LA TRAICIÓN DE BENITO JUÁREZ
Además de firmar el oprobioso tratado McLane – Ocampo, el presidente Benito Juárez ya había vendido a norteamericanos la mayor parte de la Península de Baja California mediante una concesión en donde se establecería una colonia de los Estados Unidos, donde los mismos residentes podrían organizar sus propias elecciones.
Jacob Primer Leese, casado con Rosalía Vallejo, hija de Mariano Guadalupe Vallejo, fue uno de los primeros beneficiados con concesiones para el deslinde de tierras en Baja California.
La “Lower California Company” se formó para recibir la concesión del gobierno mexicano, y que comprendía todo lo que se abarcaba en la península, entre los paralelos 24 grados veinte minutos y los 31 grados latitud norte. La superficie concedida era 46 800 millas cuadradas, ya que las concesiones previas hechas por el gobierno mexicano se habían cancelado por incumplimiento de contrato según decreto fechado el 14 de marzo de 1861. Originalmente la concesión se hizo a capitalistas norteamericanos de California representados por Jacob P. Leese, de San Francisco, pero al no cumplir con las condiciones fijadas dentro del plazo prescrito, durante el gobierno del presidente Benito Juárez, se transfirió la concesión a la compañía extranjera mencionada, según decreto del 4 de agosto de 1866. Una copia del contrato quedó en manos del secretario de estado norteamericano, con el propósito de que, si el gobierno reconocido de México fuera suplantado por otro, la compañía pudiera solicitar al gobierno de los Estados Unidos la protección de sus intereses en la concesión. Algunas cláusulas del contrato eran las siguientes: 7ma. Dentro del término de 5 años, contados desde el día de aprobación de este proyecto de colonización, los empresarios introducirán en el territorio doscientas familias de colonos cuando menos….. 8va. Las salinas Ojo de Liebre y San Quintín, que al presente son rentadas por el gobierno, cuando el contrato presente haya expirado, serán rentadas a dicha colonia por el término de 20 años, con la condición de que serán pagados al gobierno 20 reales por tonelada de sal que sea exportada….. 10mo. Los colonos serán independientes en su administración municipal, en virtud de lo cual se les otorgará el poder para poder organizar libremente todas las instituciones que consideren adecuadas….. 16vo. El empresario adelantará la suma de cien mil dólares a cuenta del precio de las tierras que van a colonizar, entregando, al término de ciento veinte días después de firmarse el acuerdo, la dicha suma de oro mexicano en San Francisco, California, al cónsul mexicano en ese puerto.
Fragmentos de “Resources of the Pacific Slope… with a sketch of the settlement and exploration of Lower California” por J. Ross Browne.
Además de firmar el oprobioso tratado McLane – Ocampo, el presidente Benito Juárez ya había vendido a norteamericanos la mayor parte de la Península de Baja California mediante una concesión en donde se establecería una colonia de los Estados Unidos, donde los mismos residentes podrían organizar sus propias elecciones.
A acciones similares a la de Juárez, se les llama traición a la patria.
Jacob Primer Leese, casado con Rosalía Vallejo, hija de Mariano Guadalupe Vallejo, fue uno de los primeros beneficiados con concesiones para el deslinde de tierras en Baja California.
La “Lower California Company” se formó para recibir la concesión del gobierno mexicano, y que comprendía todo lo que se abarcaba en la península, entre los paralelos 24 grados veinte minutos y los 31 grados latitud norte. La superficie concedida era 46 800 millas cuadradas, ya que las concesiones previas hechas por el gobierno mexicano se habían cancelado por incumplimiento de contrato según decreto fechado el 14 de marzo de 1861. Originalmente la concesión se hizo a capitalistas norteamericanos de California representados por Jacob P. Leese, de San Francisco, pero al no cumplir con las condiciones fijadas dentro del plazo prescrito, durante el gobierno del presidente Benito Juárez, se transfirió la concesión a la compañía extranjera mencionada, según decreto del 4 de agosto de 1866. Una copia del contrato quedó en manos del secretario de estado norteamericano, con el propósito de que, si el gobierno reconocido de México fuera suplantado por otro, la compañía pudiera solicitar al gobierno de los Estados Unidos la protección de sus intereses en la concesión. Algunas cláusulas del contrato eran las siguientes: 7ma. Dentro del término de 5 años, contados desde el día de aprobación de este proyecto de colonización, los empresarios introducirán en el territorio doscientas familias de colonos cuando menos….. 8va. Las salinas Ojo de Liebre y San Quintín, que al presente son rentadas por el gobierno, cuando el contrato presente haya expirado, serán rentadas a dicha colonia por el término de 20 años, con la condición de que serán pagados al gobierno 20 reales por tonelada de sal que sea exportada….. 10mo. Los colonos serán independientes en su administración municipal, en virtud de lo cual se les otorgará el poder para poder organizar libremente todas las instituciones que consideren adecuadas….. 16vo. El empresario adelantará la suma de cien mil dólares a cuenta del precio de las tierras que van a colonizar, entregando, al término de ciento veinte días después de firmarse el acuerdo, la dicha suma de oro mexicano en San Francisco, California, al cónsul mexicano en ese puerto.
Fragmentos de “Resources of the Pacific Slope… with a sketch of the settlement and exploration of Lower California” por J. Ross Browne.
Tomado del Movimiento Nacionalista Mexicano:
El al llegar a la Gobernatura de Oaxaca, se declaro NEUTRAL a la invasión estadounidense cuando en todo nuestro país teníamos que tener más que nacionalismo y valor para combatir al enemigo.
Complacido seguramente fue cuando nos arrebataron la mitad de nuestro territorio, el quiso vender Baja California a los estadounidenses al llegar él a la presidencia, cosa que rechazo por lastima al Gobierno de Juárez, el Congreso de los Estados Unidos de América.
Cuando el Sacro Imperio Mexicano, dirigido por el único nacionalista que ha tenido el honor de dirigir a nuestro país, Su Majestad Maximiliano I de México, se estableció. Él por su ambición lo combatió pues era una humillación que un masón no tuviera el poder que tanto desean, por eso le quito las propiedades a la religión católica, por los compromisos con la masonería y no por compromisos con la nación.
Al tener aliados a los estadounidenses veteranos de su guerra civil, a la gente que miserablemente él engaño, a parte del traidor de el Emperador Legitimo de México, lograron derrotar y asesinar por ordenes de Estados Unidos a nuestro emperador.
Nuestro Imperio fue el primero en tener una esencia nacionalista hacia los indígenas, hermanos de los mexicanos desarrollando el náhuatl en los decretos imperiales, algo que no hizo ese traidor que era indígena por el lugar donde nació y no por sus convicciones.
Al vencer al Imperio y restablecer su régimen, mintieron a los desarrolladores de la Educación Publica, historias falsas sobre lo acontecido en México durante la época del Imperio, haciendo a los nacionalistas: Maximiliano, Miramón y Mejía como traidores de la nación y haciéndoles creer como invasores, cosa que veridicamente fue al revés, con Juárez y los Estados Unidos sacando provecho del territorio mexicano.
Ellos alteraron la historia y hoy en día, los libros que se entregan gratuitamente a los niños de Primaria estan absolutamente llenos de mentiras e historias modificadas.
Convoco a la nación mexicana a no dejarse mentir por las absurdas influencias de Juaristas mentidos, a abrir la mente a la Más Grande traición en nuestra historia que ha sido la que ataca a nuestra gente hoy en día.
A continuación, estará el texto integro de la posición de la Organización por la Voluntad Nacional (Movimiento Nacionalista Mexicano) que así como yo, convocamos a la nación a que terminemos con las mentiras hechas por traidores y vende patrias.
El texto integro, evidencia de la traición de Juárez, estará íntegramente en la sección de descargas de esta página.
Viva México, Mueran los traidores.
Herr Cristóbal Romero
“... ¡Mexicanos! Nuestro deber nos obliga a luchar por los dos principios más sagrados de la nación: su independencia, amenazada por hombres cuyo egoísmo los llevo incluso a vender la propiedad de la nación, y por la restauración del orden interno. Libres nuestras acciones de toda influencia, de toda presión externa, aspiramos a sostener en alto el honor de nuestra gloriosa bandera nacional. ¡Que viva la Independencia!...".
Maximiliano I de México
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