Mohamed Harrak: "Yo digo que Alá me haga mártir por su causa"
El presunto yihadista planeaba un atentado y consiguió un piso franco para los combatientes que se trasladarían a Siria
Mohamed Harrak no se limitó a loar al Daesh a través de las redes sociales yservirse de internet para captar a futuros combatientes dispuestos a viajar a Siria. La Audiencia Nacional ha revelado que el joven marroquí detenido el martes en Son Gotleu colaboró en la planificación de un atentado terrorista en España el pasado mes de octubre. Una acción que no fructificó por razones «ajenas» a él pero de la que llegó incluso a plantear las cuestiones operativas con un grupo de radicales.
Es una de las conclusiones que ha extraído el tribunal tras casi dos años de vigilancia, pinchazos telefónicos y registros relacionados con el presunto yihadista, y que ayer enarboló para dictar su ingreso en prisión provisional sin fianza por los delitos de terrorismo y tráfico de drogas. En conversaciones de Whatsapp interceptadas en octubre del pasado año con un grupo llamado Al Andalusí, Harrak propuso «la comisión de un atentado en España», según el escrito.
La propuesta sugirió toda serie de «cuestiones doctrinales» en el resto de interlocutores sobre cómo los mártires alcanzaban el paraíso. El marroquí, por su parte, continuó proporcionando detalles sobre las necesidades operativas para perpetrar una actuación terrorista. Si finalmente no se consumó, sostienen la Audiencia y la Fiscalía, fue por «razones ajenas» a su voluntad.
En su declaración de ayer, de apenas una hora de duración y por videoconferencia, el joven mantuvo en todo momento su inocencia e insistió en que no tenía vinculación con ninguna organización terrorista. Harrak llegaba a cara descubierta a los Juzgados de Vía Alemania poco antes de las nueve de la mañana y abandonaba el edificio cinco horas después en dirección al centro penitenciario de Palma.
En un auto de trece páginas, la juez titular del Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia, Carmen Lamela, considera «comprobado» y manifiesto» que Mohamed Harrak realizó «actividades de captación de personas para su integración en el Estado Islámico y su envío a Irak y Siria». Su objetivo, de hecho, era colaborar como un combatiente más y luchar por su umma (comunidad).
«La yihad es lo más maravilloso que uno puede hacer por la religión de Alá y yo digo que Alá me haga mártir por su causa», comentaba en 2014 en un vídeo de propaganda yihadista. Propósito que no sólo mantenía un año después sino que para entonces ya había hecho notables avances. El pasado mes de noviembre, de hecho, aseguraba haber encontrado a unos «hermanos de Turquía» que financiarían y ayudarían a «4 o 5 personas» que quisieran viajar hasta Siria. En aquel momento, reconocía, sólo eran tres, por lo que pedía a sus compañeros que extendieran el mensaje.
En días posteriores, y siempre según el auto, Harrak remitió a los interesados las instrucciones para el viaje, que incluían una ruta a seguir por Europa hasta Azerbaiyán para desde allí pasar a Irak. «Desde donde estéis hasta Barcelona cada uno que se lo arregle como pueda», advertía. Una vez en la Ciudad Condal, recogían los billetes hasta Italia y allí, los del resto de la travesía. «No iremos los tres juntos sino que cada día irá uno diferente. Nos recogerán en el aeropuerto y ya nos llevarán al piso», detallaba en relación a un supuesto piso franco al que su contacto en el Daesh trasladaría a los combatientes reclutados por él.
"Incendiar" las redes
Como avanzaron fuentes policiales el día de su detención en el domicilio familiar de Son Gotleu, el joven está acusado de «incendiar» las redes sociales en su intento de captar y reclutar a futuros combatientes. Sin embargo, al parecer esa labor se extendió al «plano físico» en el que el presunto terrorista acudía a mezquitas locales para intentar «hallar a sus afines». «Hacerse notar para ver si alguno salta», lo describía él.
Durante meses, Harrak consultó publicaciones elaboradas por el Daesh con consejos de seguridad para «lobos solitarios y células autónomas» pese a que la Audiencia Nacional sostiene que operaba «dentro de un grupo organizado». Asimismo, estudiaba las recomendaciones para cómo no parecer un terrorista o cuadernos de estrategia elaborados por el propio Ministerio de Defensa. Al mismo tiempo, subraya la magistrada, intentaba profundizar en sus conocimientos militares con el objetivo de unirse a una fuerza armada. Después de descartar su incorporación al Ejército español, comenzó a planificar su ingreso en la legión extranjera del Ejército francés.
Lamela asegura que la «relevancia de la gravedad de los delitos» de los que se acusa al marroquí es «innegable» igual que las penas que podrían imponerse. Razones que, sumadas al «riesgo de reiteración delictiva» y a la posibilidad de destrucción u ocultación de pruebas, hicieron que ayer dictara prisión provisional comunicada y sin fianza para el detenido.
La juez señala que existe también riesgo de fuga por la «falta de suficiente arraigo» de Harrak y afirma que en los últimos meses se había dedicado también al tráfico de droga que compraba en Marruecos y trasladaba a la Península antes de su introducción en Mallorca. Motivos por los que habría permanecido en su país natal durante casi dos meses y que explicarían sus «múltiples desplazamientos» por España.
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