"Israel se oculta detrás de sus mentiras y de su propaganda presentándose como una víctima con el pretexto de que sus vecinos representan una amenaza existencial"
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Info Palestine
Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos. |
El
periodista y escritor Ramzy Baroud nos ha concedido esta entrevista
exclusiva con ocasión de la publicación en francés de su libro Résistant en Palestine, une histoire vraie de Gaza*.
Un punto de vista radicalmente diferente sobre el 65 aniversario de la
creación del Estado de Israel para los sionistas y el 65 aniversario de
la Nakba para los palestinos desposeídos… Info-Palestine.eu : ¿Cuál era su primer objetivo al escribir Résistant en Palestine, une histoire vraie de Gaza?
Ramzy Baroud: Mi primer objetivo era dar a conocer una historia que se tenía que contar y urgentemente si se tiene en cuenta la guerra y el bloqueo a Gaza. El discurso israelí sobre la Franja de Gaza siempre ha estado adornado de medias verdades y de mentiras flagrantes. Según la versión israelí, este territorio siempre ha sido un lugar predilecto de la violencia y de la militancia, que entonces se presentan fuera de todo contexto.
Desgraciadamente, con frecuencia el discurso israelí ha servido de punto de partida de cualquier debate sobre Palestina en los medios de comunicación occidentales y en el mundo académico. Y desde un punto de vista político o territorial (ya que se trata de apenas 365 km2) actualmente Gaza ya no tiene mucha importancia en Israel. Incluso los relatos alternativos a los de Israel parecen desdeñar o ignorar Gaza. En el mejor de los casos, era el lugar donde se producía una victimización inherente que simplemente ponía en evidencia la brutalidad de Israel.
Por supuesto, esta lógica tenía sus razones ya que, en efecto, Gaza ha sobrevivido entre una pobreza extrema y una violencia indecible. Pero lo que han ignorado o desdeñado la mayoría de los relatos es que la historia de la Franja de Gaza representa un verdadero recorrido de la resistencia palestina en todas sus formas. En este pequeño espacio deshumanizado en el que vive una población que no deja de aumentar es donde se puede identificar el cromosoma de la resistencia. La resistencia en el interior de Gaza siempre ha correspondido punto por punto a unos acontecimientos históricos que guardan relación con la política, con las guerras israelíes y con los sufrimientos de los palestinos por todo Oriente Próximo.
Por consiguiente, quería sacar a la luz esta historia utilizando los recursos más importantes de los que dispone el pueblo palestino, es decir, la propia gente: cada hombre y cada mujer, mi familia, mis vecinos, mis amigos, que emprendieron y todavía hoy continúan décadas de lucha por la libertad.
IP: En su opinión, ¿está en retroceso la fuerza de la narración (o propaganda) israelí, con su negación de la Nakba y su falsificación de la historia de Palestina?
Ramzy Baroud: La propaganda israelí no tiende a desaparecer, lo único que hace es cambiar de táctica al tiempo que mantiene las principales falsedades promovidas desde hace generaciones por los intelectuales y dirigentes sionistas. En efecto, los “valores” básicos permanecen intactos: manipular la historia de la victimización judía, jactarse de una “alianza histórica” entre Israel y los países occidentales “civilizados” en detrimento del mundo islámico al que se presenta como no civilizado, irracional e imprevisible, e incluso calificativos mucho peores.
Sin embargo, en estas dos últimas décadas los palestinos han acabado por lograr negociar a nivel internacional un poco de espacio para ellos mismos en los medios de comunicación, con una presencia mucho más fuerte en las redes sociales. Y como ya no es posible ocultar a los palestinos y negar su existencia como han hecho durante años los dirigentes sionistas, Israel ha cambiado de táctica y tiende una vez más a deshumanizar a los palestinos denigrándolos como seres humanos, aunque estos lo único que hacen es exigir sus derechos y la soberanía.
Una vez dicho esto, a excepción de Estados Unidos, en los últimos años la propaganda israelí (hasbara) ya no cosecha frutos. Muchos factores han desempeñado un papel para que esto ocurra, entre ellos una mayor presencia de los palestinos en los medios y en las instituciones académicas, un crecimiento palpable del movimiento de solidaridad internacional, la aparición de nuevos historiadores israelíes que hoy se pregunta sobre los mitos fundacionales de Israel, por citar solo algunos.
IP: Mientras que su anterior obra traducida al francés, La Deuxième Intifada, describía y analizaba el segundo levantamiento palestino (entre los años 2000 y 2005) en el conjunto de los territorios palestinos, este que se acaba de publicar se centra ante todo en la Franja de Gaza. En unas palabras, ¿que diferencia en el fondo Gaza del resto de los territorios palestinos?
Ramzy Baroud: Gaza es un microcosmos de la gran lucha del pueblo palestino, que se extiende a lo largo de varios periodos históricos y en varias zonas geográficas. Ningún otro lugar puede dar cuerpo a este relato (la historia de la brutalidad israelí, la lucha del pueblo palestino y su resistencia) con la continuidad histórica que se aprecia en la Franja de Gaza. Es un relato trágico, pero también uno de los más ejemplares. No obstante, por las razones que antes he mencionado brevemente, este relato era uno de los menos conocidos. De hecho, la aparición de Gaza en los informativos siempre ha estado condicionada por un ataque israelí o por otros actos hostiles que se presentan como respuestas a la hostilidad palestina, lo que es absolutamente inexacto. En mi libro he querido contestar a esto y devolver a la Franja de Gaza a su lugar justo, como componente esencial de la historia palestina, piedra angular de la comprensión de la historia de Palestina y de la resistencia del pueblo palestino.
IP: El modo de relato que usted ha adoptado consiste en manejar a la vez la autobiografía y el análisis. ¿Le ha supuesto problemas particulares este enfoque desde el punto de vista de la escritura? ¿Qué reacciones ha tenido por parte de sus lectores?
Ramzy Baroud: Esta forma de escritura es difícil puesto que se intenta mantener la integridad de ambos estilos al tiempo que se conserva en todo momento un punto de unidad en el texto. Pero, en mi opinión, este estilo era esencial para lograr articular el relato de manera convincente.
He querido ofrecer una historia del pueblo de Gaza y vincular esta historia con la terrible tragedia que sobrevino a los palestinos en 1948 y con la resistencia colectiva que inspiró. Pero también he querido vincularla con el presente para responder a determinadas cuestiones políticas más apremiantes y explicar muchos fenómenos mal entendidos o deformados que conciernen a Gaza, he querido hablar del ascenso de diversas organizaciones y movimientos políticos con el fin de vincular el bloqueo decretado en 2007 con bloqueos anteriores. Para lograr responder a todas estas preguntas, me sentí obligado a establecer un puente entre lo que es personal y colectivo, a vincular estos relatos históricos y políticos.
La mayoría de los lectores parecen muy satisfechos de esta elección de estilo porque les permite comprender muchas cuestiones de actualidad de una manera cautivadora que no es en absoluto aburrida. En una ocasión un exmilitante en contra del apartheid me dijo en Sudáfrica que se había identificado tanto con mi padre que se tuvo que saltar varias páginas para saber enseguida qué le había ocurrido a aquel a quien él consideraba su camarada. Fue muy emocionante.
IP: Su padre fue un autodidacta que supo construirse a sí mismo con una enorme voluntad y un notable sentido de la adaptación. ¿Acaso no son precisamente estos los rasgos de carácter que han permitido al conjunto de los palestinos sobrevivir como nación a pesar de las décadas de exilio, de opresión, de ocupación y de sufrimientos, no es esto la muy notable “resiliencia”?
Ramzy Baroud: Creo que la resiliencia es un aspecto único de resistencia. Es una cualidad que solo se puede adquirir después de largos periodos de experiencia frente a enormes dificultades, cuando en definitiva se decide hacer frente al sufrimiento y a los golpes tomando la decisión consciente de sobrevivir. Este valor de adaptabilidad frente a las dificultades da al individuo, y a todo un colectivo como en el caso de los palestinos, la fuerza de superar la adversidad y de ganarla. Es un don que permite a quienes parece débiles y desfavorecidos sobrevivir a las situaciones más siniestras.
Mi padre era el ejemplo mismo del hombre palestino, como mi madre, Zarefah, era emblemática de la fuerza única, de la determinación y de la ingeniosidad de las mujeres palestinas, en particular en la generación de la Nakba. Cuando se tiene en cuenta la notable resistencia de la población de Gaza frente a las masacres y a los prologados asedios, se puede apreciar verdaderamente esta increíble cualidad sin la cual los palestinos no habrían podido resistir todos este sufrimiento y todo este daño durante tantos años.
IP: ¿Cómo caracteriza usted el itinerario político de su padre, este “guerrero excéntrico”, según los términos que usted emplea? ¿Influyó el sentimiento religioso en su pensamiento político?
Ramzy Baroud: Las opiniones políticas de mi padre no estaban guiadas por la ideología, a pesar del hecho de que se consideraba un socialista y a veces incluso un comunista. He sido testigo de que los habitantes de los campos de refugiados de Gaza, independientemente de su ideología, tienen tendencia a ver siempre el mundo como ellos desean que el mundo les vea: estaban muy al corriente de todas las cuestiones relativas a la justicia, los movimientos populares, la igualdad y la libertad, entre otras cuestiones. He crecido en una familia que hablaba de la lucha contra la opresión en Nicaragua y en Chile, en el mismo contexto que la lucha palestina por la libertad. De hecho, todo nuestro campo de refugiados tenía un aire de universalismo y de humanismo. La mayor parte del tiempo este universalismo pasó desapercibido porque no logró adaptarse a la manera como se comprenden estos valores universales en Occidente. Mi padre, el “comunista”, era un lector apasionado y un admirador de los textos islámicos, al igual que otros comunistas del campo.
También había establecido una relación interesante y completamente personal con la religión. Para él, lo más importante no eran las “grandes preguntas”, ¿de dónde venimos?, ¿cuál es el objetivo de la vida?, y otras por el estilo. En determinados momentos encontraba consuelo en Dios, lo mismo que en la idea de una salvación inminente de la opresión y del sufrimiento que había heredado en esta vida y sin haber cometido falta alguna. Pero también le atormentaba mucho el hecho de que a veces Dios pareciera no ser consciente de su pena, de sus tormentos y de las repetidas peticiones de “misericordia” que lanzaba el imán de la mezquita vecina. Así, mi padre se movía entre la aceptación de su suerte y la cólera ante la falta absoluta de voluntad divina de ayudar a los refugiados, lo que le provocaba accesos regulares de ira, sobre todo cuando miraba los informativos.
IP: Hay muchos pasajes en su libro que son muy emocionantes, incluso conmovedores. La profunda humanidad del pueblo de Gaza que se va descubriendo con la lectura nos hace sentir extraordinariamente cerca tanto de sus padres y del conjunto de su familia, como del conjunto del pueblo gazatí. Pero, ¿es suficiente la emoción? En definitiva, ¿qué espera de sus lectores?
Ramzy Baroud: Cuando vivía en el campo de refugiados con mi familia, a veces ocurría que un “extranjero”, ya fuera un turista curioso, un periodista o un empleado de las Naciones Unidas, se encontraba rodeado de gente que le pedía que “dijera al mundo” determinados hechos y una de las fórmulas más utilizadas era: “Por favor, cuente al mundo lo que nos ocurre”.
Mis padres pasaban gran parte de su tiempo escuchando las noticias de la radio, que se dejaba puesta como telón de fondo para difundir información de forma continuada con la esperanza de oír algo, lo que fuera, que indicara que el mundo “sabía” y se preocupaba de nosotros.
Mi libro, como la mayoría de mis escritos, se desprende de este impulso innato en mí de “hacer saber al mundo”.
En el campo suponíamos que si el mundo supiera no toleraría nunca el tipo de atrocidades que cometía Israel. Así, tarde o temprano se debía producir una “acción” para poner fin a la ocupación israelí y a los crímenes de guerra.
Aunque haya descubierto que en el mundo exterior [a los campos] las cosas no funcionan así, considero que la sabiduría manifestada en mi campo de refugiados en cierta medida sigue siendo de actualidad.
Israel se oculta constantemente detrás de sus mentiras y de su propaganda presentándose como una víctima con el pretexto de que sus vecinos representan una amenaza existencial (incluidos los pequeños grupos militantes dentro de Gaza) y que sin el apoyo incondicional estadounidense y occidental, dejaría de existir. Sin embargo, la verdad es completamente diferente. Mi responsabilidad como escritor, sobre todo por haber conocido y vivido la vida de los campos de refugiados más pobres de Palestina, es responder a las mentiras israelíes con una verdad inédita, nunca contada, dando a conocer a la vez el sufrimiento y el heroísmo de mi pueblo, pero también situando “al mundo”, a sus gobernantes y a las sociedades civiles ante sus responsabilidades políticas y morales respecto a Palestina y a los palestinos.
IP: Usted afirma en la introducción que ni su padre ni si madre eran “personas ordinarias”, que querría rendirles homenaje y justicia ofreciendo el relato de sus vidas. Su libro se ha traducido hasta el momento a varias lenguas y se ha difundido por varios países, ¿cree haber cumplido su promesa?
Ramzy Baroud: Creo haber cumplido en parte mi promesa, aunque sufro por el hecho de que no estén ahí para constatar y ver con sus propios ojos que muchas personas se preocupan profundamente por la suerte de Palestina. Unos meses antes de que muriera propuse a mi padre ayudarle a escribir el relato de su vida. Se rió y me dijo que eso perjudicaría mi carrera porque “a nadie le importa un viejo refugiado” como él. Me gustaría que supiera que eso no era cierto. Pero la historia de mis padres también es la de muchos padres y de sus hijos, aunque cambien sus nombres y vegeten en campos de refugiados diferentes. Cada generación de palestinos tendrá que asumir sus propias responsabilidades a través del tiempo hasta que se cuente toda nuestra historia y nuestro pueblo sea libre.
IP : Ramzy, ¿qué significa para usted hoy, concretamente, el “derecho al retorno”?
Ramzy Baroud: Es el inicio mismo de la historia y nunca se podrá instaurar ninguna paz sin la aplicación sin condiciones del derecho al retorno. Las sucesivas capitulaciones de Fatah, de la OLP y de la Autoridad Palestina fueron debilitando este derecho en los fútiles ejercicios políticos inspirados por [los acuerdos de] Oslo y sus ingenieros de todas las tendencias. Pero los derechos “inalienables” no son negociables, sea cual sea el equilibrio o el desequilibrio de fuerzas.
Además, desdeñar un aspecto tan esencial del conflicto equivale a ignorar las cuestiones fundamentales que han hecho que el conflicto se perpetúe durante tanto tiempo. Las cuestiones de justicia no se pueden dividir en partes para plegarse a la voluntad del agresor. Para que se produzca una paz duradera hay que abordar el conflicto desde sus propias raíces y la raíz del sufrimiento de los palestinos es la Nakba de 1948. De diferentes maneras los palestinos siguen sufriendo esta Nakba (o Gran Catástrofe) que vio la desposesión de casi 800.000 personas que se transformaron en refugiados.
IP: ¿Considera usted que hoy todavía está por escribir una “Historia popular de Palestina”? ¿Cuáles son sus deseos o sus proyectos en este dominio?
Ramzy Baroud : Résistant en Palestine, une histoire vraie de Gaza es mi intento de escribir esta Historia popular de Palestina, que todavía está por escribir en su totalidad. A menudo pienso en hacerla, pero me encuentro abrumado por la enormidad del reto y la falta de recursos para hacer realidad este proyecto. Palestina no es simplemente una entidad geográfica, también está hecha de varias generaciones y de millones de personas que han llevado consigo Palestina mientras buscaban refugio en otra parte. No se puede escribir una “Historia popular de Palestina” sin hablar de los refugiados palestinos en Iraq, de su historia nunca contada durante la invasión de Estados Unidos; sin hablar de los refugiados en Líbano y Siria, e incluso más allá de Palestina y Oriente Próximo, hasta en Europa y América del sur. Pero el narrador poco importa. Lo que importa es mantener el aspecto humano, la integridad de la persona que, sin embargo, solo es una manifestación de la voluntad más amplia de un colectivo hecho de millones de “Mohammed” y de “Zarefah”, cada uno con una historia única pero con demasiada frecuencia ignorada.
* Título original en inglés, My Father Was A Freedom Fighter: Gaza's Untold Story
Fuente original: http://www.info-palestine.net/spip.php?article13446
Ramzy Baroud: Mi primer objetivo era dar a conocer una historia que se tenía que contar y urgentemente si se tiene en cuenta la guerra y el bloqueo a Gaza. El discurso israelí sobre la Franja de Gaza siempre ha estado adornado de medias verdades y de mentiras flagrantes. Según la versión israelí, este territorio siempre ha sido un lugar predilecto de la violencia y de la militancia, que entonces se presentan fuera de todo contexto.
Desgraciadamente, con frecuencia el discurso israelí ha servido de punto de partida de cualquier debate sobre Palestina en los medios de comunicación occidentales y en el mundo académico. Y desde un punto de vista político o territorial (ya que se trata de apenas 365 km2) actualmente Gaza ya no tiene mucha importancia en Israel. Incluso los relatos alternativos a los de Israel parecen desdeñar o ignorar Gaza. En el mejor de los casos, era el lugar donde se producía una victimización inherente que simplemente ponía en evidencia la brutalidad de Israel.
Por supuesto, esta lógica tenía sus razones ya que, en efecto, Gaza ha sobrevivido entre una pobreza extrema y una violencia indecible. Pero lo que han ignorado o desdeñado la mayoría de los relatos es que la historia de la Franja de Gaza representa un verdadero recorrido de la resistencia palestina en todas sus formas. En este pequeño espacio deshumanizado en el que vive una población que no deja de aumentar es donde se puede identificar el cromosoma de la resistencia. La resistencia en el interior de Gaza siempre ha correspondido punto por punto a unos acontecimientos históricos que guardan relación con la política, con las guerras israelíes y con los sufrimientos de los palestinos por todo Oriente Próximo.
Por consiguiente, quería sacar a la luz esta historia utilizando los recursos más importantes de los que dispone el pueblo palestino, es decir, la propia gente: cada hombre y cada mujer, mi familia, mis vecinos, mis amigos, que emprendieron y todavía hoy continúan décadas de lucha por la libertad.
IP: En su opinión, ¿está en retroceso la fuerza de la narración (o propaganda) israelí, con su negación de la Nakba y su falsificación de la historia de Palestina?
Ramzy Baroud: La propaganda israelí no tiende a desaparecer, lo único que hace es cambiar de táctica al tiempo que mantiene las principales falsedades promovidas desde hace generaciones por los intelectuales y dirigentes sionistas. En efecto, los “valores” básicos permanecen intactos: manipular la historia de la victimización judía, jactarse de una “alianza histórica” entre Israel y los países occidentales “civilizados” en detrimento del mundo islámico al que se presenta como no civilizado, irracional e imprevisible, e incluso calificativos mucho peores.
Sin embargo, en estas dos últimas décadas los palestinos han acabado por lograr negociar a nivel internacional un poco de espacio para ellos mismos en los medios de comunicación, con una presencia mucho más fuerte en las redes sociales. Y como ya no es posible ocultar a los palestinos y negar su existencia como han hecho durante años los dirigentes sionistas, Israel ha cambiado de táctica y tiende una vez más a deshumanizar a los palestinos denigrándolos como seres humanos, aunque estos lo único que hacen es exigir sus derechos y la soberanía.
Una vez dicho esto, a excepción de Estados Unidos, en los últimos años la propaganda israelí (hasbara) ya no cosecha frutos. Muchos factores han desempeñado un papel para que esto ocurra, entre ellos una mayor presencia de los palestinos en los medios y en las instituciones académicas, un crecimiento palpable del movimiento de solidaridad internacional, la aparición de nuevos historiadores israelíes que hoy se pregunta sobre los mitos fundacionales de Israel, por citar solo algunos.
IP: Mientras que su anterior obra traducida al francés, La Deuxième Intifada, describía y analizaba el segundo levantamiento palestino (entre los años 2000 y 2005) en el conjunto de los territorios palestinos, este que se acaba de publicar se centra ante todo en la Franja de Gaza. En unas palabras, ¿que diferencia en el fondo Gaza del resto de los territorios palestinos?
Ramzy Baroud: Gaza es un microcosmos de la gran lucha del pueblo palestino, que se extiende a lo largo de varios periodos históricos y en varias zonas geográficas. Ningún otro lugar puede dar cuerpo a este relato (la historia de la brutalidad israelí, la lucha del pueblo palestino y su resistencia) con la continuidad histórica que se aprecia en la Franja de Gaza. Es un relato trágico, pero también uno de los más ejemplares. No obstante, por las razones que antes he mencionado brevemente, este relato era uno de los menos conocidos. De hecho, la aparición de Gaza en los informativos siempre ha estado condicionada por un ataque israelí o por otros actos hostiles que se presentan como respuestas a la hostilidad palestina, lo que es absolutamente inexacto. En mi libro he querido contestar a esto y devolver a la Franja de Gaza a su lugar justo, como componente esencial de la historia palestina, piedra angular de la comprensión de la historia de Palestina y de la resistencia del pueblo palestino.
IP: El modo de relato que usted ha adoptado consiste en manejar a la vez la autobiografía y el análisis. ¿Le ha supuesto problemas particulares este enfoque desde el punto de vista de la escritura? ¿Qué reacciones ha tenido por parte de sus lectores?
Ramzy Baroud: Esta forma de escritura es difícil puesto que se intenta mantener la integridad de ambos estilos al tiempo que se conserva en todo momento un punto de unidad en el texto. Pero, en mi opinión, este estilo era esencial para lograr articular el relato de manera convincente.
He querido ofrecer una historia del pueblo de Gaza y vincular esta historia con la terrible tragedia que sobrevino a los palestinos en 1948 y con la resistencia colectiva que inspiró. Pero también he querido vincularla con el presente para responder a determinadas cuestiones políticas más apremiantes y explicar muchos fenómenos mal entendidos o deformados que conciernen a Gaza, he querido hablar del ascenso de diversas organizaciones y movimientos políticos con el fin de vincular el bloqueo decretado en 2007 con bloqueos anteriores. Para lograr responder a todas estas preguntas, me sentí obligado a establecer un puente entre lo que es personal y colectivo, a vincular estos relatos históricos y políticos.
La mayoría de los lectores parecen muy satisfechos de esta elección de estilo porque les permite comprender muchas cuestiones de actualidad de una manera cautivadora que no es en absoluto aburrida. En una ocasión un exmilitante en contra del apartheid me dijo en Sudáfrica que se había identificado tanto con mi padre que se tuvo que saltar varias páginas para saber enseguida qué le había ocurrido a aquel a quien él consideraba su camarada. Fue muy emocionante.
IP: Su padre fue un autodidacta que supo construirse a sí mismo con una enorme voluntad y un notable sentido de la adaptación. ¿Acaso no son precisamente estos los rasgos de carácter que han permitido al conjunto de los palestinos sobrevivir como nación a pesar de las décadas de exilio, de opresión, de ocupación y de sufrimientos, no es esto la muy notable “resiliencia”?
Ramzy Baroud: Creo que la resiliencia es un aspecto único de resistencia. Es una cualidad que solo se puede adquirir después de largos periodos de experiencia frente a enormes dificultades, cuando en definitiva se decide hacer frente al sufrimiento y a los golpes tomando la decisión consciente de sobrevivir. Este valor de adaptabilidad frente a las dificultades da al individuo, y a todo un colectivo como en el caso de los palestinos, la fuerza de superar la adversidad y de ganarla. Es un don que permite a quienes parece débiles y desfavorecidos sobrevivir a las situaciones más siniestras.
Mi padre era el ejemplo mismo del hombre palestino, como mi madre, Zarefah, era emblemática de la fuerza única, de la determinación y de la ingeniosidad de las mujeres palestinas, en particular en la generación de la Nakba. Cuando se tiene en cuenta la notable resistencia de la población de Gaza frente a las masacres y a los prologados asedios, se puede apreciar verdaderamente esta increíble cualidad sin la cual los palestinos no habrían podido resistir todos este sufrimiento y todo este daño durante tantos años.
IP: ¿Cómo caracteriza usted el itinerario político de su padre, este “guerrero excéntrico”, según los términos que usted emplea? ¿Influyó el sentimiento religioso en su pensamiento político?
Ramzy Baroud: Las opiniones políticas de mi padre no estaban guiadas por la ideología, a pesar del hecho de que se consideraba un socialista y a veces incluso un comunista. He sido testigo de que los habitantes de los campos de refugiados de Gaza, independientemente de su ideología, tienen tendencia a ver siempre el mundo como ellos desean que el mundo les vea: estaban muy al corriente de todas las cuestiones relativas a la justicia, los movimientos populares, la igualdad y la libertad, entre otras cuestiones. He crecido en una familia que hablaba de la lucha contra la opresión en Nicaragua y en Chile, en el mismo contexto que la lucha palestina por la libertad. De hecho, todo nuestro campo de refugiados tenía un aire de universalismo y de humanismo. La mayor parte del tiempo este universalismo pasó desapercibido porque no logró adaptarse a la manera como se comprenden estos valores universales en Occidente. Mi padre, el “comunista”, era un lector apasionado y un admirador de los textos islámicos, al igual que otros comunistas del campo.
También había establecido una relación interesante y completamente personal con la religión. Para él, lo más importante no eran las “grandes preguntas”, ¿de dónde venimos?, ¿cuál es el objetivo de la vida?, y otras por el estilo. En determinados momentos encontraba consuelo en Dios, lo mismo que en la idea de una salvación inminente de la opresión y del sufrimiento que había heredado en esta vida y sin haber cometido falta alguna. Pero también le atormentaba mucho el hecho de que a veces Dios pareciera no ser consciente de su pena, de sus tormentos y de las repetidas peticiones de “misericordia” que lanzaba el imán de la mezquita vecina. Así, mi padre se movía entre la aceptación de su suerte y la cólera ante la falta absoluta de voluntad divina de ayudar a los refugiados, lo que le provocaba accesos regulares de ira, sobre todo cuando miraba los informativos.
IP: Hay muchos pasajes en su libro que son muy emocionantes, incluso conmovedores. La profunda humanidad del pueblo de Gaza que se va descubriendo con la lectura nos hace sentir extraordinariamente cerca tanto de sus padres y del conjunto de su familia, como del conjunto del pueblo gazatí. Pero, ¿es suficiente la emoción? En definitiva, ¿qué espera de sus lectores?
Ramzy Baroud: Cuando vivía en el campo de refugiados con mi familia, a veces ocurría que un “extranjero”, ya fuera un turista curioso, un periodista o un empleado de las Naciones Unidas, se encontraba rodeado de gente que le pedía que “dijera al mundo” determinados hechos y una de las fórmulas más utilizadas era: “Por favor, cuente al mundo lo que nos ocurre”.
Mis padres pasaban gran parte de su tiempo escuchando las noticias de la radio, que se dejaba puesta como telón de fondo para difundir información de forma continuada con la esperanza de oír algo, lo que fuera, que indicara que el mundo “sabía” y se preocupaba de nosotros.
Mi libro, como la mayoría de mis escritos, se desprende de este impulso innato en mí de “hacer saber al mundo”.
En el campo suponíamos que si el mundo supiera no toleraría nunca el tipo de atrocidades que cometía Israel. Así, tarde o temprano se debía producir una “acción” para poner fin a la ocupación israelí y a los crímenes de guerra.
Aunque haya descubierto que en el mundo exterior [a los campos] las cosas no funcionan así, considero que la sabiduría manifestada en mi campo de refugiados en cierta medida sigue siendo de actualidad.
Israel se oculta constantemente detrás de sus mentiras y de su propaganda presentándose como una víctima con el pretexto de que sus vecinos representan una amenaza existencial (incluidos los pequeños grupos militantes dentro de Gaza) y que sin el apoyo incondicional estadounidense y occidental, dejaría de existir. Sin embargo, la verdad es completamente diferente. Mi responsabilidad como escritor, sobre todo por haber conocido y vivido la vida de los campos de refugiados más pobres de Palestina, es responder a las mentiras israelíes con una verdad inédita, nunca contada, dando a conocer a la vez el sufrimiento y el heroísmo de mi pueblo, pero también situando “al mundo”, a sus gobernantes y a las sociedades civiles ante sus responsabilidades políticas y morales respecto a Palestina y a los palestinos.
IP: Usted afirma en la introducción que ni su padre ni si madre eran “personas ordinarias”, que querría rendirles homenaje y justicia ofreciendo el relato de sus vidas. Su libro se ha traducido hasta el momento a varias lenguas y se ha difundido por varios países, ¿cree haber cumplido su promesa?
Ramzy Baroud: Creo haber cumplido en parte mi promesa, aunque sufro por el hecho de que no estén ahí para constatar y ver con sus propios ojos que muchas personas se preocupan profundamente por la suerte de Palestina. Unos meses antes de que muriera propuse a mi padre ayudarle a escribir el relato de su vida. Se rió y me dijo que eso perjudicaría mi carrera porque “a nadie le importa un viejo refugiado” como él. Me gustaría que supiera que eso no era cierto. Pero la historia de mis padres también es la de muchos padres y de sus hijos, aunque cambien sus nombres y vegeten en campos de refugiados diferentes. Cada generación de palestinos tendrá que asumir sus propias responsabilidades a través del tiempo hasta que se cuente toda nuestra historia y nuestro pueblo sea libre.
IP : Ramzy, ¿qué significa para usted hoy, concretamente, el “derecho al retorno”?
Ramzy Baroud: Es el inicio mismo de la historia y nunca se podrá instaurar ninguna paz sin la aplicación sin condiciones del derecho al retorno. Las sucesivas capitulaciones de Fatah, de la OLP y de la Autoridad Palestina fueron debilitando este derecho en los fútiles ejercicios políticos inspirados por [los acuerdos de] Oslo y sus ingenieros de todas las tendencias. Pero los derechos “inalienables” no son negociables, sea cual sea el equilibrio o el desequilibrio de fuerzas.
Además, desdeñar un aspecto tan esencial del conflicto equivale a ignorar las cuestiones fundamentales que han hecho que el conflicto se perpetúe durante tanto tiempo. Las cuestiones de justicia no se pueden dividir en partes para plegarse a la voluntad del agresor. Para que se produzca una paz duradera hay que abordar el conflicto desde sus propias raíces y la raíz del sufrimiento de los palestinos es la Nakba de 1948. De diferentes maneras los palestinos siguen sufriendo esta Nakba (o Gran Catástrofe) que vio la desposesión de casi 800.000 personas que se transformaron en refugiados.
IP: ¿Considera usted que hoy todavía está por escribir una “Historia popular de Palestina”? ¿Cuáles son sus deseos o sus proyectos en este dominio?
Ramzy Baroud : Résistant en Palestine, une histoire vraie de Gaza es mi intento de escribir esta Historia popular de Palestina, que todavía está por escribir en su totalidad. A menudo pienso en hacerla, pero me encuentro abrumado por la enormidad del reto y la falta de recursos para hacer realidad este proyecto. Palestina no es simplemente una entidad geográfica, también está hecha de varias generaciones y de millones de personas que han llevado consigo Palestina mientras buscaban refugio en otra parte. No se puede escribir una “Historia popular de Palestina” sin hablar de los refugiados palestinos en Iraq, de su historia nunca contada durante la invasión de Estados Unidos; sin hablar de los refugiados en Líbano y Siria, e incluso más allá de Palestina y Oriente Próximo, hasta en Europa y América del sur. Pero el narrador poco importa. Lo que importa es mantener el aspecto humano, la integridad de la persona que, sin embargo, solo es una manifestación de la voluntad más amplia de un colectivo hecho de millones de “Mohammed” y de “Zarefah”, cada uno con una historia única pero con demasiada frecuencia ignorada.
* Título original en inglés, My Father Was A Freedom Fighter: Gaza's Untold Story
Fuente original: http://www.info-palestine.net/spip.php?article13446
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