Jesús y Muhammad: la alineación de los Profetas contra la alienación del mundo
Los Profetas se alinean, se funden un instante en el devenir cósmico para alertar, a los que se dicen creyentes, sobre su alienación y recordarles que Dios es unidad y ama la unidad
24/12/2015 - Autor: Iman Baraka - Fuente: Webislam
Quien extirpa todo deseo y vive libre de egoísmo, aflicción y vanidad, obtiene la suprema paz. Bhagavad Gita
Más que mil palabras inútiles, vale una sola que otorgue paz. Buda
La paz es para el mundo lo que la levadura para la masa. El Talmud
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Jesús De Nazaret
Allah es bondadoso y ama la bondad en todos los asuntos; y recompensa a las personas por su bondad, a la vez que desprecia la violencia. Muhammad.
La sociedad del espectáculo aspira a convertir el mundo en un fabuloso coliseo romano en el que cristianos, musulmanes, judíos, budistas, hinduistas… declaran solemnemente defender sus dioses y creencias antes de comenzar el combate como gladiadores.
Los poderes económicos y el show business observan complacidos desde la grada los actuales enfrentamientos “religiosos”: la religión no parece el camino para salvar a la humanidad, sino para destruirla; excelente noticia para las grandes multinacionales productoras de armas y candidatos extremistas como Donald Trump, quien afirma que no va a dejar entrar a los musulmanes en USA, cuando la realidad es que, como informa el Washington Post, hasta el día del ataque en San Bernardino se habían producido este año en su país 355 ataques masivos con armas de fuego, dos de ellos ese mismo día. Según estas estadísticas, lo que no deberían dejar entrar en las casas son armas pero ya se conoce la afición de los americanos a armarse de buenas razones, como por ejemplo el rifle de asalto Colt AR-15, del que se han vendido 5 millones en los últimos 6 años.
San Bernardino, Siria, París, Nigeria, Iraq, Birmania… prueban que la fe no es ya el camino de vuelta a Dios, sino el refugio de una identidad desorientada, la expresión agónica de una forma de entender el mundo que se diluye y se resiste a ello reforzando las diferencias frente a un otro cada vez más próximo y más diverso.
Nos definimos y clasificamos: somos cristianos, musulmanes (sunnis, shi'a, sufis, salafis)… nos ratificamos en la diferencia heredada a través de la religión, pero cuando llega la hora de hablar con Dios, de hablar de Dios, de cumplir con las obligaciones éticas y las prácticas espirituales imprescindibles para domar nuestro ego, afirmamos aliviados, como decía Buñuel: “soy ateo, gracias a Dios”.
Y sin embargo el mundo sí habla de Dios, la Creación enseña la firma de su Autor mediante el fine-tuning, el "ajuste fino" que se revela gracias al estudio de las leyes físicas: las constantes físicas fundamentales están tan finamente ajustadas y coordinadas que si se produjera una variación en alguna de ellas, aunque fuera en un ínfimo porcentaje, no sería posible el establecimiento y desarrollo de la materia, las estructuras astronómicas, la diversidad elemental, la vida…
2015 ha sido el año más caluroso desde que existen registros: guerras, pobreza, catástrofes naturales, sequía... señalan el agotamiento del mundo ante nuestra codicia. Esto que algunos interpretan como un signo del fin de los tiempos no puede esconder la maravilla de una creación que se renueva en cada instante ofreciendo señales de que ese fine tuning, ese Arquitecto que llamamos Dios nunca ha dejado de transmitir su amor a las criaturas.
Efectivamente, este 24 de diciembre de 2015 los cristianos celebran el nacimiento de Jesús, hijo de María (as), y los musulmanes conmemoran el nacimiento de Muhammad (sas). El calendario islámico y gregoriano coinciden por primera vez en muchos años. Los Profetas se alinean, se funden un instante en el devenir cósmico para alertar, a los que se dicen creyentes, sobre su alienación y recordarles que Dios es unidad y ama la unidad.
Este encuentro nos hace reflexionar sobre la necesaria reunión de los creyentes para colaborar en la construcción de una sociedad más justa y más ética, compromiso y mensaje compartido por ambos Profetas cuyas vidas destacaron por su renuncia a las riquezas y a los brillos de este mundo. La fe es, en ambos caminos espirituales, la certeza que posibilita la acción.
Te queda una cosa por hacer: anda, vende todo lo que tienes, dáselo a los pobres. Después ven y sígueme. Marcos 10:21
La pobreza es mi orgullo. Muhammad (sas).
Decía Mahatma Gandhi que la pobreza es la peor forma de violencia. Sabemos que el hambre es la primera causa de mortalidad en el mundo. 10 millones de personas mueren cada año debido al hambre y las enfermedades relacionadas con la desnutrición. Pero los creyentes del s.XXI, gladiadores lanzados al Coliseo mediático como en los tiempos romanos, no luchan contra la pobreza, el hambre, la injusticia, la explotación o el analfabetismo. Siguen luchando para destruirse unos a otros, mientras el público celebra con aire festivo la muerte y la violencia.
Esta coincidencia temporal, la celebración compartida este año por cristianos y musulmanes del nacimiento de sus respectivos Profetas indica también que, desde los más remotos y luminosos confines del universo, allí donde el tiempo se despliega para la humanidad, nos llega un mensaje de paz para ambas comunidades, entre ellas y dentro de ellas. Una paz que no es la de los cementerios sirios con más de 250.000 víctimas, sino la del fraterno caminar con compasión en el corazón y generosidad en el alma.
Cierto día le preguntaron a un sufí, ¿qué es el perdón?, y contestó: “la fragancia que regala la flor al ser aplastada”.
El mundo es un jardín cuyo aroma es el de nuestras obras. Limpio mis ojos para ver la belleza del mundo y reconocer a Dios en todas sus criaturas, sin nombres, sin etiquetas; y limpio también mis oídos para poder escuchar a Dios en cada una de ellas según su nivel espiritual, cuando de pronto una suave brisa indica la presencia del halcón blanco:
"Es efectivamente el tahqiq o realización lo que confiere sentido a las creencias o los dogmas. Esa es la meta del viaje, la Realidad o Haqq donde todos los peregrinos se reconocen como una única comunidad, la ecclesia spiritualis, la asamblea de los bienaventurados. Eso no impide que cada camino tenga su propio paisaje e itinerario propio. La diversidad es rahma, misericordia. El que descorre el velo de la ilusión y accede al reino de la Realidad (Ana Al Haqq) ve que todo es perfección. La ilaha ila Allah. La haqqa illa Haqq".
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