Entre Sufismo y Salafismo
Desgraciadamente
en la actualidad encontramos agrupaciones dentro de la Ummah que
han retomado al extremo las divisiones de antaño en cuanto a las ramas de la
creencia, el usul ul fiqh y la jurisprudencia.
Estas agrupaciones hablan con una agenda para refutarse entre sí y
gastan muchas energías en este objetivo. Lamentablemente estos grupos se
consideran enemigos unos de otros mientras que nuestras tierras están siendo
ocupadas por los kuffar, tal como es el caso del lugar del Isra y Miraj (el
viaje nocturno del profeta), mientras que la sangre de los musulmanes es
derramada por los colonialistas del mundo y mientras que los enemigos del Islam
buscan seducir a los musulmanes y alejarlos de nuestros valores esenciales, de
las leyes de la sharia e incluso de nuestra aquida (creencia).
Dejando
a un lado las escasas minorías que en ambos bandos claramente se han extraviado
totalmente –tales como aquellos entre los sufis que creen en Wahdat alwujud (que
Allah subhana wa ta’ala es parte de la creación), o aquellos de entre los salafi
ultra-zahiris (literalistas) que hacen takfir (declaran incrédulos a otros) a
todos menos a ellos mismos- si miramos a las mayorías en ambos bandos, se puede
notar que se han alejado muchísimo de aquello que sus fundadores y los eruditos
clásicos a los que ellos mismos se refieren, enseñaron en realidad.
Los
eruditos de la escuela teológica Ash’ari y quienes fueran pioneros en la
historia, mientras se oponían fuertemente a las opiniones de los literalistas no
los consideraban sus enemigos. Ellos no consideraban a Ibn Taymiyyah, Ibn
al-Qayyim, Ibn Kazir y similares como herejes a pesar de que no se ponían de
acuerdo en muchos temas tales como la definición de imaan, la manera en la que
entendían los siffat (atributos de Allah subhana wa ta’ala), el uso de Qiyas
(razonamiento por analogía en la jurisprudencia) y la permisibilidad del taqlid
(seguimiento de los veredictos legales de un mujtahid) a una escuela de
jurisprudencia (madhab). De hecho ni siquiera veían este debate como lo veían
grupos herejes tales como Mu’tazilah o los Jawarij.
Al
contrario, los libros de estos eruditos (los literalistas) eran respetados y
citados por los eruditos Ash’ris a lo largo de la historia. Es verdad que
criticaban fuertemente a los literalistas por su aproximación y opiniones pero
esto fue a un alto nivel intelectual entre eruditos y en dicho contexto debe ser
tomado en cuenta. Esta fue la practica incluso entre los salaf as salihin (los
piadosos predecesores), tales como los padres fundadores de las madhahib
(escuelas de jurisprudencia). Por ejemplo, el Imam Shaafi criticó el principio
de Istihsan (equidad*), una fuente secundaria de jurisprudencia utilizada en la
escuela Hanafi, en el capítulo Ibtal al Istihsan
(Refutación al Istihsan) en su libro Kitab al Umm, él comparó a quien la
utilizara con alguien que pretende que su mente es soberana. Pero esto de
ninguna manera significó que los viera como desviados; todo lo contrario, él
respetaba a su maestro, el estudiante de Imaam Abu Hanifa, Muhammad ibn al Hasan
al Shaybani a quien tenía en gran estima.
Lo
mismo entre los eruditos literalistas a quienes los salafis tienen en muy alta
estima y de quien toman sus opiniones; mientras que también criticaron
fuertemente a los Ash’aris, especialmente en relación a algunas de sus opiniones
sobre los atributos de Allah subhana wa ta’ala, su definición de Corán como una
expresión del discurso de Allah, su definición de imaan (creencia) como tasdiq
(consentimiento) en el corazón sin incluir acciones y su justificación de
taqlid- no los veían como herejes ni como desviados merecedores de la ira de
Allah subhana wa ta’ala. Veamos por ejemplo lo que el mismo Ibn Taymiyyah dijo:
“No
es necesariamente el caso de todos los que cometen un error en asuntos de
aquidah que sean destinado a estar entre los destruídos o los perdedores. Tal
vez quien discute sea un mutahid errado a quien Allah le perdonará su error.
También es posible que él no haya recibido la suficiente información sobre un
tema y que por esto no haya podido concluir que las pruebas estaban en su
contra.” (Ibn Taymiyyah, Majmu al Fatawa, vol. 3 pag.179) .
De
hecho él menciona que incluso los salaf no se ponían de acuerdo en varios
asuntos. Incluyendo los asuntos relacionados con la creencia. Él dice: “los
primeros piadosos (al salaf) no se ponían de acuerdo sobre muchos de esos
asuntos. Sin embargo, ninguno de ellos declaró al otro incrédulo, ni se acusaban
de pecado o maldad. Shurayah rechazó la recitación del verso “Me asombro
mientras que ellos se burlan” (al Saffat:12) A esto él decía: “Allah no se
asombra” (1) ** Cuando de esto supo Ibrahim al Nakha’i, él dijo: “Shurayh era un
poeta que había sido rebasado por su propio conocimiento.
Pero Abdullah ibn Mas’ud tenía más conocimiento que él y él si recitaba
“Me asombro”.
Y Aisha (Radhiyallahu-Anha)
no estaba de acuerdo con otros compañeros en cuanto a que si Muhammad (sallâ ’Ll
âhu ´alayhi wa-sallam) había
visto a su Señor. Ella decía “quien diga que Muhammad vió a su Señor ha cometido
una gran falsedad en contra de Allah” Sin embargo, a pesar de esto, nosotros no
decimos que Ibn Abbas o cualquier otro que no estaba de acuerdo con ella en eso,
hubieran dicho una gran mentira en contra de Allah” . Ellos también diferían en
cuanto a si los muertos pueden escuchar las palabras de los vivos, si el muerto
es castigado por el llanto de su familia y en muchas otras cosas más…” (Ibn
Taymiyyah, Majmu’ al-Fatawa, vol. 3, pp.239-240).
Hay
que recordar que los sahaba consideraban que Allah ta´ala perdonaría los errores
de los creyentes sinceros incluso en asuntos que ellos pensaran que eran claros,
como se menciona en el hadiz “Allah
ha perdonado a mi nación (lo que es hecho) por error, por olvido o bajo
coaxión”.
Si
fuéramos a examinar las razones por las que Abul Hasan al Ash’ari (936 D.C.) y
aquellos quienes lo siguieron y las razones por las que los eruditos del lado de
los literalistas como Ibn Taymiyyah (d. 1328 D.C.) entraron en debates sobre las
ramificaciones de la creencia nos encontraríamos con que ellos hicieron esto con
el nombre propósito de defender el credo islámico. Imam Abul Hasan al Ash’ari
se levantó
en contra del reto de refutar las opiniones extrañas de un grupo desviado,
los
Mu’tazila quienes estaban creando mucha confusión en ese tiempo. Ibn Taymiyyah por otro lado, tuvo que enfrentarse y exponer las incorrectas opiniones de extremos sufis místicos que habían sido influido por filosofías extranjeras.
Mu’tazila quienes estaban creando mucha confusión en ese tiempo. Ibn Taymiyyah por otro lado, tuvo que enfrentarse y exponer las incorrectas opiniones de extremos sufis místicos que habían sido influido por filosofías extranjeras.
Sería
mucho más productivo, en línea con nuestra obligación de invitar al bien y de
detener el mal, y manteniendo el espíritu de los eruditos clásicos, para ambos
bandos enfocarse en refutar el ataque intelectual que los kuffar han lanzado en
contra del din, sus conceptos consensuados, sus reglas, e incluso el credo
islámico. Hoy en nombre de la reforma la gente se está cuestionando los leyes de
los hudud (castigos) que fueron establecidos por Allah; están intentando
destruir el concepto islámico de hermandad permitiendo las alianzas con los
kuffar en contra de los creyentes; intentan hacer dudar a la gente sobre la
obligación que tiene la mujer de vestir el jimar (velo) y el yilbab en público y
quieren que nos alejemos del fundamental concepto de la aquidah que es el de la
soberanía de Allah al aceptar las leyes hechas por el hombre.
El
liberalismo laico defendido por el occidente es la verdadera amenaza que está
corrompiendo a millones de musulmanes alrededor del mundo y no los siglos de
viejos debates sobre las ramas de la aquidah o del usul ul fiqh. Uno podría
señalar a los sufis o a los salafis de hoy día, que en realidad son modernistas
siendo usados en esta campaña en contra de los conceptos normativos del Islam
con el objetivo de fortalecer su argumento en contra del otro
“bando”.
Sin
embargo está claro que en ambos lados hay algunos que son usados para sembrar
desconfianza en los fundamentales del din. Hay unos que claman ser los
seguidores de Abul Hasan al Ash’ari y que sin embargo van en contra de los
asuntos qat’i (definitivos), contradiciendo lo que está establecido por las
evidencias que son definitivas en su autenticidad y significado. Ellos van en
contra del consenso de los estudiosos incluso en contra de los cuatro imams de
los madhaib y en contra de todos los eruditos de entre los ash’ari tales como
Qadi ‘Iyad, Al Ghazali, Imam al Haramayn al Juwayni, Al Suyuti, Al Razi, Al
Nawawi, Ibn Hajr al Haytami, Ibn Hajr al Asqalani y otros.
Ellos
rechazan los hudud (castigos prescritos) de Allah tales como la obligación de
cortar la mano del ladrón o el de azotar a los fornicadores solteros con el
pretexto de que los tiempos o el lugar ya no son los mismos. Usan
incorrectamente los principios de masalih al mursalah (interés público), dharura
(necesidad), alhaf al dararain (el menor de los males) y otros similares para
justificar la practica de la usura, elección de personas para gobernar con leyes
que no son del Islam y otros asuntos que serían considerados como blasfemias por
los eruditos Ash’ari del pasado.
El
error de los eruditos de la actualidad no consiste en ser Ash’ari; de hecho su
error es estar justificando lo injustificable y sus ideas tienen que ser
expuestas por ambos: ulema ash’ari y ulema no ash’ari también.
Lo mismo se puede decir de los eruditos salafis que legitimizan el gobierno claramente no islámico de Saudi Arabia y que justifican las acciones del Reino tales como su alianza con Estados Unidos. Nuevamente, aquellos quienes hacen esto están expresamente alejándose del camino de los salaf, las evidencias definitivas y el consenso de todos los eruditos incluyendo Ibn Taymiyyah e Ibn Kazir. Los eruditos literalistas no sólo consideraron que esto estaba fuertemente prohibido; de hecho ellos consideraron que gobernar con otras leyes que no son las de Allah es incredulidad.
Ibn
Taymiyyah dijo: “Sin
duda, quien no crea que es obligatorio gobernar según lo que Allah le ha
revelado a Su mensajero es un kafir (incrédulo), y quien piense que está
permitido gobernar entre la gente con sus propias opiniones, alejándose y no
siguiendo lo que Allah ha revelado también es un kafir…Así que en asuntos que
son comunes a la ummah como un todo, no es permisible gobernar o juzgar con otra
cosa que no sea el Corán y la sunnah. Nadie tiene derecho de hacer que la gente
siga las palabras de un erudito, de un amir, de un sheij o de un rey. Quien
piense que puede juzgar entre las personas siguiendo tales cosas, y no juzga
entre ellos siguiendo el Corán o la sunnah es un kafir” (Ibn Taymiyyah,
Minhaj as Sunnah, 5/130-132).
Por
lo tanto, los salafis modernos deben ser denunciados y expuestos por los
eruditos salafis y por los no salafis de igual manera.
Tal
vez sea tiempo para ambos bandos regresar a las fuentes originales del Corán y
la Sunnah, que son las fuentes de guía tanto para Ash’aris y Salafis, e intentar
reevaluar de
manera neutral algunas de sus posturas controversiales. Si uno vuelve a
referirse a las fuentes originales en lugar de seguir adhiriéndose a las
posturas de uno u otro bando, podrían concluir que algunas de las posturas a las
que se han estado aferrando son débiles o incorrectas; tal como la insistencia
de los tradicionalistas de mantener las puertas de la ijtihad cerradas a pesar
de que la ijtihad es fard al kifayah (obligaciónde suficiencia). Igualmente si
alguien del lado de los salafis, de manera independiente reconsidera la posición
literalista de la prohibición del taqlid, podría encontrar sus debilidades dado
que el Corán nos ordena preguntar “pregúntale
a la gente Dirk (entendimiento) si tu no sabes” (21:7) y el
profeta Muhammad (sallâ
’Ll âhu ´alayhi wa-sallam) dijo: “la
cura a la falta de conocimiento es preguntar” así como muchas otras
evidencias.
Tal
vez si regresamos a las fuentes originales y estudiamos los asuntos con un
enfoque neutral, en lugar de tratar de defender dogmáticamente la posición de
los maestros de nuestro bando, podríamos encontrar que el verdadero camino no es
ni el sufismo ni el salafismo, Ash’ari ni Zahiri sino un camino entre los dos. Y
más importante aún, más allá de nuestros argumentos académicos o
jurisprudenciales, vamos a unirnos en contra de la clara incredulidad del
liberalismo laico y tomar una lección de las palabras de nuestro Señor: “Aquellos
que no creen son amigos y protectores unos de otros (especialmente contra
vosotros). A no ser que lo llevéis a cabo a su vez (es decir establecer
relaciones de solidaridad entre los creyentes) habrán disturbios en la Tierra y
una gran corrupción.”(8:73)
En estos tiempos en los que la guerra en contra del Islam es intensa y abarca todo el globo no es apropiado que estemos gastando nuestras energías en polémicas de siglos pasados. Con seguridad refutando la creencia de dividir la religión de la política y de la vida mundana que de hecho afectó a la ummah en masas es más importante que las cuestiones semánticas sobre la definición de imaan.
Las
miles de horas que los imams, los predicadores, los escritores, los activistas
han gastado en discutir si los atributos de Allah son metafóricos o literales
podrían ser más provechosas si fueran invertidas en reemplazar las leyes
satánicas con las que se gobiernan en nuestras tierras por las leyes de Allah
Todopoderoso, el Supremo. Necesitamos unirnos alrededor de nuestros fundamentos
y a pesar de nuestras diferencias trabajar juntos de manera que la kalima
(palabra) de verdad se vuelva la más alta.
“Y
aferraos juntos a la cuerda de Allah y no os separéis. Recordad el favor de
Allah para vosotros: fuisteis enemigos y reconcilió vuestros corazones y por Su
gracia os habéis convertido en hermanos. Estabais al borde de un abismo de fuego
y os libró de ello. Así os aclara Allah Sus señales de verdad para que podáis
ser guiados (al Camino Recto en todos los asuntos y seáis firmes en
ello” (3:103)
Abu
Ismael
Fuente: www.iculture.org.uk
Fuente: www.iculture.org.uk
*También
a veces traducido como principio de preferencia o derecho de
preferencia.
**La traducción del significado del verso es: [No te asombres [¡Oh, Muhammad! de que rechacen la Resurrección y] de que la tomen como una broma” . Existen diferentes maneras de recitar el Corán. En el caso de esta aleya, la mayoría la leen como ‘ajibtA, pero hay otra recitación ‘ajibtU que es la recitación de Ali (radiya ’Ll,âhu ´anhu) y la de Abdullah ibn masud (radiya ’Ll,âhu ´anhu) y la de Ibn ‘abass (radiya ’Ll,âhu ´anhu). Sin embargo la mayoría de las opiniones del fiqh la rechazan porque rechazan la idea de que Allah (swt) exclame. La gente del Madina la recitan como ‘ajibtA… ibnu ámru y ´asim … indicando que el mensaje hace referencia a lo que siente Muhammad (sallâ ’Ll âhu ´alayhi wa-sallam) .
1. Esto no significa que él rechazara el verso: simplemente no aceptaba una de las formas en las que puede ser recitado.
**La traducción del significado del verso es: [No te asombres [¡Oh, Muhammad! de que rechacen la Resurrección y] de que la tomen como una broma” . Existen diferentes maneras de recitar el Corán. En el caso de esta aleya, la mayoría la leen como ‘ajibtA, pero hay otra recitación ‘ajibtU que es la recitación de Ali (radiya ’Ll,âhu ´anhu) y la de Abdullah ibn masud (radiya ’Ll,âhu ´anhu) y la de Ibn ‘abass (radiya ’Ll,âhu ´anhu). Sin embargo la mayoría de las opiniones del fiqh la rechazan porque rechazan la idea de que Allah (swt) exclame. La gente del Madina la recitan como ‘ajibtA… ibnu ámru y ´asim … indicando que el mensaje hace referencia a lo que siente Muhammad (sallâ ’Ll âhu ´alayhi wa-sallam) .
1. Esto no significa que él rechazara el verso: simplemente no aceptaba una de las formas en las que puede ser recitado.
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