La primera semana como presidente de Andrés Manuel López Obrador, no fue “miel sobre hojuelas”. Diversas decisiones que tomó —incluso, durante el periodo de transición— ya le comienzan a cobrar factura, o simplemente no puedematerializar ciertas promesas, porque ya aparecieron los contrapesos políticos necesarios que, de una u otra manera, necesita el país.
La Ley de Remuneraciones de los Servidores Públicos
Una promesa de campaña que muchos seguidores de AMLO aplaudieron, fue que “bajaría el sueldo a los altos funcionarios, porque nadie debería ganar más que el presidente con base en el artículo 127 de la Constitución”, incluso él se iba a reducir sus sueldo a la mitad. Sin embargo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) suspendió la Ley de Remuneraciones de los Servidores Públicos.  
Por supuesto, López Obrador, rechazó dicha resolución, y a regañadientes la aceptó; pero para él “una cosa es el respeto legal y otra cosa es que me quede callado”.
Como titular del poder Ejecutivo, no puede intervenir en las decisiones del poder Judicial —porque debe existir independencia de poderes—, solo resta que los legisladores, cuando aprueben el presupuesto, realicen las modificaciones pertinentes para que se reduzca el salario de los altos funcionarios, como tanto lo anhela el mandatario.
“Una cosa es el respeto legal y otra cosa es que me quede callado”, AMLO.
La validación de la elección de Puebla
Este fin de semana la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), validó los comicios de Puebla y dejó como gobernadora triunfante a Martha Erika Alonso; algo que no le sentó nada bien al presidente, porque, desde su punto de vista la “elección fue antidemocrática”.
Anular la elección, no fue un tema que afecte directamente a AMLO, pero no cabe duda, que de lo contrario Morena sí tenía amplias posibilidades de hacerse con una gobernatura más.
El NAIM y los bonos
Antes de tomar protesta y como presidente electo, Andrés Manuel, realizó una consulta ciudadana, donde se canceló la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco.
Desde un principio todo estuvo mal, la consulta presentó irregularidades, simplemente no era válida.
Anular la elección, no fue un tema que afecte directamente a AMLO, pero no cabe duda, que de lo contrario Morena sí tenía amplias posibilidades de hacerse con una gobernatura más.
Cancelar el aeropuerto también afectó a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), que presentó caídas históricas y, sin duda, mermaron la economía del país.
Pero el asunto tomó otro matiz, cuando el gobierno federal se vio en la necesidad de hacer una oferta para recomprar de los bonos del NAIM, por mil 800 millones de dólares; los tenedores no aceptaron el ofrecimiento, pero seguirán en la negociación.
Sin embargo, para muchos especialistas esto es el nuevo “Fobaproa”, porque tal cantidad de dinero se obtendrá de los impuestos, que pagan los ciudadanos.
El pueblo “eligió” la cancelación NAIM, pero el presidente no calculó las consecuencias que resultaron ser muy costosas.
“No hagas cosas buenas que parezcan malas”, algo que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, no termina por comprender; podrá hacer berrinches, pero la realidad de México le exige acatar las decisiones de la SCJN y del TEPJF.
Sin embargo, para muchos especialistas esto es el nuevo “Fobaproa”, porque tal cantidad de dinero se obtendrá de los impuestos, que pagan losciudadanos.
Por otra lado, el tema del aeropuerto y lasconsecuencias económicas que ya merman las finanzas públicas es serio, y tarde o temprano, los partidarios del tabasqueño deben aceptar que no fue la mejor decisión la cancelación de su construcción en Texcoco.