Cancún: el G20, el cambio climático y el comercio
Alejandro Villamar
Por su propio origen, las causas políticas que dieran paso a la creación del G20 están más centradas en la reconstrucción de la hegemonía global, (buscando la legitimidad perdida como G7) y la reproducción ampliada del modelo neoliberal, bajo ciertas limitadas regulaciones en la esfera de la arquitectura financiera global, pero muy alejadas de los propósitos de la CMNUCC[1].
Por lo tanto, las políticas o instituciones para enfrentar la crisis climática o la justicia climática o comercial u otras materias de equidad y justicia y global se encuentran subordinadas o marginadas en la agenda del G20.
Si anteriormente las reuniones fueron usadas para otros propósitos como “para mostrar a sus públicos internos que estaban "haciendo algo" acerca de la calamitosa situación económica mundial, cuando en realidad no estaban haciendo nada que de alguna manera significativa salvar el barco que se hunde” (Wallerstein, mayo de 2009)
Hoy la problemática global se ha profundizado y tres factores parecen influir en la ruta de reuniones inmediatas del G20: Seúl (2010) -París (2012):
La enorme contradicción manifiesta en la “guerra de divisas”, en medio de la evidente perspectiva de profundización de la recensión de las economías de los países imperiales.
La emergencia de una nueva hegemonía multi-polar global (BASIC[2]) y de bloques regionales que colaboran o resisten las tradicionales recetas, como es el caso de las negociaciones en las Instituciones Financieras Internacionales (IFIs), la CMNUCC, la OMC o la CDB (Convención de Diversidad Biológica)
Un aumento de la resistencia y movilización popular con propuestas alternativas ante el fracaso de la política tradicional
Recordemos que en materia de cambio climático el G20 ha reducido sus promesas a dos temas: la reforma a los multimillonarios subsidios ineficientes a los combustibles fósiles[3] y a las negociaciones en la UNFCCC.
En la Cumbre de Pittsburgh (24 de junio de 2009) la declaración final estableció:
[24. Eliminar y racionalizar en el mediano plazo los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles, mientras se proporcione un apoyo dirigido a los más pobres.
Las subvenciones ineficientes a los combustibles fósiles fomentan el consumo derrochador, reducen nuestra seguridad energética, impiden la inversión en fuentes de energía limpias y socavan los esfuerzos para hacer frente a la amenaza del cambio climático.
29. No escatimaremos esfuerzos para llegar a un acuerdo en Copenhague a través de la Convención Marco sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
Y en la cumbre de Toronto June 26 – 27, 2010:
[41. Reiteramos nuestro compromiso con una recuperación verde y un crecimiento mundial sostenible. Aquellos de nosotros que nos hemos asociado con el Acuerdo de Copenhague, reafirmamos nuestro apoyo al mismo y a su aplicación, e instamos a otros a asociarse a él. Estamos comprometidos a participar en las negociaciones de la CMNUCC sobre la base de sus disposiciones, objetivos y principios, entre ellos las capacidades de responsabilidades comunes pero diferenciadas y las respectivas y estamos decididos a garantizar el éxito a través de un proceso incluyente en las Conferencias de Cancún. Agradecemos a México por albergar la decimosexta Conferencia de las Partes (COP 16) en Cancún del 29 noviembre al 10 diciembre del 2010 y expresamos nuestro agradecimiento por sus esfuerzos para facilitar las negociaciones. Esperamos con interés los resultados del Grupo de Asesoría de Alto Nivel del Secretario General sobre financiamiento al Cambio Climático que, entre otras cosas, explora innovadoras fuentes de financiación.
42. Tomamos nota con satisfacción del informe sobre subsidios a la energía de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la OCDE y el Banco Mundial. Acogemos con beneplácito la labor de los Ministros de Finanzas y de Energía en la entrega de las estrategias de aplicación y los plazos, en base a las circunstancias nacionales, para la racionalización y eliminación a medio plazo de los ineficientes subsidios a los combustibles fósiles que alientan el consumo excesivo, teniendo en cuenta los grupos vulnerables y sus necesidades de desarrollo. También animamos a la aplicación continua y completa de las estrategias específicas de cada país y continuar supervisando el progreso hacia este compromiso en las próximas cumbres.
El G20 ha sido incapaz de ser coherente y cumplir con sus propias promesas tanto en el terreno de la reforma financiera, como en la reducción de subsidios ineficientes a los combustibles fósiles y en los compromisos vinculantes suscritos en la CMNUCC y el Protocolo de Kioto.
Con propósitos mediáticos y ante el incumplimiento de sus anteriores compromisos relacionados con el cambio climático, es posible que en Seúl mencionen algunos detalles de posibles avances y declaren algo así como:
Reafirma el G-20 el compromiso de la reforma de las subvenciones a los combustibles fósiles en el mediano plazo, incluyendo un aumento en los programas que el G-20 pondrá en marcha en los siguientes 12 meses.
Revisión de los informes sobre la marcha de los planes de aplicación nacional para la reforma de la subvención y presentar los informes a disposición del público y considerar las opciones para un mecanismo de supervisión y revisión.
Solicitar una revisión del ámbito de aplicación de los planes de aplicación nacional, con un informe a la cumbre de París en 2011.
Volver a instaurar el Grupo de los funcionarios que trabajan para compartir información y mejores prácticas tanto dentro de la membresía del G-20, y con otros grupos “amigos”, como AIE, la OPEP, la OCDE, el Banco Mundial y otros incluso gobiernos no miembros del G20.[4]
Por otra parte, como difícilmente llegarán a un acuerdo real en la guerra de divisas y los desequilibrios comerciales, el uso de medidas de proteccionismo comercial tenderá a acentuarse al interior de ese reducido club de 20 miembros, y con ello dejar a Pascal Lamy, el pastor con recetas prontas de la Biblia neoliberal en cada discurso de la OMC, implorando que se concluya la Ronda de Doha. Una ronda que cada día se acerca más a las profundidades del olvido[5].
Estrategias del movimiento social
La alianza de facto entre gobiernos amigos y movimientos sociales promovió la cumbre alternativa de cambio climático y derechos de la madre tierra de Cochabamba, Bolivia y produjo una plataforma de propuestas que han modificado la agenda surgida del mal nombrado Acuerdo de Copenhague. Con ellos se modificó el clima de negociaciones oficiales en la CMNUCC en Bonn y Tianjin.
Incluso influyó en la modificación del discurso y conducta del grupo de los países emergentes (BRICs) rompiendo de facto la alianza surgida de Copenhague[6].
Frente a la Cumbre de Cancún la situación es compleja pues se ha debilitado aún más la posibilidad de cambio en la política de los EUA, y de manera oportunista también la posición de la UE. La tendencia dominante, apoyada por la débil posición del gobierno mexicano, anfitrión de la Cumbre, es posponer el cumplimiento de los compromisos de reducción de emisiones de GEI, y seguir insistiendo en traspasar la responsabilidad a los países en desarrollo (sobre todo a los países emergentes BRICs), posponer el reconocimiento del pago de la deuda climática (mal llamado financiamiento) y la instrumentación de la transferencia gratuita de tecnología limpia.
Oficialmente ya se habla de acordar en Cancún únicamente compromisos políticos en materia de cierto y confuso financiamiento para los países en desarrollo y en REDD+. Esto último es abrir la puerta a una línea estratégica de mercantilización de la naturaleza bajo el neoliberal concepto de capital natural e imponer ideológicamente la nueva careta neoliberal de economía verde[7].
La estrategia de los movimientos sociales rumbo a Cancún es promover la movilización nacional e internacional mediante acciones descentralizadas alrededor del mundo, encaminadas a potenciar una agenda de mayor presión sobre el curso de las negociaciones en Cancún y rumbo a Sudáfrica, pero también sobre las políticas y agendas de nuestros propios gobiernos y dentro de nuestros países. Dar la batalla por cambios en el espacio de las políticas públicas y de las posiciones en las negociaciones regionales e internacionales.
En materia internacional, la Cumbre de Cochabamba, Bolivia produjo una agenda de posiciones consensadas entre gobiernos progresistas y movimientos sociales, pero también una serie de propuestas de acción.
Entre éstas últimas destacamos dos: La construcción internacional de un Tribunal Internacional de Justicia Climática y la realización de un Referéndum Internacional (con coordinaciones a nivel nacional y regional) sobre la Justicia Climática. La primera está encaminada a la construcción de las condiciones políticas y las bases del derecho internacional sobre el cumplimiento y las sanciones a las violaciones de gobiernos y trasnacionales a los acuerdos internacionales y a los pueblos. La segunda busca incorporar a amplios sectores sociales a participar en la definición de un rumbo de política nacional, regional e internacional frente a la crisis del modelo económico y político.
En Cancún el movimiento social mexicano ha preparado un programa de Diálogo Climático y Movilización en las calles por la Justicia Climática, usando para ello la confluencia de varias caravanas provenientes de varias regiones del país y allende las fronteras. Esta movilización estará acompañada de una estrategia comprobada de presión social tanto afuera como adentro de las negociaciones oficiales a través de las alianzas trasparentes y democráticas con otros actores.
En particular, la más grande coalición social de Justicia Climática (el Diálogo-Climático-Espacio Mexicano(DC-ESMEX)), involucra a sindicatos, a una buena parte de las organizaciones campesinas, indígenas, de comunidades forestales, organizaciones urbanas populares, colectivos de derechos humanos, ambientalistas, de género y otros temas sociales, quienes, junto con un Comité Internacional de redes sociales progresistas hemisféricas y mundiales han preparado un programa de actividades en el corazón de la ciudad de Cancún y en los espacios públicos.
Finalmente, es claro que también en México estamos convencidos de que sólo mediante la lucha social y la construcción de propuestas alternativas al modelo neoliberal capitalista, depredador y patriarcal, podemos decir que Otro Mundo es Posible y Necesario.
Seúl, Corea, noviembre de 2010
[1] Siglas de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU
[2] BASIC: Brasil, Sudáfrica, India, China, y en el terreno financiero BASIC+R (+Rusia)
[3] De $500 mil millones de dólares, según el estudio conjunto de la AIE, OECD, BM. Junio de 2010. Para detalles véase http://www.oecd.org/dataoecd/55/5/45575666.pdf
[4] Resumen de sugerencias del IISD, Canadá en www.globalsubsidies.org
[5] WTO, OECD and UN to warn G20 on currency threat. 04-11-2010. http://www.reuters.com/article/idUSTRE6A25NN20101103. y No more concessions than what's agreed at Doha: BRIC to US.04-11-2010 http://news.in.msn.com/international/article.aspx?cp-documentid=4535799
[6]Para más detalles sobre este proceso consulte: Joint Statement issued at the conclusion of the Third Meeting of BASIC Ministers, Cape Town. April, 2010 http://www.info.gov.za/speeches/2010/10042614351001.htm
Joint Statement issued at the conclusion of the Fourth Meeting of Ministers of the BASIC Group.Rio de Janeiro 25-26 July 2010. http://moef.nic.in/downloads/public-information/Joint-Statement-Rio.pdf
Joint Statement Issued at the Conclusion of the Fifth BASIC Ministerial Meeting on Climate Change.
Tianjin, China, 11 October 2010.http://moef.nic.in/downloads/public-information/Fifth-BASIC-Ministerial-Meeting-on-Climate-Change.pdf
[7] Para mayor detalle véase: The new wave of false market solutions to the climate change. 2010. Villamar, A. Seoul International People's Conference. Versión al español en preparación
El G20 de Seúl: Sin oriente
Oscar Ugarteche
La reunión del G20 que tendrá lugar en Seúl la segunda semana de noviembre juntará a los 7 países del G7 que son los más endeudados del mundo: Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Japón (y Canadá de bajo endeudamiento) con los poseedores de las más grandes reservas internacionales del mundo que son: Rusia, el Banco Central Europeo, Arabia Saudita, Indonesia, Corea del Sur, China, México, Brasil, Argentina, Sudáfrica, Turquía y Australia. Otra lectura es que se reúnen los miembros del viejo G7: Estados Unidos, Japón y Europa más Canadá, con los del nuevo G7 (Bric + Indonesia, Turquía y Corea) más el Banco Central Europeo, Australia, etc.
Para llegar a acuerdos deben de haber consensos y de inicio hay problemas con los tres ejes que parecen ser insolubles. El G20 tiene el mismo problema que las conferencia climáticas: hay una disonancia dentro del viejo G7 y otra entre el viejo G7 y el nuevo. Hay por supuesto además el problema del doble conteo de los países europeos más el Banco Central Europeo que está allí para evitar la pérdida de posiciones de Europa occidental en cualquier cambio de pesos de su economía en el futuro previsible. En una década, si las proyecciones se mantienen y Estados Unidos crece 2.4% al año y Europa 1.6%, mientras Asia del Este crece al 8% y América del Sur al 6%, como esta contemplado por el FMI y el Office del Presupuesto del Congreso[i] de los Estados Unidos, el peso del viejo G7 en términos de PIB mundial será similar al del nuevo G7. Europa, en ese escenario, se habrá reducido en proporción al PIB del mundo de manera sustantiva y será, por tanto, otra estructura de poder mundial.
Los tres ejes de discusión son:
1. el marco de crecimiento fuerte y sostenido;
2. la gobernanza de las instituciones financieras internacionales;
3. la regulación financiera y el rol de la Junta de Estabilidad Financiera.
Sobre el primer eje hay desacuerdo dentro del viejo G7: Estados Unidos lleva políticas contra cíclicas mientras Europa lleva pro cíclicas con el aval del FMI. Léase: el Tesoro de los Estados Unidos apoya las políticas pro cíclicas de Europa mientras mantiene las contra cíclicas en su país. El conflicto Norte Norte sobre este punto es abierto y evidente.
La gobernanza de las Instituciones Financieras Internacionales sigue siendo un tema de debate. Sigue manteniéndose el poder singular de veto de los Estados Unidos y el sistema de elección del director ejecutivo nombrado por acuerdo privado dentro del viejo G7. Sigue el acuerdo que el Banco Mundial lo dirige un estadounidense y el FMI un europeo. Esto sigue siendo un tema de discordia entre el Norte y el Sur sin visos de solución. El peso de los votos aun no refleja los cambios ocurridos.
Finalmente sobre el tema de las regulaciones financieras, Estados Unidos y Gran Bretaña, sedes de los mayores centros financieros del mundo, objetan regulaciones. Obama ha pasado algunas que son nacionales, pero no consensan regulaciones globales. Este es un tema de conflicto entre todos y el G2. Como en Toronto, no se espera que salga nada sustantivo de Seúl.
La estructura del PIB medido en PPP da como las primeras siete economías del mundo a Estados Unidos, China, Japón, India, Alemania, Rusia y Brasil mientras el viejo G7 sigue comportándose como el dueño del poder. De otro lado, los nuevos cuatro, los llamados BRIC, claramente intentan ver reflejado su poder en las instituciones financieras internacionales. De qué manera afecta esto la posibilidad de acuerdo del G20 en una visión de largo aliento donde el viejo G7 deja de sumar el poder y el nuevo no llega a tomarlo, abre el escenario para discusiones que no tienen visos de solución. Ni Europa occidental sumada va a renunciar a la historia que la coloca al centro del desarrollo de occidente, ni Estados Unidos va a renunciar a su papel de hegemón con derechos de veto, ni Japón va a renunciar a su papel de número dos de la economía mundial durante décadas, ni las nuevas economías van a renunciar a su derecho de ordenar el sistema internacional como les parece mejor para su interés. Es decir que el futuro abre escenarios más de conflicto que de cooperación en las relaciones económicas internacionales, comenzando por el G20.
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