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domingo, 29 de septiembre de 2013

Bashar al-Assad al borde de la deriva

Bashar al-Assad al borde de la deriva

Breve análisis sobre la situación en siria y su política

03/03/2012 - Autor: Ibrahim Acharki - Fuente: Webislam
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Siria
Nadie sabe la profundidad de la tragedia y el siniestro del pueblo sirio y nada demuestra la cantidad del sufrimiento vivido. Solo la resistencia de este pueblo a morir por su libertad y su dignidad, sumando cada día más mártires (que hasta el momento superaran los 8 mil), y la incalculable cifra de heridos nos lo enseña. Las matanzas diarias con misiles, armamento pesado, bombas y  tangues no paran, mientras el mundo está como un espectador viendo una película de terror.
El  colapso del régimen de Assad se hizo inminente después de la caída inesperada de los 6 pilares sobre los que se basa y que vamos a citar y analizar en este artículo. Con su desplome guiaron al estado a una etapa de caos y confusión y le han hecho perder todo tipo de iniciativa positiva, dejándole la mayoría de sus instituciones paralizadas.
El primer punto a destacar es la distracción de la imagen de Bashar al-Assad en los ojos del mundo entero y en los ojos de los ciudadanos sirios primordialmente, que en un principio lo consagraron como una esperanza y un símbolo de una nueva etapa y nueva experiencia política y social, después de levantar el estado de emergencia y abrir las puertas a la inversión extranjera, permitiendo el surgimiento de hombres de negocios y una economía sólida, después del control del estado sobre todos los aspectos de la vida política en la era de su padre, Hafez al Assad, símbolo de la tiranía absoluta.
Así, la imagen del “médico Bashar”, que pasó en Gran Bretaña dos años, se desvaneció a pesar de que se esperaba que su estancia en la capital de la niebla fuese suficiente para abrir su mente a la realidad social de la democracia y de los derechos humanos, como el derecho de huelga y la manifestación pacífica, el derecho a formar partidos políticos y el derecho básico del recurso a la constitución.
Desgraciadamente, muchos sirios ven hoy la verdadera imagen de Bashar, la misma imagen de su padre que encarcelaba a la gente durante décadas y que dejó atrás sus logros al liquidar a los disidentes y demoler la ciudad de Hama, que se hundió en sangre durante los años de su reinado.
El segundo punto es que el hijo se parece al padre utilizando el mismo sistema al tratar las riquezas del país, sobre todo los ingresos del petróleo, que como se ve no contribuyen en la mejoría y el desarrollo del país, ni ayudan a mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, especialmente ahora que está bajo la presión internacional. Aquí el régimen está perdiendo uno de sus pilares más fuertes, que va a influir o ya lo ha hecho negativamente en su economía y su inmunidad.
El tercer pilar es la paralización de los congresos y actividades políticas que tenían un eco muy popular y muy positivo en el mundo islámico, dado que el régimen sirio sabe dominar y tiene el arte del buen manejo del conflicto con Israel y EE.UU., donde Bashar siempre se mostraba como un héroe que representa la vanguardia del nacionalismo árabe y la resistencia a la hegemonía norteamericana en oriente medio.
Tal vez las conferencias más importantes que se detuvieron son: el congreso nacional árabe y el congreso de los partidos árabes, donde el régimen sirio tenía siempre la oportunidad de aparecer como el único defensor feroz de la nación árabe en contra de la colonización americana israelí, y en muy numerosas ocasiones para demostrarlo festejaba las victorias de Hezbolá en Líbano.
Sin embargo, con las matanzas que está cometiendo, todos los partidos, bloques, grupos políticos e islámicos y todas las organizaciones intelectuales critican al régimen sirio y lo consideran un enemigo a la voluntad del pueblo y los valores de la humanidad, excepto Hezbolá, que es el único aliado de Bashar en sus matanzas a los niños y las mujeres e indefensos de la población siria.
Entramos ya en el cuarto punto que es muy importante, igual que el resto, para el discurso político de la familia al-Assad, que insiste en los principios del nacionalismo árabe como requisito previo para la unidad de este último. Un viejo discurso sin profundidad ni futuro ¿acaso puede convencer a los mismos sirios de su utilidad, como para hacerlo con el resto de los países árabes? Con las barbaridades que está haciendo, el proyecto del nacionalismo árabe está recibiendo su segundo golpe, esta vez mortal, después del golpe al Irak de Saddam Hussein, quien a su vez utilizaba el mismo discurso y las mismas consignas nacionalistas vacías.
Sería difícil para Bashar hablar sobre la unidad árabe, el futuro árabe, el proyecto árabe, o la determinación árabe. El nacionalismo árabe ha terminado y se derrumbó ese rincón en el que se basaba la propaganda de al-Assad en el interior y el exterior.
Hablar de Siria nos lleva a hablar sobre su relación con Palestina como quinto punto, el régimen sirio siempre ha protegido la resistencia palestina, dejando a Hámas utilizar el territorio sirio como base y plataforma de sus actividades liberales.
Como es debido, utiliza bien estas dos organizaciones como elementos importantes para ejercer presión sobre otros regímenes árabes, acusándoles de traicionar uno de los más  sagrados temas, Palestina, donde hay un consenso de todos los pueblos árabes.
Hamás y al-Yihad están buscando otro refugio debido a que estos dos movimientos están seguros de la aproximación del final de Bashar y su régimen. No están dispuestos a asumir ninguna responsabilidad moral por sus masacres.
El último pilar es  la relación siria-iraní. Como es sabido, los políticos sirios deliberadamente han intentado vincular su estado con Irán. Vemos la política siria tan relacionada con la del Ayatolá, con su crisis y su fracaso, donde Irán manda a sus espías con todos los medios técnicos y militares para ayudar en la represión de las manifestaciones. Sin embargo el apoyo Iraní ha mostrado sus limitaciones y lo cierto es que el impulso de la revolución no se va a apagar ni mucho menos, al revés, seguirá en aumento.
En conclusión, el régimen de Bashar vive sus últimos días y podemos asegurar que ha perdido los factores de poder que le convirtieron en un actor importante en el conflicto político en oriente medio.
Tal vez usar el método antiguo que ha prevalecido en la guerra fría, que se basa en el conflicto indirecto entre capitalismo y comunismo, que se reflejó últimamente en el veto ruso-chino no le va ayudar a levantarse, ni va a parar la llama que encendió el pueblo sirio en busca de su liberación, de su dignidad y su derecho, en la primavera árabe que sigue activa.

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