Stern Gang. La masacre fue dirigida por Menachem Begin e Yitzhak Shamir, éste último se convirtió más tarde en el primer ministro del régimen israelí.
La masacre marcó un momento decisivo y allanó el camino para el nacimiento de la entidad ilegítima israelí.
“Ella (su abuela) tenía 8 años al momento de la masacre. Su historia de supervivencia, al igual que la de otros supervivientes de la Nakba de 1948, me enseñó que la mera existencia del pueblo palestino siempre ha sido una amenaza que los sionistas intentaron erradicar”, dijo Elmuti en la entrevista.
“Entonces, ya sea en 1948 u hoy, cuando tu propia existencia se considera un arma, siempre serás visto como una amenaza”, agregó
Elmuti, que trabajó anteriormente con la Defensa de Niños y Niñas Internacional-Palestine (DNI-P), sostuvo que el mundo ha reducido a los palestinos a un “mar deshumanizado de alteridad amorfa” y “ve su exterminio desde el punto de vista sin palabras, sin rostro e irreflexivo de cuerpos marrones indiferenciados”, quienes son “fácilmente intercambiables y fácilmente erradicados simplemente por resistir su propia aniquilación”.
Señaló que los acontecimientos que se desarrollan hoy en la Franja de Gaza son “simplemente un genocidio acelerado y transmitido en vivo”, ya que los sionistas “siempre han sido explícitamente claros en su incitación genocida y su odio puro hacia los palestinos”.
“Desde los inicios de Israel, los sionistas tenían un objetivo en mente: el genocidio. Un genocidio que fue sistemáticamente negado por la mayor parte del mundo e ignorado por el resto. Hoy, el mundo simplemente está viendo el genocidio de los palestinos acelerado y transmitido en vivo en Gaza”, detalló.
“El nivel de destrucción y depravación es mucho más sofisticado y acelerado, pero es una continuación del genocidio en cámara lenta que los palestinos han experimentado desde el primer día. La actual ocupación de Cisjordania y el asfixiante asedio a Gaza son intencional y explícitamente genocidas”, denunció.
La guerra genocida israelí contra los palestinos en Gaza ha sido apoyada política y militarmente por muchos países occidentales, incluido Estados Unidos, lo que los convierte en cómplices directos de los crímenes de guerra israelíes.
Elmuti cree que Estados Unidos no es simplemente un cómplice del genocidio de Gaza sino que es “culpable de cometer genocidio contra el pueblo palestino, junto con su base militar, Israel”.
“Estados Unidos continúa apoyando y suministrando inequívocamente las armas que continúan creando una de las peores catástrofes humanitarias del siglo XXI”, adujo.
Sobre el creciente movimiento estudiantil en Estados Unidos en solidaridad con el pueblo palestino y contra el genocidio israelí-estadounidense en Gaza, la médica dijo que los estudiantes no pueden permanecer en silencio ante este “sufrimiento inconcebible y salvajismo humano”.
“Han elegido ponerse de pie, hablar y arriesgar su propia comodidad y privilegio para decirle al mundo la verdad mientras las fuerzas de la negación continúan borrando, silenciando y etiquetando la verdad como ficción”, dijo, refiriéndose a activistas universitarios en Estados Unidos y otros países.
“Ellos eligen alzar la voz y defender todas las voces que han sido silenciadas. Eligen ser un testimonio no sólo de la dignidad de los palestinos sino de la dignidad humana de todos los que podrían haber hecho mucho más, pero, en cambio, optaron por hacer menos”.
El movimiento liderado por estudiantes en Estados Unidos, añadió, será “un eterno recordatorio de la rabia sionista que se corroyó hasta convertirse en un poder ciego y deshumanizador, empeñado en aniquilar a los palestinos y a cualquiera que se solidarizara con ellos”.
“Aunque los ataques y difamaciones contra ellos pueden ser aterradores, estas tácticas de intimidación siguen siendo un tributo implícito al poder de la solidaridad. Nos recuerdan que debemos mirar dentro de nosotros mismos y encontrar una pequeña porción del coraje y el compromiso que las víctimas de la violencia genocida de Israel reúnen cada día”, afirmó Elmuti.
Ella explicó que ha trabajado con niños palestinos que sufrieron graves torturas y traumas físicos y psicológicos a manos de las fuerzas de ocupación israelíes en la ocupada Cisjordania.
“Estos niños [palestinos] fueron detenidos de sus camas y hogares en medio de la noche, encadenados, con los ojos vendados y llevados a prisiones israelíes donde fueron sometidos a torturas en forma de violencia física y psicológica”, dijo.
“Fueron humillados, despojados de sus ropas, privados del sueño, amarrados sus miembros y encadenados a sillas de metal, y sometidos a abusos verbales y amenazas contra ellos y sus familias. Muchos están recluidos en régimen de aislamiento y sometidos a torturas para obtener confesiones bajo coerción”, concluyó.
Texto recogido de un artículo publicado en Press TV.
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