Alianza de Civilizaciones y Paz: El difícil camino de la justicia
Nadie puede permitir que se imponga la incomprensión, el choque de civilizaciones anunciado por Huntington
El Grupo de Alto Nivel para la Alianza de Civilizaciones lo integran 19 personas de distintos ámbitos culturales y nacionalidades
“A cristianos y musulmanes pediría: ser una sola familia humana de Dios… que proclamáramos ante todo y sobre todo a Dios como Dios de la vida, de la libertad y de la paz".
(Mons. Casaldáliga. - Crislam 1999)
1. Introducción
La Alianza de Civilizaciones co-patrocinada por el Sr. Rodríguez Zapatero, Presidente de España y el Sr. Tayyip Erdogan, Presidente de Turquía, fue presentada por el Sr. Zapatero en la 59º Asamblea General de Naciones Unidas el 21 Septiembre de 2004 “Es una propuesta que invoca la capacidad humana de resolver los problemas a través de la palabra y hacer del siglo XXI un siglo de justicia, paz y prosperidad” (Rodríguez Zapatero).
El Secretario General de la ONU, Kofi Annan, le prestó su apoyo desde el principio e hizo suyo el proyecto, así en Septiembre de 2005 encargó a un grupo de mujeres y hombres, todos ellos de reconocido prestigio intelectual y humano, el estudio y análisis de las realidades socio-económicas, socio-culturales, religiosas y políticas de los países árabes y musulmanes, para que en el plazo de un año presenten un informe que marque líneas de actuación para hacer posible un entendimiento que facilite la amistad, el desarrollo y la paz.
El Grupo denominado GAN (Grupo de Alto Nivel para la Alianza de Civilizaciones) lo integran un total de 19 personas provenientes de distintos ámbitos culturales y nacionalidades, está co-presidido por el Sr. Federico Mayor Zaragoza, exdirector de la UNESCO y el Sr. Mehmet Aydin profesor universitario y ministro de estado de Turquía. Entre otras grandes personalidades forman parte del grupo: Desmod Tutu premio Nóbel de la paz; Sheija Mozah, esposa del emir de Qatar, enviada de la UNESCO para la educación básica y superior; Arthur Schneier, rabino de la sinagoga Park East de Nueva York; André Azulay Presidente de la Fundación Tres Culturas de Sevilla; Mohamed Jatami expresidente de Irán, promotor de un diálogo entre culturas y religiones.
El Grupo (GAN) ha celebrado varias reuniones, la primera tuvo lugar en Palma de Mallorca en noviembre de 2005, en la que no llegaron a acuerdos definitivos pero reclamaron la atención del mundo sobre uno de los problemas más graves que padece: la pobreza. El llamamiento, sin duda, supuso un buen comienzo, ya que es una de las plagas más dañinas, las víctimas son incalculables, lo acuerdos internacionales para paliar tal lacra no se cumplen, y no parece que de momento vayan a arbitrase soluciones para erradicarla.
No menos importante fue la llamada que hicieron a los Medios de Comunicación social para que les ayuden a divulgar aquellas resoluciones que emita Naciones Unidas, ya que con la palabra llegan a grandes núcleos de población y pueden ser un buen instrumento para mover las conciencias o ayudar a los indefensos en sus reivindicaciones.
No puedo obviar el mensaje que leyó Iqbal Riza asesor de Kofi Annann para la Alianza, porque contiene toda una declaración de intenciones “hay que unir a fuerzas sociales, políticas y civiles contra las prácticas que aíslan a las culturas y a las sociedades y fomentan la violencia… El objetivo supremo del Grupo es manifiesto: nuestra humanidad común debe triunfar por encima de las diferencias que se perciben. Vivimos todos en el mismo mundo. No tenemos más remedio que comprendernos y respetarnos, convivir en paz y buscar aspectos comunes en lo mejor de nuestras respectivas tradiciones. Porque, en última instancia, el trabajo de ustedes no es sólo en aras de una Alianza de Civilizaciones sino también en aras de una civilización mundial para todos los miembros de todas las sociedades. Mucho es lo que se espera de ustedes. Agradezco a cada uno de ustedes su compromiso, y les deseo el mayor de los éxitos en su esencial labor” (Kofi Annann).
La segunda convocatoria, febrero de 2006, tuvo lugar en Doha (Qatar) en ella estuvo presente el Secretario General de la ONU, de la OCI y de la Liga Árabe. Las conclusiones se centraron en principios para establecer la concordia y el diálogo, al tiempo reafirmaron que el derecho a la libertad de expresión es indiscutible, pero con la exigencia de respetar el sentir y pensar de los demás.
En la primera semana de septiembre de 2006, el grupo se citó en New York y la última asamblea está prevista para el mes de Noviembre de este año en Estambul (Turquía) donde el GAN presentará al Secretario General de Naciones Unidas el informe elaborado con un plan de acción concreta.
Aunque no se inserte en el contesto de las reuniones del GAN es importante señalar que en mayo último se congregaron e Sevilla personalidades de países árabe entre los que se encontraban el presidente egipcio Hosni Mubarak, el de Argelia Abdelaziz Buteflika, el Secretario General de la Liga árabe Amer Musa, el hermano del rey de Marruecos, príncipes de Jordania y ministros de Qatar, Siria y Túnez; la reunión que mantuvieron giro en torno a la figura de Ibn Jaldun pensador musulmán de origen árabe-español que dejó una profunda huella en el pensamiento de occidente, sobre todo por lo que hace referencia a su obra Kitab al´Ibar. Zapatero lo presentó como paradigma de la Alianza de Civilizaciones por sus estudios sobre civilizaciones a lo largo de la historia.
La Alianza ha sido suscrita por la Liga Árabe, la Conferencia Islámica, EE.UU.; Marruecos, Egipto, Jordania, Gran Bretaña, OTAN, Consejo de Europa, Unión Europea y otros organismo internacionales, un buen número de países de oriente y occidente y ha calado con fuerza en la sociedad civil; asimismo Naciones Unidas tiene previsto incorporar a ONG y movimiento de tipo asociativo defensores del diálogo y los Derechos Humanos.
2. La Alianza como propuesta de paz
“La Paz es fruto de la justicia que practica la mejor comunidad”.
(Corán 3,110)
“La justicia traerá la Paz y seguridad perpetua”.
(Isaías 32,17-18)
La Alianza de Civilizaciones, se propone iniciar un proceso por medio del cual los países árabo-musulmanes y occidente se comprendan, colaboren juntos en los problemas comunes y sobre todo se sientan amigos con quien compartir, no enemigos con los que luchar; es un instrumento para combatir el racismo, la xenofobia, la intolerancia; pretende la cooperación cultural y social, exige respeto a civilizaciones y culturas, afecta a todos los ciudadanos de la aldea global y es un recurso para evitar que ganen los fanáticos, “hacer del siglo XXI un siglo de justicia, paz y prosperidad”( Rodríguez Zapatero). Rechaza la guerra ya que tiene como medio el diálogo con el que establecer consensos y poner en plano de igualdad a esas poblaciones a las que se ha tratado como inferiores, se las golpeado en los más profundo de si mismas, se las ha vilipendiado y masacrado... lo que ha abierto un vacío de incomprensión entre ambos mundos. La guerra es una mal en si misma, dictadura de la sinrazón, poder de las armas que destruyen y masacran; la Alianza de Civilizaciones, es un bien en si misma porque intenta construir la paz sacando a la superficie lo mejor de los pueblos; admiten a todos y con todos habla, su herramienta es la palabra y con ella va a intentar construir el entendimiento. En la guerra no hay nada positivo, es muerte, negritud, caos, envilece al hombre y le lleva a matar sin piedad... las fieras matan para comer, los hombres por poder, es penoso que el hombre después de las barbaries de la historia, sea capaz de convertirse en una máquina de matar sin atisbo de remordimiento. En la paz hay sentimientos nobles, se instalan los cimientos para la fraternidad, para la concordia, tiene colores…
La Alianza de Civilizaciones va a posibilitar el acercamiento con los países árabes para poner freno al terrorismo, tratando de eliminar las causas que lo producen, entre las que se encuentra, irremediablemente, la pobreza, las desigualdades y la exclusión social, pero sobre todo, independientemente de la acción policial, pretende erradicarlo haciendo un frente común con todos los países en colaboración y cooperación.
Entre la Alianza y la guerra hay un abismo de diferencias con resultados muy desiguales para el mundo. La Alianza de Civilizaciones puede considerarse un programa político difícil y comprometido ya que en su núcleo más profundo, lo que subyace es democratizar y desarrollar los países musulmanes. Si como bien dice Clemenceau lo difícil no es hacer la guerra sino construir la paz, El Sr. Rodríguez Zapatero ha optado por lo más difícil, que asimismo esperamos sea lo mejor o más óptimo a largo plazo.
Respecto a la Alianza, decía el Sr. Rajoy que el Sr. Rodríguez Zapatero quería pasar a la historia con su propuesta de paz. Pues si ha pasado a la historia como aquel hombre que en medio del caos dio una nueva esperanza al mundo que estaba sumergido en una época de terror, una época en que los hombres tenían miedo y sentían odio, ponían bombas en trenes, aviones o vagones de metro, actos de crueldad injustos porque morían y sufrían muchas personas inocentes y pueblos enteros eran víctimas del sinsentido de los hombres: Irak, África, Dafur, Palestina o Líbano, fueron masacrados y sus gentes morían por las bombas, por el hambre y las enfermedades cuando en el mundo desarrollado (desarrollado?) en ese mismo momento, año 2005-2006, era tal la riqueza que muchos estaban enfermos de tanto comer.
El Sr. Zapatero entró en la historia desde el momento en que Naciones Unidas tomó su Alianza de Civilizaciones y nombró el grupo de Alto Nivel para trazar cauces que permitan acuerdos entre occidente y los pueblos de la UMMA; de la mano del Sr. Aznar llegó el apoyo a la guerra y ocupación de Irak, lo que debilitó la imagen de España en todo el Mediterráneo y abrió una brecha de incomprensión e intransigencia con el mundo musulmán, quebró las relaciones que siempre habían sido buenas. De la mano de Zapatero viene la búsqueda de la solución con la Alianza de Civilizaciones, que es flexible e integradora, pretende recuperar las relaciones y cerrar esa fractura, que nunca debió producirse. El Sr. Zapatero con valentía y autoridad, al estilo del Jesús de Nazaret, respeta y confía en la Organización de Naciones Unidas, reconoce su autoridad moral y su potestad para la conclusión pacífica de los conflictos, es la sustitución de las armas por diálogo, base y principio inexcusable de entendimiento, razón que únicamente poseen los hombres; diálogo que al tiempo es virtud de pocos y esperanza de muchos; lo que pretende el Sr. Rodríguez Zapatero y el Sr. Erdogan es acercar las dos orillas con puentes de entendimiento, comprensión y ayuda.
Pero no seamos idealistas, si queremos conseguir la transformación que pretende la Alianza habrá que llevarla a la sociedad civil, hacerla viva en los movimientos asociativos árabes y occidentales, bien sean culturales, lúdicos, de mujeres, grupos de derechos humanos, entre intelectuales, escritores, universidades, debe llegar a los centros de enseñanza, medios de comunicación, etc. para que impregnen, desde las bases, a toda la sociedad. Si la Alianza de Civilizaciones sólo se queda en enunciados, tratados políticos o meras declaración de intenciones, no cumplirá el fin para el que fue diseñada.
El mundo no necesita individuos duros, ni tiranos, porque son ajenos a las necesidades de los hombres e inflexibles con los problemas más acuciantes; el mundo necesita de hombres y mujeres con una gran fuerza moral, solidarios e indulgentes, el mundo necesita a personas como Gandhi con su ética de la no violencia; a Luther King, que luchó pacíficamente por los derechos de los negros en EE.UU.; a madre Teresa de Calcuta en su opción por los más desfavorecidos… el mundo necesita de luchadores serenos y seguros, luchadores por la paz, necesita de aquellos que trabajan con todas sus fuerza por la utopía, aquellos que creen que la Alianza de Civilizaciones es un buen instrumento para proteger a los hombres del azote de la guerra, del azote del terrorismo, del azote del odio.
3. Alianza y Religión
“El misterio supremo expresado en todas las religiones, en sus textos sagrados es el mismo… debemos aceptar el principio de alteridad y complementariedad, de la plenitud y enriquecimiento mutuos en el ámbito del pluralismo religioso"
(I, Puthdiadam – Concilium 155)
La Alianza de Civilizaciones no debe obviar el dialogo entre religiones, pues si bien las sociedades occidentales marginan en muchos aspectos las creencias, tradicionalmente están marcadas por valores cristianos y en lo que respecta a las sociedades musulmanas el sentimiento religioso ocupa un espacio muy importante. Es muy cierta la frase del teólogo católico Hans Kung que dice “No hay paz entre las naciones sin paz entre las religiones”.
Las religiones dan sentido a los hombres y son caminos de salvación, quiero decir que por encima de creencias religiosas, todos somos seres humanos inteligentes llamados a transformar el mundo y hacerlo cada día más habitable y en esta tarea nadie puede ser discriminado por identidad y creencias, pero esto, que garantizan los derechos humanos, tenemos que creérnoslo y ponerlo en práctica, no debemos olvidar que la cultura nos viene impuesta, está claro que al nacer nadie elige su nacionalidad, su familia o religión, aunque en cuestiones de fe pueda haber opciones de cambio, que son legitimas, por otra parte nadie es superior a otro por el hecho de pertenecer a una u otra religión, los creyentes pueden ser mejores o peores dentro del cristianismo, del islam, el budismo o el judaísmo, por eso, en el diálogo necesario, hay que acercarse buscando las semejanzas, porque las religiones, todas las religiones, tienen entre sus postulados la búsqueda de la paz, justicia, verdad, solidaridad, fraternidad, … en suma una moral de máximos que no debe menospreciarse. La religión está inmersa en lo más profundo del ser humano responde a sus demandas afectivas y/o emocionales, ofrece identidad, futuro y consuelo y está presente en todas las culturas y en todos los tiempos.
En esta nueva sociedad que intenta construir la Alianza de Civilizaciones, se hace necesario la regla de oro válida para todos los tiempos “no hagas a los otros lo que no quieres que te hagan a ti”. ¿Cuales son los cauces para este diálogo interreligioso? El Parlamento de las Religiones del Mundo señala que para encontrar esos senderos de paz es indispensable escuchar: escuchar a través de los acontecimientos, del conocimiento de otras tradiciones religiosas, conocer y prestar atención a las influencias religiosas que se han generado en la historia, no discriminar a nadie en materia de fe y entender que todas las religiones son patrimonio inmaterial de la humanidad. La Alianza de Civilizaciones no debe obviar la interreligiosidad que en cuanto privada tiene dimensión pública, en la forma de hacer, de ser, en la forma de situarse ante el mundo.
4. Conclusión
El Sr. Mayor Zaragoza ha dicho que “es imprescindible que todos los países llamen al encuentro y conciliación”, lo que es apremiante en este tiempo en que los fanatismos políticos y religiosos van en aumento, en que los ánimos están convulsionados, en que las guerras parece no vayan a terminar nunca, en que los terrorismos bien sean políticos o religiosos siembran el mundo de terror y muerte, en que la muralla que separa parece cada vez más alta y fuerte… en este mundo del miedo, la venganza, del odio, de los enemigos no reales sino creados, nadie puede permitir que se imponga la incomprensión, el choque de civilizaciones anunciado por Huntington, por ello creo que es absolutamente imprescindible apoyar la Alianza de Civilizaciones para que llegue a todos los rincones del planeta y principalmente a aquellos que tienen responsabilidades, políticas, sociales, económicas o religiosas, para que comienza a rayar sobre oriente y occidente, una nueva aurora, con un sol distinto con una luz que inspirando la inteligencia sea capaz de amistad y no de discordia, de esperanza y no de desaliento, que muestre un color y sabor nuevo que llegue al alma y a la razón, para que seamos capaces de comprender que todos somos miembros de la gran familia humana y así podamos empezar a construir una nueva historia.
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