Sin misterio la intervención quirúrgica al Presidente
Por Enrique Pérez Quintana | Proyecto sin fin – Hace 19 horas
Desde hace algunos días se informó que el presidente Enrique Peña Nieto sería operado de un nódulo tiroideo, en una intervención quirúrgica que duraría hora y media. El propio presidente comentó que era un “pequeño quistecito en la tiroides, la verdad no lo siento. Me lo detectaron desde hace unos siete u ocho años". Agregó que los médicos le indicaron que no era un tema de gravedad y que lo había pospuesto y ahora “por la propia recomendación médica es un buen momento para hacerlo”.
Comunicación Social de Presidencia informó que tras la intervención el presidente tendría un periodo de recuperación de cuatro días y se dijo que ya recuperado su siguiente actividad pública sería el 6 de agosto en la inauguración de la Semana Nacional de la Pequeña y Mediana Empresa en el Centro Banamex.
Asimismo, se anticipó que el jefe de la Oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño Mayer, sería el encargado de informar los resultados de la intervención en el hospital.
El presidente Peña Nieto salió con “éxito” de la operación según informó Nuño Mayer en conferencia de prensa, acompañado por los doctores Fernando Federico Arcaunte, director del Hospital Central Militar; Juan Felipe Sánchez, otorrinolaringologo, y su médico personal. “El señor Presidente pasará unos días en el hospital, y después reposará en la residencia Oficial de Los Pinos”.
Este suceso que para cualquier otro individuo sería algo “normal”, en el caso del presidente de la república se transforma en un hecho que debe ser tratado con sensibilidad para evitar especulaciones políticas y versiones equivocadas que distorsionen la realidad. Es un hecho relacionado con la seguridad nacional y previsto en la Constitución donde se adoptan medidas preventivas ante la ausencia temporal o permanente del presidente en turno.
Anteriormente ante la falta total de un presidente, por la causa que fuera, la responsabilidad de asumir el cargo y convocar a elecciones recaía en el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. La Constitución fue modificada y ahora esta responsabilidad es de quien funja como secretario de Gobernación.
El hecho de que el presidente Peña Nieto fuera operado en una intervención quirúrgica es relevante desde el punto de vista de la estrategia de comunicación que se instrumentó en esta ocasión, porque se informó con todo detalle lo que pasaría siguiendo un guión que se cumplió de manera puntual.
En el pasado este tipo de acontecimientos se ocultaba y sólo posteriormente se informaba de manera discreta que el presidente había sido hospitalizado para ser atendido por alguna afectación a su salud. El tema era tratado con mucho sigilo y su manejo informativo quedaba reservado al más alto nivel. Como un asunto de seguridad nacional.
El columnista Joaquín López Doriga, con motivo de la operación a Peña Nieto, hace un interesante recuento acerca de las ocasiones en que los presidentes fueron operados en el Hospital Militar.
“A Adolfo Ruiz Cortines (1952-58) lo operaron de apendicitis y a Gustavo Díaz Ordaz (1964-70) de la retina. Adolfo López Mateos (1958-64) era atendido por el doctor Mariscal de los terribles dolores de cabeza que se curaba con puños de aspirinas que guardaba en los bolsillos de su saco.
“Luis Echeverría (1970-76) sufría desesperantes dolores renales para los que solo aceptaba las medicinas que le recetaba su hermano, Eduardo. Ernesto Zedillo (1994-2000) fue operado de la rodilla derecha. El único Presidente que fue operado de urgencia, según se dio a conocer oficialmente, fue Vicente Fox (2000-06). Por último, Felipe Calderón (2006-2012) fue operado del hombro fracturado en una cascarita futbolera en Los Pinos.”
Lo sucedido a los presidentes era informado con posterioridad y cuando ya se habían reestablecido en su salud. Por ello, ahora llama la atención el manejo informativo de este acontecimiento que por tratarse del Presidente se convierte en un tema con implicaciones políticas relacionadas con el riesgo implícito en una intervención quirúrgica. Después de todo el presidente es un hombre como cualquier otro, aunque a algunos despistados les parezca que es un superhombre. No hay tal.
En esta oportunidad la información fue transparentada lo que dio la ocasión para que los medios de comunicación estuvieran atentos y para que los adversarios políticos le desearan suerte. Aunque alguno comentó que estaba enfermo porque no podía resolver los problemas del país. Adivine quién fue.
Comunicación Social de Presidencia informó que tras la intervención el presidente tendría un periodo de recuperación de cuatro días y se dijo que ya recuperado su siguiente actividad pública sería el 6 de agosto en la inauguración de la Semana Nacional de la Pequeña y Mediana Empresa en el Centro Banamex.
Asimismo, se anticipó que el jefe de la Oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño Mayer, sería el encargado de informar los resultados de la intervención en el hospital.
El presidente Peña Nieto salió con “éxito” de la operación según informó Nuño Mayer en conferencia de prensa, acompañado por los doctores Fernando Federico Arcaunte, director del Hospital Central Militar; Juan Felipe Sánchez, otorrinolaringologo, y su médico personal. “El señor Presidente pasará unos días en el hospital, y después reposará en la residencia Oficial de Los Pinos”.
Este suceso que para cualquier otro individuo sería algo “normal”, en el caso del presidente de la república se transforma en un hecho que debe ser tratado con sensibilidad para evitar especulaciones políticas y versiones equivocadas que distorsionen la realidad. Es un hecho relacionado con la seguridad nacional y previsto en la Constitución donde se adoptan medidas preventivas ante la ausencia temporal o permanente del presidente en turno.
Anteriormente ante la falta total de un presidente, por la causa que fuera, la responsabilidad de asumir el cargo y convocar a elecciones recaía en el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. La Constitución fue modificada y ahora esta responsabilidad es de quien funja como secretario de Gobernación.
El hecho de que el presidente Peña Nieto fuera operado en una intervención quirúrgica es relevante desde el punto de vista de la estrategia de comunicación que se instrumentó en esta ocasión, porque se informó con todo detalle lo que pasaría siguiendo un guión que se cumplió de manera puntual.
En el pasado este tipo de acontecimientos se ocultaba y sólo posteriormente se informaba de manera discreta que el presidente había sido hospitalizado para ser atendido por alguna afectación a su salud. El tema era tratado con mucho sigilo y su manejo informativo quedaba reservado al más alto nivel. Como un asunto de seguridad nacional.
El columnista Joaquín López Doriga, con motivo de la operación a Peña Nieto, hace un interesante recuento acerca de las ocasiones en que los presidentes fueron operados en el Hospital Militar.
“A Adolfo Ruiz Cortines (1952-58) lo operaron de apendicitis y a Gustavo Díaz Ordaz (1964-70) de la retina. Adolfo López Mateos (1958-64) era atendido por el doctor Mariscal de los terribles dolores de cabeza que se curaba con puños de aspirinas que guardaba en los bolsillos de su saco.
“Luis Echeverría (1970-76) sufría desesperantes dolores renales para los que solo aceptaba las medicinas que le recetaba su hermano, Eduardo. Ernesto Zedillo (1994-2000) fue operado de la rodilla derecha. El único Presidente que fue operado de urgencia, según se dio a conocer oficialmente, fue Vicente Fox (2000-06). Por último, Felipe Calderón (2006-2012) fue operado del hombro fracturado en una cascarita futbolera en Los Pinos.”
Lo sucedido a los presidentes era informado con posterioridad y cuando ya se habían reestablecido en su salud. Por ello, ahora llama la atención el manejo informativo de este acontecimiento que por tratarse del Presidente se convierte en un tema con implicaciones políticas relacionadas con el riesgo implícito en una intervención quirúrgica. Después de todo el presidente es un hombre como cualquier otro, aunque a algunos despistados les parezca que es un superhombre. No hay tal.
En esta oportunidad la información fue transparentada lo que dio la ocasión para que los medios de comunicación estuvieran atentos y para que los adversarios políticos le desearan suerte. Aunque alguno comentó que estaba enfermo porque no podía resolver los problemas del país. Adivine quién fue.
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