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lunes, 17 de julio de 2017

El Estado Islámico mantendrá una actividad de baja intensidad pero con atentados

MARCOS SUÁREZ SIPMANN / ELECONOMISTA
8:21 - 17/07/2017
  • Reaparecen las rencillas y purgas sectarias entre chiíes, suníes y kurdos
  • Para la liberación de Mosul han sido necesarios 9 meses de lucha feroz
  • El EI no desaparecerá: se convertirá en una organización menos jerárquica
Estado Islámico. Foto: Dreamstime
Para la liberación de Mosul han sido necesarios 9 meses de lucha feroz. En último término el éxito del ejército irakí se debió a la ayuda de los ataques aéreos liderados por EEUU. La cantidad de víctimas civiles ha sido enorme. La cifra real nunca llegará a saberse. En su informe A cualquier precio. La catástrofe civil en Mosul Oeste, Irak, Amnistía Internacional denuncia no sólo los crímenes de los yihadistas sino también a las fuerzas del Gobierno de Bagdad y de la Coalición por "reiteradas violaciones de la ley humanitaria internacional, algunas de las cuales pueden constituir crímenes de guerra". Se acusa al autodenominado Estado Islámico (EI) de utilizar a los habitantes como escudos humanos y a las fuerzas gubernamentales y sus aliados estadounidenses de no tomar precauciones en los bombardeos aéreos y de "no adaptar sus tácticas a la realidad" del terreno y de utilizar armas que carecían de toda precisión sabiendo que provocarían matanzas indiscriminadas de civiles. En especial sobre zonas densamente pobladas del oeste de Mosul (la ciudad está dividida por el río Éufrates) que comprende la abigarrada Ciudad Vieja. Se exige la creación de una comisión investigadora independiente.
La ciudad ha sido destruida por completo. Al menos 900.000 personas viven en campamentos. Según EEUU la reconstrucción de las instalaciones básicas en Mosul costará al menos 1.000 millones de dólares. No hay nada previsto para esto en el presupuesto iraquí, ya bajo presión debido a los bajos precios del petróleo. Gran parte de los ingresos petroleros se gastan en salarios y pensiones para siete millones de empleados públicos. Y para pagar la guerra.
A pesar del valor simbólico de Mosul donde en 2014 Abu Bakr al Bagdadi proclamó en 2014 la creación del 'Califato', los terroristas del EI aún no han sido derrotados. El EI mantiene varios focos de resistencia en la Ciudad Vieja. Y el Califato sigue controlando ciudades y territorios en Irak y Siria. Después de que un informe ruso señalara que Al Bagdadi estaba muerto, ha aparecido otro similar, sin determinar fecha o lugar del hecho, tampoco confirmado ni por las autoridades ni por el EI. Para EEUU no existen pruebas fehacientes que sustenten esa afirmación.
Se estima que el EI ha perdido casi la mitad de los combatientes que tuvo en su mejor momento (por bajas o deserciones). Ha mermado en un tercio su capacidad de obtener recursos por rescates de secuestrados, "impuestos" y venta de petróleo. De igual manera, ha disminuído el apoyo que tuvo de algunas poblaciones locales capturadas.

A nivel global

Pero el EI no desaparecerá en el caso de ser desplazado de forma definitiva de sus dominios restantes. Se convertirá en una organización menos jerárquica. Una insurgencia terrorista de largo plazo en Irak y Siria que mantendrá un conflicto de baja intensidad, mediante atentados y ataques suicidas. Sobre todo en esos países de extrema inestabilidad aunque carezcan de base territorial. También seguirán propagando su mensaje por el mundo. Véase su éxito en el sureste asiático y el norte de África. Y decenas de miles de yihadistas intensificarán su "guerra" en el campo enemigo: Europa y EEUU. O sea, un hostigamiento a nivel global.
Durante estos meses las rivalidades que hicieron imposible la reconstrucción de Irak estuvieron aplacadas por el objetivo único de derrotar a los terroristas. La coalición está compuesta por un grupo dispar. El Ejército iraquí, la policía y unidades anti terroristas, que son chiíes relacionados al gobierno central, más las denominadas "Fuerzas de Movilización Popular" chiíes, las milicias suníes, y los combatientes kurdos del Peshmerga. Con sus avances en las zonas dominadas por el EI, la autoridad de Bagdad se va consolidando. Al mismo tiempo resurge la inquietud de que vuelvan las rencillas entre la mayoritaria facción chií, la suní y las tribus kurdas del norte. Las tres comparten el gobierno y la conducción del dividido país. Cada grupo tiene sus propias intenciones. Continuará la pugna sectaria entre chiíes y suníes. Y los kurdos querrán llevar a cabo un referendo de independencia el 25 de septiembre.
Habrá más derramamiento de sangre. La toma de la tercera ciudad de Irak (tras Bagdad y Basora) reconfigura el paisaje político. No se puede decir que el gobierno iraquí sale fortalecido de la derrota de los yihadistas. El ejecutivo, esencialmente chií, debe decidir ahora cómo lidiar con la mayor urbe árabe suní en Irak que siempre ha visto como un obstáculo. Al mismo tiempo, antes de la guerra, con sus casi 2 millones de habitantes, Mosul era uno de los centros más diversos de Irak: con árabes, kurdos, cristianos asirios, turcomanos y otras minorías religiosas.
Es muy improbable que los líderes políticos chiíes en Bagdad den prioridad a la reconstrucción de lo que siempre han considerado como el corazón de la resistencia suní. Así pues, la caída y devastación de Mosul es una derrota para para los árabes suníes, la comunidad dominante en Irak antes de la caída de Sadam Husein en 2003, aunque sólo representaba una quinta parte de la población. Otras de sus ciudades principales como Ramadi, Fallujah, Tikrit y Baiji han sufrido asimismo graves daños por la guerra. En ellas, así como el este de Mosul ya liberado hace seis meses, reina la insatisfacción y la ira por las carencias en electricidad y compensaciones. Incluso la falta de agua potable.
A los gigantescos problemas internos de Irak se suman las disputas regionales que tienen las vecinas Arabia Saudí, Turquía e Irán con estos grupos. Y la fundamental responsabilidad e influencia de EEUU y Rusia en el actual caos. No hay que olvidar el origen del EI: una consecuencia directa de la desestabilización y el vacío de poder producto de la guerra de EEUU en Irak en 2003. Una intervención que además de violar las leyes internacionales y tras la victoria no supo organizar la paz.

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