“Si poner las armas bajo control internacional en este país ayuda a evitar un ataque, nosotros nos pondremos inmediatamente a trabajar con Damasco, - declaraba el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov. – No sólo hemos pedido al gobierno sirio que acceda a poner bajo control internacional sus arsenales de armamento químico, sino también que proceda a eliminar estas armas y se incorpore a la organización internacional a favor de la prohibición de armamento químico”. Según Lavrov, Rusia ya ha entregado su petición al ministro sirio de Asuntos Exteriores, Walid Mualem, que se encuentra de visita oficial en Moscú.
Lavrov ya había advertido anteriormente de que una solución violenta del conflicto sirio no hará más que “fomentar la labor del terrorismo” y el aumento del número de refugiados, y asegura que Moscú hará todo lo posible para evitar un ataque a Siria.
"Siria acoge positivamente la iniciativa rusa en nombre de la preocupación de los dirigentes sirios por la vida de nuestros ciudadanos y la seguridad de nuestro país", dijo Muallem, dijo el jefe de la diplomacia siria.
Según el ministro ruso, todavía se puede alcanzar una regulación política de la situación. Moscú también tratará de que los expertos de la ONU en materia de armas químicas vuelvan a Siria lo antes posible para finalizar su misión, ya que existen motivos para pensar que se trata de una provocación.
“Existen algunos hechos referentes a los acontecimientos del 21 de agosto de este año que, según nuestra valoración, demuestran que estos acontecimientos podrían estar manipulados”, - subrayaba Lavrov.
Distintos observadores se han hecho eco de la frase del ministro ruso que asegura que “no piensa llegar a ningún acuerdo a espaldas del pueblo sirio”, y que la política se mantendrá sin cambios. Cabe señalar que tras la cumbre del G20 en San Petersburgo en los medios de comunicación occidentales y árabes apareció la información de que Estados Unidos y Arabia Saudí habían ofrecido a Rusia alcanzar un acuerdo sobre la solución de la crisis en Siria sin la participación del gobierno actual.         
Por su parte, RIA Novosti informaba de que el ministro sirio de Asuntos Exteriores había confirmado durante una rueda de prensa en Moscú la disposición de Damasco a participar en la llamada conferencia Ginebra 2 y buscar un compromiso con la oposición sin condiciones previas. Siria, según Mualem, está dispuesta a iniciar un diálogo también con Estados Unidos. El ministro comentaba que si el problema radica en las armas químicas, la cuestión puede solucionarse por vías políticas.
No obstante, algunos políticos en Moscú están seguros de que Estados Unidos ya ha tomado la decisión de que atacar a Siria es imprescindible y difícilmente cambiará de idea.
Alexéi Pushkov, director del Comité de Asuntos Internacionales de la Duma, declaraba a la prensa el lunes: “La idea de que secretamente Obama no desea esta operación y espera que el Congreso no le dé permiso para llevarla a cabo es en mi opinión insostenible, porque en ese caso Obama sería un presidente demasiado debilitado.
Este sería un fuerte golpe a su posición, por lo que se lanzaría rápidamente al apoyo de la idea (de la guerra). Para Obama salir por la puerta de atrás y perder es algo inaceptable desde el punto de vista político. Por esta razón ya no hay vuelta atrás, ya se han hecho las apuestas, apuestas muy fuertes”. El diputado opina que la administración norteamericana hará todos los esfuerzos posibles para convencer al Congreso de que apoye una operación militar contra Siria.
Al mismo tiempo, Nikolái Patrushev, secretario del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa, declaraba que Rusia contemplará como una agresión cualquier acción militar unilateral del Consejo de Seguridad de la ONU. “Si el ataque se lleva a cabo, nosotros podremos decir que se trata de una agresión contra otro estado”, opina Patrushev. “Rusia continúa insistiendo en la necesidad de regular la crisis siria por vías políticas y democráticas. Yo creo que finalmente nuestra opinión será escuchada”,  añade Patrushev.